El liderazgo es un elemento fundamental para el éxito de cualquier equipo u organización. La forma en que un líder dirige, motiva e interactúa con los miembros del equipo puede marcar la diferencia entre alcanzar los objetivos propuestos o quedarse corto en el intento. En este artículo, exploraremos los principales tipos de liderazgo y cómo cada uno de ellos influye en la dinámica del equipo y en la toma de decisión.
¿Qué es el Liderazgo?
El liderazgo se asocia a la consecución de resultados, al seguimiento voluntario o gustoso de las indicaciones del líder y a conductas éticas. Un líder es aquel que dispone de poder para que sus órdenes sean obedecidas y también a quien tiene autoridad moral para que otros sigan sus orientaciones. La palabra ‘Liderazgo’ solemos asociarla a cualidades positivas:
- La consecución de resultados: el liderazgo ha de ser efectivo.
- El seguimiento voluntario o gustoso de las indicaciones del líder.
- El uso de procedimientos honestos y respetuosos con la dignidad de las personas.
- En el caso de la empresa, respeto a clientes, empleados, proveedores, accionistas y comunidad del entorno.
Cuando un líder se salta la ética en beneficio personal o de la organización que dirige, nos chirrían los oídos. El liderazgo implica buenas prácticas, juego limpio, responsabilidad social.
Estilos de Liderazgo Empresarial Más Utilizados
En efecto, no todos los líderes utilizan las mismas técnicas para llevar adelante sus tareas. Jeff Bezos no es Mark Zuckerberg, ni mucho menos Amancio Ortega. De esta forma, un estilo de liderazgo define el modus operandi de los diferentes tipos de líder. A continuación, los diferentes estilos de liderazgo empresarial más utilizados en la actualidad para liderar y motivar equipos en las organizaciones.
1. Liderazgo Democrático o Participativo
El liderazgo democrático, también conocido como liderazgo participativo, involucra a los miembros del equipo en el proceso de toma de decisión. Este tipo de liderazgo destaca por propiciar la colaboración, el trabajo en equipo, la comunicación interna y el desarrollo de nuevas habilidades. Este es uno de los tipos de liderazgo empresarial que mayor grado de involucración y satisfacción genera entre los empleados.
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Antes de adoptar una decisión, el líder pide la opinión de todos los implicados, la escucha y tiene en cuenta. Deja que los empleados decidan más sobre sus funciones y tengan las suficientes competencias para tomar decisiones. Este sistema facilita crear equipos flexibles y responsables, pero se adapta mal al carácter de profesionales que esperan que sea el jefe quien establezca las pautas.
El único hándicap que tiene este estilo de liderazgo es que suele requerir más tiempo a la hora de tomar decisiones.
2. Liderazgo de Coaching (Entrenador)
Para llevar a cabo un estilo de liderazgo de coaching o entrenador, es fundamental contar con un líder-coach. Este tipo de líder debe ser creativo, colaborativo y también debe saber delegar, incentivando la autonomía al trabajador. Pone el foco no en las tareas diarias sino en acompañar a los empleados en su desarrollo personal: ayudarles a encontrar sus puntos débiles y fuertes. Invierte en la capacitación del equipo, muestra interés genuino por cada uno de ellos, permite equivocarse y fomenta la retroalimentación. Desventaja: exige mucho tiempo.
Este tipo de liderazgo funciona especialmente bien cuando los trabajadores son conscientes de que poseen ciertas debilidades y quieren mejorarlas para incrementar su desempeño. Sin embargo, hay casos en los que los empleados muestran reticencias a la hora de formarse y cambiar el modo en el que trabajan.
3. Liderazgo Afiliativo
Con el liderazgo afiliativo se impulsan buenas relaciones entre los diferentes trabajadores, generando así un clima positivo y colaborativo. Este líder destaca por su carisma y es ideal para el comienzo de un nuevo equipo o en momentos de crisis para apaciguar el ambiente. Favorece las relaciones personales y la confianza entre los colaboradores. Eficaz cuando los colaboradores acaban de sufrir excesivas presiones o han perdido autoestima.
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No obstante, este tipo de liderazgo puede ser perjudicial; ya que en ocasiones el líder antepone esas buenas relaciones, olvidándose de los objetivos y de la productividad de la empresa. Abusar de este estilo, o no dedicar a las personas el tiempo necesario, puede disminuir la productividad y causar desconcierto.
4. Liderazgo Directivo
Dentro de estos principales estilos de liderazgo empresarial más comunes, tampoco podía faltar el liderazgo directivo. Su cometido es generar estructura en la empresa; de hecho, se suele emplear cuando el resto de miembros no cuentan con experiencia previa.
5. Liderazgo Capacitador o Formador
Por su parte, el liderazgo capacitador o formador es aquel que establece unas metas en el equipo, fomentando el desarrollo profesional entre los distintos miembros.
6. Liderazgo Laissez-faire
Por su parte, en 1939, Lewin también presentó su propia teoría sobre el estilo del liderazgo empresarial. En otras palabras, se trata de este estilo de liderazgo en el que el líder confía plenamente en los trabajadores, dejando que estos trabajen motu proprio. El liderazgo laissez-faire se basa en otorgar total libertad al equipo para tomar sus propias decisiones.
El término francés laissez-faire procede del francés y en español significa “dejad hacer”. Fue formulado por Lewin en 1939 y es una modalidad extrema del liderazgo democrático basado en la no intervención del líder. De hecho, es un modelo no intervencionista que brinda a los empleados libertad total de acción.
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El problema está en que un estilo de liderazgo tan extremo como este solo da buenos resultados en casos muy particulares, ya que los trabajadores han de cumplir con unos requisitos muy altos. Por ejemplo, han de destacar sobremanera en términos de competencia, responsabilidad, habilidad y cualificación.
7. Liderazgo Autoritario o Autocrático
El liderazgo autoritario, también conocido como liderazgo autocrático, se caracteriza por un alto control sobre el equipo. El liderazgo autoritario o liderazgo autocrático se caracteriza por un control absoluto por parte del líder, quien toma todas las decisiones sin consultar al resto del equipo. Es positivo a la hora de tomar decisiones, ya que la responsabilidad recae únicamente en una persona.
El líder autocrático no desea que los trabajadores realicen sugerencias, sino solo que obedezcan sus órdenes al pie de la letra sin hacer preguntas. Este tipo de liderazgo es muy negativo para la innovación, la creatividad y la colaboración entre las personas, por lo que solo se recomienda cuando los integrantes de la empresa o equipo carecen de experiencia y es necesario tomar decisiones lo más rápido posible.
Sin embargo, este estilo de liderazgo puede presentar algunos problemas. A largo plazo, puede generar un clima laboral poco recomendable, con desmotivación entre los colaboradores y falta de cohesión en el equipo.
8. Liderazgo Burocrático
Asimismo, el estilo del liderazgo burocrático despunta por la rigidez, la precisión y la concreción de las normas impuestas para la organización empresarial. Su carisma o falta de él no le preocupa porque dirige a su equipo en base a unas reglas que deben seguirse a rajatabla para alcanzar unos objetivos. Su religión es la eficiencia y suele garantizar un trabajo de calidad.
9. Liderazgo Transaccional
El liderazgo transaccional se basa en un sistema de recompensas y sanciones para motivar al equipo. El liderazgo transaccional es el opuesto al liderazgo transformacional.
Aquí hablamos de una simplificación del liderazgo autocrático. De hecho, es habitual que se combine con otros modelos. La gran ventaja de este modelo es que ofrece objetivos cuantificables, específicos y perfectamente medibles en el tiempo, por lo que los empleados siempre saben cómo debe ser su rendimiento.
10. Liderazgo Transformacional
El liderazgo transformacional se centra en inspirar y motivar al equipo para que superen sus propios límites y alcancen metas ambiciosas. El líder transformacional inspira, pero a su vez se siente apoyado por algunos de sus empleados.
Como su propio nombre indica, este tipo de liderazgo trata de conseguir la transformación del equipo o del conjunto de la empresa. En este sentido, la labor del líder es empoderar a los miembros del grupo para ayudarles a colaborar mutuamente en armonía. Está demostrado que el liderazgo transformacional se traduce en una mayor retención de talento motivada por más elevadas cotas de implicación.
El líder cree que la transformación de la empresa sólo es posible a través de las personas. Fomenta la participación creativa de los trabajadores, confía en ellos, se preocupa por ellos, les motiva e inspira. El líder asume riesgos.
Otros Estilos de Liderazgo
Además de los estilos mencionados, existen otros enfoques de liderazgo que pueden ser efectivos en diferentes contextos:
- Liderazgo Positivo: Fomenta un buen clima de trabajo a través del ejemplo y la promoción de la positividad.
- Liderazgo Carismático: Inspira y motiva a los subordinados, pero requiere recompensas adecuadas y un trato consistente.
- Liderazgo Liberal: Delega responsabilidad total a los colaboradores, requiriendo una supervisión adecuada.
- Liderazgo Paternalista: Ofrece confianza y consejo, pero puede desincentivar el criterio propio de los empleados.
- Liderazgo Inclusivo: Promueve la diversidad y la inclusión en el equipo.
- Liderazgo Situacional: Adapta el estilo de liderazgo según la situación y las necesidades del equipo.
¿Cómo Ser un Buen Líder?
Un buen líder es capaz de guiar una empresa hacia el éxito, teniendo presentes diversas acciones y estrategias corporativas para alcanzar su propósito. Un buen líder se convierte en un ejemplo para los demás. Para ello, ha de ser una persona honesta, íntegra y transparente. Lo es porque sabe escuchar de forma activa y transmitir sus ideas y su visión. No solo se hace entender, sino que también convence a quienes le siguen para que las pongan en práctica.
Además, un buen líder se muestra comprometido con el proyecto, lo que no es fácil en los tiempos que corren. También es optimista ante la adversidad, trata de aprender de forma continua y sabe adaptarse a los cambios.
Factores que influyen en la elección del estilo de liderazgo
Hay muchos estilos posibles de ejercer el liderazgo. Depende de varios factores:
- Las cualidades personales de quien ostenta del poder o, sin tenerlo, asume una misión a la que quiere implicar a otras personas.
- Las características de los subordinados o seguidores y el tipo de dependencia que tienen respecto al líder y la organización.
- Las circunstancias del momento.
Las circunstancias, el mercado, los problemas concretos y los distintos actores que operan son los factores que harán inclinar la balanza hacia un lado u otro.
Enfoque de Goleman
Daniel Goleman, autor de Inteligencia emocional, sostiene que los líderes desarrollan competencias como autoconocimiento, autocontrol, motivación, empatía, relacionarse bien con los demás… Todos tienen ventajas y desventajas. Su eficacia dependerá en gran modo del contexto de aplicación. Según el modo en que cada uno las combine, y dependiendo de las circunstancias, resultan seis tipos o estilos de liderazgo, que también pueden operar simultáneamente:
- Liderazgo coercitivo o autoritario: ‘Haz lo que yo te ordeno’. Útil en situaciones de crisis y desconcierto. Si se prolonga en el tiempo, causa desmotivación y fuga de talento.
- Liderazgo visionario u orientativo. ‘Ven conmigo’. El líder define y explica la misión de la organización o del equipo y deja libertad sobre el modo de conseguirla. Muy apropiada cuando los colaboradores son expertos que en lo suyo saben más que el jefe. Puede no funcionar con personas con poca iniciativa.
- Liderazgo democrático o participativo. ‘¿A ti qué te parece?’ Antes de adoptar una decisión, el líder pide la opinión de todos los implicados, la escucha y tiene en cuenta. Deja que los empleados decidan más sobre sus funciones y tengan las suficientes competencias para tomar decisiones. Este sistema facilita crear equipos flexibles y responsables, pero se adapta mal al carácter de profesionales que esperan que sea el jefe quien establezca las pautas.
- Liderazgo coach, capacitador o formativo. ‘Inténtalo’. Pone el foco no en las tareas diarias sino en acompañar a los empleados en su desarrollo personal: ayudarles a encontrar sus puntos débiles y fuertes. Invierte en la capacitación del equipo, muestra interés genuino por cada uno de ellos, permite equivocarse y fomenta la retroalimentación. Desventaja: exige mucho tiempo.
- Liderazgo afiliativo. ‘Las personas son lo primero’. Favorece las relaciones personales y la confianza entre los colaboradores. Eficaz cuando los colaboradores acaban de sufrir excesivas presiones o han perdido autoestima. Abusar de este estilo, o no dedicar a las personas el tiempo necesario, puede disminuir la productividad y causar desconcierto.
- Liderazgo timonel, imitativo o ejemplarizante. ‘Haz lo que yo espero sin necesidad de que te lo cuente’. El líder marca el rumbo de la organización y lo corrige y señala la velocidad de crucero. Predica con el ejemplo. Excelente para colaboradores bien capacitados y motivados. Para algunos, la alta exigencia puede resultar abrumadora.
Tipos de liderazgo en empresas españolas
Recientemente, Infojobs identificó cinco tipos de liderazgo en las compañías españolas:
- Liderazgo transformacional, centrado en el capital humano a la hora de promover el cambio que busca “y por eso les valora, les invita a participar y les motiva”.
- Liderazgo democrático o participativo, caracterizado “por crear entusiasmo entre los trabajadores al priorizar su participación, así como por promover el diálogo para tener en cuenta las opiniones del grupo”.
- Liderazgo laissez-faire, un estilo “de no intervención y falta de feedback regular, con un líder que solo interviene cuando es necesario y opina que los empleados con experiencia y motivación necesitan menos supervisión para ser productivos”.
- Liderazgo transaccional, basado “en procesos de intercambio entre los líderes y sus seguidores; estos últimos reciben premios por su desempeño y el líder se beneficia porque ellos cumplen con las tareas”.
- Liderazgo autocrático, en el que “se permite a los supervisores tomar decisiones y fijar las directrices sin la participación del grupo, que no les cuestionan”.
El análisis de Infojobs también desvelaba que el liderazgo autocrático es el que se estila en un 34,5% de las empresas encuestadas, pese a ser deseado tan solo por el 2,5% de los empleados. Le seguían el democrático o participativo, implementado en un 27% de los casos y deseado en un 35%; el transformacional, patente en un 16% y ansiado en un 37%; el laissez-faire, presente en un 15% y deseado en un 14,5%, y el transaccional, vigente en un 7,5% de las empresas y anhelado por un 11% de los profesionales. Otro aspecto que condiciona la visión de los profesionales es la edad, ya que mientras los más jóvenes se decantaban por el modelo democrático o participativo, los más mayores se han ido decantando por el modelo transformacional. En lo que sí coinciden juniors y seniors es en el rechazo que les ocasiona el modelo autocrático.
Otros tipos de liderazgo
En estos últimos años hemos asistido al nacimiento de otros dos tipos de liderazgo, el multiplicador y el social. Desde BTS señalan que con el primero se crean organizaciones más ágiles, con organigramas más planos y empleados más empoderados, lo que a su vez redunda y requiere de nuevas formas de hacer, pensar y relacionarse. Y aún hay más: “Los líderes multiplicadores deben convertirse en agentes del cambio, sentirse dueños de las iniciativas estratégicas definidas y capilarizarlas en toda la organización”, prosiguen desde BTS.
Por su parte, el liderazgo social responde a una tendencia al alza, sobre todo a partir de la crisis económica de 2008 y que hizo necesario que el modelo del gerente que gestiona recursos monetarios y humanos evolucionara hacia la figura del líder que dirige equipos y procesos, asegurando que todo sea económicamente sostenible.
El Líder VUCA
Nuestro presente está marcado por la digitalización y en este contexto las organizaciones necesitan líderes VUCA. En la segunda mitad del siglo XX, el ejercito estadounidense acuñó este acrónimo (Volatilidad, Incertidumbre, Complejidad, Ambigüedad) para reflejar un escenario caracterizado por la inestabilidad. Y ese es el escenario, un entorno complejo marcado por una oleada de cambios surgidos de la revolución digital y la irrupción de los millennials, en el que hoy se mueven las empresas.
La figura del líder en la historia ha evolucionado desde los líderes que basaban su poder en la fuerza hasta las formas más racionales de liderazgo actuales, como el mencionado VUCA. El liderazgo, por tanto, ha ido adaptándose a las necesidades de la época.
Ahora, la figura del líder es la de un gestor que ocupa su puesto gracias a su carisma o experiencia, que promueve una comunicación horizontal, que tiene en cuenta la opinión de su equipo y se preocupa por su bienestar y que, al tiempo, trata de minimizar el impacto de sus decisiones sobre el planeta.
Líder carismático Vs. Líder Burocrático
Al líder nato se le conoce hoy como líder carismático. Como su nombre indica, es alguien que lleva la batuta gracias a una cualidad que no puede aprenderse en los manuales. Atrae por su personalidad y su equipo lo percibe como alguien especial, buscando su constante aprobación. Los líderes carismáticos crean un ambiente positivo y consiguen que su equipo se vuelque en los proyectos.
En la otra cara de la moneda está el líder burocrático, aquel que se ciñe a las normas estrictas surgidas de la política corporativa.
Tabla Resumen de Estilos de Liderazgo
Estilo de Liderazgo | Características Principales | Ventajas | Desventajas |
---|---|---|---|
Autocrático | Control absoluto, decisiones unilaterales | Decisiones rápidas en crisis | Desmotivación, falta de innovación |
Democrático | Participación del equipo en decisiones | Mayor compromiso, mejora habilidades | Proceso de decisión más lento |
Laissez-faire | Libertad total para el equipo | Fomenta la autonomía | Requiere empleados altamente competentes |
Transformacional | Inspiración y motivación del equipo | Mayor retención de talento | Requiere líderes carismáticos |
Transaccional | Recompensas y sanciones | Objetivos claros y medibles | Puede limitar la creatividad |
Coaching | Desarrollo personal de los empleados | Mejora habilidades y desempeño | Exige mucho tiempo |
Afiliativo | Fomenta relaciones personales y confianza | Clima laboral positivo | Puede descuidar objetivos y productividad |