En el mundo actual, donde la responsabilidad social corporativa a menudo se percibe como una fachada, emerge un nuevo enfoque en los negocios: emprender con propósito. Este concepto, cada vez más popular entre los emprendedores, busca cambiar la realidad económica de manera activa, priorizando el impacto social sobre la mera generación de beneficios.
¿Qué es Emprender con Propósito?
Para Antonio Espinosa de los Monteros, fundador y CEO de Auara, emprender con propósito significa "lanzarte a desarrollar un proyecto porque tienes la convicción de que quieres que algo esté mejor". Lo fundamental es definir un propósito como algo positivo y constructivo, entendiendo su significado y las consecuencias que tiene en el día a día y en las decisiones estratégicas de la empresa. La elección del modelo de negocio viene después.
Se diferencia de los proyectos que surgen para aprovechar un nicho de mercado para facturar y hacer dinero, aunque emprender con propósito y ganar mucho dinero no es mutuamente excluyente. De hecho, las empresas que aportan valor a la sociedad pueden generar mucho valor económico para toda su cadena de valor, como Patagonia, que factura miles de millones manteniendo su propósito de sostenibilidad en el sector textil.
Ventajas de Emprender con Propósito
Desde el punto de vista emocional, la ventaja es clarísima. Pasamos una gran parte de nuestra vida trabajando, y si ese tiempo se dedica a algo en lo que no crees, que no cumple tu aspiración personal, si no consigues alinear mínimamente tu propósito personal con aquello a lo que estás dedicando tanto tiempo, estás muy cojo. Altos directivos aparentemente triunfadores se sienten muy infelices porque invierten gran parte de su vida en algo que no les gusta.
Para la sociedad, las empresas mueven al mundo, más que los países y los políticos. Si queremos mejorar el mundo tenemos que mejorar las empresas y si queremos mejorar las empresas necesitamos que tengan un propósito claro, bueno, positivo y constructivo. Es mejor que esto sea cosa de una mayoría que de una minoría. En la medida en que podamos encontrar propósito y meterlo en el mayor número de empresas, carreras y personas posibles, el mundo irá mejor.
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Empresa Social vs. Empresa Responsable
Entre el for-profit puro y el non-profit puro, hay muchos grises, aunque podríamos diferenciar dos tipos fundamentales: las empresas responsables y las empresas sociales. Una empresa social es aquella que debe invertir más del 50% del dividendo o del beneficio (en definición de SEUK) o el 100% (en definición de Yunnus) en el fin social. Esto no quita que una empresa social sea además responsable dentro de su cadena de valor.
La empresa social además de social debe ser responsable con su cadena de valor. Pero, sí puede haber empresas que sean responsables y que no sean sociales. Ahí entra, por ejemplo, el concepto de BCorp: no certifica que tú eres una empresa social sino una empresa responsable, es decir analiza, audita y certifica tus prácticas en tu cadena de valor.
El Caso de Auara: Un Ejemplo de Emprendimiento con Propósito
Auara es una empresa social creada con el objetivo de llevar agua potable a los países en vías de desarrollo. Tres años después, han aportado más de 21 millones de litros de agua potable en 50 proyectos de 15 países, abasteciendo a más de 28.000 personas. Su fundador, Antonio Espinosa de los Monteros, priorizó el propósito sobre el modelo de negocio, creando una marca de agua y refrescos (Planet Drinks) que genera impacto social a través del acceso al agua potable.
La empresa invierte el 100% de sus dividendos en proyectos de acceso al agua potable, pero también se preocupa por la felicidad de sus empleados, utiliza materiales sostenibles y busca proveedores alineados con sus valores.
Hacer Rentable una Empresa con Propósito
El reto es el mismo que para una empresa estándar: llevar al mercado un producto que el cliente quiera comprar y esté dispuesto a pagar y, además, venderlo bien. Si no ofreces un producto competitivo, de calidad, bueno y diferencial, esto no es sostenible.
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El consumidor no comprará un producto peor o más caro solo porque haya un proyecto social detrás. Es muy difícil hacer una empresa rentable y escalable sin un producto que el consumidor quiera comprar. Pero sí es verdad que, a igualdad de condiciones, cada vez más consumidores están buscando elegir opciones que les encajen dentro de su forma de ver el mundo y de sus valores.
El Rol del Inversor
Cada vez hay más dinero y más fondos buscando invertir en empresas socialmente responsables y en empresas con propósito. Es cierto que es más difícil encontrar inversores para empresas sociales, básicamente porque no hay reparto de dividendos.
Riesgos y Desafíos del Emprendimiento con Propósito
Existe el riesgo de que la moda del emprendimiento con propósito lleve a la frivolización y a la creación de empresas sin un propósito real, disfrazadas de responsabilidad social. Esto genera desconfianza en el consumidor, quien puede acabar pensando que el impacto social es un engaño.
Para filtrar quién lo hace bien y quién no, es fundamental informarse sobre el propósito de la empresa y buscar transparencia en sus acciones. La transparencia genera confianza.
¿Qué se Necesita para Fomentar el Emprendimiento con Propósito?
Hace falta regulación: que tengamos una figura jurídica que defina y pueda diferenciar lo que es una empresa social. Y también un poco más de control de las prácticas de competencia. Un emprendedor debe encontrar un motivo que le toque de verdad y que le apasione. Y, una vez que lo tienes definido, el siguiente requisito importante es no olvidar ese propósito a medida que vas creciendo. Es decir, el propósito no puede ser la llama inicial y ya está, sino que debe alimentar y estar presente en el día a día como prioridad estratégica de la empresa.
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La Visión del Emprendedor
La visión es una imagen futura que el emprendedor tiene de su empresa, una declaración a largo plazo que establece el objetivo y el rumbo de la empresa. Es un sueño que inspira y motiva a seguir adelante.
La visión habla del potencial, de las líneas rojas que no debemos cruzar al construir nuestro modelo de negocio y de cómo queremos hacer las cosas. Si queremos convencer a alguien que nos acompañe en nuestra nueva empresa, no sólo debemos transmitir lo que tenemos ahora sino el porqué lo estamos haciendo, e inspirarlos con nuestra visión… con ese lado romántico del negocio.
La visión no es el cómo, es el dónde. La visión es algo que no sólo deben abrazar los fundadores de la empresa, sino todo el mundo en la empresa, dado que es parte del ADN de la nueva empresa… y, es que, que cuando todo el equipo hace suya esa visión y cree en ella surge una gran pasión y energía compartida enfocada en hacerla realidad.
El Propósito del Emprendedor
El propósito tiene que ser tú ‘para qué’, pero tú ‘para qué’ más profundo. El propósito es la historia que habita en tu interior y que necesita ser contada. Tu propósito debe provocar en ti que los lunes te despiertes motivado. Es como encontrar una fuente de energía, que te da foco, claridad, que te ayuda a tomar decisiones; es como tu estrella polar. Por eso, el propósito no deja de ser la estrella polar que guía tu vida, tus negocios… todo.
La Ambición del Emprendedor
La ambición, que significa el deseo intenso y vehemente de conseguir una cosa difícil de lograr, es totalmente necesaria en el emprendedor. La ambición sana y necesaria es cuando lo que tú quieres es lograr algo que beneficie a muchas personas. Ser ambicioso es querer mejores cosas. Ambición bien colocada es motivación. Y eso es lo que necesita cualquier proyecto para despegar.
Valores del Emprendedor
Debemos explorar los VALORES y los objetivos. Los valores no se pueden modificar, es decir, tenemos los que tenemos. ¡¡No los elegimos!! Mientras que los objetivos sí se pueden modificar o cambiar. Los VALORES y objetivos deben estar alineados. En los valores es donde el emprendedor encontrará la MOTIVACIÓN que le servirá de impulso en su camino hacia el objetivo.
Señales de que es el Momento de Emprender con Propósito
- Sientes que tu trabajo actual ya no encaja con tus valores.
- No dejas de tener ideas (aunque no todas sean perfectas).
- Te importa más el impacto que los ingresos (aunque también los necesites).
- Estás dispuesto a aprender (aunque no sepas por dónde empezar).
- Ya hay personas que creen en tu idea (aunque aún no la hayas lanzado).
El Proceso para Emprender con Propósito
Emprender desde el propósito es un viaje profundo de auto descubrimiento, donde cada decisión refleja quién eres y qué buscas aportar al mundo. La clave no está solo en las estrategias de negocio, sino en un proceso de reflexión personal que te permita encontrar tu verdadera diferencia.
Conectarte con tu identidad profunda te permite construir sobre una base sólida y auténtica. No se trata solo de qué puedes hacer, sino de qué te hace sentir vivo. Cuando unes lo que eres, lo que deseas y lo que sabes hacer, surge una propuesta de valor auténtica.
Si estás en un punto de inflexión y no sabes cómo avanzar, recuerda que las respuestas están en tu interior. Aprende el proceso paso a paso para alinear tu visión con un plan de acción concreto. Descubre herramientas y ejemplos de jóvenes que ya lo están logrando.
La Fórmula Japonesa del IKIGAI
El término se podría traducir a “una razón de ser”. Para ser feliz tenes que pasar tu tiempo haciendo las cosas con IKIGAI, es tener un propósito para vivir.
- Tener una visión que marque el camino, por lo tanto, poner todo al servicio de esa visión tenemos que sentirla como una misión. ¿Qué sentido tiene mi trabajo?
- Siempre es muy importante que esa visión podamos vivirla como una vocación. Que esa vocación sea un porqué y un para qué.
- Y qué cosa más linda es transformar una vocación en una profesión. A la cual le podemos atribuir competencias profesionales, emprendedores, desarrollar ideas, encontrar oportunidades y generar los recursos para mejorar el mundo en el que vivimos.
- Por último, cualquier cosa que te haga sentir en el presente: algo que te apasiona.
Una vez que ya tenemos la visión, ponemos la profesión al servicio de esa visión.
El Propósito en la Comunicación
Como persona emprendedora, debes someter tu idea de negocio al siguiente escrutinio: ¿Cuál es su cometido? ¿Por qué debería o debe existir? ¿Cuál es su razón de ser y por qué debería importarle a tu público objetivo o a cualquier persona? Las respuestas a estas preguntas constituyen el propósito y deben ser la base sobre la que construyas la comunicación de tu idea o proyecto.
El objetivo no es contratar personas que necesitan un empleo, sino contratar a personas que crean en lo mismo en lo que crees tú: Si contratas a gente sólo porque puede desempeñar un trabajo, entonces trabajarán por el dinero.
En líneas generales, el propósito es una combinación de sueños o deseos y de emprendimiento con el que puedes aspirar a generar un impacto determinado en la sociedad y atraer a aquellas personas que creen en lo mismo que tú.
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