Círculo de Empresarios Vascos: Una Visión Detallada

El Círculo de Empresarios Vascos es una asociación empresarial de carácter privado que, durante las tres últimas décadas, se ha orientado a la generación de ideas y reflexiones empresariales.

Su objetivo es la difusión de opiniones que contribuyan a superar los principales desafíos que se le plantean a la economía vasca o al impulso de estudios y debates que faciliten la comprensión y el entendimiento del papel de la empresa y de los empresarios vascos.

El Círculo de Empresarios Vascos desarrolla sus actividades a largo plazo, desde una perspectiva empresarial y con total independencia de poderes públicos y los partidos políticos.

El Círculo de Empresarios, el Círculo de Economía y el Círculo de Empresarios Vascos han presentado en colaboración con la Asociación de Periodistas de Información Económica (APIE), la edición 2017 del Barómetro de los Círculos, que destaca las fortalezas y debilidades de la economía española.

Las entidades convocantes del Premio Reino de España a la Trayectoria Empresarial son el Círculo de Empresarios, el Círculo de Economía y el Círculo de Empresarios Vascos.

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El Barómetro presenta un conjunto de recomendaciones sobre las áreas del entorno económico y empresarial en las que deben actuar tanto las Administraciones Públicas como las propias empresas.

El Círculo de Empresarios, el Círculo de Economía y el Círculo de Empresarios Vascos en su voluntad de contribuir al diagnóstico de la situación estructural de la economía española y apostar por su proceso de transformación, presentan la segunda edición del Barómetro de los Círculos.

El Círculo de Empresarios, el Círculo de Economía y el Círculo de Empresarios Vascos, como foros independientes de asociación del empresariado y la sociedad civil, consideran primordial colaborar en la transformación de la economía española que nos brinda la crisis que está sufriendo nuestro país.

Liderazgo y Nombramientos Recientes

El presidente de Idom, Luís Rodríguez Llopis, ha sido nombrado este martes nuevo presidente del Círculo de Empresarios Vascos, asociación que agrupa a cerca de 80 presidentes, consejeros delegados, y directores generales de las principales empresas de Euskadi.

La decisión se ha adoptado en la junta general de este lobby empresarial, celebrada en Getxo (Bizkaia).

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Llopis toma el relevo de Andrés Arizkorreta, que ha estado en el cargo dos años, período habitual de los mandatos al timón del Círculo vasco, aunque éstos pueden prorrogarse un tercer ejercicio.

En 2023 el nuevo presidente fue elegido vicepresidente, nombramiento que, según la tradición de la asociación, le convertía ya en el empresario llamado a ocupar la presidencia una vez terminado el mandato de su predecesor, como así ha ocurrido.

También Arizkorreta fue vicepresidente de José Galíndez mientras éste ocupó la presidencia del Círculo de Empresarios Vascos, entre 2021 y 2023.

Este martes, la junta ha designado vicepresidente a Jon Santa Cruz, presidente de la guipuzcoana Calcinor. Salvo sorpresas, en 2027, Santa Cruz accederá a la presidencia de la agrupación empresarial vasca.

Luis Rodríguez Llopis (Bilbao, 1961) es doctor-ingeniero industrial, y ha desarrollado el grueso de su carrera profesional en la ingeniería Idom. Se incorporó a este grupo en 1985 al departamento de Ingeniería Eléctrica, y después ocupó diversos cargos hasta llegar a la dirección general. Desde 2017 está en la presidencia de Idom.

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Jon Santa Cruz Azcabide es licenciado en Derecho. Antes de llegar a Calcinor trabajó en el departamento de auditoría de PwC.

Por lo tanto, el hasta ahora vicepresidente del Círculo, Andrés Arizkorreta García asume la presidencia que deja Jose Galíndez Zubiría, quien ha permanecido en el cargo desde septiembre de 2021.

Andrés Arizkorreta García es licenciado en Economía por la Universidad Comercial de Deusto. Ingresó en Construcciones y Auxiliar de Ferrocarriles S.A. Ha sido consejero delegado y en diciembre de 2015 fue nombrado presidente de la compañía.

Es miembro de distintas instituciones y organismos oficiales, entre otros, el Patronato de la Fundación Donostia International Physics Center, el Consejo del Instituto Vasco de Competitividad y el de la Deusto Business School.

Por su parte, Luis Rodríguez Llopis es Doctor-Ingeniero Industrial por la Escuela Técnica Superior de Ingenieros de Bilbao. Su carrera profesional se ha desarrollado fundamentalmente en IDOM, donde comenzó a trabajar en 1985 en el departamento de Ingeniería Eléctrica.

Ha sido director de proyecto de encargos de muy diversos tipos, entre los que cabe destacar el Museo Guggenheim de Bilbao. Ha sido miembro de los consejos de administración de las sociedades BEAZ, Bizkaia-Xede y del centro tecnológico Labein-Tecnalia.

Perspectivas y Desafíos de la Economía Vasca

El presidente del Círculo de Empresarios Vascos, Jose Galíndez, echa por tierra la 'teoría' de diferentes gobiernos autonómicos -entre ellos el vasco- para explicar el auge de Madrid, su crecimiento y su atracción de proyectos e inversiones.

"Allí pasan cosas y no solo en el mundo profesional. Madrid tiene mucho dinamismo y no crece por la capitalidad", afirma el también vicepresidente de Solarpack y directivo del grupo inversor Beraunberri.

En este sentido, el presidente de la organización que integra a más de 70 presidentes, consejeros delegados y directores generales de las principales compañías de Euskadi, reclama a las administraciones vascas el diseño de un sistema atractivo para empresas, directivos y talento, ya que cree que el declive de personas es el que "va a tirar el PIB para abajo".

Un empresario, por lo general, ve la botella media llena, sin despreciar la situación actual novedosa respecto de las últimas décadas de inflación y tipos bajos. El mayor problema no es de ventas o facturación, es que no encontramos personas.

También, por supuesto, el nubarrón de la guerra que a todos nos afecta por la disrupción que ha supuesto en la confianza en el comercio mundial y en las líneas de suministro.

Hay una reflexión acerca de prever suministros esenciales en casos como pandemias, guerras, etc. y no solo en sanidad y energía, sino en lo imprescindible para seguir operando como país.

Al término 'glocal' no le dábamos el sentido estratégico que tiene hoy. Vuelta a pensar cuánto queremos depender de fuera y qué mínimo debemos mantener dentro de nuestro espacio de control y confianza.

No vamos a ver una recuperación como la del Covid porque veníamos de una situación muy deprimida, pero ésta es sostenida y aguantando el temporal de la inflación y los costes elevados.

Somos un territorio pequeño y también nuestras empresas lo son y compiten en un mundo de grandes, de economías de escala, donde el tamaño importa. Tenemos empresas medianas vibrantes que deberían poder crecer más, pero falta capital.

Otro reto es la atracción y retención de talento. Tenemos que estar preparados para acoger, dar la logística necesaria, recursos, etc. Y el reto de coordinación con el sistema educativo.

La empresa y la formación profesional se llevan mejor, pero la universidad y la empresa viven realidades diferentes, demandamos unas capacidades y tecnologías determinadas y la universidad produce otras. Aquí también tenemos otro gran reto.

Una empresa que quiere poner una planta se fija en el nivel de educación y ahí vamos bien, en que haya emprendimiento y vocación, y también puntuamos alto. El nivel salarial no preocupa siempre que haya una productividad detrás; pero sí el absentismo.

Las personas que miran a Euskadi y España ven unas cifras muy preocupantes. Algo que no está en las medias de nuestro entorno nos tiene que preocupar a todos: empresarios, sindicatos y trabajadores.

Otro gran problema son las relaciones laborales. En Euskadi sucede una cosa incomprensible: tenemos un sindicato que no habla y es difícil llegar a acuerdos. Y esto es un problema que frena la llegada de inversión y del que se pueden aprovechar otras regiones de nuestro entorno.

En el lado positivo, tenemos una sociedad muy ágil con una capacidad buena de adaptación; somos exigentes, pero damos resultados. En los años 80 dimos la vuelta a una situación de crisis industrial dramática y hoy tenemos una industria de renovables, alta I+D, un sector aeronáutico potente, una industria de bio salud y medicina, etc. En definitiva, un tejido industrial muy ágil.

Y contamos con unas administraciones favorables, que están atentas a las oportunidades que la industria y las situaciones le plantean. Y destaca la colaboración público-privada buena y alta, en lo que afecta a las empresas.

Más que preocuparme la pérdida de competitividad que hemos tenido hasta ahora, me preocupa la tendencia. En las ocho métricas en las que se puede medir la prosperidad, y no solo la económica, estamos muy bien, otra cosa es que otras regiones están avanzando más rápido, con el riesgo de quedarnos demasiado atrás.

Dicen que Madrid está creciendo por la capitalidad, pero crece porque tiene mucho dinamismo, allí pasan cosas y no solo en el mundo profesional. Por eso, hay que diseñar un sistema atractivo para el que viene de fuera y sus hijos y entender que esto es compatible con defender el euskera como patrimonio cultural: Suiza tiene una lengua complicada, pero es el sitio más atractivo de Europa para empresas y directivos. Y también hay que trabajar porque Euskadi sea un sitio atractivo para venir a estudiar.

Tenemos un problema demográfico serio y creo que es un reto que está en el fondo del declive de la competitividad: el declive de personas es lo que va a tirar el PIB para abajo, si no somos capaces de mantener la población y hacernos atractivos a la existente.

Las familias empresarias y la empresa en general en Euskadi tiene una fiscalidad razonable. Si tenemos que poner peros lo ponemos en Patrimonio, porque es un impuesto ridículo en términos de recaudación y asusta más que lo que recauda. Lo que perdemos en IRPF por quien no viene por Patrimonio es mucho más que lo que ingresamos.

Lo mismo con el tramo marginal para salarios muy altos: tenemos directivos solo de martes a jueves que ni pagan el IVA aquí, ni el IRPF, ni los colegios de sus hijos, ni nada.

Se están produciendo movimientos en la construcción de fondos públicos para hacer inversiones en empresas estratégicas; también están surgiendo fondos que buscan el arraigo de las compañías como fundación Artizarra, etc., ese capital privado que es de aquí y quiere invertirse aquí.

La sociedad vasca tiene buena percepción de los autónomos, de las pequeñas empresas y de los emprendedores y empieza a tener sospecha de la mediana empresa y es alérgica a la grande. Pero son las grandes empresas las que en el Covid no han bajado el pistón, tenemos que protegerlas y hacerlas más competitivas. Trabajemos por destacar el rol que hacen y la importancia que tienen para generar nuevos empresarios.

Industria Vasca: Retos y Oportunidades

«La sociedad vasca está hoy mejor que nunca, pero nos estamos quedando rezagados y Euskadi debe apostar por la industria como objetivo de país».

Ante una nutrida representación institucional y empresarial, Arizkorreta realizó un exhaustivo análisis del presente y futuro de nuestro tejido empresarial, de sus fortalezas y debilidades, de los desafíos que debe afrontar para seguir siendo competitivos en un horizonte marcado por la debilidad de la industria europea. Y en ese escenario subrayó la importancia del sector manufacturero como garantía del Estado del Bienestar y del progreso para una sociedad.

Una industria que reúne «los empleos de mayor calidad y los mejor remunerados» pero que también tiene ante sí asignaturas donde mejorar para no perder el tren de la prosperidad. Como por ejemplo, el peso que este sector tiene en el PIB de Euskadi es menor que el de hace unos años.

Sin embargo, de cada 100 euros que se generan en Euskadi, 24 corresponden a la industria, una media muy superior la del Estado. Además, de cada cinco empleos que hay en el País Vasco, uno corresponde al sector manufacturero.

Con esta fotografía general, a nadie pilla por sorpresa que este sector presente en Euskadi salarios mucho más elevados que en otros ámbitos. Se sitúan entre los 28.000 y los 54.000 euros, según sean perfiles manufactureros y o mas vinculados a la energía y mejor pagados, según datos del INE.

«La industria genera empleo estables, de calidad y mejor pagados. Pero en los últimos años ha perdido peso en el PIB de todos los países.

Algunos datos como los del Producto Interior Bruto evidencian que Euskadi «ha perdido fuelle, o dicho de otra manera, que nos quedamos rezagados», afirmó Arizkorreta.

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