Emprender no es un camino sencillo. El empresario tiene que tomar decisiones, superar desafíos y superar etapas para hacer crecer su negocio sin contar a menudo con los necesarios recursos y equipo de trabajo.
A raíz de la crisis económica provocada por la pandemia de la Covid 19, el emprendimiento ha vuelto a crecer. Según datos del Instituto Nacional de Estadística (INE) la creación de empresas durante el primer semestre de 2021 ha sido un 57,6% mayor a la de 2020. Subida que ya se registró durante la crisis económica de los años 2008 y 2012 en los que el emprendimiento alcanzó su cifra más alta con un 12% de intención emprendedora según revela el Estudio Ecosistema emprendedor en España publicado en EAE Business School. Entre los principales motivos que llevan a emprender tenemos la creación de riqueza, tener mayores ingresos o ganarse la vida.
Muchas veces, el emprendedor tiene una buena idea y una hoja de ruta inicial para darle forma pero, por el camino se desanima e incluso puede llegar a abandonar porque se siente solo e incapaz de hacer frente a todo un mundo que desconoce y es nuevo para él: aspectos financieros, legales, administrativos,… Cuestiones de las que se debe encargar personalmente porque está empezando y no cuenta con los suficientes ingresos para contratar los servicios de profesionales que se encarguen de estos temas.
Esa sobrecarga de trabajo y, más aún en cuestiones que el empresario no domina, son el origen de la soledad del empresario entrando en un círculo vicioso en el que le cuesta tomar decisiones acertadas que le permitan hacer crecer su negocio y proyectarse hacia el futuro.
La soledad en el emprendimiento puede surgir por varias razones. La presión sobre los fundadores es enorme, y a menudo sienten que "nadie más entiende lo que está en juego". Otro factor importante es el proceso de toma de decisiones. Sin colegas para discutir problemas o solicitar consejos, los emprendedores a menudo se ven obligados a tomar decisiones solos, sin saber si esas decisiones son acertadas o no.
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Para muchos empresarios, las exigencias de un negocio en crecimiento no permiten el lujo de un balance ideal entre la vida personal y profesional, lo que puede llevar a una desconexión emocional con las personas cercanas. Existen, además, factores psicológicos que agravan este aislamiento. El emprendimiento incentiva la creación de una imagen pública de fortaleza y determinación inquebrantable, obligando a los líderes a mostrarse fuertes, decididos, e incapaces de mostrar debilidad, lo que puede generar un aislamiento innecesario.
Identificando las Causas Subyacentes
Ayer tuve una difícil conversación con un cliente y amigo. Después de varios años empujando su emprendimiento se siente vacío de energía y sentido. Ha debido reforzar su psicoterapia, empezó a tomar antidepresivos y es tal su nivel de frustración que escasamente puede seguir monitoreando a su equipo de trabajo. Peor aún: nadie lo sabe.
No me malinterpreten, que soy psicólogo. No tengo nada en contra de la psicoterapia y la farmacología, de hecho, la respeto y aconsejo para todo quien crea necesitarla. Y para este caso, lo que me compete desde mi rol de consultor en comunicación y cambio es intentar llevarlo a la reflexión primera: ¿Qué está pasando contigo y qué esta pasando con tu empresa?
La situación de su startup no es muy distinta a la de otros emprendimientos: una gran idea, la cuesta arriba de consolidarse en busca de financiamiento, tomar malas decisiones, fracasar y aprender, y repetir hasta lograr estabilizarlo como un negocio y estabilizarse como un empresario.
El punto es el siguiente: ¿Cuánto puedes aguantar?
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Lo pongo en esos términos, planteando que existen 3 variables que te permiten sostenerte como emprendedor:
- La satisfacción: también puede ser la pasión, normalmente dada por el sueño, el proyecto que buscas conseguir, el que a pesar de todos los obstáculos y caídas permite que te levantes y vuelvas a intentarlo. Hasta conseguirlo.
- La tranquilidad: o digamos la seguridad, al ver que tu emprendimiento funciona, que tienes un equipo comprometido, y a pesar de todo lo difícil, al menos no estas sólo. Por muy precaria que pueda ser esta estructura, la tienes.
- El ingreso: dinero, plata, lo económico, quizás el más difícil de conseguir, porque es la lucha permanente por crear un modelo que se sostenga, solvente y genere beneficios a sus socios. Durante mucho tiempo, el desafío será terminar con las pérdidas.
Pues bien, el caso que les cuento perdió las 3 variables.
Perdió toda la tranquilidad, porque ya no puede confiar en su equipo, quienes asumen compromisos que no cumplen, generando tensión interna y pues, poniendo en riesgo el negocio. Con esto, ha dejado de creer en el sueño, ya no le importa si lo logra o no, está considerando que no debía ser tan importante después de todo. Por último, no menor, el ingreso. Si bien logró un break even, no se está haciendo más rico, pero lo principal es que por las otras dos variables y el desgaste, siente que no vale la pena.
¿Y saben qué es lo peor? Que creo que está a semanas de lograr salir de allí y recuperarlo todo, pero puede ser que la depresión del emprendedor se lo coma.
Ni siquiera necesita recuperar las 3 variables y esto corre para cualquier emprendedor: basta con tener una variable para aguantar. Esa variable suele ser la satisfacción, pero si esa flaquea, al menos necesitas tener tranquilidad o que el negocio esté generando ingresos.
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Estrategias para Manejar la Soledad
Para manejar la soledad, uno de los primeros pasos que los emprendedores deben considerar es buscar redes de apoyo. Esto puede incluir la creación de relaciones con otros empresarios a través de comunidades de emprendedores, aceleradoras o programas de incubación. Conectar con personas que atraviesan desafíos similares puede ser una manera efectiva de combatir el aislamiento. Estas redes, tanto locales como globales, ofrecen espacios donde los fundadores pueden compartir sus preocupaciones, fracasos y éxitos sin temor a ser juzgados.
Otro enfoque útil para mitigar la soledad es la búsqueda de mentores o asesores experimentados. Estos mentores pueden ofrecer orientación, compartir sus propias experiencias y brindar apoyo emocional, haciendo que los emprendedores se sientan menos solos en su travesía. Sin embargo, las redes de apoyo externas no son la única solución.
Es fundamental que los emprendedores trabajen en su desarrollo personal y emocional. Establecer límites claros entre el trabajo y la vida personal, practicar el autocuidado y mantener un equilibrio entre el trabajo y la vida personal son estrategias que pueden ayudar a reducir la sensación de aislamiento.
En algunos casos, la soledad puede ser un síntoma de una sobrecarga mental o emocional que requiere intervención profesional. La terapia psicológica, tanto individual como en grupo, es una herramienta valiosa que muchos emprendedores están comenzando a adoptar. Buscar la ayuda de un terapeuta no debe verse como un signo de debilidad, sino como una estrategia proactiva para mantener el bienestar mental en el largo plazo.
A medida que el ecosistema de startups se vuelve más consciente de la importancia de la salud mental, es crucial reconocer que los fundadores tienen más probabilidades de experimentar trastornos como la ansiedad y la depresión en comparación con otros profesionales. Si bien el camino emprendedor puede ser solitario, existen maneras efectivas de manejar esta soledad.
Consejos Prácticos de Empresarios Experimentados
Enrique Fernández, fundador y CEO de Eferson, empresa de organización y eventos, considera que “es importante que demos visibilidad a todo lo que hace un empresario para que su negocio funcione. Hay momentos difíciles en los que tiene que tomar decisiones que no son fáciles y está sometido a mucha presión. Y todo ello se vive en soledad. Sólo otro empresario puede entenderlo”.
Antonio Rodríguez, empresario y CEO de Efficient Happiness, explica; “Para mí el concepto de soledad del empresario hace referencia a que cuando emprendes tú estás solo para realizar todas las tareas. Pasas muchas horas solo desarrollando y tirando el negocio para adelante sin poder comentar nada con nadie”
Tanto Enrique Fernandez como Antonio Rodriguez lo tienen claro: “Visibilizando el problema y humanizando la figura del empresario. Tenemos que dejar de verlo sólo como un jefe, es una persona como cualquier otra con sus problemas, sus emociones, sus inquietudes, con sus malos días,… La solución pasa por entender la naturaleza humana y enfocarnos en las personas”.
“Si todo va bien es por el trabajo del equipo y cuando las cosas van mal es culpa de una mala gestión del empresario” nos explica Enrique a lo que Antonio añade: “Públicamente, nunca puedes echar la culpa a nadie de tu equipo si las cosas no van bien. Eso no implica que internamente puedas depurar responsabilidades… El sentimiento de culpa que siente el empresario se produce por no haber sabido dirigir como era debido, por sentir que no se ha sabido transmitir lo que se quería o creer que no ha estado supervisando o no ha conseguido inspirar. Pero como empresarios tenemos que tener muy claro que cuando las cosas van bien es gracias al equipo pero también al empresario. El mérito es compartido”.
Recursos para Gestionar la Soledad
Antonio lo tiene claro: “Deporte, no es negociable. En mi caso necesito muchas endorfinas por el torrente sanguíneo que sirven de bálsamo para dejar a mi cortisol aletargado”
Y tanto Antonio como Enrique coinciden en otros factores como:
- Explicar lo que te pasa y compartir cómo te sientes con tus seres queridos. Aunque no lleguen a comprenderte del todo, da igual. Lo importante es desahogarse
- Autoconocimiento: algo esencial para desarrollar todo tu potencial y entender por qué te suceden las cosas y así poder anticiparte a futuras situaciones
- Aprender a gestionar las emociones, el estrés y la incertidumbre
- Desarrollar y potenciar al máximo las soft skills
- Ser resiliente y saber gestionar el cambio
- Separar lo profesional de lo personal y mantener un equilibrio entre ambas áreas de tu vida
- Tener siempre presente tu visión
- Y algo esencial: confiar en ti. Como explica Antonio: “No es malo estar solo, el problema es que no se nos enseña a estarlo. Si aprendes a estar bien contigo mismo y a confiar en ti, la soledad no es algo negativo, forma parte del día a día. Con quien has de rendir cuentas al final del día es contigo, debes mirarte al espejo antes de ir a dormir y tener la conciencia tranquila”
Herramientas y Recursos Adicionales
Aquí hay algunas herramientas y recursos adicionales que pueden ayudar a los emprendedores a combatir la soledad:
- Networking: Sal de tu espacio y entorno de trabajo a relacionarte socialmente. Saliendo de tu aislamiento vas a encontrar a personas con las que conectar. Nuevas amistades. Practica la desvirtualización.
- Tener tus referentes: Esas personas que han llegado donde a ti te gustaría llegar.
- No dejar de aprender y evolucionar: Participa y date a conocer en iniciativas como el premio emprendedoras. Con casos reales de mujeres profesionales con proyectos de éxito.
- Atreverse a superar tu miedo al fracaso: Accesibilidad a herramientas y recursos compartidos que te ayudan a optimizar tu tiempo y mejorar tu productividad. Hacer en compañía de otros profesionales ejercicio al aire libre.
- Busca un espacio de coworking: Un mástermind es una reunión de iguales para hablar ordenadamente sobre los retos o problemas a solucionar día a día y ayudarse basado en la experiencia.
- El Mentoring: El Mentoring sirve para potenciar tu desarrollo empresarial y personal. El mentor te acompaña, te motiva y te guía poniendo en tu proyecto su experiencia y formación.
- Únete a una comunidad de emprendedores: Entrar en una comunidad emprendedora es la mejor forma de evitar la soledad, ya sea en persona o virtualmente. Hacer amistad con personas en tu misma situación, compartir conocimientos y experiencias y hacer networking de calidad.