¿Qué tienen que ver la resonancia y el liderazgo? La resonancia es un fenómeno físico por el que el sonido puede prolongarse de un cuerpo a otro por repercusión. ¡Qué bonita palabra: repercusión! Existe una repercusión emocional entre las personas. Es imposible no repercutirnos, y tomando conciencia de la repercusión que generamos, y siendo responsables de la que queremos generar, somos capaces de cambiar realidades.
Por eso, un líder es conscientemente resonante o no está liderando, esto es: es capaz de gestionar adecuadamente sus propias emociones e inspirar a su equipo en emociones positivas o no lidera. Alguien que lidera de forma resonante inspira en las demás personas pasión por el objetivo compartido, entusiasmo y la necesaria confianza con la que hacer aflorar las mejores capacidades y generar creatividad en cada miembro de su equipo. Una líder o un líder lidera porque hace “resonar” en las personas sus emociones positivas, su propia autoconfianza y la confianza en quienes le rodean, convirtiéndose en ejemplo a seguir.
En esencia, el liderazgo resonante se refiere a un estilo de liderazgo que genera un ambiente positivo y armónico en el equipo. Los líderes resonantes son aquellos que son emocionalmente inteligentes, sintonizan con los sentimientos y necesidades de su equipo, y logran motivar e inspirar a sus colaboradores. Por otro lado, el liderazgo disonante se caracteriza por generar un ambiente de tensión y desconexión emocional dentro del equipo. Los líderes disonantes, a menudo, no consideran las emociones de sus colaboradores y pueden imponer su visión de manera autoritaria o inflexible.
El líder resonante conoce que las emociones se contagian y por lo tanto sus emociones lo hacen también como de cualquier miembro del grupo. La empatía es una competencia básica del líder resonante ya que éste ayuda a aprovechar al máximo los recursos disponibles para una mayor eficiencia en la organización. El líder resonante sintoniza con los sentimientos de las personas y los encauza en una dirección emocionalmente positiva, se conecta con sus interlocutores llegando incluso a transformar positivamente su estado de ánimo en un momento complicado.
Una parte fundamental del liderazgo efectivo es saber controlar y usar adecuadamente las propias emociones para así potenciar sentimientos positivos en los equipos que como ya se ha mencionado anteriormente a este proceso se le llama crear resonancia. Sin embargo, por muy fuerte que sea psíquica y físicamente, ningún líder está libre de volverse disonante, es decir, de generar emociones adversas en el personal. Los líderes disonantes son presa del llamado “Síndrome de Sacrificio”, que consiste en entregar más de lo que se puede. Cuando esto sucede, entran en una espiral de estrés del que es muy difícil salir.
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La resonancia emocional de quien lidera es el interesante hilo conductor del libro de 2002 de Goleman y Boyatkis: El Líder resonante crea más. En él se definen seis formas de dirigir o seis estilos de liderazgo para medir y buscar las claves de la resonancia que genera cada uno. Así es que podemos decir que un líder o una líder resonante es capaz de liderar y además sintonizar su longitud de onda. Vista así, la resonancia de quien lidera es una forma ampliada de ver el liderazgo situacional que ya teorizó Kenneth Blanchard por el que sabemos hace tiempo que no existe un estilo de liderazgo definido, sino que éste debe adecuarse a cada situación en función, sobre todo, de la actitud y la aptitud del liderado o liderada. La buena noticia es que es cuestión de práctica y de tres preguntas básicas que hacerte ante cada persona a la que lideras: ¿sabe hacerlo? ¿Quiere hacerlo? ¿Cómo le estoy repercutiendo? ¿Estás sintonizando con tu equipo?
El reconocimiento del papel que juega esta capacidad en los razonamientos y en la toma de decisiones complementa el modelo tradicional que está basado únicamente en el cociente intelectual (IQ), así añadiríamos la introducción de un cociente emocional (EQ). La palabra resonante deriva de la palabra latín resonare, que significa resonar. Es el refuerzo y prolongación del sonido mediante el reflejo, o más concretamente por vibración sincrónica.Tal y como podemos ver, este tipo de liderazgo es más que interesante. El liderazgo resonante se ha convertido en una herramienta clave para potenciar el talento de los equipos y alcanzar un éxito que perdure en el tiempo.
¿Qué es el Liderazgo?
La palabra liderazgo es un término con una gran cantidad de búsquedas en internet. El liderazgo ha sido definido y conceptualizado de muy diferentes formas en incontables publicaciones y debates a lo largo de los años. Una posible definición que a mi personalmente me gusta es el conjunto de habilidades y competencias de gestión que permiten a una persona generar influencia para que otras personas realicen ciertos comportamientos para alcanzar los objetivos marcados.
Modelos de Liderazgo
Existen diferentes modelos de liderazgo, entre ellos:
- Modelo de F. Fiedler: Desarrollado a mediados de los años 60, describe la manera en que se obtiene una alta efectividad de un grupo u organización mediante la personalidad de un líder y la situación.
- Modelo de Goleman, Boyatzis y McKee: Consiste en sintonizar con los sentimientos de las personas y encauzarlos en una dirección emocionalmente positiva. Uno de los signos de este tipo de líder es el optimismo y el entusiasmo que desprenden sus trabajadores. Estos autores consideran que hay seis estilos de liderazgo, cuatro de ellos corresponden al liderazgo resonante (visionario, coach, afiliativo y democrático), y dos de ellos al disonante (timonel y autoritario). Un buen líder es el que hace uso, con flexibilidad, de estos seis estilos en función de las circunstancias.
- Modelo que comenzó con Loden, Helgessen y Fisher: A finales del siglo pasado. Este estilo destaca las principales características en gestión de las mujeres. Aplicar este tipo de liderazgo consiste en que el líder aplica los comportamientos indicados arriba para realizar una mejor gestión.
Para D., el cuarto rasgo fundamental determina la importancia de la responsabilidad del liderazgo para el desarrollo del compromiso de la dirección hacia la seguridad. Todos estos modelos y muchos más, con una aplicación practica de ellos y las claves para alcanzar el estado Safeeling, los podrás encontrar en nuestro libro de liderazgo, centrado en la seguridad “Liderazgo para la seguridad: Consigue el equilibrio.
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Anteriormente, hemos hablado de empresas sanas y de empresas tóxicas. Integrar la visión (auténtica) en las normas, procesos y herramientas. Recalcar, en este punto, la importancia de lo auténtico. Como sucedió con los líderes de Enron, que acabaron en la cárcel y fueron de la bancarrota al fraude. Crear sistemas que alienten las prácticas de la inteligencia emocional. Por ejemplo, la plataforma de agradecimientos Chapó que puso en marcha Sanofi, para aumentar el agradecimiento en nuestro día a día.
El viejo liderazgo se fundamentaba en la dimensión funcional, que consideraba las personas como unidades intercambiables. Los líderes resonantes rompen los patrones del viejo jefe, autoritario y obsoleto, que lo tenía todo bajo control. En lugar de autoridad, buscan la excelencia a través del arte de las relaciones. Entienden que el organigrama es, en realidad, un sociograma. Los líderes resonantes saben cuándo aplicar un estilo visionario, colaborativo, afiliativo o incluso autoritario. Y entienden el éxito, más que en términos de ganancias económicas, en términos de ganancias emocionales del grupo en todo su conjunto. Este es un tipo de líder que se mueve por sus valores, y por ello son más flexibles, informales, transparentes y sinceros que los del pasado. Líderes conectados con personas y redes, líderes que contagian, líderes que desprenden entusiasmo casi sin querer. ¿Eres un líder resonante?
Hay muchas formas de liderar. Hay quien empuja, hay quien arrastra, están los que inspiran y están también los que logran resonar en toda su organización. Esta última facultad es la que define al líder resonante, una persona que hace uso de la inteligencia emocional como mecanismo para llegar al resto de los equipos de trabajo.
Decía Napoleón Bonaparte que el buen líder es un negociador de esperanzas. De algún modo, el gran estratega militar ya sabía que para movilizar al capital humano es necesario infundir positividad, confianza y aliento. Sin embargo, hemos pasado unas cuantas décadas dando relevancia y poder a líderes que ostentaban su cargo desde esa mano de hierro de ordeno y mando.
En la actualidad, este modelo ya está oxidado y no se sostiene. Daniel Goleman ya explicó a principios del nuevo milenio que es necesario dar paso a una nueva figura habilitada en el dominio y comprensión de las emociones.
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¿Cómo es el líder resonante?
Resonante. Hay palabras que inspiran y este adjetivo no solo está de moda, sino que describe una realidad que debería impregnar nuestros contextos sociales. Líder resonante es aquel que hace llegar la estela de sus conocimientos, su aplomo, su entusiasmo, el impulso creativo y su empatía. Es alguien que vibra emocionalmente y que hace llegar a los demás ese carisma y esa capacidad para encauzar al grupo a través de la inteligencia emocional.
Si lo pensamos bien, el liderazgo tiene un don casi innato para extender a toda la organización un estado emocional determinado. Pensemos en el gerente que grita y reprende a su equipo cuando está estresado.
Como diría Daniel Goleman, el mal líder es el que contagia emociones tóxicas a los demás y los invalida. En cambio, la persona resonante tiene el control en todo momento y no pierde los papeles. Es lo que le permite actuar con calma proyectando (irradiando) en los demás ese mismo equilibrio emocional.
Es gratificante e incluso enriquecedor disponer de líderes con altas competencias al más puro estilo Elon Musk. Sin embargo, de poco nos sirve tener a una figura notable dirigiendo una empresa si no crea un buen clima de trabajo. Si en la atmósfera solo habita la crítica, la presión, la voz directiva y sancionadora pocos darán lo mejor de sí para que ese proyecto prospere.
Es más, estudios como los realizados en el Gwinnett Technical College de la Universidad de Lawrence señalan que si hay algo en lo que suele fallar el liderazgo es en el manejo de las emociones, las actitudes y los comportamientos. El líder resonante se alza por tanto como alguien dotado de buenas técnicas y también de un gran cociente en inteligencia emocional. Y esto, es un cambio importante.
El líder resonante es ingeniero en esa ciencia capaz de lograr que una organización avance, prospere y se sienta orgullosa de sí misma. Son figuras que crean conciencia de grupo, que infunden confianza y compromiso para que las personas puedan desarrollarse y sacar todo su potencial.
Asimismo, son personalidades que lejos de quedarse atascados en la frustración porque las cosas a veces no van como ellos quieren, siguen alentando un enfoque resiliente y esperanzador. Por otro lado, este tipo de liderazgo hace un buen uso de la compasión. Sin embargo, con este concepto no se hace referencia a la simple bondad.
La productividad, la cultura organizacional, el clima emocional, el engagement e incluso la rotación de talentos, en un contexto de “Liderazgo Resonante”, tienen un punto de partida común: la comprensión y aceptación del otro. No desde la superficialidad del cargo que ocupa, sino desde la estructura profunda de su personalidad.
Cuando hablamos de “Biotipos de Personalidad”, no estamos encasillando personas. Estamos describiendo tendencias predominantes de comportamiento. Como toda herramienta, sirve para observar, no para encerrar. Tampoco se trata de polarizar entre buenos o malos, fuertes o débiles.
Diversos modelos de evaluación psicológica coinciden en que los estilos de personalidad pueden agruparse en cuatro grandes tendencias. Algunos los llaman DISC, otros lo asocian con estilos sociales, cerebrales o temperamentales.
Un Líder Resonante no exige que todos se parezcan a él. Un líder resonante entiende que cada persona es un "músico" distinto dentro de una gran orquesta.
El líder resonante sabe crear un clima laboral inspirador, respetuoso y empático. Además, disipa el humo del estrés para que aparezcan las mejores ideas y las personas trabajen con mayor bienestar.
El desarrollo de la inteligencia emocional es esencial para cualquier dueño de negocio que aspire a ser un líder resonante. Si tu estilo tiende a ser más duro y autoritario, considera incorporar líderes que puedan suavizar el ambiente y motivar a tu equipo.
La verdadera eficacia de un líder se pone a prueba en tiempos de crisis. Albert Einstein nos enseñó que las crisis son una oportunidad para el progreso y la innovación.
En resumen, el éxito sostenible de tu empresa depende de tu capacidad para equilibrar los estilos de liderazgo resonantes y disonantes, y de rodearte de un equipo que complemente tus fortalezas y mitigue tus debilidades.
Aplicaciones del Liderazgo Resonante
- En la Selección de Personal: Incorporar perfiles sin considerar su biotipo suele ser muy disfuncional. Un "C" en un equipo de ventas probablemente se frustre.
- En el Clima Laboral: Gran parte de los conflictos interpersonales provienen de estilos opuestos que no se entienden.
- En la Asignación de Roles: No se trata de darles a todos el mismo tipo de tareas, sino las adecuadas a su estilo dominante.
- En el Desarrollo de Equipos: Armar equipos balanceados según perfiles genera riqueza de perspectivas y mejor toma de decisiones.
Estemos atentos también a considerar que cada organización tiene un "biotipo cultural dominante”. Cuando el biotipo de un colaborador no encaja con la cultura, tarde o temprano aparece la desconexión.
Hoy, los Líderes Resonantes que marcan la diferencia no son los que solo "trabajan bien". Son los que se entrenan en saber leer los Estados de Ánimo, las Emociones, los Sentimientos y el potencial de cada miembro de su organización. No solo leen los KPIs, sino las conductas, los silencios, las emociones, las reacciones.
Vivimos en tiempos donde no alcanza con tener misión y visión. Hace falta comprensión. Y eso exige que los líderes pasen de la intuición a la interpretación. Del prejuicio a la percepción. Esta hoja de ruta es solo un primer paso. Porque no lideramos lo que gestionamos. Para crear organizaciones realmente innovadoras, capaces de sobrevivir con éxito a la Sociedad de la Innovación , es necesario fomentar nuevos liderazgos y nuevas actitudes.