Las cifras de jóvenes sin hogar en España -migrantes y nacionales- están al alza. Según datos del Instituto Nacional de Estadística (INE), el porcentaje de población de entre 18 y 29 años que vive en la calle se ha incrementado en la última década. En 2012, se contabilizaron 4.434; en 2022, 6.036, un 36% más que hace diez años. Uno de cada diez está en la Comunidad de Madrid.
Para tratar de paliar el problema, y gracias a los fondos Next Generation, el Ministerio de Asuntos Sociales financió varios proyectos piloto como Futuro&Co (donde participan 11 entidades) y Hay Futuro (con Hogar Sí y Provivienda). Durante tres años, estas organizaciones han conseguido dar techo a unos 200 jóvenes sin hogar en España, pero el futuro es difuso: los planes de financiación de los pisos, según la organización, terminarán en diciembre. ¿Qué pasará ahora con los chavales? "Sienten incertidumbre", señala Isabel Galván, educadora social en uno de los pisos donde conviven varias chicas.
Desde la entidad San Juan de Dios, una de las que participa en Futuro&Co, acogen a 22 de las 85 personas dentro de esta red en la Comunidad de Madrid. Asumen que los fondos propios no son suficientes, por lo que barajan varias opciones. Miguel Ángel López, director del albergue, explica que "el proyecto oficial termina el año que viene, pero la financiación del piloto, que es donde viven ahora los chicos, termina en tres meses". Descartan renovar los Next Generation porque tienen una "duración concreta", por lo que plantean otras líneas de trabajo. O bien conseguir presupuesto local a través de Faciam (Federación de Asociaciones y Centros de Ayuda a Marginados) firmando un convenio con el ayuntamiento, o solicitar la financiación a través de la dirección general de la juventud de la Comunidad de Madrid. "Estamos esperanzados y lo estamos peleando", explica a este diario.
Además, el Consejo de Ministros aprobó en julio la Estrategia nacional para la lucha contra el sinhogarismo en España 2023-2030. "Los recursos son muy escasos", explica Sergio García, integrador social
Quienes llevan años dedicándose al sector percibieron que cada vez acudían más jóvenes a los albergues y recursos públicos. “Esto no es de ahora. Yo ya lo notaba cuando empecé a trabajar en el sector en 2018, pero estaban en la sombra. Luego fue a peor. Y lo que no había son proyectos y planes concretos para ellos”, explica Sergio García, un integrador social de Madrid que dedicó su investigación académica al estudio de los jóvenes en situación de calle. “Los recursos son muy escasos. Se les ve menos porque terminan en parques o en casas y centros okupados”, señala García.
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El equipo que coordina el proyecto H4Y FUTURO también se encuentra manos a la obra para buscar otros fondos. Fuentes de la organización aseguran que la intención es conseguir que las administraciones públicas se hagan cargo, al menos, de una parte. De no ser así, algunos jóvenes podrían ser trasladados (si hay plazas) a otro proyecto de la misma entidad llamado Housing Led, aunque no es específico para chavales de esa edad. No obstante, su proyecto se amplía a 2024, por lo que cuentan con 12 meses más para buscar otras fuentes de ingresos.
¿Quiénes son estos jóvenes sin hogar?
La organización Hogar Sí -dedicada a la búsqueda de recursos para personas sin hogar- recopiló datos del perfil genérico de los más de 6.000 jóvenes en situación de calle en España. El 82,15% son hombres, destacando el aumento desproporcionado de mujeres desde hace una década. En su caso, H4Y FUTURO acoge a 105 chavales entre Madrid y Mallorca. El 76,7% tienen nacionalidad extranjera.
El principal desafío al que se enfrentan los menores no acompañados es que, al cumplir la mayoría de edad, dan la bienvenida a la vida adulta en una odisea de dificultades habitacionales, laborales y administrativas. "Los menores españoles que tienen la tutela, cuando cumplen los 18 años, deciden regresar con sus familias a pesar de todo. Los migrantes, en cambio, no tienen donde ir. Esos son quienes en muchas ocasiones terminan en la calle y los que han entrado en la red de estos proyectos", explica Isabel Galván.
Madrid es la tercera comunidad con más sinhogarismo juvenil de España, con 565 jóvenes. El 43,1% de personas sin hogar de este colectivo que declaran no tener ninguna fuente de ingresos y solo en 1,9% recibe el Ingreso Mínimo Vital.
En España continúa la percepción de que los jóvenes extranjeros con pocos recursos no cesan de recibir ayudas públicas. "Cuando oigo esas idioteces, me preocupa más el que se lo cree que el que lo dice", señala el director del centro. "Es falso", apostilla Fernando Relinque, profesor de Trabajo Social en la Universidad Pablo Olavide de Sevilla. Desde que se aprobase la primera ley de Extranjería en España en 2008, la norma se ha hecho cada vez más restrictiva. "Conseguir un empleo si entras sin papeles es imposible. Tendrás que volver al país de origen a por un visado y en España conseguir un contrato de un año, de esta forma, quizá te den el permiso de residencia. Hablamos de que muchos de estos jóvenes vienen de países conflictivos. Tramitar así un visado a distancia no es muy factible", sentencia.
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Según la ONU, la falta de vivienda digna es una problemática que afecta a más del 20% de la población mundial. En España, por cada 100.000 habitantes hay 86.6 personas sin hogar, según datos del INE. La vivienda digna es un derecho fundamental reconocido en la Declaración Universal de Derechos Humanos (artículo 25) y en la Constitución española (artículo 47). Sin embargo, muchas personas viven en situaciones precarias y tienen dificultades para acceder a ella.
En Cataluña, aunque no hay datos actualizados sobre la cantidad de personas que duermen en la calle, se estima que hay unas 18,000 personas en situación de sinhogarismo, según la Fundación Arrels. Además, los datos recogidos en el Marco de Acción para el Abordaje del Sinhogarismo en Cataluña (2022-2025) señalan que 58,930 personas sufren alguna situación de exclusión residencial o duermen en la calle. Por otro lado, en el Estado español, por cada 100,000 habitantes hay 86.6 personas sin hogar, según datos del INE. Los principales motivos para comenzar a vivir en la calle son encontrarse en situación migratoria (28.8%), perder el trabajo (26.8%) y sufrir un desahucio (16.1%).
Estas estadísticas se calculan según los datos oficiales, pero no muestran toda la realidad. En primer lugar, hay muchos casos sin contabilizar y, en segundo, existe el sinhogarismo invisible.
- Personas en situación de falta de techo (roofless).
- Personas en situación de falta de vivienda (houseless).
- Personas en situación de vivienda insegura.
- Personas en situación de vivienda inadecuada.
Soluciones Innovadoras y Proyectos en Marcha
La ciudad de Viena es un referente mundial en política de vivienda, ya que cuenta con 220,000 inmuebles de titularidad pública, en comparación con los 11,500 que figuran en Barcelona. Además, desde el ayuntamiento se promueve también la creación de viviendas sociales de titularidad no pública con la convocatoria de concursos de venta de inmuebles destinados a alquiler social, a precios más bajos que los precios de mercado, y a los cuales pueden optar entidades y empresas. El requisito indispensable para poder ser elegido en el proceso es contar con un plan social de vivienda, que favorezca la diversidad, la comunidad y la igualdad de oportunidades. Por otro lado, en la ciudad existe un tope en los beneficios de las empresas inmobiliarias y las ganancias que generan deben ser reinvertidas.
En países como Dinamarca, Países Bajos o Suecia también son frecuentes las cooperativas de vivienda, que se basan en regímenes de cesión de uso. Esto implica que la propiedad del inmueble es colectiva y está en manos de una cooperativa. Sus habitantes pagan una entrada retornable, a precios por debajo del mercado, y pueden utilizar la vivienda durante toda la vida. Adicionalmente, todos los socios implicados participan en el proceso de compra, diseño y desarrollo de la vivienda.
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En cuanto a Cataluña, la Generalitat es titular de los derechos de tanteo y retracto respecto a la vivienda, lo que implica que la administración tiene preferencia en la adquisición de una vivienda que quiera ser transmitida por su propietario. Por otro lado, el proyecto Pisos Vacíos, impulsado por Hàbitat 3, entidad asociada a la Fundación iSocial, ofrece vivienda social para personas en situación de vulnerabilidad. El Ayuntamiento de Barcelona, en acuerdo con la organización, se hace cargo del alquiler y de las posibles obras de adecuación. De manera parecida, en México, el programa Renta tu Casa ofrece casas abandonadas y deshabitadas a personas con pocos recursos o en situaciones de vulnerabilidad social.
En los Países Bajos, el proyecto Mixed Living impulsa la convivencia de personas sin hogar y personas vulnerables económicamente en bloques de pisos de vivienda social. En la misma línea, Startblok es un modelo holandés innovador que ofrece alquileres temporales y asequibles para personas jóvenes y migrantes, de entre 18 y 28 años. Este espacio permite crear una comunidad diversa que funciona mediante la autogestión de los residentes.
En California, el programa Mutual Housing ofrece viviendas sostenibles y a bajo precio a la población agrícola de la zona. El precio de las facturas es muy bajo, ya que las casas generan la misma cantidad de energía que consumen. De la misma manera, la cooperativa Mas Coop en Francia acoge a familias de bajos ingresos en viviendas ecológicas con espacios comunitarios.
Las herramientas tecnológicas pueden resultar útiles a la hora de procesar datos relacionados con la oferta de vivienda. Kloosiv es una plataforma web cooperativa que combina la tecnología y la intervención social para facilitar que colectivos vulnerables con dificultades para pagar un alquiler puedan acceder a una vivienda.
La exclusión administrativa y legal de las familias vulnerables, es especialmente destacada en poblaciones procedentes de migraciones masivas de países que ejercen la violencia y persecución de los derechos humanos fundamentales, así como de otras familias y personas víctimas refugiadas de guerras, pobreza y catástrofes naturales. Cabe reseñar el nulo acceso a citas administrativas, de estas familias, así como la no homologación de títulos en tiempo, el elevado tiempo hasta la normalización legal de estas personas, la desigualdad de los menores ante la ley y su normalización legal y la de sus familias, al depender del país de nacimiento de la madre, así como del retraso en los registros, entre otros.
El asesoramiento legal incluye las áreas de Familia, Extranjería, Laboral, Civil, Penal y Administrativo. - El asesoramiento legal en materia de MEDIACIÓN, es un servicio muy útil que permite resolver todo tipo de problemas sociales, legales, familiares, administrativos y penales, antes de llegar a los juzgados. Abogamos por un sistema sociosanitario que garantice un «hábitat materno» seguro para los niños y preserve un vínculo de apego sano para las madres.
La Fundación Madrina tiene como objetivo repoblar las zonas rurales despobladas de España y proporcionar nuevas oportunidades a las familias que luchan por sobrevivir en las grandes ciudades debido a la presencia de niños. El Banco del Bebé atiende principalmente el riesgo alimentario y nutricional de recién nacidos y menores vulnerables que necesitan una alimentación nutritiva, equilibrada y adecuada. Desde su creación, ha repartido diariamente alimentos e higiene infantil a más de 900,000 niños. Además, para prevenir la malnutrición y otras patologías infantiles desde el nacimiento, se proporciona alimentación completa a madres embarazadas en preparto, parto y posparto.
El Call Center 24h de Fundación Madrina es un faro de esperanza para miles de mujeres, niños y familias vulnerables. Más que un centro de atención telefónica, es un puente hacia la ayuda. Para muchas mujeres y familias, el Call Center 24h es su primer contacto con la Fundación Madrina, un punto crucial en su búsqueda de apoyo y protección. Recibe más de 400 derivaciones mensuales de entidades públicas y privadas, asegurando que todos reciban la asistencia necesaria.
Fundación Madrina combate la pobreza y la exclusión maternoinfantil en España y globalmente. Afrontan desafíos como la violencia, abuso, abandono, desigualdad, trata de personas, tráfico de niños, catástrofes naturales y guerra, protegiendo a madres y niños vulnerables.
Madrina tiene como objetivo repoblar la España vaciada y brindar una vida nueva, llena de nuevas oportunidades y de esperanza a familias de mayores que desean acompañar a menores junto a su madre. Los primeros abuelos madrina fueron de Hervás, y acogieron a una madre boliviana embarazada. La menor tiene ahora 18 años, y considera a sus mentores como abuelos, y les quiere y cuida como a tales.
El SAMI se erige como una línea de vida para mujeres embarazadas, madres y niños que enfrentan situaciones de emergencia en el ámbito de la salud, el alojamiento, la nutrición o que requieren asesoramiento legal y social. Nuestro servicio opera sin interrupciones, las 24 horas del día, ofreciendo atención médica y social inmediata a quienes más lo necesitan. Intervenimos en casos de riesgo severo y pobreza extrema que afectan a la infancia y la maternidad, poniendo en riesgo la protección infantil, generando falta de vivienda familiar o desencadenando episodios de emergencia humanitaria.
El Emprendimiento Social como Solución
El objeto de esta investigación se enmarca en el territorio del emprendimiento social en el contexto de la pobreza energética en Europa. El interés en los temas de innovación y emprendimiento sociales dentro del campo de las ciencias sociales de la energía para proporcionar soluciones parciales para abordar la pobreza energética es cada vez mayor.
La empresa social como institución, con la diversidad de formas y fines específicos que puede adoptar, posee una naturaleza híbrida integradora de múltiples lógicas, lo que le convierte en un espacio potencialmente productivo para construir respuestas a la vulnerabilidad energética desde la necesaria multiplicidad de perspectivas que la complejidad del problema requiere. Esta naturaleza compleja del ecosistema de la pobreza nos invita a centrarnos en la dimensión colectiva del emprendimiento social (Montgomery, Dacin y Dacin, 2012), junto con su orientación a coordinar capacidades y recursos desplegados a través de la red de actores (Dacin, Dacin y Tracey, 2011) involucrados en el fenómeno de la pobreza energética.
El objetivo de este trabajo es enriquecer la comprensión de los mecanismos en juego en la red de pobreza energética a través del fenómeno del emprendimiento social colectivo. Para ello, se utilizará una metodología cualitativa de análisis de narrativas de emprendedores sociales del ámbito europeo, cuya misión está relacionada con el problema de la pobreza energética.
Nuestros resultados muestran la diversidad de experiencias híbridas en emprendimiento social (Dufays y Huybrechts, 2016) que, con la aspiración a transformaciones sistémicas como fondo, pueden enfatizar su rol para ofrecer soluciones a través del mercado o a través del movimiento social. Sin embargo, por encima de este doble énfasis, destacan las narrativas que podemos denominar “puente”, en la medida en que ponen el foco en la conexión, desplegando una diversidad de formas que las empresas sociales pueden adoptar, con implicaciones relevantes para facilitar una actividad sinérgica de todos los actores de la red que contribuya a acelerar la transición energética justa.
La pobreza energética se refiere a la dificultad o incapacidad de un hogar para mantener unas condiciones de temperatura adecuadas y otros servicios energéticos domésticos esenciales (Bouzarovski y Petrova, 2015). Se estima que afecta a más de 37 millones de personas en Europa, como señala el informe más reciente del Observatorio de la Pobreza Energética de la UE (EPOV) (Bouzarovski et al., 2020). La pobreza energética se ha atribuido principalmente a la tríada formada por la insuficiencia de ingresos, los altos precios de la energía y la ineficiencia energética de la vivienda (Bouzarovski, 2018; González-Eguino, 2015).
Una perspectiva limitada hacia la necesidad de medir el problema ha llevado a enfatizar solamente los elementos más objetivables y menos en las experiencias o la percepción del fenómeno que algunos otros estudiosos destacan, como las capacidades y habilidades en perspectivas más holísticas, colectivas e híbridas (Day, Walker y Simcock, 2016). En tercer lugar, el énfasis en indicadores unidimensionales para medir la pobreza es insuficiente para comprender las implicaciones del problema en la vida de una persona. Las soluciones simples o menos estructuradas, como el bono eléctrico, son soluciones unidimensionales a corto plazo que no integran todas las necesidades del individuo (Barrella et al., 2021).
La pobreza energética es un problema complicado que no tiene una solución única y que requiere un enfoque multiactor (Elia y Margherita, 2018a; Waddock et al., 2015). Dada su naturaleza sistémica, multidimensional y frecuentemente invisible, la complejidad de la pobreza energética requiere la participación coordinada de múltiples actores interrelacionados a través de intervenciones complejas (van Tulder y Keen, 2018). Sin embargo, las investigaciones anteriores han pasado por alto principalmente este enfoque de actores múltiples.
Este estudio profundiza en un enfoque multidimensional y multiactor a través del papel del emprendimiento social en una red de pobreza energética fragmentada. La naturaleza híbrida del emprendimiento social combina la lógica institucional de formas colectivas sin precedente (Battilana y Dorado, 2010) con una misión social en un formato empresarial (Dacin, Dacin y Tracey, 2011; Elia y Margherita, 2018; Mato-Santiso y Rey-García, 2019; Mitzinneck y Besharov, 2019; Montgomery, Dacin y Dacin, 2012). Los rasgos híbridos y colectivos pueden posicionar a este actor como un conector, también debido a su capacidad de agencia, señalando un papel potencial en la interacción con los otros actores dominantes de la red (Bauwens, Huybrechts y Dufays, 2020; Huybrechts y Haugh, 2018a; Martiskainen, Heiskanen y Speciale, 2018a; Picciotti, 2017).
En la literatura de pobreza energética se busca la comprensión del significado del problema, subrayando la relevancia de entender las experiencias vividas por el emprendimiento social en el campo (Bouzarovski et al., 2020; Butler y Sherriff, 2017; Grossmann et al., 2021; Middlemiss y Gillard, 2015).
De forma consciente o no, todos los actores forman esta red de pobreza energética en un proceso dinámico (Bouzarovski et al., 2020). Los actores de la red tienen un objetivo común: reducir o erradicar la pobreza energética desde diferentes perspectivas. Además, no existen grandes espacios formales o informales donde estos actores puedan actuar de forma coordinada.
El emprendimiento social pretende abordar los problemas sociales adoptando un enfoque no empresarial con diferentes dimensiones dentro de la red (Mair y Martí, 2006). La investigación sobre el emprendimiento social llama la atención sobre el arraigo local del mismo y sobre cómo el emprendimiento social sólo puede entenderse en su contexto (Sengupta y Lehtimäki, 2022).
La pobreza energética se manifiesta en una diversidad de contextos. El arraigo local es un elemento central en torno al cual gira la importancia del contexto espacial de la empresa social. Comprender el arraigo de cada situación social exige que surjan habilidades híbridas especiales al tratar la pobreza energética: la vulnerabilidad. El concepto de vulnerabilidad no es aparente, sino que es una realidad sistémica y a menudo oculta (Butler y Sherriff, 2017; Hall, Hards y Bulkeley, 2013). Es un concepto más amplio que el de pobreza energética.
techô: Un Proyecto Innovador para Acabar con el Sinhogarismo
El número de personas sin hogar en España ha crecido un 24,5% en los últimos 10 años, hasta alcanzar las 28.552 personas mientras que se calcula que existen unos 3,4 millones de viviendas vacías. Andalucía, País Vasco y Castilla y León registran el mayor aumento de personas sin hogar del país. Para acabar con el sinhogarismo, harían falta 1.200 millones de euros, según el informe elaborado por la consultora EY.
Blanca Hernández, presidenta de la socimi social techô, manifiesta que “Lo primero, un hogar y luego con la estabilidad de una casa se puede trabajar el resto de carencias”. techô es un proyecto muy ambicioso que pretende acabar con ese sinhogarismo y que aglutina a entidades sociales, 'family office', grandes empresas, etc. Personas de distintos ámbitos que quieren solucionar un enorme problema social.
Según Hernández, “En un país con casi 3,5 millones de casas vacías, el sinhogarismo es el problema social más importante en nuestra sociedad. Al mismo tiempo, las administraciones y los inversores de impacto disponen de fondos para apoyar a ONGs con alquileres de casas vacías capaces de sacar a las personas sin hogar de la calle. Con estas premisas, desde techô estamos muy orgullosos de haber desarrollado una solución empresarial inmobiliaria, lanzando un vehículo de inversión de impacto para paliar esta situación”.
techô crea un vehículo de inversión transparente para dar una respuesta empresarial y con inversión de impacto al problema del sinhogarismo. La socimi social son vehículos muy eficientes, muy rigurosos, dan confort al inversor. techô compra viviendas para que entidades sociales trabajando con colectivos vulnerables y sin hogar les den un techo, valga la redundancia, por el que se paga un alquiler social.
El objetivo primero es ir comprando casas ya construidas, reciclarlas y mejorarlas. En Almería cuentan con una promoción de 12 viviendas en la zona de los asentamientos. La socimi va adquiriendo inmuebles en distintas zonas y renovándolos para no hacer guetos. Se ha invertido en torno a 17 millones de euros en unos 150 pisos y, aunque tienen vocación nacional, fundamentalmente se encuentran en el sur de Madrid (Vallecas, Leganés, San Blas, Usera, Carabanchel, Parla…). Y en breve también estarán en breve en Zaragoza, Murcia o Sevilla. Los pisos están gestionados por la Fundación Alquiler Seguro.
Los inversores son de impacto: el foco principal de su inversión es solucionar un problema, no maximizar la rentabilidad. Se renuncia a cierta rentabilidad económica por una rentabilidad social. Entre los inversores se encuentran Azora, Renta4, Tresis, la consultora EY y muchos más hasta un total de unos 100 inversores. La inversión comprometida es de 29 millones de euros y hay desembolsados 25 millones ya. Acaban de cerrar su última ampliación de capital y su previsión es “salir a bolsa, en BME Growth, a primeros de febrero. Renta4 lidera la salida a bolsa”, detalla.
Parte de ese alquiler social, un 25%-30% por debajo de mercado, es lo que gana el inversor de impacto. A las entidades sociales que gestionan los pisos les pedimos que dignifiquen al colectivo que tratan; deben tener una metodología que combine la vivienda con acompañamiento, tiene que haber un itinerario personalizado con el usuario. Además, la entidad social es quien opera el piso y tiene que reportar para hacer mediciones de impacto (cuántos viven en esa casa, cuántos vuelven a la formación, cuántos consiguen un trabajo…)”.
Hernández espera que la socimi sea rentable porque todas las empresas que están prestando sus servicios en la gestión lo hace sin ánimo de lucro, se prestan los servicios pro bono o con unos descuentos importantes. Y, por otro lado, porque las entidades sociales pagan su alquiler. Eso hace posible que la socimi sea rentable.
Además de esta herramienta también han creado una Fundación, con el mismo nombre, techô.
Estadísticas Clave
La siguiente tabla resume algunas de las estadísticas clave relacionadas con el sinhogarismo en España:
| Indicador | Dato |
|---|---|
| Aumento de personas sin hogar en los últimos 10 años | 24,5% |
| Número de personas sin hogar en España | 28.552 |
| Número de viviendas vacías en España | 3,4 millones |
| Fondos necesarios para acabar con el sinhogarismo | 1.200 millones de euros |
| Porcentaje de jóvenes sin hogar de nacionalidad extranjera | 76,7% |
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