Día Internacional del Coworking: Historia y Evolución de los Espacios de Trabajo Compartido

El 9 de agosto se celebra el Día Internacional del Coworking, una jornada dedicada a resaltar el impacto y la evolución de este movimiento que ha revolucionado la forma en que trabajamos. Desde 2005, el Día Internacional del Coworking destaca la importancia de los espacios de trabajo compartidos, lugares que combinan comodidad, flexibilidad y oportunidades de colaboración. No son solo oficinas: son puntos de encuentro para emprendedores, creativos y profesionales que buscan crecer juntos. El día se aprovecha para debatir sobre el futuro de estas comunidades y compartir experiencias.

Orígenes del Coworking

El término coworking fue acuñado por primera vez en 1999, pero no fue realmente difundido hasta el año 2005. El empresario estadounidense Brad Neuberg, fue quien acuñó el concepto de coworking por primera vez en 1999. Ese año creó lo que sería el primer coworking de la historia. Situado en San Francisco y llamado Hat Factory. Brad Neuberg, un empresario estadounidense, creó lo que sería el primer coworking de la historia, un espacio colaborativo situado en San Francisco, llamado Hat Factory, donde trabajaban 2 autónomos más. Se llamó Hat Factory y estuvo operativo de 2005 hasta 2010. Contaba tan solo con una docena de mesas y varios espacios que servían para la vida comunitaria. El primer coworking oficial abrió sus puertas en el año 2005 en San Francisco, obra del programador Brad Neuberg. Su idea era maravillosa, aunque con cierto idealismo, era una cooperativa sin fines de lucro y ofrecía ocho mesas dos días a la semana, wifi gratuito, almuerzos compartidos, descansos para meditación, masajes y paseos en bicicleta.

En realidad se trataba de una asociación de lo que hoy en día llamaríamos Geeks y acabó convirtiéndose en uno de los primeros hackerspaces del mundo, ya que allí se reunían para trabajar y compartir dilemas y experiencias los apasionados de las computadoras y de la tecnología en general. Aunque no se trataba de un coworking al 100 %, fue la fuente de inspiración y posterior gestación de DeKoven, considerado por la gran mayoría como el verdadero primer coworking de la historia tal y como los entendemos hoy en día.

De EEUU volvemos a Europa, más concretamente a Viena, otra de las ciudades clave en la historia del coworking. En 2002 dos emprendedores austríacos junto a socios y colaboradores inauguran Schraubenfabrik, el primer espacio europeo de trabajo compartido que describieron como “Community center for entrepreneurs” (un centro para la comunidad). Duró un año, pero dio lugar a Hat Factory, un espacio por primera vez en la historia, disponible a tiempo completo. El coworking empezaba a despegar como la espuma, y convertirse en la gran opción para muchos trabajadores/as autónomos y emprendedores. Al poco tiempo, nacía en Londres una de las mayores redes de espacios de coworking internacional y que sigue en activo todavía con un total de 40 oficinas, los ya famosos Hub. Francia también se une a esta nueva tendencia, y en 2007 se abre La Boate en Marsella y al año siguiente, la Cantine y la Ruche en París.

Como apuntes finales, cabe saber que en realidad el término aparece por primera vez en el año 1628, y hacía referencia a la colaboración y la comunicación entre Dios y sus ayudantes. Eso sí, hasta finales del s. XX no se vuelve a tener noticias del vocablo, y se oficializa como tal en 2007, cuando sus búsquedas en Google se empiezan a disparar debido a la gran demanda y también la gran oferta de este tipo de espacios, y Wikipedia le dedica una entrada. En el año 2009 se publica el primer libro sobre coworking I’m Outta Here!

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Evolución y Expansión Global

A partir de entonces, el concepto de coworking ha ido evolucionando, hasta llegar a día de hoy, una forma de trabajo cada vez más extendida. Tras casi una década en marcha, el fenómeno «coworking» ha conseguido posicionarse como una de las mejores formas de trabajar: saludable, creativa y cooperativa, hasta el punto de que hoy en día existe el «Día Internacional del Coworking», que se celebra el 9 de agosto.

Hacia 2010 los espacios de trabajo compartido, es decir, el fenómeno «coworking», tomaban impulso en España. Esta nueva forma de entender el trabajo se convirtió, durante los peores años de la crisis económica, en un mercado emergente, generado por las necesidades de las pymes que, entonces, no podían hacer frente a desorbitados alquileres. Las estadísticas del 2017 hablan por sí solas: alrededor de 13.800 espacios coworking y cerca de 1.180.000 coworkers en todo el mundo. Actualmente, existen en el mundo cerca de 14.000 oficinas «coworking». En España, ya hay más de 900 espacios también denominados «coliving» - el 78% de ellos se sitúan en Madrid y Barcelona-, lo que convierte a nuestro país en el tercero con más oficinas de este tipo por detrás de Estados Unidos y Alemania. Casi veinte años después, el número de espacios de cotrabajo no ha parado de crecer y, según el Estudio de Crecimiento Global del Coworking 2020, se espera que este año 2024 se supere la cifra de los 40.000 espacios cuando tres años atrás eran la mitad. Una muestra más del valor que significan.

Ventajas del Coworking

Los coworkings son espacios libres de distracciones, diseñados por y para el trabajo como un oasis de tranquilidad en el que trabajar sin interrupciones. Los espacios de trabajo suele estar completamente equipados para funcionar, contando con internet, baño, aire acondicionado y demás servicios. El ahorro monetario y medioambiental que conlleva es un beneficio mas añadido.Además, entre las ventajas más destacadas se encuentra el ahorro económico: la reducción de costes en cuanto a espacio de trabajo y la generación de mayor capital intelectual y creativo son elementos claves por los cuales las empresas -tanto pymes como grandes compañías- están apostando por este tipo de espacios.

Jiménez considera que «lo más positivo de este entorno tan heterogéneo es que permite que las pequeñas empresas puedan estar en contacto con otras más grandes y, a su vez, las grandes empresas los vean como viveros de talento». De hecho, el escenario «coworking» se ha traducido como una de las mejores formas para potenciar redes «networking», tal y como apunta Hermarta, empresa especializada en el equipamiento integral de espacios de oficinas.

Tres de cada cuatro «coworkers» utilizan un espacio de «coworking» para estar mejor conectados con otras personas y casi un tercio espera adquirir, a través de sus actividades como «coworker», nuevos clientes y proyectos innovadores. En general, el índice de satisfacción sobrepasa el 80% entre los inquilinos de estos espacios, tal y como apunta Bee Lab Coworking.

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Además, el Team Building supone reunir a los empleados para fomentar relaciones sólidas y transformar los equipos de trabajo en bloques cohesionados. La confianza juega un papel esencial en la construcción de equipos humanos. La confianza hace que las personas se sientan seguras. Cuando distintas empresas o profesionales hacen Team Building, pretenden comunicarse de forma más eficiente. Hablan entre ellos sobre propuesta e ideas, buscando encontrar las mejores alternativas y estrategias. Una comunidad de coworking se apoya en el intercambio de conocimientos. Compartir espacio supone abrir la mente a propuestas, ideas y nuevas perspectivas.

El Impacto de los Millenials

Los millenials son la generación del constante cambio para quienes el coworking tiene un rol esencial en su desarrollo profesional. En un mundo cada vez más digital y conectado, los espacios de coworking se han convertido en auténticos polos de atracción y retención de talento, al mismo tiempo que han revolucionado la manera en que los profesionales y emprendedores abordan el entorno laboral. Han cambiado la forma de entender el trabajo, posicionándose como una gran alternativa a los centros de trabajo tradicionales, pero al mismo tiempo han demostrado que son mucho más que simples lugares físicos para trabajar: son potentes catalizadores del ecosistema emprendedor, fomentando la interacción entre emprendedores y profesionales de diversas áreas en un entorno propicio para la innovación y la colaboración.

Ejemplos de Éxito

Los beneficios que aporta el coworking son inumerables. Es el lugar de trabajo propicio para los contactos y sinergias. Al trabajar junto con otros coworkers surgen amistades, negocios y proyectos muy beneficios. Los cuales han dado a empresas multimillonarias, como es el caso de Uber, que nació en The Yard (espacio de coworking ubicado en Manhattan) Spotify surgió en San Francisco, concretamente en el coworking RocketSpace. Y como último ejemplo, Instragram.

Algunos de los principales actores que comenzaron como empresas disruptivas en espacios de coworking son: Uber - Travis Kalanick y Garrett Camp se valieron de estos centros para resolver la crisis de los taxis en San Francisco.

Coworking y la Igualdad de Género

En primer lugar, las políticas de precios asequibles hacen que estos espacios sean viables para las mujeres que cuentan con pocos recursos de entrada. Además, las oficinas compartidas abordan este problema ofreciendo descuentos en las cuotas de afiliación, con eventos para sus miembros y servicios de valor añadido. El coworking ofrece a las mujeres un ecosistema activo con sesiones formativas, intercambio de conocimientos y colaboración entre profesionales. Las emprendedoras tienen más posibilidades de encontrar sinergias en una oficina compartida que en un espacio de trabajo tradicional, reduciendo así la brecha de género.

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El Futuro del Coworking

La rápida evolución tecnológica y la pandemia están transformando nuestra forma de hacer y trabajar. Los trabajadores estaban pidiendo a gritos una alternativa a la oficina asfixiante por entornos que permitan la flexibilidad, el intercambio de conocimiento y nuevas maneras de crear comunidad. El modelo del coworking da respuesta a este nuevo paradigma. El nuevo modo de trabajo que se está gestando cambia los horarios impuestos por los horarios personalizados, las oficinas presenciales por el trabajo en remoto y los espacios reducidos por espacios diáfanos.

En una comunidad que puede ampliar sus horizontes a nivel global con riesgos y costes mínimos. Cada vez son más las personas que apuestan por dedicarse a lo que les apasiona y convertirse en freelance. Todo esto apunta a que no es algo pasajero. Freelance, startups, empresas pequeñas -y no tan pequeñas-, empresas internacionales... Hay lugar para todos. Y es justamente esta variedad de proyectos, negocios e iniciativas lo que permite crear sinergias, encontrar nuevas oportunidades, hacer nuevos contactos con los que compartir intereses o una buena conversación a la hora del café.

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