Empezar un negocio no es fácil, eso te lo han dicho muchas veces. Tienes que tener la idea clara, hacer un estudio de mercado, plantear el producto o servicio, conseguir financiación, cumplir con el tema legal, sobrevivir el primer año… Si te lo planteas así, se te quitan las ganas de todo.
Pero por supuesto, hay otra forma de verlo. Ojo, que en este post no voy a decirte que montar tu empresa sea pan comido y que es para todos, pero sí que se puede montar una empresa sin sufrir. En realidad es todo lo contrario: puedes emprender disfrutando de lo que haces. Y sin correr un riesgo demasiado grande. Hoy te cuento la mejor manera de empezar un negocio… y te doy ejercicios para que te ponga en marcha ya.
Muchas veces te he hablado de los errores típicos que suelen cometer los emprendedores. Yo he vivido la mayoría de ellos y te puedo asegurar que no hacen ninguna gracia. Hay errores que te hacen perder dinero (mal) y otros que te hacen perder mucho, mucho tiempo (y creo que eso es peor). Y además cuando metes la pata te frustras, y a veces entras en una rueda de negatividad de la que cuesta salir.
Por eso, siempre agradezco cuando alguien me ha echado una mano y me ha indicado el camino a seguir. Y esto es un poco lo que quiero hacer contigo: contarte varios consejos para emprender por la vía más sencilla.
En este post no vas a encontrar fórmulas mágicas, ya sabes que yo no tengo de eso, pero sí mi top 10 de cosas que deberías tener en cuenta si quieres empezar tu empresa.
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Consejos para emprender
- Ten claro a qué te quieres dedicar.
Pues sí que empezamos bien, ¿no? Es que si no sabes a qué te quieres dedicar vas muy mal. Pues no creas, hay quien se dedica a dar tumbos porque no tiene claro lo que quiere hacer. No han encontrado su vocación, hay quien lo llama también propósito o misión.
Hay muchas personas que, una vez que montan la empresa, descubren que lo que están haciendo no les gusta o no les es rentable. Con esto no quiere decir que no puedas cambiar de opinión. Es más, todas las empresas de éxito pivotan en un momento u otro… pero se ve perfectamente cuando esos cambios responden a algo con peso o cuando ese empresario va más perdido que los calcetines al salir de la lavadora.
Para saber lo que quieres hacer deberías combinar tres factores: las habilidades que posees, los sectores que conoces y la demanda del mercado. En cuanto a habilidades, sé realista. Te puede gustar mucho cantar, pero si desafinas como una hiena, va a ser difícil que te ganes la vida con esto. Si te metes en un sector que no conoces te va a ser mucho más complicado despegar. No digo imposible, pero puedes tardar bastante tiempo en ponerte al día. Y por supuesto, puedes tener una habilidad increíble y conocer mucho el sector, pero hace falta un mercado que quiera lo que ofreces. Si no, pues también vas mal.
Lo ideal es que te sitúes en donde confluyen esos tres circulitos, si quieres que todo vaya lo más fluido posible. Así que dibuja esos tres círculos y pon en ellos por un lado lo que sabes hacer, por el otro los sectores que dominas y por el otro lado lo que crees que demanda el mercado. Si hay algún punto en el que coincidan los tres, tira por ahí.
- No vendas a todo el mundo
Esto lo digo siempre, pero es que es uno de los errores que más veo en las empresas. -¿A quién quieres vender? -Judit….¡Pues a todo el mundo, cuantos más mejor! no??? Métetelo en la cabeza: los productos generalistas ya no funcionan. Cuanto más acotado tengas el tipo de público al que quieres llegar, más fácil te será alcanzarlos y posicionarte. Es mejor vender mucho a menos gente que vender poco a mucha gente.
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Así que primero dibuja en tu cabeza a tu cliente ideal y luego crea un avatar. Ponle nombre y empieza a darle forma: qué edad tiene, en qué área geográfica vive, cuáles son sus problemas, qué es lo que necesita… Escribe todo eso y tenlo muy a mano. Cuando vayas a hacer algo piensa ¿qué pensaría de esto mi avatar?
- Estructura tu oferta
Ya sabes qué vas a hacer y a quién se lo ofreces. Ahora toca darle forma a tu oferta. Cuando presentes tu producto o servicio no hables de características, sino de beneficios y resultados. Piensa que estás vendiendo una transformación, ¿qué es lo que va a conseguir tu cliente después de comprarte?
Una vez que tengas claro cuál es el resultado que ofreces con tu producto, ponle precio. Y así es como lo tienes que presentar. Por ejemplo, si vendes un curso de cocina saludable: ¿Cuánto vale tu salud y la de tu familia? ¿Cuánto pagarías por perder esos kilos de más? Etc, etc. Recuerda: la gente no paga por un producto, paga por el beneficio que consigue con él.
Vuelve a tu papel y haz una lista con dos columnas. En la primera escribe todas las características de tu producto o servicio. Cuando la tengas, en la segunda columna intenta pasar todas esas características a beneficios. Piensa en la transformación que va a vivir tu cliente con tu producto, y ponla en palabras.
- Busca un buen nombre
Si ya has cumplido con los tres pasos anteriores, estás casi listo para salir al mercado… pero te hace falta un nombre. ¿Cómo se llama tu empresa? Puedes optar por una marca personal, como juditcatala.com o por un nombre más “comercial”, como mi agencia, que se llama Agencia XL. Incluso, como ves, ambas cosas no son incompatibles y yo tengo los dos dominios.
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Pero llegar hasta Agencia XL fue complicado para mí, di muchas vueltas hasta conseguir algo que me convenciera. Como el tema tiene miga, si quieres puedes ver este vídeo donde te explico con más calma cómo poner nombre a tu empresa o marca, y además te dejo una plantilla para ayudarte a hacerlo.
Mientras te descargas la plantilla y no, vete haciendo brainstorming. Apunta en un papel todos los nombres que se te ocurran, y también los conceptos o palabras afines que creas que describen lo que haces. Seguro que ahí sale algún hilo del que tirar.
- Haz un Business Plan
Es cierto que hay que hacer una planificación económica de la empresa, pero yo te recomiendo que no te líes ahora con esto. Hay gente que pierde meses y meses en crear un plan de negocio, y en la mayoría de los casos están perdiendo el tiempo. ¿Por qué lo digo? Te cuento un secreto: casi nada de lo que pongas ahí se va a cumplir.
Una cosa es la teoría y otra la práctica, y lo más normal es que ambas cosas no coincidan, sobre todo al principio. Si consigues una cuarta parte de lo que pone en tu business plan, ya puedes sentirte satisfecho. Así que, salvo que estés buscando financiación, que ahí sí te van a pedir un montón de requisitos, con todo súper desglosado, un plan de negocios es más una guía que otra cosa.
Insisto: no te líes. Igual con una hoja tienes más que suficiente. Y ya sabes lo que te voy a decir, ¿no? Pues claro: que empieces desde ya a rellenar esa hoja con una previsión de gastos, ingresos y objetivos a cumplir.
- Consigue financiación
Aquí viene el primer escollo grande: necesito dinero. Si has hecho bien ese plan de empresa ya sabes cuánto y en qué plazo… pero muchas veces ese “necesito dinero” es un pensamiento limitante, porque te paraliza.
¿Qué tal si te enfocas en conseguir un primer cliente? Hoy en día hay modelos de negocio muy rentables, con los que puedes facturar sin moverte de casa, o en un business center, en un coworking… con una inversión mínima puedes empezar a generar dinero ya. Si realmente necesitas financiación, entonces sí trabaja duro en el Business Plan. Y también puedes ver este vídeo donde te doy varias ideas para conseguir dinerito para tu emprendimiento.
¿Ya lo tienes claro? Retoma la hoja que has hecho en el punto anterior y desglosa de dónde vas a sacar todo el dinero que necesitas, y cuánto te falta para conseguirlo.
- Cumple con la ley
Permisos, impuestos, licencias… como empresario hay cantidad de burocracia que debes hacer y además, la ley dice que es tu responsabilidad estar al día. Ya sabes: la ignorancia de la ley no exime de su cumplimiento. Quizá deberíamos leer todos el BOE cada día, o el boletín del estado como se llame en tu país, pero como eso no va a pasar, lo mejor que puedes hacer es escoger a un buen asesor que te informe de tus obligaciones y te quite el papeleo de encima.
Ahora vienen tus tareas: pregunta a tus conocidos si pueden recomendarte una gestoría o googlea para encontrar una online.
- Crea un producto mínimo viable
Esto tiene mucho que ver con Lean Startup, un modelo que yo uso muchísimo porque me parece súper útil. La idea es que no tiene sentido invertir tiempo, esfuerzo y dinero en algo que no sabes si va a funcionar o no. Para eso igual te sale más a cuenta jugar a la lotería.
Lo mejor que puedes hacer es crear un producto mínimo viable, una especie de prototipo que puedas lanzar al mercado para ver si realmente es una buena idea y tiene salida. Para eso céntrate en conseguir ese primer cliente, y a partir de ahí viene todo lo demás. Ya tendrás tiempo de crecer y mejorar lo que haga falta. Si te interesa saber más sobre Lean Startup, es algo que ya he contado en profundidad en un vídeo, así que puedes echarle un vistazo haciendo click aquí.
Así que piensa: ¿qué es lo básico, básico que necesitas para poder presentar una oferta a un cliente? Párate un momento a escribir qué cómo sería ese producto mínimo viable. Si ya lo tienes, fantástico. Si no, crea una lista con las tareas que te faltan para tenerlo listo lo antes posible. Bien, ya tienes el producto, el nicho, la oferta, el dinero… ¡vamos a vender!
- Crea un plan de marketing
Una vez que lo tienes todo más o menos pensado, toca lanzarse al mercado. ¿Cómo te vas a dar a conocer? El marketing es un mundo, y sobretodo el marketing online ha multiplicado las posibilidades de llegar a tu público objetivo. Esto tiene su parte buena, que es que darse a conocer es mucho más accesible, porque antes tenías que invertir muchísimo dinero, por ejemplo, en un anuncio de televisión.
Escoge un objetivo factible y vete a por él. Por ejemplo, quiero conseguir tantos leads con tráfico orgánico en tanto tiempo. Pues venga, a por ello: desglosa esto en tareas y ve tachando de la lista. Si no tienes muchos medios o un equipo detrás, no seas demasiado ambicioso en tus objetivos a corto plazo, porque te vas a quemar. Intenta ir consiguiendo pequeñas metas que te animen.
- Fórmate
Igual que aprendemos un idioma nuevo, si eres neófito en los negocios debes formarte. Si lo haces tu solo -que también puedes- vas a meter la pata una y mil veces. No te digo que no puedas crear una empresa de éxito sin tener ni idea, pero te aseguro que como poco vas a tardar el doble de lo normal. Aprender en modo prueba error-es posible, pero es muy cansado. Yo lo intenté y me arruiné completamente pero bueno, aquí estoy, así que conseguí remontar.
Ser joven no es un impedimento
Ser joven no debería resultar un inconveniente a la hora de emprender, sobre todo, en un sector como el tecnológico, en el que las historias de éxito vividas por emprendedores de corta edad son ya muy abundantes. Lo son en Estados Unidos donde no podemos olvidar que los fundadores de Google, Larry Page y Sergey Brin, iniciaron su empresa con sólo 23 años; más o menos la misma edad en la que Steve Jobs lanzó Apple, 22 años. Ejemplos que podríamos apuntar también en España donde un joven Carlos Barrabés, con apenas 18 años, lanzaba el portal de esquí y alpinismo más popular de nuestro país.
¿Otras empresas exitosas lanzadas por gente muy joven? Pues ahí está Social Point, un líder mundial en juegos para móviles, que acaba de ser vendida por unos 215 millones de euros y fue fundada por Andrés Bou y Horacio Martos cuando estos tenían apenas 23 años. Otra es Libelium, una líder en sensores online, lanzada por dos estudiantes, Alicia Asín y David Gascón, cuando tenían 24 años. Tampoco Meinrad Spenger, el fundador de MásMóvil, que se ha convertido en una de las principales operadoras de telecos independientes, era muy mayor que digamos cuando fundó la empresa. 30 años.
Pese a esta ristra de éxitos -estos ejemplos son apenas una muestra-, nada casuales, sino producto de la facilidad con que los llamados ‘nativos digitales’ se mueven en Internet y en el mundo tecnológico, el ser muy joven a la hora de emprender sigue representando un fuerte obstáculo, que hay que sortear con habilidad.
Pese a la desconfianza, existe ya una amplia nómina de startups tecnológicas, fundadas por jóvenes, Google por ejemplo, que han triunfado, lo que lleva a la gran pregunta. ¿Qué han hecho estos emprendedores de menos de 30 años para lograr credibilidad y ser tomados en serio?
Resultados demostrables lo antes posible
Soriano cree que es básico “aportar credibilidad a través de las métricas de la startup”. En su opinión, cualquier proyecto de este tipo “tiene que demostrar que ya está teniendo tracción en el mercado”. Lo que conviene no perder de vista, coinciden todos los expertos, es que la naciente empresa tiene que demostrar que puede ser rentable y obtener beneficios del mercado, no de las subvenciones.
En España hay un elevado grupo de startups que sobreviven gracias a todo tipo de ayudas. Los expertos consideran esto tan importante que los jóvenes emprendedores no deben esperar a que su servicio o producto sea ‘perfecto’, sino que lo primero que tienen que hacer es testar su viabilidad, aún en las primeras etapas, para ir adaptando su oferta a las demandas del mercado.
Rodéate de personas de mayor edad y más experimentadas
La mayor parte de los expertos coinciden en que un equipo totalmente formado por jóvenes de 20 o 25 años tiene muy escasas posibilidades de afirmarse ante inversores, proveedores o clientes. ¿Cómo saltarse este problema? Sencillo.
Algunas startups han resuelto esta carencia integrando a algunos de los inversores en el consejo, estableciendo un comité de asesores o fichando algunos ejecutivos de prestigio para su dirección ejecutiva, o, al menos, (ya que suelen ser caros) como asesores. Álvarez de Lara llama la atención en la necesidad de que los jóvenes emprendedores “creen un equipo equilibrado y compensado, en edad, experiencia y capacidades, con personas que se complementen”. Soriano, del IE, resalta aquí también la importancia del networking,“que puede ser muy relevante si se sabe usar bien.
Si algo no debe hacer ningún iniciador de una startup, y menos aún si es muy joven, es ir de ‘lobo solitario’.
Claves para el éxito según Paul Graham
Necesitas tres cosas para crear una startup exitosa: empezar con buena gente, hacer algo que los clientes realmente quieran, y gastar lo menos posible. La mayoría de las startups que fracasan lo hacen porque fallaron en una de estas cosas. Y eso es muy emocionante, cuando piensas en ello, porque las tres son factibles. Difíciles, pero factibles. Y dado que una startup que triunfa normalmente hace ricos a sus fundadores, eso implica que hacerse rico también es factible.
Si hay un mensaje que me gustaría hacer llegar acerca de las startups, es ese. En particular, no es necesario tener una idea brillante para iniciar una startup. La forma en que una startup hace dinero es ofreciendo a las personas una mejor tecnología a la que tienen ahora. El plan de Google, por ejemplo, era simplemente crear un sitio de búsqueda que funcionara. Tuvieron tres nuevas ideas: indexar más de la Web, usar vínculos para clasificar los resultados de búsqueda y tener páginas web limpias y sencillas con anuncios basados en palabras clave que no fueran muy invasivos. Por encima de todo, estaban determinados a hacer un sitio que fuera bueno de usar. Sin duda, hay grandes trucos técnicos en Google, pero el plan general era sencillo.
No temas pivotar y cambiar de rumbo
Otra señal de lo poco que vale la idea inicial es el número de startups que cambian su plan sobre la marcha. El plan original de Microsoft era hacer dinero vendiendo lenguajes de programación, de entre todas las cosas. Las ideas para startups valen algo, sin duda, pero el problema es que no son transferibles. No son algo que se podría entregar a otra persona para ejecutarlo. Lo que importa no son las ideas, sino las personas que las tienen.
Rodéate del equipo adecuado
Uno de los mejores trucos que aprendí durante nuestra startup era una norma para decidir a quién contratar. ¿Podrías describir a la persona como un animal? Esto puede ser difícil de traducir a otro idioma, pero creo que todo el mundo en los Estados Unidos sabe lo que significa. Casi todos los que trabajaron para nosotros eran unos animales en lo que hacían. La mujer a cargo de las ventas era tan tenaz que me sentía mal por los clientes potenciales al teléfono con ella. Si piensas en personas que conoces, encontraras que hacer la prueba del animal es fácil de aplicar. Llama la imagen de la persona a la mente e imagina la frase "fulano de tal es un animal." Si te ríes, no lo son.
Lo que no podíamos soportar eran personas con mucha arrogancia. Cuando los nerds son insoportables por lo general es porque se están esforzando demasiado en parecer inteligentes. Pero mientras más inteligentes son, menos presión sienten para aparentarlo.
Como la mayoría de startups, la nuestra comenzó con un grupo de amigos, y fue a través de contactos personales que conseguimos la mayoría de las personas que contratamos. Esta es una diferencia crucial entre las startups y las grandes empresas. Ser amigo de alguien, incluso por un par de días te dará más información de la que las empresas pueden aprender en las entrevistas. No es ninguna coincidencia que las startups se inicien alrededor de las universidades, porque ahí es donde la gente inteligente se conoce.