Oración por el Liderazgo de la Iglesia Católica

La Eucaristía es el centro de nuestra fe católica, un sacramento de profundo misterio y gracia donde Jesús mismo se entrega a nosotros bajo las apariencias del pan y el vino. Sin embargo, es común sentir que a veces no tenemos las palabras adecuadas para expresar nuestra adoración y amor en estos momentos tan sagrados.

Frente al Santísimo Sacramento, nos encontramos ante un océano de misericordia y de divinidad, pero también ante nuestra propia fragilidad. Es por eso que la oración puede ser una guía poderosa para profundizar en nuestra relación con Jesús en la Eucaristía.

Oraciones para la Adoración Eucarística

Estas siete oraciones ofrecen diversas formas de acercarnos al Santísimo Sacramento, cada una con su propio enfoque de adoración, gratitud, reparación y entrega. Nos recuerdan que la Eucaristía es el corazón de nuestra fe, un sacramento lleno de misterio y gracia. Al orar con estas palabras, podemos profundizar en nuestra relación con Jesús y abrir nuestros corazones a Su amor y misericordia.

  1. Adoro te devote: Una de las oraciones más emblemáticas de la adoración eucarística, compuesto por Santo Tomás de Aquino en el siglo XIII. Este himno, lleno de profundos misterios teológicos, expresa la adoración más sincera y humilde ante Jesús en la Eucaristía. «Te adoro con devoción, Dios escondido, oculto verdaderamente bajo estas apariencias» nos invita a meditar sobre la grandeza de este sacramento, que, aunque escondido bajo el pan, es el mismo Dios hecho hombre.
  2. Acto de Fe y Adoración Eucarística: Es una oración que nos recuerda la centralidad de la Eucaristía en nuestra vida cristiana. A través de esta oración, reconocemos a Jesús como el verdadero Dios y verdadero hombre, presente en la hostia consagrada. «Bendito seáis, oh poder divino de vuestro paternal Corazón, que aunque todo lo podéis, no podíais darnos un don más precioso que este Santísimo Sacramento.» Esta frase refleja cómo la Eucaristía es el mayor regalo que Dios ha dado a la humanidad, un regalo que nos invita a vivir con gratitud y reverencia.
  3. Adoración al Santísimo Sacramento del Altar: Es una oración poderosa que nos llama a la reparación de nuestros pecados y a la entrega de nuestra vida a Cristo. En esta oración, pedimos que Jesús derrame su gracia sobre nosotros, nuestras familias, la Iglesia y el mundo entero.
  4. Oración de Santa Teresa de Lisieux: Santa Teresa de Lisieux, conocida por su profundo amor a Jesús, también dejó una hermosa oración de adoración eucarística. En esta oración, ella expresa su deseo de vivir plenamente para Jesús, de amarlo con todo su ser, y de unirse a Él como el discípulo amado, San Juan.
  5. Oración de San Ambrosio: San Ambrosio, uno de los grandes Padres de la Iglesia, también nos deja una oración que destaca la importancia de acercarnos al altar con humildad y confianza en la misericordia infinita de Dios.
  6. Oración de consagración y reparación a la Santísima Trinidad: Esta oración de consagración y reparación a la Santísima Trinidad refleja el deseo de entregarnos completamente a Dios, reconociendo que todo lo que somos y tenemos pertenece a Él.
  7. Oración de San Alfonso María de Ligorio: San Alfonso María de Ligorio, conocido por su devoción a la Eucaristía, también nos ofrece una oración profunda de adoración y gratitud.

Semana de Oración por la Unidad de los Cristianos

Esta semana, los cristianos del hemisferio norte celebramos la Semana de Oración por la Unidad de los Cristianos, uniéndonos para pedir al Señor a una sola voz que conceda el don de la unidad para su Iglesia.

Oraciones Diarias por la Unidad

  • Primer día, 17 de enero: Señor Dios, ilumina nuestro camino con la luz de Cristo que va delante de nosotros y nos guía. Ilumínanos y habita dentro de nosotros. Guíanos para que podamos descubrir el pequeño pesebre que hay en nuestro corazón, donde aún duerme la luz. Creador de la luz, te damos gracias por el don de esa Estrella perpetua, Jesucristo, nuestro Señor y Salvador. Que sea un faro en nuestra peregrinación. Sana nuestras divisiones y haz que nos acerquemos a la luz de Cristo en quien encontraremos la unidad.
  • Segundo día, 18 de enero: Dios, nuestro único refugio y fortaleza, te glorificamos porque eres recto y justo. Ante ti confesamos que muchas veces codiciamos modelos mundanos de liderazgo. Ayúdanos a buscar a nuestro Señor Jesucristo no en los palacios de los poderosos, sino en el humilde pesebre y a imitarlo en su mansedumbre. Aliéntanos para que nos vaciemos de nosotros mismos y nos sirvamos unos a otros siendo obedientes a tu voluntad. Te lo pedimos en nombre de Cristo, que contigo y el Espíritu Santo reina para siempre en la gloria.
  • Tercer día, 19 de enero: Buen Pastor, la fragmentación del pequeño rebaño entristece al Espíritu Santo. Perdona nuestra fragilidad y la tardanza en nuestra respuesta a tu voluntad. Concédenos pastores sabios según tu corazón, que reconozcan el pecado de la división, y que conduzcan a nuestras Iglesias con rectitud y santidad hasta la unidad en ti. Te lo pedimos, Señor, escucha nuestra oración.
  • Cuarto día, 20 de enero: Oh, Señor, Dios Padre nuestro, que enviaste la estrella para guiar a los Reyes Magos al encuentro de tu Unigénito; aumenta en nosotros la esperanza en ti y haznos tomar conciencia de que tú caminas siempre a nuestro lado, cuidando de nosotros. Enséñanos a ser fieles al rumbo que nos marca el Espíritu Santo, por extraño que pueda parecernos, para que así podamos alcanzar la unidad en Jesucristo, luz del mundo. Haz que nuestros ojos se abran a tu Espíritu, y reaviva nuestra fe, para que confesemos que Jesús es Señor, y así lo adoremos y nos llenemos de una inmensa alegría, como los Magos en Belén. Te lo pedimos en el nombre de tu Hijo Jesucristo.
  • Quinto día, 21 de enero: Oh, Señor, nos has sacado de las tinieblas y nos has guiado hasta Jesús. Has hecho brillar en nuestras vidas la estrella de la esperanza. Ayúdanos a estar unidos en nuestro compromiso de hacer presente tu reino de amor, de justicia y de paz, y así ser antorcha de esperanza para quienes viven en la oscuridad de la desesperación y el desencanto. Toma nuestra mano, Señor, para que podamos verte en todos los momentos de nuestra vida. Haz que te sigamos sin miedo y sin angustia. Ilumina tu luz sobre nosotros y enciende nuestros corazones para que vivamos envueltos en el calor de tu amor. Álzanos hacia ti, que te has despojado de todo por nuestro bien, para que nuestra vida te glorifique a ti, Padre, Hijo y Espíritu Santo.

La Política como Vocación al Servicio

En su videomensaje, que difunde la Red Mundial de Oración del Papa, Francisco admite que si bien «hoy la política no tiene buena fama, es mucho más noble de lo que aparenta». «Hoy la política no tiene buena fama: corrupción, escándalos, alejada del día a día de las personas». Las primeras palabras del Papa, en el mensaje que introduce su intención de oración para este mes, parecen decir lo que muchos de nosotros pensamos: que la política es un negocio sucio en manos de quienes sólo piensan en enriquecerse o alcanzar el poder. Sin embargo, a medida que pasan los segundos, queda claro que Francisco está diciendo algo diferente.

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Nos está recordando a todos que siempre es posible otro tipo de política: una «POLÍTICA con mayúsculas«, como él la llama, al servicio de la gente y, en particular, de los más pobres. Las imágenes que acompañan sus palabras intentan contar precisamente esto, alternando situaciones de vida en dos contextos diferentes: uno en el que las personas van por su cuenta (una mujer refugiada, un adulto desempleado, niños sin agua, una persona en situación de calle), y otro en el que, en cambio, han encontrado una respuesta -a veces de emergencia, a veces duradera- a sus problemas.

La política puede ser un desafío para el carácter moral de quienes participan de ella. Sin embargo, también puede ser una vocación digna de santidad y virtud. Se trata de un sentido social que supera los individualismos en favor de un todo mayor: el pueblo. Es por eso que los cristianos, especialmente los laicos, están llamados a participar de la vida política, para poder construir una sociedad más justa y solidaria. Cuando un político no deja espacio para el diálogo, la cooperación y el compromiso con la dignidad de las personas -claves que el Papa destaca en Fratelli Tutti-, no se logra el desarrollo integral de la sociedad.

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