Más de la mitad de los proyectos emprendedores fracasan por la personalidad de las personas que los llevan a cabo. Sin embargo, lograrlo está en función del contexto que le rodee y la influencia de factores culturales, económicos, sociológicos y psicológicos.
En los últimos años, los estudios sobre la capacidad emprendedora han incluido las características psicológicas de las personas que emprenden. La actitud emprendedora es la conducta de administrar los recursos para generar unos resultados, según la actividad en que se desarrolla. Para que un proyecto empresarial tenga éxito es necesario conocer las competencias emprendedoras de la persona o personas que van a estar al frente del mismo.
En numerosas ocasiones se ha comprobado que una misma idea empresarial puede ser un éxito o un fracaso en función del emprendedor que la ponga en marcha, encontrándose así con personas que pueden convertir en éxito casi cualquier proyecto que inicien. Si pensamos que el emprendedor “nace, no se hace”, cualquiera que reúna las características adecuadas está prácticamente predestinado a ser emprendedor y a la larga, un empresario.
Si los emprendedores son necesarios para asegurar el desarrollo económico, es importante considerar cómo se pueden identificar. Los determinantes importantes del comportamiento emprendedor son los rasgos de personalidad que presentan los individuos. El siguiente paso es preguntar cuáles son estos rasgos de personalidad. Aquí, es necesario considerar que sólo aquellos rasgos que han tenido fuertes argumentos científicos pueden ser considerados como integrantes de la personalidad emprendedora.
Por fortuna, la literatura ha empezado a converger en un grupo determinado de rasgos y en el que, en mayor o menor medida, están de acuerdo los investigadores. En este sentido, la formación tiene un papel clave en el desarrollo de las competencias emprendedoras. Un ejemplo son los grados universitarios de EDEM. Como muestran estos dos posts: uno sobre alumnos del Grado ADE y otro de estudiantes del Grado en Ingeniería que también se han decidido por emprender y desarrollar su propio futuro.
Lea también: Liderazgo: Factores Determinantes
Rasgos Clave de la Personalidad Emprendedora
- Locus de Control Interno: Las personas con un locus de control interno alto piensan que ellos son capaces de controlar los resultados, por lo que dedicarán más esfuerzo y persistencia hacia los resultados deseados, lo que, a su vez, debería ayudar a iniciar una aventura empresarial y a mantenerla exitosamente. Por el contrario, las personas con locus de control externo pueden ser más pasivas. Si uno piensa que no es capaz de controlar los resultados, no tiene razones para cambiar activamente su entorno y comenzar un negocio.
- Autoeficacia: La autoeficacia se refiere a la convicción de que uno puede organizar y ejecutar efectivamente acciones para producir unos resultados. Refleja la percepción para realizar un trabajo o tarea concreta. La autoeficacia afecta a la elección de la acción y a la cantidad de esfuerzo ejercido. La gente evita carreras y ambientes que exceden sus capacidades y emprenden vocaciones para las que se juzgan capaces. Dado que la autoeficacia predice la perseverancia ante dificultades y la efectividad personal, también se relaciona con la actividad emprendedora. La iniciativa empresarial conlleva importantes riesgos y dificultades, por lo que parece claro que los emprendedores necesitan altos niveles de autoeficacia.
- Propensión al Riesgo: Los individuos con puntuaciones altas en esta dimensión, estarán inclinados a comportamientos de alto riesgo, es decir, considerarán las alternativas cuyas consecuencias finales puedan alejarse de su marco de expectativas de resultados. Por su parte, los sujetos con baja propensión al riesgo, tenderán a comportamientos de bajo riesgo, y evitarán las alternativas que puedan causar resultados que varíen mucho de sus expectativas. La propensión al riesgo es, junto con la proactividad y la innovación, una de las tres dimensiones de la llamada orientación emprendedora. Es obvio que la actividad emprendedora implica, por definición, asumir riesgos de algún tipo. En este marco, la propensión al riesgo se refiere a la disposición del sujeto a comprometerse con oportunidades bajo posibilidades de fracaso. La tolerancia y actitudes positivas hacia el riesgo predicen la formación de intenciones emprendedoras.
- Proactividad: Esta se refiere a la tendencia a iniciar y mantener acciones que directamente cambian el ambiente circundante. Las personalidades proactivas identifican oportunidades y actúan sobre ellas, muestran iniciativa, realizan acciones directas y perseveran hasta que consiguen un cambio significativo. En contraste, las no proactivas fracasan en identificar y actuar sobre las oportunidades para cambiar cosas. La proactividad es otra de las dimensiones indispensables en la denominada orientación emprendedora, lo que supone perseverancia, adaptabilidad y disposición para asumir la responsabilidad ante el fracaso. También se ha confirmado la relación entre la personalidad proactiva y el comportamiento emprendedor, tanto en empresas ya creadas como en la población general. La proactividad implica un énfasis en anticipar y prevenir problemas antes de que ocurran y una orientación a la acción que incluye una interpretación creativa de las normas y un alto nivel de persistencia y paciencia para operar el cambio.
El emprendedor se enfrenta a innumerables obstáculos que pasan por la falta de cultura emprendedora, falta de recursos y falta de conocimientos y consecuentemente inseguridad en el terreno empresarial. Todo esto constituye un reto permanente para los emprendedores, que se puede y se debe apoyar en la formación continua. Lo que sí está claro es que los emprendedores y su personalidad, son claves para la economía.
Diez Características Clave de la Comunidad Emprendedora
- Vocación: El entusiasmo ayuda a que el sacrificio que conlleva toda actividad profesional no implique padecimiento, sino deseo de superación. La vocación supone el leitmotiv de toda profesión. El amor a nuestra ocupación resulta fundamental en el emprendimiento.
- Creatividad: Montar una empresa requiere inventiva. La imaginación nos da alas para mostrarnos ambiciosos y captar oportunidades en lugares inhóspitos.
- Sensatez y Seriedad: Llegar el primero al puesto de trabajo y marcharse el último. Además, la toma de decisiones requiere compromiso, pues tendremos que valorar las implicaciones y las consecuencias de apostar por un camino u otro.
- Tolerancia a la Incertidumbre: No nos engañemos, si hay un estado continuamente presente en el emprendimiento es la incertidumbre, y resulta algo que ha llegado a convertirse en una de las características de la comunidad emprendedora. El mundo evoluciona a pasos agigantados y, aunque podemos sospechar ciertas alteraciones en el devenir de los acontecimientos, no tenemos la certeza de qué aspectos cambiarán y en qué medida.
- Resolución de Problemas: Encontrar las soluciones antes de que irrumpa el problema parece la situación deseable.
- Tenacidad: Esta negativa a claudicar caracteriza a todo emprendedor/a, cuyas ideas se asientan en la tenacidad y el desconocimiento de la rendición. A Walt Disney lo echaron de su puesto de trabajo por falta de imaginación. La osadía, el ímpetu, el arrojo, la persistencia y la audacia son características de la comunidad emprendedora que no deben faltar si nuestro objetivo es montar un negocio. No significa que acometamos riesgos lanzándonos por un precipicio.
- Planificación y Eficiencia: Para enfocar los esfuerzos hacia aquellos aspectos que sustentarán los logros de nuestra compañía tendremos que seguir una planificación. Este bosquejo de actividades estará basado en metas estratégicas. Además, en este esquema también prevalecerá la eficiencia, es decir, el desempeño de las funciones que impliquen menos costes y más rapidez. Con este método controlamos las acciones para comprobar que vamos por el buen camino.
- Liderazgo: Tolerar errores, establecer metas, dar ejemplo, fomentar el potencial de cada uno de los miembros de la empresa, propiciar la reflexión… Las cualidades de un líder son también las virtudes de un emprendedor/a0. Estas personas reúnen a equipos altamente cualificados y establecen la armonía en su plantilla.
- Habilidad para Persuadir: Crear un tejido de contactos nos permitirá vender más y vender mejor. Una de las características de la comunidad emprendedora es su habilidad para persuadir. Por otro lado, las redes sociales se han convertido en eficientes socios para este cometido.
- Formalidad: Toda empresa respetable ha de proyectar una imagen seria. La formalidad implica sensatez y solvencia, dos virtudes que aportan a la compañía la credibilidad que requiere para su triunfo en el mercado. Dar al cliente aquello que se le ha garantizado ayudará a nuestra marca a labrarse un buen nombre.
Estas características de la comunidad emprendedora resultan básicas y claves para potenciar tu negocio. Disponemos de los instrumentos. Ahora, solo hace falta estar dispuestos a convertir en realidad nuestra idea. Pero con las ganas no basta.
Lea también: Éxito Emprendedor: Factores Determinantes
Lea también: El éxito emprendedor: Un análisis
tags: #factores #claves #emprendedores #iniciativa #creatividad #formacion