Siempre es fascinante buscar el origen de las palabras, su etimología. Al hacerlo, a menudo descubrimos cómo una palabra no significa realmente lo que creíamos, o cómo el tiempo y el uso han distorsionado su esencia. En el caso de "liderazgo", la historia es particularmente reveladora.
La Búsqueda Etimológica: Un Tesoro Escondido
Al buscar el origen etimológico de “líder”, descubrimos que el término es un anglicismo relativamente moderno. Proviene del inglés “leader”, que significa guía: persona a la que un grupo sigue, reconociéndola como jefe u orientadora. Al buscar “guía” y “guiar” en el diccionario de la RAE, encontramos que "guía" es aquello que dirige o encamina, la persona que encamina, conduce y enseña a otra el camino, o que enseña y dirige a otra para hacer o lograr lo que se propone. Guiar, por su parte, tiene un origen incierto, pero significa ir delante mostrando el camino.
El Uso Distorsionado del Término "Líder"
Estamos viviendo la burbuja del liderazgo, donde reducimos todo a un conjunto de herramientas y habilidades imprescindibles dentro del mundo empresarial. Cursos, talleres, formaciones, conferencias, artículos, libros y películas alimentan esta burbuja que nos dice que, o eres un líder, o no tienes nada que hacer. Todos somos líderes en potencia, pero ser un líder no significa ser un buen líder. El núcleo de la cuestión está en el adjetivo “bueno”. Entendemos el liderazgo como algo esencialmente bueno, atribuyéndole un halo positivo. Hablamos de habilidades de liderazgo, herramientas de liderazgo, formación en liderazgo, y esto en el fondo no significa nada, ya que ser un líder es ser un guía, nada más. Y como guía, puedo ser bueno o malo. De mi capacidad como guía resultará que mi equipo llegue a buen puerto o no. Sin equipo, seguidores, no habría líder. De qué me sirve ser líder, incluso buen líder, si no tengo equipo que guiar.
¿Qué Esperamos de Nuestros Líderes?
Hoy en día, se espera que los líderes tengan credibilidad, esperanza, pasión, humildad, simplicidad, comunicación, cercanía, confianza, cooperación, complementariedad, capacidad de anticiparse al cambio, buenos contactos, capacidad de dejar el pasado, vivir el presente y adelantarse al futuro. Esto nos lleva a preguntarnos si queremos buenos líderes o superhéroes. Somos personas normales con nuestras virtudes y nuestros defectos, buenos profesionales cuya tarea, en ocasiones, es guiar a un grupo de personas, hacer equipo y, entre todos, lograr objetivos.
Dejemos a un lado definiciones, adjetivos, características, habilidades y herramientas que nos obligan a estar en continua tensión y búsqueda, solo porque nos han puesto un listón inalcanzable. Saquemos partido a nuestro bagaje vital y profesional para poder ser buenos líderes. Es decir, “buenos guías” de nuestros equipos, y así poder encaminarles, conducirles y enseñarles el camino a seguir. Enseñarles y dirigirles para hacer o lograr lo que nos propongamos como equipo. Todos somos líderes. No perdamos el tiempo rebuscando cómo hacernos alguien que ya somos.
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Mejorando Nuestra Capacidad de Liderazgo
Ahora bien, nuestra capacidad innata como líderes podemos mejorarla. Podemos potenciar nuestras virtudes así como minimizar y corregir nuestros defectos. Busquemos. Mejoremos. Pero que la búsqueda no nos esclavice ni condicione, y sobre todo que no nos paralice. El liderazgo tal como lo entendemos y enseñamos está cambiando. Está surgiendo una nueva forma de enfocar, comprender, ver y aprender a ser líderes.
El Liderazgo en el Contexto Hispanoamericano
Es importante destacar que el uso de la palabra "líder" y "liderazgo" en las organizaciones es diverso y culturalmente construido. En el contexto ítalo y castellano hablante, palabras como "duce" y "caudillo" fueron usadas para referirse a líderes, aunque con connotaciones específicas y asociadas principalmente al ámbito político. Nunca antes de Mussolini y Franco se utilizaron en un contexto organizacional empresarial en esos países más que para referirse, principalmente, a la organización autoritaria del estado político y nacional. De hecho, los ítalo-parlantes no se refieren, por ejemplo, al líder de un proyecto como un a "duce del progetto" ni un castellano-parlante habla de un "caudillo de proyecto" sino que reemplazan esas palabras por "leader/líder", una práctica habitual que la lingüística denomina como préstamo semántico.
La investigación ha revelado que el uso en las organizaciones de palabras en inglés como "líder" y "liderazgo" es siempre diverso y culturalmente construido y por tanto requiere una agenda de investigación alternativa centrada también en un análisis semántico diverso y en una construcción contextual que incluya una perspectiva no anglicizada de las prácticas de liderazgo. Una explicación de este fenómeno es lo que la antropología lingüística llama resonancia semántica negativa.
Un estudio de Hugo Gaggiotti y Diana Marre (2017) publicado en Leadership (13)2:194-214, analiza las resonancias de las palabras leader/líder, director, direttore, capo, guida, coordinador, caudillo entre un grupo de directivos internacionales, todos ítalo o castellano hablantes que usan el inglés como segundo idioma en su interacción cotidiana. El texto explica cómo los diferentes usos contribuyen a crear un significado de lo que un líder debe y no debe ser, por ejemplo, alguien que lidera sin tener liderazgo.
La Evolución del Término "Líder" en España
Una tesis doctoral demuestra que el vocablo “líder” apareció en España en la primera mitad del siglo XIX y que evolucionó hacia el complejo concepto de liderazgo que conocemos hoy, en sintonía con el pujante desarrollo de los estudios sobre esta materia. Esta es una obra multidisciplinar basada en el método histórico. Como compendio cronológico del liderazgo, la tesis se divide en tres grandes bloques temáticos.
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El primero, analiza la historia del significado de la voz “líder”, buscando la abstracción de sus rasgos distintivos desde el hombre prehistórico hasta personajes de nuestros días. Se ha realizado un amplio análisis del caso de numerosos personajes de la historia de nuestro país, que ha permitido hallar características y patrones de comportamiento comunes, que se han cuantificado.
El segundo bloque, indaga y descubre cómo y cuando apareció la voz “leader” (luego “líder”) en lengua española y describe la intensidad de su uso escrito a lo largo de los siglos XIX y XX.
El tercer bloque, detalla el desarrollo contemporáneo del concepto de liderazgo, a través de los estudios académicos y científicos que han devenido en la categoría proto-científica de estudios de liderazgo o teoría del liderazgo. Finalmente se concluye que el término “líder” y el concepto de liderazgo existen y se desarrollan porque resultan claramente útiles para nuestra sociedad moderna.
Las Dos Vertientes Etimológicas del Liderazgo
A la palabra liderazgo se asocian etimológicamente dos orígenes: uno latino y uno sajón.
- Etimología Latina: La palabra “líder” podría tener su origen en la partícula “lid”, proveniente del latín “lis-listis«, que significa disputa, querella o proceso. Por tanto el líder será aquella persona que inicia una disputa, querella o proceso. Vocablo con mucho significado para la Animación Sociocultural, ya que quiere decir que el líder está descontento con algo concreto que sucede a su alrededor y toma parte en el asunto para cambiarlo. El líder será aquel que tiene la suficiente lucidez para iniciar el proceso de separación entre lo bueno y lo malo para podarlo y limpiarlo. Descubre los elementos nocivos que impiden el crecimiento de las personas e inicia el proceso de cambio, para llevarlos a ser lo que de forma natural cada persona aspira a ser.
- Etimología Sajona: La palabra líder podría provenir del vocablo “leader”, verbo que significa “guiar por un camino”, “servir de indicador en una ruta” o “ser canal o conductor para algo”. Profundizando un poco más la palabra “leader” encuentra su raíz en las partículas “leden” que significa “acto de ir con alguien” y la partícula “er” que designa a la persona que realiza la acción del verbo al que acompaña. Si analizamos la palabra «guiar«, nos sorprendemos de que en su origen proviene de la palabra “weid” que significa ver. Conocerse a sí mismo y estudiar la dimensión espiritual, emocional y psíquica del ser humano sin olvidar de cultivar las suyas, serán cualidades indispensables para los verdaderos líderes.
En resumen: para trabajar en el campo de la Animación Sociocultura y el Tiempo libre se necesitan y se buscan líderes que sean jardineros que poden con cariño aquello que impide a las personas creer y desarrollarse, para alcanzar su máximo potencial.
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