Ardoroso hispanista y mecenas, inmarcesible defensor de España, de la Hispanidad y de sus instituciones, Juan Cebrián Cervera nació el 24 de agosto de 1848 en Madrid, y murió también en la capital de España, el 20 de febrero de 1935.
Hijo de militar, recién cumplidos los veinte años de edad, en septiembre de 1868, es promovido a teniente ingeniero militar tras culminar sus estudios en la Academia de Ingenieros del Ejército establecida entonces en el Cuartel de San Carlos de Guadalajara.
1868 «Por el ministerio de la Guerra se han tomado últimamente estas resoluciones: […] Además han sido promovidos a tenientes los siguientes alféreces, alumnos de la academia especial del cuerpo de ingenieros, por haber concluido con aprovechamiento sus estudios. D. Severiano Sánchez Manso.- D. Joaquín Hernández y Fernández.- D. Ramiro Bruna y García.- D. Pedro Pedraza y Cabrera.- D. Juan Cebrián y Cervera.- D. Francisco Pérez de los Cobos y Bellesga.- D. Felipe Miguel y Bassols.- D. Francisco Castro y Ponte.- D. Ladislao Angulo y Ballesteros.- D. Alejandro Castro y Plá..- D. Juan García de la Sastra.- D. Joaquín Reventor y Modolell.- D. Gaspar Núñez y Cañadas.- D. José San Gil y Villanueva.- D. Ricardo Mir y Febrer.- D. Amador Villar y Castropol.- D. Felipe Gómez y Pallete.- D. Juan Horta y Mas.- D. Marcos Cobo y Casino.- D. César Saenz y Torres.- D. Enrique García y Fernandez de Mesa.- D. Federico Castro y Zea.- D. Eusebio Lizaso y Azcárate y D. Fernando Dominicis y Mendoza.» (La España, Madrid, 15 septiembre 1868, pág.
Al no poder realizar sus proyectos europeos deciden embarcarse rumbo a los Estados Unidos de Washington: en 1870 ya trabajan por Nueva York, antes de marchar hacia el prometedor Oeste californiano. En enero de 1873 llegan en el buque Pacific a Santa Bárbara, después se asentarán como vecinos en San Francisco.
1873 «From San Francisco (by Telegraph to the Santa Barbara Press.) Passenger List. Passengers for Santa Barbara, per steamer Pacific, Jan. 9th: […] E. Burdick, Juan Cebrian, P. B. Molera, G. F. Howlitt, J. Blackburn […]» (Santa Barbara Press, 9 january 1873, vol.
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Juan Cebrián Cervera adopta pronto la nacionalidad yanqui, pero antes altera el orden de sus apellidos para adaptarse a los usos ánglicos: “John Cervera Cebrian”, “John C. Cebrian”, “Juan C. Cebrián”, “J. C. Cebrián”, “J. C. C.”.
Matrimoniado en 1875 con María Josefa “Pepa” de Laveaga (Mazatlan, Sinaloa 27 octubre 1858-San Francisco 21 abril 1920), fueron padres de nueve hijos, ocho sobrevivieron a la madre, siete al padre.
La prensa yanqui tituló así la noticia de su muerte en Madrid: “John C. Cebrián, S. F. Capitalist, Dies in Spain. Architect and Engineer Succumbs at Age of Eighty-six”.
Cinco años después de llegar a los Estados Unidos de Washington aquellos dos jovenes amigos, que bien formados como ingenieros militares por España renunciaron a servir a su ejército y abandonaron incluso la patria, habían logrado introducirse por matrimonio en sólidas y prósperas familias hispanas de pioneros californianos, por lo que ya podían reconducir su futuro al margen de la mera supervivencia de empleos más o menos ajustados a su formación.
«Van a América a una empresa inteligente, llevando un elevado ideal y alguna ciencia, grandes ilusiones, poco equipaje, muchos libros: los libros que han de engendrar la biblioteca Cebrián-Molera, la que, andando el tiempo, ha de ser la más importante de San Francisco de California. Desembarcaron en Nueva York.
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Como los escasos medios materiales exigían apremiantemente una colocación, tanto como la impaciencia de poner en marcha su impetuosa actividad, ingresó Cebrián en cierta Empresa de construcción de maquinaria, aceptando una plaza de delineante, aunque por poco tiempo, pues este humilde empleo no satisfacía sus impacientes aspiraciones, y siguiendo el consejo de los letreros que por entonces inundaban las calles de la gran ciudad “Young Man, go West”; como su voluntad y la de su amigo eran lo suficientemente fuertes para, continuar sin desmayo la aventura, al Oeste se fueron.
La joven ciudad de San Francisco, apenas surgida del humilde poblado de Yerba Buena, acababa de sufrir una de las muchas conmociones sísmicas que la han destruido. Pensaron que no sería difícil encontrar en la reconstrucción un provisional acomodo. Ya en California, se colocaron en la oficina de los Faros del Pacífico; el ...
Antes de cumplir los treinta años Juan Cebrián y Eusebio Molera, firmemente unidos como emigrantes tras haber abandonado juntos el ejército español que les había formado como ingenieros, contraen matrimonio en 1875 con rumbosas hispano californianas. Y se dará la circunstancia de que tanto Juan Cebrián como Eusebio Molera cuajarán matrimonios estables durante más de cuatro décadas, quedándose viudos los dos el año que cumplieron los setenta y dos de edad: Molera en 1918, Cebrián en 1920.
La mujer de Molera era dos años mayor que él; Cebrián era diez años mayor que su mujer. Molera no debió llegar a conocer a su suegro inglés, ya muerto en 1872, y se convierte en el varón de un entorno familiar pequeño, de rancheros bien situados económicamente. Cebrián, dos años más joven que Molera, al casarse con una joven de diecisiete años, se incorpora a una familia mucho mejor situada económicamente, pero también más numerosa y compleja.
Al morir Francesca Amelia Cooper de Molera (1844-1918) quedaron huérfanos su hijo Andrew J. Molera (1877-1931), bohemio empresario y ranchero, y su hija Frances M. Molera (1879-1968), historiadora, empresaria y ranchera. Amelia Cooper era hija del capitán de la marina mercante Juan Bautista Rogers Cooper (1791-1872, nacido en la isla hoy deshabitada de Alderney, en el Canal de la Mancha; asentado en Monterrey desde 1823 y naturalizado mexicano en 1830) y de Encarnación Vallejo (1809-1902, nacida española en Monterrey, capital de la provincia novohispana de Nueva o Alta California, fundada en 1770 como Presidio Real de San Carlos de Monterrey).
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Al morir María Josefa de Laveaga de Cebrián (1858-1920), mucho más joven que Amelia Cooper Vallejo, dice su esquela que dejó huérfanos nueve hijos vivos. ❦ Ralph (S.F. 16 julio 1889-S.F.
Desde 1916 fue principal impulsor de la batalla contra la insidiosa voluntad política de tantos malandrines, dentro y fuera de la Hispanidad, de anegar en lo latino cuanto se refiera a España y lo hispánico, y contra el empeño de otros de anegar lo español en lo ibero. Inició Juan Cebrián Cervera esta cruzada publicando una carta en español en el diario Las Novedades (Nueva York, 2 de marzo de 1916): “Pueblos Hispano-americanos y no Latino-americanos”, e impulsó y financió dos opúsculos monográficos: América Española o Hispano América.
Contribuciones y Reconocimientos en Santa Bárbara
La carrera de J. C. Cebrián en Santa Bárbara dejó una marca significativa en el desarrollo de la ciudad. A continuación, se presentan algunos ejemplos de su trabajo y su impacto en la comunidad:
- Ingeniero Civil, Arquitecto y Agrimensor: J. C. CEBRIAN ofrecía sus servicios profesionales en Santa Bárbara, con una oficina cerca de Wells, Fargo & Co.’s Express office.
- Estudios Topográficos: Cebrián realizó varios estudios topográficos en la ciudad, regulando las calles y estableciendo linderos precisos.
- Participación en la Junta de Síndicos: En septiembre de 1873, se encomendó a J. C. Cebrian la tarea de agrimensurar la calle Cañón Perdido y levantar un mapa de la misma.
- Determinación de Rasantes: Cebrián trabajó en la determinación de la rasante de las aceras de la calle Ortega, contribuyendo al desarrollo urbano de la ciudad.
- Plano del Puente en la Calle Montecito: El plano y dibujo del puente que cruza el arroyo en la calle Montecito, ejecutado por el arquitecto Cebrián, fue elogiado por su estética.
Además de estas contribuciones, Cebrián también participó en la partición del Rancho Guadalasca como árbitro designado por el tribunal del distrito.
Reconocimiento en la Prensa
La labor de Cebrián fue reconocida en la prensa local, como se puede observar en los siguientes ejemplos:
- Santa Barbara Press (8 marzo 1873): Se destacó su opinión sobre la factibilidad de profundizar el Estero para construir un puerto.
- La Crónica (Los Ángeles, sábado 20 de diciembre de 1873): Se mencionó su plano para la tienda de Mr. Andonaegui, lamentando que no se haya seguido por completo su diseño.
- Los Angeles Daily Herald (viernes 16 octubre 1874): Se informó sobre su visita a Los Ángeles y su partida hacia Santa Bárbara.
Estos ejemplos demuestran el reconocimiento y la valoración que J. C. Cebrián tuvo en la comunidad de Santa Bárbara y Los Ángeles durante su tiempo como ingeniero, arquitecto y agrimensor.
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