Tipo: Intervención en Patrimonio - Epoca: 80-85
Patología del Edificio:
La principal patología, y en realidad la que suscitaba el encargo, era la deficiencia en el estado de la cubierta, salpicada de múltiples goteras. Aparecían también en el segundo tramo de la nave algunas grietas, que aparecieron de asiento diferencial de los apoyos del edificio.
En el alzado norte, y en la zona en la que previsiblemente se hallaba la unión de las actuaciones diferentes antes mencionadas, aparecía un desplome del muro de una magnitud digna de tener en cuenta, y que en este momento con los datos que disponíamos no podíamos valorar la necesidad o no de actuar sobre el, dejando la decisión última para la fase de ejecución.
En el tratamiento de la Cubierta
La propuesta, básicamente, intentaba restituir el remate de cubierta en la posición original del edificio.
Al abordar esta tarea de restitución, éramos conscientes de la influencia que tenia una correcta elección del sistema constructivo a emplear; debíamos eliminar el sistema de cerchas, por el inconveniente de diferencias de cotas, que ya se había producido en la actuación que tratábamos de eliminar. Podíamos haber planteado la propuesta en base a un entramado, pero seguíamos teniendo el inconveniente de la falta de espacio entre la altura de coronación de las bóvedas y el propio elemento sustentante.
Llegamos a la decisión de materializar la cubierta con un sistema de construcción de hoy en día, como es el hormigón armado, pero que guardaba relación en este caso con los sistemas de construcción del románico de apoyo sobre las bóvedas.
Se procedió a:
Haciendo trabajar a las bóvedas, para lo cual previamente se reforzaron mediante la superposición de una membrana de hormigón armado, con mallazo de 5 cm de espesor.
Se formaron las pendientes a base de hormigón aligerado de arlita, con tratamiento de la capa superficial, a base e lechada de mortero de cemento e proporción 1/1, para conseguir una superficie uniforme.
Se construyo una losa armada de 15 cm de hormigón armado, que es la que en definitiva nos garantizaba la sujeción e la cubierta; si bien no rechazando la transmisión de cargas hasta las bóvedas primitivas.
En el Interior
La actuación que se realizó en el interior, consistió la eliminación del retablo que ocultaba el ábside, procediendo a una operación de rehabilitación minuciosa de los muros y partes de las bóvedas dañadas.
En el Exterior
La actuación en el exterior pretendía dignificar el conjunto de la iglesia:
Marcando un límite, en algunos casos muro bajo, con el material de piedra resultante del derribo.
Tratando la zona resultante. Al mismo tiempo, se apreciaba un gran deterioro del muro de piedra en las zonas en contacto con el terreno, preferentemente en el alzado sur y en el ábside, de tal manera que se saneó todo el perímetro, que quedaba dentro e la zona tratada anteriormente, a base de drenaje construido con canto rodado, que de alguna forma filtraba hacia las capas del subsuelo las aguas de lluvia e la cubierta.
Las puertas de entrada al portal y la vidriera interior, se cambiaron, realizándose las nuevas de madera de roble. También se realizaró nueva, en chapa de acero, la puerta de acceso a los trasteros. Sobre los dos patios se colocaron lucernarios, realizados con perfil de aluminio lacado y arrasol translúcido de 4 mm. En las escaleras se pusieron también dos lucernarios, de características similares a los de los patios. Las instalaciones que se realizaron fueron: la colocación de sumideros sifónicos de hierro fundido en los patios, conectados a las bajantes de aguas pluviales ya existentes y una nueva instalación eléctrica para alumbrado de la escalera, realizada a partir del contador existente.
Todos los paramentos interiores de las escaleras y portal se terminaron con pintura plástica. Los patios, se acabaron con pintura para exteriores. Las carpinterías de patios y escaleras, no modificadas, se volvieron a pintar mediante pintura al óleo. También se colocaron buzones de correos nuevos, así como los aparatos para iluminación de las escaleras. Para adecuar el edificio a la norma básica NBE-CPI-91, se instaló un extintor móvil de agua pulverizada, de eficacia 8A, en una zona común de las escaleras.
