Carlos Goyanes: Biografía de un Empresario Cinematográfico y Familiar

El fallecimiento de Carlos Goyanes ha causado gran conmoción en la alta sociedad española. El empresario falleció a los 79 años en su casa de Marbella, mientras dormía, pasando unos días de vacaciones con sus hijas, Cari y Carla, y sus nietos.

Legado Familiar en el Cine

Carlos Perojo Goyanes nació el 16 de enero de 1945, perteneciendo a la realeza del cine español por línea de sangre. Carlos heredó el amor de su padre por el cine y la música, dedicando parte de su vida a la producción, aunque después diversificó sus negocios. Su padre, Manuel Goyanes, fue un productor cinematográfico clave en el éxito de numerosas películas y quien descubrió a Marisol.

A Manuel le debemos el descubrimiento de una niña llamada Pepa, que actuó con el grupo Coros y Danzas de Málaga en Madrid en 1959. Manuel Goyanes dirigió producciones como Malvaloca (1926), El barbero de Sevilla (1938) y La casta Susana (1944), además de producir Morena Clara (1954) y Pan, amor y...

También produjo las mejores obras de Juan Antonio Bardem, como Muerte de un ciclista (1955), filme que permitió a Lucía Bosé conocer y casarse con Luis Miguel Dominguín, seguido por Calle Mayor (1956) y La venganza (1958).

Marisol y Carlos: Un Romance Cinematográfico

Enseguida Manuel vislumbró el éxito en Pepa, pero se decantó por Marisol, a quien habían acogido en su casa, donde la tutelaron y la enseñaron a vestirse, comportarse en la mesa y hablar correctamente. Para compensar a su primo, le ofreció un rol a otra de sus hijas, María José Goyanes, que interpretaba a Polola, amiga de la protagonista. El filme fue un pelotazo.

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José Aguilar, biógrafo cinematográfico, destaca que "Carlos y Marisol crecieron juntos. Él la ha visto de niña, adolescente y mujer, y todo eso crea unos vínculos familiares fortísimos que después se transformaron en amor". Carlos y Marisol empezaron a encariñarse sin que nadie lo supiera. Ella estaba a punto de cumplir 14, y él tenía 17. A partir de ahí, debido a la inmadurez de ambos, rompieron ocho o nueve veces hasta que con 20 años recién cumplidos, la estrella desveló en 1968 en Lecturas que "fuimos felices mientras la relación fue secreta, después el amor se enfrió".

Según Aguilar, Carlos y Marisol "tuvieron idas y venidas y probablemente en otras circunstancias hasta su matrimonio hubiese sido distinto". Carlos se comportó como un señor. Llama la atención lo que publicó Vanity Fair hace varios años al recuperar una cita de Carlos: "En una especie de extraño noviazgo y en un momento de alza decidimos casarnos para ver lo que pasaba".

Finalmente, la despedida de soltero se hizo en la sala de fiestas Gitanillos donde el novio trabajaba como relaciones públicas. Entre los invitados se encontraban Lola Flores, Massiel y Concha Velasco. Los Goyanes estaban felices porque su gallina de los huevos de oro se había casado con uno de los suyos.

Para hacerse una idea de lo que eso significaba, José Aguilar explica que "la manera de vivir de los Goyanes siempre ha sido como la de la alta sociedad, eran la realeza del cine, tenían muchísimo dinero". Y añade Aguilar: "Que Manuel dejara de hacer todas las películas importantes, que no peliculitas, y se centrara en Marisol es más que suficiente para saber el volumen ingente de ingresos que la estrella generaba en todo el mundo en todos los niveles. Millones de dólares, sería imposible de cuantificar. Imagínate lo que sería cuando Manuel Goyanes no la cedió a los estudios Columbia de Hollywood.

En su matrimonio hubo momentos tristes, como las dificultades de Marisol para quedarse embarazada y, cuando por fin lo consiguió, tuvo un aborto. Debido a este incidente la actriz cayó en una profunda depresión. Sin embargo, se les acabó el amor y se separaron en 1972. Diferentes medios aseguran que el detonante fue una infidelidad de él con una casi aristócrata.

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El Encuentro con Cari Lapique

En 1975, Carlos conoció en una piscina de Marbella a Cari Lapique, quien junto a su hermana Miriam eran las jóvenes más bellas de la alta sociedad española. Entre Carlos y Cari hubo una química instantánea. No les dio prácticamente tiempo a tener un noviazgo. El 20 de noviembre de 1975, se casaron, en régimen de separación de bienes, en la parroquia de la Virgen Madre de Marbella ante 400 invitados. Sin duda, fue la boda del año, aunque no tan multitudinaria como la anterior porque en las calles se congregaron 4.000 curiosos.

En noviembre de 1976 nació Caritina y en mayo de 1983 lo hacía Carla. A partir de ese momento hubo un gran cambio en la vida de Carlos. El matrimonio vivió la segunda gran época de Marbella cuando árabes multimillonarios como Adnan Kashoggi controlaban la Costa del Sol. El municipio no tardó en convertirse en el lugar perfecto para desconectar, por lo que se compraron una bonita mansión en Guadalmina, la misma donde falleció el empresario.

Problemas Judiciales

Un estado de ánimo que no tardaría en desaparecer momentáneamente cuando el empresario empezó a tener graves problemas judiciales. Eso sí, al año siguiente el juez le absolvió de la acusación de tráfico de cocaína, ya que tal y como figuraba en la sentencia, "es muy evidente la notable contradicción y anormal desarrollo de las versiones testificales que lo acusaban, en contraste con el relato inmutable de los hechos ofrecidos desde el principio por el procesado.

Lo peor estaba por venir porque en 1989 el juez Baltasar Garzón le procesó por tráfico de drogas, asociación ilícita, contrabando y delito contra la hacienda pública. El segundo problema judicial de Carlos estaba relacionado con Hacienda porque en 1989 había presentado una declaración de la renta donde constaba que tenía bienes gananciales, cuando en realidad no era así. Todo ello sacudió los cimientos de la jet set y aún lo haría más cuando en 1990 estuvo cinco meses en la cárcel como presunto implicado en la Operación Mago contra el narcotráfico.

"La única entrevista que dio tras salir fue para televisión, en Antena 3, y se la hice yo", comenta Rosa Villacastín, que la obtuvo por la relación de cariño que tenían. Fueron tiempos muy duros para todos.

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Agencia A Promociones Inmobiliarias

Desde que en 1986 Carlos Goyanes fundara Agencia A Promociones Inmobiliarias, dedicada a la compraventa de bienes inmuebles de lujo, estuvo al frente hasta que en la primera década del 2000 su hija Carla empezó a tomar las riendas del negocio. Según el Boletín Oficial del Registro Mercantil (Borme), Cari Lapique fue nombrada presidenta en 2009, mientras que su esposo ocupaba el cargo de consejero.

En vida Carlos arregló todos los papeles para que Cari, Caritina y Carla no tuvieran problemas como herederas universales. El finado no tenía ninguna propiedad a su nombre, ni tan siquiera figuraba como copropietario de la mansión madrileña donde habitaba el matrimonio, ni tampoco de la de Marbella.

Vida Familiar y Legado

Desde que fuera cediendo cotas de poder en la empresa, Carlos decidió disfrutar mucho más de su familia. Aunque quería a todos con locura, sentía especial debilidad por Pedro, quizás porque había sido el primero en nacer. Según ha confesado Rosa Villacastín a EL ESPAÑOL, "Carlos siempre llevaba un collar de cuero del que colgaba algo redondo que no sé lo que significaba y eso se lo ha quedado Pedrito, su nieto mayor".

En cuanto saltó la noticia de su fallecimiento, los amigos que estaban en Marbella y alrededores no dudaron en acudir al tanatorio San Pedro de Alcántara. Se echó en falta a Isabel Preysler, íntima de Cari desde la adolescencia, pero se encontraba en la otra punta del mundo y no pudo viajar, aunque estaba previsto que se quedara unos días en casa de los Amusátegui. El pasado jueves, tuvo lugar el funeral en la capilla de la Inmaculada Concepción de Guadalmina. Carla, en un acto de gran fortaleza, destacó que "era el mejor padre y abuelo que se pueda tener".

De su relación con Cari Lapique nacieron Caritina y Carla Goyanes. Caritina está casada con Antonio Matos, con quien ha tenido a sus dos hijos, Pedro y Cari. Carla Goyanes se casó con Jorge Benguría, con quien tuvo a sus tres hijos, Carlos, Santi y Beltrán. Estos eran también un gran motor de vida para Goyanes.

La Empresa Familiar

La otra gran mujer en la vida de Carlos fue Cari Lapique, su viuda. A ella le confió la presidencia de la empresa con la que gestionan el negocio y el patrimonio familiar. Se trata de una corporación dedicada fundamentalmente al sector inmobiliario, que cuenta con un activo total de casi 1,5 millones de euros y que el año pasado tuvo un resultado positivo de 175.000 euros en el ejercicio, tal y como ha podido comprobar Vanitatis.

La empresa fue fundada en el 89, catorce años después de su boda en Marbella, en la que firmó como testigo Carmen Franco.

Datos Financieros de la Empresa Familiar

Concepto Valor
Activo Total 1,5 millones de euros
Resultado Positivo Anual 175.000 euros

Carlos Goyanes fallecía este miércoles a los 79 años en su casa de Guadalmina. La triste noticia la conocían sus amistades más íntimas a mediodía, cuando Cari Lapique se lo comunicaba aún sin procesar la tragedia.

Precisamente junto a ellos lo vimos por última vez el pasado 16 de julio, durante la celebración conjunta del cumpleaños de su nieto ‘Carlitos’ y su yerno Jorge Benguria. Fue Cari Lapique la encargada de compartir emocionada unas fotografías de los protagonistas soplando las velas en su domicilio, con sus más de sesenta mil seguidores en Instagram, ese día.

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