La Franquicia de El Rey León: Un Legado de 30 Años

La franquicia de El Rey León, basada en la película animada de 1994 de Disney del mismo nombre, relata las aventuras de Simba, un joven león nacido en la familia real. Cuando el tío malvado de Simba le expulsa hacia lo salvaje, el joven príncipe supera las adversidades y con la ayuda de sus amigos recupera la corona.

Orígenes y Desarrollo

El desarrollo del filme comenzó en 1988, en una reunión entre Jeffrey Katzenberg, Roy E. Disney y Peter Schneider, mientras promocionaban Oliver y su pandilla en Europa. Thomas Disch escribió un tratamiento y Woolverton avanzó los primeros guiones cuando George Scribner fue asignado director, al que se unió Allers posteriormente.

La producción empezó en 1991 al mismo tiempo que Pocahontas, que es la que tenía a los mejores animadores de Disney. Más tarde, parte del personal viajó a Kenia a visitar el parque nacional de Hell's Gate con tal de investigar animales y la ubicación en la que se basaría la película. Scribner abandonó la producción tiempo después debido a diferencias creativas, por lo que fue reemplazado por Minkoff. Cuando Hahn se unió al proyecto, se mostró insatisfecho con el guion, por lo que la historia se volvió a escribir rápidamente.

La cinta fue lanzada el 15 de junio de 1994. Obtuvo reacción positiva por parte de la crítica, que la elogió sobre todo por su música, argumento y animación. Tras un relanzamiento en versión 3D en 2011, la recaudación ascendió hasta unos 968 millones USD desde su estreno original hasta ese mismo año, además de ser la cinta cuyos dibujos están hechos a mano y en 2D con más recaudación, y se encuentra entre las películas que más ingresos ha generado tanto en Estados Unidos como en otros países. El rey león ganó dos premios Óscar gracias a su banda sonora y el Globo de Oro en la categoría de mejor película comedia o musical, entre otros.

Adaptaciones y Remakes

Disney sigue explotando en “imagen real” la adaptación de sus clásicos, ya sea con remakes sin riesgo, como El Rey León de 2019, o reinterpretaciones, como la estupenda Cruella. Por referirme, solo, a dos extremos.

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La nueva versión de El rey león es una idea terrible eficazmente ejecutada. Nuevo intento de Disney de producir un nuevo éxito usando el molde de uno viejo, es un 'remake' de acción real por completo carente de acción real; aunque nadie lo diría a juzgar por su aspecto, sus personajes fueron íntegramente creados por ordenador; en la película no aparece una sola forma de vida o un solo paisaje que no fuera creado con efectos visuales.

A nivel puramente técnico, el resultado es impresionante. Como forma de contar la historia que quiere contar, en cambio, es un error garrafal. El director Jon Favreau posiblemente se ocupó tanto en averiguar si podía hacer la película así que se olvidó de preguntarse si era una buena idea hacerlo.

La película animada de 1994 mostraba a una manada de leones que exhibía una serie de comportamientos extraordinarios: se estremecían, bizqueaban, contoneaban las cejas para expresar pánico, o ira, o malicia; su valor artístico, pues, estaba íntimamente vinculado a su naturaleza animada, porque los dibujos permitían transmitir emociones y actitudes que en la vida real no existen.

Los animales no hablan, ni cantan, ni hacen referencias a la cultura pop. El rey león, en otras palabras, es una historia fundamentalmente fantástica y, sin embargo, Favreau ha evitado ofrecernos una representación fantástica de los personajes y su mundo.

Sí, aquí los animales hablan y cantan como lo hacían en la obra original, pero se comportan en gran medida como los que aparecen en un documental de naturaleza. Eso limita lo que pueden hacer en pantalla y lo que pueden expresar con sus rostros, que permanecen estáticos sean cuales sean sus circunstancias -el héroe, Simba, luce el mismo gesto cuando se enfrenta a la tragedia de su infancia que cuando se lanza sobre un escarabajo, y eso merma nuestra capacidad para empatizar con él-.

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La nueva película, pues, se articula bajo la idea errónea de que el mundo necesitaba una versión fotorrealista de un musical shakespeariano sobre un felino que se escapa de casa y forma alianza con un suricato guasón y un jabalí con problemas de gases.

Para empeorar las cosas, además, Favreau decidió hacer una película lo más fiel posible a su modelo; más fiel incluso que las recientes versiones de acción real de La bella y la bestia y Aladdin, que inflaron sus respectivos metrajes a base de subtramas innecesarias. Aquí, en cambio, el relato transcurre idéntico escena por escena al del original, a medida que Simba se ve convertido en un peón en los planes de su resentido tío, Scar, y luego se reinventa para no afrontar su propio pasado.

Eso sí, si la película de 1994 duraba 88 minutos, la de 2019 se las arregla para extender el mismo relato a lo largo de dos horas enteras añadiendo una canción nueva, más diálogo y una secuencia que sigue un mechón de pelaje de Simba a través del territorio para ofrecernos una nueva ilustración del ciclo de la vida.

Pese a que las canciones compuestas en su día por Elton John y Tim Rice también están en la nueva banda sonora, en muchos de los casos lo hacen en forma de versiones claramente inferiores.

En suma, la nueva película tan solo es capaz de proporcionar gratificaciones que, en el mejor de los casos, son las mismas pero peores; se trata de un 'blockbuster' puramente parasitario, a la vez completamente dependiente del afecto que la audiencia ya trae de casa antes de sentarse frente a la pantalla y extrañamente determinado a destruir buena parte de los atributos heredados de su modelo, y cuya única razón de ser es exprimirle unos cuantos millones de dólares más a una franquicia que ya ha sido adaptada a Broadway y completada con secuelas y precuelas estrenadas directamente en dvd.

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Es recomendable exclusivamente para quienes quieran comprobar lo lejos que la animación ha llegado en los últimos 25 años. Para todos los demás, mejor será gastarse el dinero en una copia de la primera película.

Mufasa: El Rey León

El 20 de diciembre se descubrirá si la cosecha de Jenkins sabe igual de bien que esos primeros tomates cuidados con tanto esmero. Ese día se estrena en cines Mufasa: El rey león, un filme que cuenta la infancia y adolescencia del padre de Simba, lo que cambiará para siempre la forma de ver al personaje en el filme de animación.

La precuela utiliza el mismo estilo que usó Jon Favreau en el 'remake' de 2019 del clásico de Disney: a través de imágenes hiperrealistas. Aquí, a diferencia de la versión de hace cinco años, la historia es totalmente desconocida.

Para Jenkins, bajar a la tierra a un personaje como Mufasa, más cerca de un dios que de un humano, ha sido "divertido". "¿Es un ser humano o un dios?", se pregunta. "Es un ser humano, por supuesto, pero cuando puedes ver cómo se dio forma a este humano lo hace todo mucho más interesante y para un niño lo vuelve mucho más alcanzable".

Contar la historia de orígenes de Mufasa es, por obligación, contar también la de Scar. El villano de El rey león también fue un adolescente y, antes de recibir la cicatriz que le dio su apodo, se hacía llamar Taka.

Curiosamente, encontrar la voz del futuro enemigo de Simba, la de Kelvin Harrison Jr., fue mucho más fácil que dar con la de Mufasa, la de Aaron Pierre. "Estás intentando mostrar cómo sonaba la voz de un dios cuando no era un dios", explica Jenkins sobre el proceso. "También tienes que añadir la cualidad de: 'Esta voz, algún día, será la de un dios'. Es algo muy complicado y cuando tienes a actores haciendo la prueba, intentan proyectar la voz de un dios. Les dices: 'No. No. Eres un niño ahora'. Esa es la cuestión. Nadie nace así. Tienes que ganarte el derecho de hablar con esa voz".

Antes de aceptar la oferta de Disney, hubo muchas dudas. También prejuicios. "No fue un sí rotundo", reconoce Jenkins. "Fue muy interesante porque había una parte de mí que no quería leer el guion. Asumí que no había nada en él que mereciera la pena para que yo la hiciera por el tipo de películas que se espera que haga un cineasta como yo”.

Barry Jenkins y su Visión

La noticia de que Jenkins iba a encargarse de Mufasa fue, cuanto menos, sorprendente. Director y productor de cine independiente, su película Moonlight (2016) le llevó a los Oscar. El blues de Beale Street (2018) y la serie El ferrocarril subterráneo (2021) son otros de sus proyectos. Como productor ha firmado filmes como Aftersun (2022) y Nunca, casi nunca, a veces, siempre (2020).

Pese a la reticencia, Jenkins se atrevió a leer el guion de Mufasa y algo cambió en él. "Era innegable que la única razón por la que no quería hacer la película era porque era de Disney", reconoce.

Como explica: La única razón por la que dudaba hacer una película como esta era por lo que la gente diría de un cineasta que hace películas como 'Moonlight' haciendo 'Mufasa'. Eso no tiene ningún sentido.

Desafíos y Aprendizajes

Aunque da la sensación de que Mufasa ha sido toda una carrera de fondo para Jenkins, lo cierto es que el director guarda una experiencia mucho más dura. El ferrocarril subterráneo, la adaptación de la novela de Colson Whitehead ganadora del Pulitzer, fue mucho más difícil. "Significó mucho para mí", dice el cineasta sobre la ficción disponible en Prime Video. La historia sigue a Cora, una joven que descubre algo increíble en las profundidades de Estados Unidos cuando lucha por escapar de la esclavitud.

"Con esta película fueron cuatro años, pero teníamos todos los recursos que podríamos necesitar", compara Jenkins. "Con la serie de televisión pasó algo con el presupuesto justo antes de empezar a rodar. Nunca tuvimos los recursos. No fue solo quitarse de encima el qué dirán lo que ha conducido a Jenkins a Mufasa. "Me estoy haciendo mayor, así que hay menos oportunidades de hacer esto", señala. Tiene 45 años. "Esto era un gran riesgo. Enorme. No había nada que me asegurara que podría hacer una película de esta forma. No había ninguna certeza de que podría hacer una gran película con estos materiales porque esta es una forma muy salvaje de hacer una película. Es muy diferente de las otras películas que he hecho. Quizá estaba en un punto en mi carrera en el que necesitaba asumir ese riesgo".

Al final, de todo se aprende algo. "La lección que he aprendido es que asumir ese riesgo me hace un cineasta más apasionado. Me hizo sentir joven", dice mientras ríe. "No es que no sea joven, pero me hizo sentir extremadamente joven porque tuve que convertirme en un niño para aprender todas estas herramientas de nuevo.

El Musical de El Rey León

El musical teatral El Rey León ha generado más recaudación en taquilla que cualquier otra producción de entretenimiento, con unos ingresos mundiales de 4.813 millones de euros, ha dicho un portavoz de Walt Disney Co.

El musical, que lleva representándose en Broadway desde 1997 y ha viajado por todo el mundo, ha superado los ingresos de la película de animación original, que superan los 1.000 millones de dólares.

"Es la mayor recaudación en taquilla de la historia", ha indicado un portavoz a Reuters. "La cifra de 6.200 millones es exclusivamente la recaudación de la obra teatral musical", ha añadido el portavoz, quien ha destacado que el espectáculo había alcanzado el nuevo récord durante el verano.

Dirigido por Julie Taymor, el musical contiene canciones de Elton John y letra de Tim Rice.

El Rey León Cumple 30 Años

‘El rey león’ cumple 30 años y otras efemérides para sentirte una señora mayor. Todos estos sucesos culturales tan importantes en nuestras vidas están llegando a la treintena.

Hace unos días recibimos un correo electrónico que nos descolocó el resto del día. Decía así: “Se cumplen 30 años del estreno en cines de El Rey León”. ¿Cómo es posible que una frase tan sencilla pueda protagonizar el resto de conversaciones del día? Para nosotras, El Rey León fue uno de los acontecimientos cinematográficos de nuestra infancia y, quizás por lo importante que fue, nos parece que fue ayer. La película animada se estrenó en 1994 y fue uno de los grandes acontecimientos de nuestra infancia. La muerte de Mufasa (o mejor dicho, el asesinato del padre de Simba) fue uno de los momentos más duros que hemos vivido en un cine. Además, la franquicia ha estado muy presente en nuestras vidas a lo largo de todos estos años gracias a que sus personajes forman parte de los más carismáticos de Disney.

Esta efeméride nos ha dado qué pensar. Nuestros referentes culturales van cumpliendo años a medida que nosotras nos hacemos mayores y parece mentira que llevemos tantos años enganchadas a determinados personajes, canciones e historias.

Reparto Principal de la Película Original

El equipo de producción valoró la afinidad entre los actores y los personajes de la película para elegir al reparto de voces. Por ejemplo, seleccionaron a James Earl Jones para el papel de Mufasa porque su voz era «potente y equiparable al rugido de un león». En cuanto a los protagonistas, Matthew Broderick puso voz al Simba adulto en las fases iniciales de producción, y cabe señalar que durante los tres años que tomó el proceso de doblaje grabó sus diálogos en solitario, con la excepción de una ocasión en que estuvo con otro actor en el estudio de grabación. Si bien Jeremy Irons había declinado el papel de Scar al expresar que no se sentía preparado para interpretar a un personaje cómico, después de su actuación en un rol dramático como Claus von Bülow en Reversal of Fortune al final accedió y se integró al reparto. De hecho, los guionistas decidieron incorporar parte de los diálogos de von Bülow en El rey león -como la frase «no tienes ni idea»- mientras que el animador Andreas Deja estudió los tics y rasgos faciales de Irons tanto en Reversal of Fortune como en Damage para el diseño de Scar.

De esta forma, el reparto estelar de voces en inglés quedó conformado por:

  • Matthew Broderick como Simba
  • Jonathan Taylor Thomas como Simba joven
  • James Earl Jones como Mufasa
  • Jeremy Irons como Scar
  • Moira Kelly como Nala
  • Niketa Calame como Nala joven
  • Nathan Lane como Timón
  • Ernie Sabella como Pumba
  • Robert Guillaume como Rafiki
  • Rowan Atkinson como Zazú
  • Madge Sinclair como Sarabi
  • Whoopi Goldberg como Shenzi
  • Cheech Marin como Banzai
  • Jim Cummings como Ed

Recepción

Más de ocho décadas después de que Disney viviera su era dorada con películas como «Blancanieves y los siete enanitos», «Cenicienta» o «Peter Pan», los medios han cambiado (y se han multiplicado), pero los recursos siguen siendo los mismos. Por algo ni las acometidas ... de Netflix pueden con la casa de Mickey Mouse, que sigue apostando por la moralina y la emoción clásica del Dumbo que alza el vuelo con un batir de orejas o el Aladdin que cumple su sueño tras frotar una lámpara. No podía faltar, por supuesto, uno de sus éxitos más adultos, con el rugido nostálgico de un Simba que encuentra su sitio y venga la trágica muerte de Mufasa . La historia no cambia, porque la magia sigue intacta.

El Impacto de Lin-Manuel Miranda

Un mediodía de 1994 Lin-Manuel Miranda se dejó caer por el cine con sus amigos de la escuela para ver la película animada de El rey león. Poco sabía entonces que 30 años después la música del remake dirigido por Jon Favreau y también de la actual precuela correría a su cargo. «El club de compositores que han escrito música para estos personajes es tan increíble: empezando por Elton John y Tim Rice, Lebo M... ¡hasta Beyoncé!», cuenta el compositor de musicales de éxito como Hamilton o In The Heights.

La nueva película, dirigida por Barry Jenkins, explora una nueva faceta de uno de los personajes más queridos de la franquicia: Mufasa: El rey león. «Cuando piensas en él, Mufasa era el padre y el rey perfecto. Lo que han escrito es tan sorprendente y diferente... Además, para él, la historia desentraña uno de los grandes misterios de la saga: «No puedes evitar preguntarte por qué Mufasa y Scar se odiaban tanto. ¿Cómo llegaron a eso?».

El compositor resalta que, de alguna forma, el éxito de los musicales en la gran pantalla es volátil. «Siempre va a haber olas: su popularidad bajará y subirá, pero en 2021, cuando volvieron a llenarse las salas después de la pandemia, se proyectaron un montón de musicales buenos a los que no les fue bien. Pero, incluso, cuando piensas en la película con más éxito del año pasado, Barbie, ¡era un musical!», ríe Miranda.

Para el protagonista de Hamilton siempre estuvo claro en qué parte de esta nueva película de la saga iban las canciones. "Cuando Disney me envió el guion de Mufasa tenía curiosidad, pero, a su vez, me resultó tan fácil decir dónde iban y dónde no las canciones. Esa es básicamente mi contribución a muchas canciones», cuenta el compositor. «Lo increíble es que El rey león es un género de música en sí mismo: no sólo está la banda sonora de la película original, sino que también está la música de Broadway, las secuelas, la serie de Disney +, La Guardia del León... Conocemos su sonido, conocemos su vibe», explica Lin-Manuel en un spanglish macarrónico.

En esta ocasión, la vida de Mufasa entrelaza con la historia de su nieta, Chiara, a la que se dirigen los ya míticos Timón y Pumba: «Mantenemos la comedia de Seth Rogen y Billy Eichner. Toda la historia está repleta de capas. Además, trabajar con estos personajes que conozco súper bien... Bueno, que creía que conocía, pero que he vuelto a descubrir, para mí era emocionante. Y gocé tanto escribir para Rafiki porque es un personaje tan raro... Vive en su propio mundo; a mí me encanta eso», se explaya.

Con una Gran Vía burbujeante, con musicales cada vez más potentes, Lin-Manuel Miranda recuerda haber conocido la escena de musicales de nuestro país: «Viví en Madrid tres meses con mi esposa cuando ella estudiaba derecho. Vi Chicago en español, conocí al hombre que estaba corriendo Broadway World Spain y conocí un montón de gente increíble por allá por entonces. Y, fíjate, yo estaba escribiendo Hamilton y Bring it on... Era 2009. Me encantaría volver ahora que tengo hijos.

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