Competencia Emprendedora: Definición, Tipos y Desarrollo

La competencia emprendedora es un concepto multifacético y en constante evolución, que se refiere a la capacidad de una persona para identificar oportunidades, asumir riesgos calculados, gestionar recursos y crear valor en un entorno dinámico y competitivo. No se trata simplemente de iniciar un negocio, sino de una actitud proactiva, innovadora y resiliente que permite adaptarse a los cambios y alcanzar el éxito a largo plazo, sea en el contexto empresarial o en cualquier ámbito de la vida.

La competencia emprendedora implica desarrollar un enfoque vital dirigido a actuar sobre oportunidades e ideas, utilizando los conocimientos específicos necesarios para generar resultados de valor para otras personas. Aporta estrategias que permiten adaptar la mirada para detectar necesidades y oportunidades; entrenar el pensamiento para analizar y evaluar el entorno, y crear y replantear ideas utilizando la imaginación, la creatividad, el pensamiento estratégico y la reflexión ética, crítica y constructiva dentro de los procesos creativos y de innovación; y despertar la disposición a aprender, a arriesgar y a afrontar la incertidumbre.

Ejemplos Concretos de Competencia Emprendedora

Antes de abordar una definición formal, examinemos algunos ejemplos concretos para ilustrar el concepto. Imaginemos a una estudiante universitaria que identifica la necesidad de un servicio de tutorías online personalizadas en su área de estudio. Ella, utilizando sus habilidades, crea una plataforma, gestiona la publicidad, recluta tutores y ofrece un servicio de calidad. Este es un ejemplo claro de competencia emprendedora.

Otro caso podría ser un empleado que, observando una ineficiencia en su empresa, propone una solución innovadora que aumenta la productividad y reduce costos, demostrando iniciativa y capacidad de gestión. Incluso, alguien que, tras perder su empleo, decide emprender un negocio propio, superando obstáculos y adaptándose a las circunstancias adversas, refleja una alta competencia emprendedora.

Estos ejemplos particulares muestran la transversalidad de esta competencia, aplicable en diferentes contextos y no limitada únicamente al ámbito empresarial tradicional. La clave reside en la capacidad de identificar una necesidad, desarrollar una solución, gestionar los recursos disponibles y adaptarse a las circunstancias cambiantes, siempre con un enfoque proactivo y orientado a la creación de valor.

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Definición de Competencia Emprendedora: Un Enfoque Multidimensional

La competencia emprendedora se puede definir como un conjunto de conocimientos, habilidades, actitudes y comportamientos interrelacionados que permiten a las personas identificar y aprovechar oportunidades, gestionar recursos, asumir riesgos de forma inteligente y crear valor, tanto para sí mismos como para la sociedad. Esta definición abarca varios aspectos cruciales:

  • Conocimientos: Incluyen la comprensión de mercados, finanzas, marketing, gestión de proyectos, etc.
  • Habilidades: Se refieren a la capacidad de planificación, organización, comunicación, negociación, resolución de problemas, liderazgo, etc.
  • Actitudes: Entusiasmo, proactividad, perseverancia, resiliencia, innovación, tolerancia al riesgo, etc. son fundamentales.
  • Comportamientos: La toma de iniciativa, la búsqueda de información, la colaboración, la adaptación al cambio, etc., son acciones concretas que reflejan la competencia emprendedora.

Es importante destacar que la competencia emprendedora no es un rasgo innato, sino que se desarrolla y perfecciona a través de la experiencia, la formación y la práctica. Es un proceso continuo de aprendizaje y adaptación.

Tipos de Competencia Emprendedora: Más Allá de la Creación de Empresas

Si bien la creación de empresas es una manifestación prominente de la competencia emprendedora, esta se manifiesta de diferentes maneras. Podemos identificar varios tipos:

  • Emprendimiento empresarial: Creación de nuevas empresas y negocios.
  • Emprendimiento social: Creación de iniciativas con impacto social positivo, buscando resolver problemas comunitarios.
  • Emprendimiento corporativo: Innovación e iniciativa dentro de una organización ya establecida.
  • Emprendimiento individual: Desarrollo de proyectos personales con un enfoque emprendedor, sin necesidad de crear una empresa formal.

Cada tipo de emprendimiento requiere un conjunto de habilidades y conocimientos específicos, aunque todos comparten la esencia de la proactividad, la innovación y la creación de valor.

Estrategias para el Desarrollo de la Competencia Emprendedora

El desarrollo de la competencia emprendedora requiere un enfoque integral que combine la formación teórica con la práctica y la experiencia. Algunas estrategias clave incluyen:

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  • Formación específica: Cursos, talleres y programas de formación en áreas como gestión empresarial, marketing, finanzas, innovación, etc.
  • Mentoring y coaching: Acompañamiento de personas con experiencia en emprendimiento que guíen y apoyen el desarrollo de las habilidades.
  • Networking: Conexión con otros emprendedores, inversores y profesionales para intercambiar experiencias y oportunidades.
  • Experiencia práctica: Participación en proyectos emprendedores, voluntariado, prácticas en empresas, etc., para adquirir experiencia real.
  • Desarrollo de la resiliencia: Capacitación para afrontar los fracasos y los desafíos como oportunidades de aprendizaje.
  • Pensamiento crítico y creativo: Desarrollo de la capacidad de analizar situaciones, identificar problemas y generar soluciones innovadoras.

Implicaciones de la Competencia Emprendedora: Aspectos Individuales y Sociales

La competencia emprendedora tiene importantes implicaciones a nivel individual y social. A nivel individual, promueve el desarrollo personal, la autonomía, la independencia económica y la satisfacción profesional. A nivel social, fomenta la innovación, la creación de empleo, el crecimiento económico y la resolución de problemas sociales. Una sociedad con una alta tasa de competencia emprendedora es una sociedad más dinámica, innovadora y resiliente.

Marcos de Competencias Emprendedoras

Para comenzar, es importante comprender que un marco de competencias emprendedoras es una herramienta que define las habilidades, conocimientos, actitudes y comportamientos esenciales que una persona necesita para crear, liderar y escalar un negocio con éxito. Estos marcos no son listas abstractas, sino guías prácticas que ayudan a orientar el desarrollo personal y profesional de quienes emprenden. Permiten estructurar planes de formación, procesos de selección de equipos y estrategias de crecimiento, con base en las capacidades reales que requiere cada etapa del emprendimiento.

Algunos de los marcos más utilizados a nivel mundial son:

  • EntreComp (European Entrepreneurship Competence Framework): Propone 15 competencias clave, organizadas en tres áreas: Ideas y oportunidades, Recursos y Puesta en acción.
  • ET&A (Effectual Thinking & Action) - Babson College: Enfatiza el “aprender haciendo” y el pensamiento de efecto, útil en entornos de alta incertidumbre.
  • Disciplined Entrepreneurship - MIT: Presenta un enfoque técnico y riguroso, ideal para startups innovadoras que quieren escalar con procesos bien definidos.

Competencias Clave Según Diferentes Metodologías

Diversas investigaciones coinciden en que las competencias necesarias para ser una persona emprendedora dependen del contexto económico y social en el que esta se mueva, por lo que es difícil especificar cuáles son.

Metodología Competencias Clave
EntreComp (Comisión Europea) Ideas y oportunidades
Recursos
Pasar a la acción
Empretec (Organización de las Naciones Unidas) Búsqueda de oportunidades
Persistencia
Búsqueda de información
Cumplimiento de los compromisos
Riesgos calculados
Fijación de objetivos
Calidad y eficiencia
Planificación y seguimiento
Persuasión y contactos
Independencia y autoconfianza

Como señalan en Educaweb, “diversas investigaciones coinciden en que las competencias necesarias para ser una persona emprendedora dependen del contexto económico y social en el que esta se mueva, por lo que es difícil especificar cuáles son. Por ejemplo, la Comisión Europea desarrolló en 2016 y 2020 el marco europeo de competencias de emprendimiento (EntreComp)) que define 3 grandes áreas competenciales relacionadas con las habilidades emprendedoras: ideas y oportunidades, recursos y pasar a la acción.

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  • Iniciativa
  • Planificación y gestión
  • Manejo de la incertidumbre/riesgo
  • Trabajo en equipo
  • Capacidad de aprender a través de la experiencia

Por su parte, la Organización de las Naciones Unidas ha creado una metodología para fomentar el emprendimiento que considera extrapolable a todas las economías: se trata de Empretec, que establece 10 competencias que toda persona emprendedora debe desarrollar. Estas han sido determinadas a partir de una investigación de David McClellan, psicólogo estadounidense y profesor de la Universidad de Harvard.

  • Búsqueda de oportunidades
  • Persistencia
  • Búsqueda de información
  • Cumplimiento de los compromisos
  • Riesgos calculados
  • Fijación de objetivos
  • Calidad y eficiencia
  • Planificación y seguimiento
  • Persuasión y contactos
  • Independencia y autoconfianza

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