La cultura emprendedora se define como los conocimientos, habilidades y valores necesarios para poder crear, implementar y desarrollar un proyecto determinado.
Es una manera de definir cómo debería ser un emprendedor ideal.
No sólo se trata de ideas o de capacidades, sino que todo esto se basa en una actitud favorable.
En el entorno empresarial actual, el término emprendedor ha llegado a significar más que la mera capacidad de convertir una idea en proyecto real, un plan en una empresa.
Hoy, ser «emprendedor» describe una habilidad y mentalidad caracterizada por la innovación, la creatividad y la asunción de riesgos calculados.
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Características de la Cultura Emprendedora
Existen ciertas características que definen el comportamiento emprendedor, entre las que se incluyen:
- Una predisposición a asumir riesgos.
- Una atracción por desarrollar la autonomía y la realización personales.
- Un afán de transformar y mejorar el entorno.
Habilidades Clave de un Emprendedor
Para poder llevar a cabo este proceso de manera correcta es necesario tener ciertos conocimientos y habilidades relacionadas con el mundo empresarial.
Tener cultura emprendedora significa, sí o sí, la capacidad de detectar oportunidades en el mercado y saber cómo aprovecharlas.
También está muy relacionada con los conceptos de iniciativa y proactividad.
En otras palabras, una persona emprendedora debe tener iniciativa para llevar a cabo sus propios proyectos, no buscar depender de una persona externa.
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La cultura emprendedora también está muy relacionada con la asunción de riesgos.
Cualquier iniciativa de negocio tiene una serie de riesgos asociados, lo que implica que existe la posibilidad de perder dinero.
Una persona con cultura emprendedora debería saber identificar el riesgo de una iniciativa de negocio, analizar sus posibles beneficios y saber cuándo asumir riesgos y cuando no.
También es muy importante conocer los mecanismos para reducir los riesgos asociados a una iniciativa, algo que únicamente es posible con una base sólida de márketing y administración de empresa.
Por último y posiblemente una de las características más importantes y que se considera menos relevante es la capacidad de delegar tareas.
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Un buen emprendedor es consciente de sus características, de sus puntos fuertes y puntos débiles.
Otra de las habilidades de un emprendedor tiene que ser la de crear contactos.
Necesita saber cuales son sus habilidades y a quién puede acudir para solucionar sus carencias.
Fomentando la Cultura Emprendedora
Una cultura emprendedora es lo que muchas empresas esperan lograr, aunque no es tan fácil fomentarla ni hacerla prosperar.
De hecho, una cultura emprendedora y empresarial debe cultivarse a través de acciones bien planificadas que empiezan por la definición de objetivos y el modelado, y se refuerzan con la comunicación.
Para alcanzar este objetivo, el punto de partida es el liderazgo.
La gente sigue el ejemplo de sus líderes.
Pero se trata de un equilibrio delicado.
Un lugar de trabajo demasiado autoritario desalienta a las personas a usar su propia iniciativa y sofoca los rasgos que mejoran la innovación y la productividad.
Un entorno excesivamente democrático carece de enfoque para mantener a la empresa avanzando hacia sus objetivos.
La manera más efectiva de impulsar una cultura emprendedora y empresarial es crear un entorno donde las personas puedan lanzarse a la innovación.
Hace falta empoderar a los empleados y hacer que se sientan automotivados.
A medida que los líderes empresariales se esfuerzan por aumentar la competitividad, la creación de una cultura emprendedora y empresarial se confirma como una ventaja importante.
Estrategias para Impulsar una Cultura Emprendedora
- Asegurar una buena comunicación.
- Anunciar que se está abierto a sugerencias y luego recompensar claramente a quienes generan nuevas ideas.
- Desarrollar un método claro para presentar nuevas ideas y tomar medidas.
- Recordar que la innovación solo es posible si los miembros del equipo saben que no serán penalizados si una idea falla.
Apostar por una cultura emprendedora y empresarial es el secreto para desarrollar una ventaja competitiva.
Para mantenerla, la clave está en el compromiso, eso es algo que puedes conseguir con las políticas adecuadas.
Cultura Emprendedora en la Educación
Actualmente, escuchamos hablar sobre emprendimiento educativo, fomentar espíritu emprendedor o promover la cultura emprendedora en educación.
La falta de educación emprendedora (o educación en emprendimiento) es una de las causas de que no exista cultura emprendedora.
Ser emprendedor, en la escuela, no significa montar tu propia empresa, ni querer explotar a tus trabajadores para conseguir una recompensa económica, ni se asocia con el banquero, el especulador o el aprovechado.
La cultura emprendedora se resume, así como una actitud ante la vida y constituye en sí misma un valor en todos los aspectos del alumnado.
En Epitech hemos creado un grado que tiene como objetivo preparar a nuestros estudiantes para que sean los emprendedores del futuro.
En nuestro Grado+Máster en Digital Management proporcionamos a nuestros alumnos una base sólida en márketing y ADE para que puedan gestionar empresas por su cuenta.
Nadie nace con cultura emprendedora. Es una habilidad que se desarrolla con el tiempo y la práctica a base de identificar oportunidades de mercado y asumir los riesgos necesarios.
Aun así, como se ha mencionado, la capacidad de delegar es imprescindible para cualquier emprendedor.
A pesar de esto e incluso en estos casos, una base sólida de marketing y ADE es imprescindible para cualquier emprendedor.
Aunque un experto en marketing gestione tus ventas, debes comprender qué es lo que está haciendo y cuáles son sus objetivos.
La Importancia de la Actitud Emprendedora
La Cultura Emprendedora es, sobre todo, una actitud, en la que se refleja la motivación y la capacidad para identificar oportunidades de negocio o problemas sociales y generar una propuesta de valor que se concrete en un producto que atienda una necesidad humana o en un conjunto de actuaciones que aborde un problema social.
Además, el espíritu emprendedor forma parte del talante de las personas y les permite desarrollar sus proyectos personales.
Las personas con iniciativa emprendedora que impulsan proyectos pueden localizarse en cualquier tipo de negocio y en multitud de actividades sociales.
También la poseen las personas trabajadoras por cuenta ajena, que son intraemprendedoras y que realizan propuestas para las mejoras de sus organizaciones.
Está presente en los negocios de todos los sectores, tecnológicos o tradicionales, en las empresas grandes y pequeñas, tanto en las de una sencilla estructura familiar como en las que llegan a cotizar en La Bolsa.
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