La cultura emprendedora es el conjunto de valores que proporcionan a las personas las habilidades necesarias para enfrentarse de forma exitosa a los constantes cambios que se producen en nuestro entorno. Actualmente, escuchamos hablar sobre emprendimiento educativo, fomentar espíritu emprendedor o promover la cultura emprendedora en educación.
Emprender, del latín in (en) y prendere (coger) significa acometer y comenzar una obra, un negocio o un empeño, especialmente si encierra dificultad o peligro. El término está relacionado con el francés entrepreneur, que aparece a principios del siglo XVI haciendo referencia a los aventureros que viajaban al Nuevo Mundo en busca de oportunidades de vida sin saber con certeza qué esperar. En sentido económico, la palabra fue usada por primera vez por Richard Cantillón en 1755 haciendo referencia al proceso de enfrentar la incertidumbre y a la vez el riesgo.
A muchos de nosotros nos aterra este tema. Sabemos que, en ocasiones, los sueños no se hacen realidad por mucho que lo intentes. Sinceramente, algo no ha ido bien, no sé si en la escuela, en la sociedad en general o en las entidades y administraciones competentes en cuanto a la creación de empleo. Puede que sea de todo un poco. También se supone que la realidad debería ser menos hostil, que el Estado y las empresas, una vez que los jóvenes finalizasen su época de formación, tendrían sitio para todos, se ocuparían de generar empleo, que la juventud no necesitaría irse, ni viviría en la precariedad, ni desempeñaría labores de una categoría muy inferior a la suya. Suponer es gratis.
Ser emprendedor, en la escuela, no significa montar tu propia empresa, ni querer explotar a tus trabajadores para conseguir una recompensa económica, ni se asocia con el banquero, el especulador o el aprovechado. La cultura emprendedora se resume, así como una actitud ante la vida y constituye en sí misma un valor en todos los aspectos del alumnado.
La falta de educación emprendedora (o educación en emprendimiento) es una de las causas de que no exista cultura emprendedora. La metodología utilizada es la de crear una cooperativa educativa con el alumnado de secundaria, para enseñarles a todos los pasos que habría que ir dando para gestionar una empresa.
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Características de la Cultura Emprendedora
Para poder llevar a cabo este proceso de manera correcta es necesario tener ciertos conocimientos y habilidades relacionadas con el mundo empresarial. No sólo se trata de ideas o de ideas o capacidades, sino que todo esto se basa en una actitud favorable. La cultura emprendedora se define como los conocimientos, habilidades y valores necesarios para poder crear, implementar y desarrollar un proyecto determinado. Es una manera de definir cómo debería ser un emprendedor ideal.
Tener cultura emprendedora significa, sí o sí, la capacidad de detectar oportunidades en el mercado y saber cómo aprovecharlas. También está muy relacionada con los conceptos de iniciativa y proactividad. En otras palabras, una persona emprendedora debe tener iniciativa para llevar a cabo sus propios proyectos, no buscar depender de una persona externa.
La cultura emprendedora también está muy relacionada con la asunción de riesgos. Cualquier iniciativa de negocio tiene una serie de riesgos asociados, lo que implica que existe la posibilidad de perder dinero. Una persona con cultura emprendedora debería saber identificar el riesgo de una iniciativa de negocio, analizar sus posibles beneficios y saber cuándo asumir riesgos y cuando no. También es muy importante conocer los mecanismos para reducir los riesgos asociados a una iniciativa, algo que únicamente es posible con una base sólida de márketing y administración de empresa.
Por último y posiblemente una de las características más importantes y que se considera menos relevante es la capacidad de delegar tareas. Un buen emprendedor es consciente de sus características, de sus puntos fuertes y puntos débiles. Por ejemplo, un emprendedor especializado en publicidad podrá detectar oportunidades de negocio y diseñar los canales de comunicación de la marca, así como la creación de piezas específicas. Pese a esto, necesitaría delegar todas las actividades relacionadas con el SEO, la contabilidad o la selección de intermediarios a personas externas. Otra de las habilidades de un emprendedor tiene que ser la de crear contactos. Nadie nace con cultura emprendedora.
Es una habilidad que se desarrolla con el tiempo y la práctica a base de identificar oportunidades de mercado y asumir los riesgos necesarios. Pese a esto, existe una base teórica que cualquier emprendedor debería dominar: el marketing y la administración de empresas. Aun así, como se ha mencionado, la capacidad de delegar es imprescindible para cualquier emprendedor. Necesita saber cuales son sus habilidades y a quién puede acudir para solucionar sus carencias. A pesar de esto e incluso en estos casos, una base sólida de marketing y ADE es imprescindible para cualquier emprendedor. Aunque un experto en marketing gestione tus ventas, debes comprender qué es lo que está haciendo y cuáles son sus objetivos.
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En Epitech hemos creado un grado que tiene como objetivo preparar a nuestros estudiantes para que sean los emprendedores del futuro. En nuestro Grado+Máster en Digital Management proporcionamos a nuestros alumnos una base sólida en márketing y ADE para que puedan gestionar empresas por su cuenta. Disponemos de los instrumentos. Ahora, solo hace falta estar dispuestos a convertir en realidad nuestra idea. Pero con las ganas no basta.
Diez Características Clave de la Comunidad Emprendedora
- La vocación: Supone el leitmotiv de toda profesión. El entusiasmo ayuda a que el sacrificio que conlleva toda actividad profesional no implique padecimiento, sino deseo de superación. El amor a nuestra ocupación resulta fundamental en el emprendimiento.
- Inventiva: Montar una empresa requiere inventiva. La imaginación nos da alas para mostrarnos ambiciosos y captar oportunidades en lugares inhóspitos.
- Sensatez y seriedad: Llegar el primero al puesto de trabajo y marcharse el último. Además, la toma de decisiones requiere compromiso, pues tendremos que valorar las implicaciones y las consecuencias de apostar por un camino u otro.
- Tolerancia a la incertidumbre: No nos engañemos, si hay un estado continuamente presente en el emprendimiento es la incertidumbre, y resulta algo que ha llegado a convertirse en una de las características de la comunidad emprendedora. El mundo evoluciona a pasos agigantados y, aunque podemos sospechar ciertas alteraciones en el devenir de los acontecimientos, no tenemos la certeza de qué aspectos cambiarán y en qué medida.
- Proactividad: Encontrar las soluciones antes de que irrumpa el problema parece la situación deseable.
- Tenacidad: A Walt Disney lo echaron de su puesto de trabajo por falta de imaginación. Esta negativa a claudicar caracteriza a todo emprendedor/a, cuyas ideas se asientan en la tenacidad y el desconocimiento de la rendición. La osadía, el ímpetu, el arrojo, la persistencia y la audacia son características de la comunidad emprendedora que no deben faltar si nuestro objetivo es montar un negocio. No significa que acometamos riesgos lanzándonos por un precipicio.
- Planificación: Para enfocar los esfuerzos hacia aquellos aspectos que sustentarán los logros de nuestra compañía tendremos que seguir una planificación. Este bosquejo de actividades estará basado en metas estratégicas. Además, en este esquema también prevalecerá la eficiencia, es decir, el desempeño de las funciones que impliquen menos costes y más rapidez. Con este método controlamos las acciones para comprobar que vamos por el buen camino.
- Liderazgo: Tolerar errores, establecer metas, dar ejemplo, fomentar el potencial de cada uno de los miembros de la empresa, propiciar la reflexión… Las cualidades de un líder son también las virtudes de un emprendedor/a. Estas personas reúnen a equipos altamente cualificados y establecen la armonía en su plantilla.
- Habilidad para persuadir: Crear un tejido de contactos nos permitirá vender más y vender mejor. Una de las características de la comunidad emprendedora es su habilidad para persuadir. Por otro lado, las redes sociales se han convertido en eficientes socios para este cometido.
- Formalidad: Toda empresa respetable ha de proyectar una imagen seria. La formalidad implica sensatez y solvencia, dos virtudes que aportan a la compañía la credibilidad que requiere para su triunfo en el mercado. Dar al cliente aquello que se le ha garantizado ayudará a nuestra marca a labrarse un buen nombre.
Estas características de la comunidad emprendedora resultan básicas y claves para potenciar tu negocio. ¿Ya las aplicas? ¿Necesitas asesoramiento para emprender?
Fomentando una Cultura Emprendedora en la Empresa
A medida que los líderes empresariales se esfuerzan por aumentar la competitividad, la creación de una cultura emprendedora y empresarial se confirma como una ventaja importante. En el entorno empresarial actual, el término emprendedor ha llegado a significar más que la mera capacidad de convertir una idea en proyecto real, un plan en una empresa. Hoy, ser «emprendedor» describe una habilidad y mentalidad caracterizada por la innovación, la creatividad y la asunción de riesgos calculados.
Una cultura emprendedora es lo que muchas empresas esperan lograr, aunque no es tan fácil fomentarla ni hacerla prosperar. De hecho, una cultura emprendedora y empresarial debe cultivarse a través de acciones bien planificadas que empiezan por la definición de objetivos y el modelado, y se refuerzan con la comunicación. Para alcanzar este objetivo, el punto de partida es el liderazgo. La gente sigue el ejemplo de sus líderes.
Pero se trata de un equilibrio delicado. Un lugar de trabajo demasiado autoritario desalienta a las personas a usar su propia iniciativa y sofoca los rasgos que mejoran la innovación y la productividad. Un entorno excesivamente democrático carece de enfoque para mantener a la empresa avanzando hacia sus objetivos. Pero, ¿cómo animas a las personas a adoptar la mentalidad de emprendedor? ¿Es posible cultivar un sentimiento de inversión personal y una voluntad de probar cosas nuevas?
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La manera más efectiva de impulsar una cultura emprendedora y empresarial es crear un entorno donde las personas puedan lanzarse a la innovación. Hace falta empoderar a los empleados y hacer que se sientan automotivados. Piensa por un momento en lo que hace un emprendedor: analiza estratégicamente las tendencias del mercado, identifica oportunidades, calcula riesgos, toma decisiones e inspira a otros a seguirle.
Una vez se cuenta con esta base, hay que asegurar una buena comunicación. El primer paso para crear una cultura emprendedora es anunciar que se está abierto a sugerencias y luego recompensar claramente a quienes generan nuevas ideas. Suele dar buenos resultados desarrollar un método claro para presentar nuevas ideas y tomar medidas. Por último, cabe recordar que la innovación solo es posible si los miembros del equipo saben que no serán penalizados si una idea falla.
Apostar por una cultura emprendedora y empresarial es el secreto para desarrollar una ventaja competitiva. Para mantenerla, la clave está en el compromiso, eso es algo que puedes conseguir con las políticas adecuadas.
La Importancia de la Educación en la Cultura Emprendedora
Sin duda las grandes crisis económicas que han asolado la economía mundial en las últimas décadas han dejado grandes ideas llevadas a cabo por pequeños emprendedores. Teniendo esto en cuenta, ¿por qué no educar en una cultura emprendedora y así preparar a jóvenes más aptos para cualquier tipo de ecosistema laboral? En el artículo hacemos un repaso de la importancia del emprendimiento y cómo fomentar este espíritu. En esta revolución educativa toda la sociedad debe implicarse: escuelas, familias, políticas, etc.
Aunque sin duda, los docentes tienen un papel muy importante dentro de este nuevo paradigma educativo, teniendo que ajustar las metodologías actuales a un aprendizaje más práctico, activando competencias claves dirigidas al emprendimiento como la creatividad, la capacidad de autoaprendizaje o la investigación, entre otros. La educación está cambiando, a un paso lento. ¿Por qué se están desarrollando estos nuevos métodos? La cultura emprendedora se basa en identificar las oportunidades y buscar po si mismo los recursos necesarios paraser autosuficiento.
«Los Estados miembros deben estimular las aptitudes emprendedoras a través de maneras de enseñar y aprender nuevas y creativas desde la educación primaria, además de prestar una atención particular, desde la enseñanza secundaria hasta la superior, a la oportunidad de crear empresas como objetivo de carrera. Con un aprendizaje basado en la resolución de problemas concretos y en la relación con las empresas, la experiencia del mundo real ha de integrarse en todas las disciplinas y adaptarse a todos los niveles de la educación. Todos los jóvenes deben vivir una experiencia de emprendimiento práctica como mínimo antes de abandonar la enseñanza obligatoria».
En el sector educativo se debe exigir un esfuerzo para cumplir estas expectativas. Educar para emprender requiere la implicación de todos los niveles educativos, desde la infancia en la guardería hasta los estudios en educación superior. Este tipo de educación es mucho más que aprender a gestionar un negocio. Hablamos de inculcar en el alumnado unos conocimientos que le lleven por el camino del emprendimiento y la innovación a lo largo de su vida.
Áreas Clave para Educar en el Emprendimiento
- Creatividad y pensamiento innovador: Un emprendedor, consigue ver lo que los demás todavía no han descubierto, rompe las reglas y crea algo nuevo sin seguir una pautas ya establecidas.
- Fortaleza y voluntad: Emprender como hemos definido tiene cierta dificultad o riesgo, para llevar una idea a cabo se necesita fuerza y voluntad para no tirar la toalla.
- Autonomía: El emprendedor es una persona autónoma que toma decisiones por sí mismo aceptando sus responsabilidades. Pero cuidado, esto no significa que esté solo, siempre puede contar con consejo o ayuda si lo ve necesario, aunque sea él quién posea la última palabra.
- Capacidad de gestionar la presión y la frustración: No todo sale bien a la primera, es más casi nunca sale bien a la primera, el emprendedor sabe bien que la paciencia es la madre de la ciencia.
- Capacidad de análisis crítico: ¿No ha funcionado? Volvemos a empezar, pero haciendo un análisis crítico de que no ha funcionado.
- Motivación y confianza en sí mismo: Un emprendedor tiene claras sus capacidades y fortalezas y se vale de ellas para alcanzar sus objetivos.
- Pensamiento inductivo y deductivo: De esta forma será capaz de resolver los problemas que van surgiendo a lo largo de toda su vida.
- Orden y capacidad de gestión del tiempo.
- Capacidad de autoaprendizaje: El emprendedor nunca deja de aprender.
¿Crees que la educación desde edades tempranas podría tener la respuesta para aspirar a un mundo más emprendedor? Tú también piensas que la educación es el motor de cambio para el emprendimiento, entonces no te puedes perder nuestro Master en Emprendimiento en el que podrás aprender a crear tu propia empresa, desde la concepción de la idea hasta su puesta en marcha.
Cultura Emprendedora en el Contexto Digital
La cultura emprendedora en el contexto digital se refiere a un conjunto de valores, prácticas y mentalidades que fomentan la innovación, la creatividad y la toma de riesgos dentro de las empresas digitales. Las empresas digitales pueden fomentar una cultura emprendedora alentando la colaboración, la experimentación y el aprendizaje continuo. Esto se puede lograr mediante la creación de entornos de trabajo abiertos donde se valoren las ideas de todos los empleados.
Adoptar una cultura emprendedora en una empresa digital puede traer varios beneficios, como un aumento en la innovación, una mayor agilidad para adaptarse a cambios en el mercado, y una mejora en la satisfacción y retención de los empleados. Uno de los principales desafíos que enfrentan las empresas digitales al implementar una cultura emprendedora es la resistencia al cambio. Los empleados pueden estar acostumbrados a jerarquías tradicionales y procesos establecidos, lo que puede dificultar la adopción de nuevas formas de trabajar.
La educación juega un papel crucial en la formación de una cultura emprendedora al equipar a los individuos con las habilidades y el conocimiento necesarios para innovar y liderar en el entorno digital.
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