Tipo: Intervención Urbanística - Epoca: 86-90
La propuesta partía de la consideración de la forma de la parcela.
Se trataba de una parcela de forma sensiblemente triangular, con el vértice más agudo en dirección Norte, situada en un cruce de caminos, coincidiendo además con el punto por donde se produce el acceso, desde la carretera que une Nájera con San Millan.
La idea era situar el edificio de vestuarios en este vértice de la parcela, por reunir las condiciones de accesibilidad y orientación mas adecuada, con la particularidad de ocupar con el edificio un espacio, que de otro modo, y debido a su forma, sería de muy difícil utilización.
La organización y estructuración del edificio se basa en una modulación de volúmenes que propician situaciones cambiantes de luces y sombras, consiguiendo con ello, evocar el movimiento radial del sol. Todo ello, como refrendado por la pérgola que tamiza la luz, da unidad al conjunto y propicia la existencia de la terraza-bar.
Resulta así mismo representativa la sección del edificio, donde adquiere protagonismo la entrada de luz cenital, que propicia en la imagen del edificio un volumen elevado de un evocador recurso plástico, no exento de cierta referencia al mítico San Lorenzo, que se alza al fondo del valle, en dirección Sur.
Situado el edificio, la parcela resultante se organizó en dos zonas, a partir de una línea de arbolado, que tiene su referencia más próxima en las choperas cercanas del río Cárdenas, que es donde se sitúan ambas piscinas; la de adultos y la de niños o chapoteo.
La zona de piscina de niños se ve apoyada con un área de juegos, donde se han ubicado sistemas modulares infantiles.