El Liderazgo de Henry Ford: Características e Impacto

Henry Ford, un nombre sinónimo de innovación y éxito empresarial, fue el fundador de la Ford Motor Company. Su visión revolucionó la industria automotriz y sentó las bases de la producción en masa. Con su famoso Modelo T, Ford hizo que el automóvil dejara de ser un lujo y se convirtiera en un bien al alcance de muchos.

Primeros Años e Inspiración

Henry Ford nació en la granja de su padre en Dearborn, Michigan, el 30 de julio de 1863. En su juventud, demostró algunas de las características que lo harían exitoso, poderoso y famoso. Organizó a otros chicos para construir ruedas de agua rudimentarias y máquinas de vapor. Aprendió sobre las máquinas de vapor de tamaño completo al convertirse en amigo de los hombres que las dirigían en las fábricas. Aprendió a arreglar relojes y conoció con esto los rudimentos del diseño de la máquina. Pudo seguir los pasos de su padre y convertirse en un agricultor, pero estaba fascinado por las máquinas y tomó riesgos para perseguir esa fascinación.

En 1879 dejó la granja para convertirse en un aprendiz de la compañía de coches de Michigan, que fabricaba los vagones para ferrocarriles. Regresó a su casa en 1882, con una preferencia a trabajar por su cuenta y no para alguien más. En 1888 se casó con Clara Bryant y en 1891 se trasladó a Detroit, donde tomó un trabajo como ingeniero nocturno en la Edison Electric Illuminating Company. Ford no sabía mucho acerca de electricidad, pero vio el trabajo como una oportunidad para aprender. Era un buen alumno, y para 1896 se había convertido en ingeniero jefe de la compañía.

Innovación y el Modelo T

Con la ayuda de un equipo de amigos, hizo experimentos automotrices que culminaron en 1896 con la realización de su primer vehículo autopropulsado, el “Cuadriciclo”. Tenía cuatro ruedas de alambre que parecían de bicicleta, se conducía con un timón de barco y sólo usaba dos ruedas para el retroceso. Un segundo coche llegó en 1898 y Henry convenció a un grupo de empresarios para que lo apoyara en el emprendimiento más importante de su vida, una compañía para fabricarlo y venderlo. El primer coche de la nueva empresa, llamado “Modelo A”, fue seguido por una variedad de modelos mejorados y que se podían vender a precios económicos. Ford tenía entonces una visión que revolucionaría la industria, la de un coche “para la gran multitud”. El “Modelo T”, creado luego, fue fácil de operar, mantener y manejar por caminos accidentados.

Cuando el primer Model T salió de una fábrica de Ford en Michigan en 1908, fue una revolución. Un coche de alta calidad, fácil de conducir y asequible (el Model T llegó a costar solo 260 dólares, un precio muy razonable para la época). Los automóviles ya no eran un capricho para ricos.

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La Cadena de Montaje y el Bienestar de los Empleados

Ford no inventó el automóvil ni la cadena de montaje, pero tomó ideas y las desarrolló. Los trabajadores y encargados de las fábricas de Ford contribuyeron a la idea de la cadena de montaje móvil. Hasta entonces, el chasis estaba parado y los trabajadores se movían a su alrededor, construyendo lentamente el coche hasta finalizarlo. La cadena de montaje revolucionó la fabricación y el automóvil iba avanzando para que los distintos trabajadores desarrollaran su labor. El salario pasó de ser de unos dos dólares al día a cinco dólares. De un plumazo, la fuerza de trabajo se estabilizó, al mismo tiempo que las ventas del “Modelo T” aumentaron, ya que permitía a sus empleados comprarlos a plazo.

Esto que podría parecer un éxito a simple vista, se tradujo en un sistema con un alto coste laboral, los trabajadores abandonaban la empresa debido a factores como la monotonía de un trabajo excesivamente repetitivo, la petición de una mayor productividad a cada trabajador, etc. Ante estos factores desfavorables, Henry Ford introdujo una serie de modificaciones: duplicó el sueldo diario, redujo en una hora la jornada laboral, introdujo un tercer turno de trabajo y nuevos puestos y aceptó ciudadanos excluidos en el sector como los afroamericanos y personas con discapacidad.

Otra innovación que comenzó en las fábricas de Ford y se extendió por todo el mundo fue la semana laboral de 5 días y 40 horas.

Control y Declive

En 1919, cansado de la “injerencia” de los otros inversionistas de su compañía, Henry compró todas sus acciones y se convirtió en el único propietario de la mayor empresa automotriz del mundo. A finales de la década de 1920, incluso el propio Henry no pudo ignorar las cifras de ventas en declive. En 1927, a regañadientes, cerró las líneas de montaje del “Modelo T” y comenzó a diseñar un auto nuevo. Todos los pasos del proceso de fabricación de refinar las materias primas hasta el montaje final de éste tuvieron lugar en la gran Rouge Plant.

Luchando por mantenerse en pie durante la Gran Depresión de 1929, Ford se vio obligado a reducir los salarios y a despedir trabajadores. En 1932, a los 69 años, presentó su última gran innovación automovilista en vida, el “Motor V8”, barato y ligero. Incluso esto no fue suficiente para detener el declive de su compañía, que llegó a estar, en 1936, al tercer lugar del mercado de estadounidense, detrás de General Motors y Chrysler Corporation.

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Contribuciones Adicionales y Legado

Al iniciar la Segunda Guerra Mundial en 1939, Ford, que siempre odió las guerras, apeló para que los Estados Unidos no tomara partido en el conflicto. Henry Ford hizo importantes contribuciones a la industria de la aviación. Algunos avances de Ford en la radionavegación hicieron que hoy volar sea más seguro para todos. Ford puso los cimientos del siglo XX. La línea de montaje, que se convirtió en el modo de producción característico de esos años, con el tiempo se aplicó prácticamente para todo, desde artefactos eléctricos y mecánicos hasta comestibles y textiles.

Ford murió a la edad de ochenta y tres años, en 1947. Henry permaneció al mando de Ford Motor Company durante el resto de su vida, compartiendo responsabilidades con su hijo Edsel. Henry Ford murió en su casa, en Fairlane, Dearborn, el 7 de abril de 1947, a las 11:40 horas. Tenía 83 años. En el momento de su muerte, el río Rouge había inundado la zona causando un apagón local.

Lecciones de Liderazgo de Henry Ford

¿En qué podemos inspirarnos de Ford?

  • La importancia de la innovación: Ford no se conformó con lo existente. Su búsqueda constante de mejoras lo llevó a desarrollar la línea de montaje, un sistema que transformó la fabricación y la productividad.
  • La obsesión por el cliente: Ford siempre tuvo claro que el cliente era lo primero. Su enfoque en crear un producto accesible y duradero lo convirtió en un líder indiscutible.
  • La visión a largo plazo: Más allá de vender automóviles, Ford soñaba con un mundo más móvil y conectado. Su visión trascendió su tiempo.

En el contexto de la Excelencia Operacional y la Mejora Continua Ford nos enseña que la excelencia no es un destino, sino un viaje constante. Su legado nos inspira a:

  • Buscar siempre formas de mejorar: La línea de montaje fue solo el comienzo. Ford siguió innovando y perfeccionando sus procesos.
  • Centrarse en el valor para el cliente: ¿Qué necesitan nuestros clientes? ¿Cómo podemos superar sus expectativas?
  • Cultivar una cultura de mejora: La mejora continua debe ser parte del ADN de cualquier organización.

Henry Ford fue más que un empresario. Ford es un ejemplo del liderazgo que es estudiado desde el análisis de cómo las personas se enfrentan a casos en los que se requiere una toma de decisión urgente, y en cómo se dirige a un grupo de personas hacia la consecución de un objetivo común.

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Principios de Liderazgo de Henry Ford

Henry Ford, un ícono del emprendimiento y la innovación, nos dejó enseñanzas atemporales que trascienden su época:

  • Innovación sin ejecución es solo un sueño. Ford nos recuerda que no basta con tener ideas brillantes, sino que la verdadera diferencia la hace quien las lleva a la práctica.
  • Si hubiera escuchado al mercado, hubiera seguido el camino convencional. Ford vio más allá de lo que las personas pedían y se enfocó en lo que realmente necesitaban.
  • La calidad no es lo que haces cuando te miran, sino cuando nadie lo hace. Este principio subraya la importancia de mantener altos estándares, independientemente de la supervisión.
  • La eficiencia es lo que distingue a los que avanzan de los que se quedan atrás. Ford observó que los resultados no dependen solo del tiempo dedicado, sino de cómo se utiliza ese tiempo.
  • No hay tarea demasiado difícil, solo un cúmulo de pequeños problemas por resolver.

Estos principios, aplicados en el día a día, pueden marcar la diferencia entre un líder que inspira y uno que simplemente dirige.

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