Hace dos años, el 3 de febrero de 2022, el empresario gijonés Diego Baeza, a través de su empresa Dibago Consulting, se hizo con la totalidad de las acciones del Real Avilés Industrial, SAD. Una semana antes se cerraba la operación de compra del 10% de títulos aún en poder del anterior máximo accionista, José María Tejero, que en septiembre de 2020 se había desprendido del 90%.
Aunque no fue hasta entonces cuando los incrédulos empezaron a asumir el ansiado cambio de manos del club, Baeza llevaba gestionando la entidad desde diciembre de 2019, cuando accedió a la misma tras hacerse con la propiedad de la empresa Norte Proyectos Deportivos Mallorquines, que se había quedado sin liquidez apenas unos meses después de llegar al club.
El mercado de fichajes del verano de 2020 también fue complicado. Pandemia mediante, los jugadores seguían viendo la sombra de Tejero tras el escudo realavilesino y Natalio, que ya se había ganado el brazalete de capitán por su experiencia y estatus, y el técnico Abraham Albarrán echaban mano de contactos para ayudar en la tarea de componer la plantilla a un Diego Baeza que por entonces tenía que multiplicarse para llegar a todo.
El fichaje de nombres reputados dentro del fútbol asturiano como Davo Armengol comenzó a ofrecer algo de luz, pero la plantilla que posteriormente conseguiría el ascenso a Segunda RFEF lo hizo merced al bloque sólido que consiguió construir Luis Rueda a partir del mes de febrero. Un equipo que no hacía un fútbol vistoso pero que defendía muy bien y sabía competir en todo tipo de escenarios.
El recordado 1-0 al Llanes en la final, obra de un avilesino de Pereira con la involuntaria colaboración de un corverano como Guillermo, hoy meta del Langreo, dio lugar a una nueva etapa en el club, que inició un proceso de profesionalización que continúa en la actualidad.
Lea también: El empresario Diego Gómez
La temporada 2021-22 fue de transición a nivel deportivo, sobre todo en lo que respecta al primer equipo, pero Diego Baeza continuó dándole forma a un club que cada día que pasa transmite una imagen más positiva al exterior, con los lunares propios de cualquier gestión. Sin embargo, el boceto de Baeza es claro y no está supeditado por ahora a un ascenso obligatorio.
Así, ya queda menos para que este año, en principio antes de junio, se ponga la primera piedra de la Ciudad Deportiva del club, un hito que, cuando se materialice, no tendrá parangón en la historia del club, a pesar de hablar del decano del fútbol asturiano.
"Me han hecho mucho daño, es uno de mis peores días desde que estoy en el Avilés. Durante mi gestión no ha habido blanqueo de capitales". Diego Baeza, presidente del Avilés, ha salido a dar explicaciones sobre su relación con el narcotraficante balear Carlos Cortés, "El Charly", para así aclarar por qué su nombre aparece en el sumario de la "operación Jaque Mate".
Y es que ayer se conoció que el empresario gijonés y dueño del club avilesino mantenía reuniones con Cortés, que permanecieron hasta fechas recientes, ya que él era propietario de Norte Proyectos Deportivos Mallorquines, sociedad que, durante la presidencia de José María Tejero en el Real Avilés, se encargaba de la gestión del club. En 2020 Diego Baeza formalizó la compra del club.
¿Y quién es Carlos Cortés, cuya vinculación con la entidad blanquiazul cayó ayer como una bomba en la ciudad? "El Charly", como se le conoce en Mallorca, es presidente de la Federación de Entidades Gitanas de Baleares y uno de los principales investigados en la "operación Jaque Mate", en la que Guardia Civil trata de desmantelar la principal vía de introducción de cocaína desde Colombia a Europa.
Lea también: Diego Torres: Trayectoria empresarial
Y uno de los cabecillas de esa trama es Cortés, al que detuvieron el pasado 13 de marzo en una macrooperación en la que se practicaron 71 registros y fueron detenidas 39 personas, además de incautarse kilos de hachís, marihuana, cocaína y cristal. La relación de Cortés con el club avilesino se prolonga desde los últimos años del anterior presidente, José María Tejero, quien "alquilaba" la gestión del club a otras personas, algo que en un momento determinado interesó a Cortés.
El mallorquín, a través de una sociedad denominada Norte Proyectos Deportivos, desembarcó en el Suárez Puerta en 2019. Aunque en la documentación oficial figuraba el nombre de dos de sus hijas, Aroa y Luisa, "El Charly" era el verdadero gestor del club, como hacía notar en sus visitas a la ciudad.
Entre la sociedad del mallorquín y Tejero existía un "contrato de gestión" que, según explicó Diego Baeza, se prolongaba por un período de cinco años y permitía a Norte Proyectos hacerse con el 10% del club -el 90% restante era de Tejero-. A la llegada de Baeza al Real Avilés para tomar las riendas del club por completo tuvo que negociar con el mallorquín. "El proceso no fue fácil", señaló. De aquellos encuentros tomó nota el equipo de delincuencia organizada antidroga de la Guardia Civil.
Según expuso Baeza, todo llega heredado del anterior propietario: "Con quien tienen que hablar es con Tejero", remarcó. "Ni el club ni yo estamos siendo investigados, todo está limpio a nivel legal", expuso Baeza, quien confirmó que Cortés y él se vieron "no cinco, ni seis, ni siete veces, sino muchas más; cada vez que tenía que cobrar, venía". Y esos encuentros se producían en céntricos establecimientos de hostelería y hotelería de la villa.
"En septiembre de 2023 se puso fin a mi relación con Carlos Cortés, tres años después de la compra del club. En este tiempo tuvimos reuniones periódicas, ya que la deuda se pagó por plazos", explicó el gijonés, quien quiso zanjar por qué el mallorquín había sido visto en el palco del club, al lado de autoridades como Mariví Monteserín, alcaldesa de Avilés, o Martín Peláez, presidente del Real Oviedo, y el de la Federación Asturiana de Fútbol, José Ramón Cuetos Lobo.
Lea también: El éxito de Diego Andrade, empresario ecuatoriano
Para completar la adquisición total del club, Diego Baeza tuvo que pagar 80.000 euros a Norte Proyectos Mallorquines. Lo hizo en el plazo de tres años, de ahí el porqué de sus encuentros con el investigado Carlos Cortés. "Fueron ellos los que me ofrecieron el club. A Carlos no lo conocí hasta 2020", señaló el presidente del Real Avilés, mientras en la sala de prensa del Suárez Puerta le arropaban una decena de jugadores del primer equipo, el cuerpo técnico y miembros del staff, entre ellos el director deportivo, Javier Vidales; la directora general, Natalia González y el técnico, Manolo Sánchez Murias, que cerraron con un aplauso la intervención de Baeza.
"He tomado cafés con él [Carlos Cortés] en la Confitería Vidal, hemos quedado en el hotel donde hospedaba... Es lo normal durante una negociación. No había desconfianza, no era una persona de la que desconfiar", confesó. Baeza aclaró que se hizo con la opción de compra de Norte Proyectos Deportivos, que todavía en 2020 mantenía la propiedad del 10% del club.
"Estoy dolido. A uno le duele y siente ira cuando atentan contra la honorabilidad", confesó Baeza, al tiempo que aseguró que sus cuentas están "para ser auditadas, todos los pagos que he hecho son legales" y enfatizó que todos sus movimientos son "por cuenta bancaria, no en efectivo". "Por eso doy la cara, para evitar cualquier comentario. No temo que esto salpique al club. Ni el club ni yo personalmente estamos siendo investigados. Ahora que el juez haga lo que tenga que hacer", sentenció.
El empresario de origen gijonés insistió en que "no teme nada" y por eso decidió hablar, para así "tratar de dejar zanjado el tema". Además, aseveró no arrepentirse de la decisión de comprar el club y mostró su compromiso total con el proyecto. "Lo que planteamos es algo muy grande. Esto duele, pero me llevo el aprendizaje. Cuando eres público estás expuesto a que pasen estas cosas", finalizó el presidente del Avilés, que se mantiene firme en sus propósitos con el equipo, ya que cree que "va a crecer en muy corto plazo".
"Espero que me lo den", dice sobre la subasta del suelo para la ciudad deportiva de Corvera"Hemos trabajado como bestias estos tres años, espero que me lo den". El presidente del Real Avilés dejó claro ayer, mientras despejaba cualquier duda sobre sus relaciones con Carlos Cortés, "El Charly", que nada podrá enturbiar la operación que el club desarrolla en Corvera para construir su ciudad deportiva.
Esta mañana se abrirán los sobres de la subasta pública para hacerse con 66.000 metros cuadrados de suelo en Truyés, a pocos metros del campo de golf Los Balagares. Las tres -y únicas- ofertas sobre la mesa, previsiblemente de tres de las sociedades que gestiona Baeza, mantenían ayer en una tensa calma al gijonés.
Reconoció sufrir un proceso "injusto" y "doloroso" para la sociedad que representa y hacia su persona, pero no ve obstáculos para que sigan adelante los planes en Corvera. Tampoco dejó pasar la oportunidad de enumerar las dificultades acumuladas estos tres años. Del anterior propietario del club afeó que hubiera dejado sin pagar hasta cinco mensualidades -ni agua, ni luz, ni salarios, ni ropa, dijo- y las cantidades adeudadas a la Seguridad Social desembocaron en una derivación de responsabilidades por un importe de aproximadamente 700.000 euros.
Baeza está enfocado ahora en los planes de Corvera, donde la inversión prevista ronda los 18 millones de euros, respaldado por un fondo de inversión nacional con experiencia en proyectos deportivos.
Joaquín Baeza: Estrella Michelín y Pasión por la Gastronomía Alicantina
En un contexto diferente, Joaquín Baeza (Alicante, 1977) también destaca en su campo. El chef alicantino confiesa que, cuando era muy pequeño, con apenas tres años, ya le gustaba estar en la cocina con su madre, «metiendo la mano» en todo cuanto preparaba ella. Y también disfrutaba muchísimo en el Mercado del barrio alicantino de Carolinas, haciendo la compra de puesto en puesto. «Apenas tengo recuerdos de entonces, pero mi madre me cuenta que metía la mano en los encurtidos y me comía la hueva de atún rojo».
De ahí le viene su pasión por la gastronomía y los fogones, sin duda. Y de la infancia a la Estrella Michelín para su restaurante Baeza & Rufete hay 30 años de trabajo, constancia, pasión y amor a los productos de la Comunitat Valenciana y las recetas ancestrales de las tres provincias, Alicante, Valencia y Castellón.
Ubicado en la avenida Ansaldo de Alicante, su local es discreto, diseñado para comer o cenar tranquilo, dado que apenas hay 12 cubiertos, y un equipo de cuatro personas. «Mi máxima es poner amor y cariño en lo que hago. No concibo hacer algo a medias», recalca.
En un año en que Alicante ostenta el título de Capital Española de la Gastronomía, el diario LA RAZÓN reconoce al chef que ha elevado la cocina de la «terreta» a los altares de la Guía Michelín, con una gastronomía que tiene en su base los productos alicantinos de temporada.
Discípulo de Martín Berasategui
Una vez que Baeza tuvo clara su vocación, a los 16 años planteó a su familia que quería cursar estudios para ser cocinero; algo que, recuerda, fue «un shock». «Hice COU e hice la Selectividad y después empecé a trabajar en plan amateur en el restaurante La Cova de El Campello; más tarde, a los 18 años, me matriculé en el CDT para estudiar FP, en concreto, Técnico Superior de Dirección y Gestión de Hostelería; y ahí aprendí lo que es la parte nuclear de mi negocio, la gestión», añade.
En ningún momento dudó que quería ser chef, y si hay un punto de inflexión en su carrera es el paso por la cocina de Martín Berasategui. «Es mi mentor, es la persona que me dio una gran lección de humildad, porque, cuando logró la tercera Estrella Michelín, yo trabajaba en su equipo, y, cuando le felicité, me dijo `tú también has contribuido’ a este reconocimiento».
Con 30 años en los fogones de diferentes restaurantes, Joaquín Baeza gana en 2014 el V Concurso Mejor Cocinero del Año del Salón Alimentario de Barcelona. En 2020 llega su primera Estrella Michelín.
«Hay un antes y un después», explica, en su carrera profesional por este reconocimiento; en 2011 abre Baeza & Rufete. En 2020 llega la Estrella Michelín. «Trabajaba para ella -la Estrella- pero no la esperaba; otros años sí creía que me la darían, y, cuando me relajé, me la concedieron», indica.
Él mismo define su cocina como un vademécum de recetas ancestrales de la Comunitat Valenciana, una evolución de todas ellas, eso sí, teñidas de todo lo que aprendió de la nueva cocina vasca de la mano de Berasategui.
En ningún caso considera que su restaurante sea inaccesible. «Cenar por ejemplo para celebrar un aniversario de boda es un lujo que, ahorrando un poquito, sí te puedes permitir; un Benteley, no» .
A la pregunta de qué hace para mantener los pies en la tierra, la respuesta es clara y tajante: «Trabajar y trabajar, antes 16 horas y ahora diez; no soy más que una señora que prepara un menú del día y unas croquetas».
Y la urbe rodeó el establecimiento
Joaquín Baeza pensó, al buscar la ubicación para su restaurante Baeza & Rufete, en un lugar tranquilo, alejado del casco urbano. Y eligió la zona de Miriam Blasco, una calle poco o nada conocida, llamada avenida de Ansaldo. Pero la ciudad creció y se expandió hacía allí y se vio rodeado de edificios. Aun así, el restaurante es fiel a su esencia de lugar tranquilo. Solo doce comensales pueden coincidir en él.
Baeza cree que el éxito y la fama alcanzados por su negocio «no le harán perder su personalidad». «Nunca quisimos ser un restaurante de moda; ni lo fuimos ni lo vamos a ser.
tags: #diego #baeza #empresario #biografia