La Expedición Imperial Transantártica Británica, liderada por sir Ernest Shackleton, partió el 5 de diciembre de 1914 con el objetivo de realizar la primera travesía continental de la Antártida. El barco de Shackleton, el Endurance, quedó pronto bloqueado entre el hielo, obligando a su tripulación a luchar por sobrevivir. La historia del Endurance, en el gélido sur, fue radicalmente diferente a la de otras expediciones. La expedición de Shackleton afrontó los mismos problemas de hielo, frío y falta de provisiones y alimentos, pero la respuesta de su tripulación a estas condiciones infernales fue opuesta en todos los aspectos: el trabajo en equipo, el espíritu de sacrificio y un asombroso buen humor sustituyeron a la mentira, la trampa y el egoísmo más voraz.
Para el Endurance, todo cambió cuando el hielo del Mar de Weddell comenzó a cerrarse como un anillo a su alrededor. Pasaron los meses y el barco quedó atrapado entre la nieve y el hielo. Este último se fue empotrando implacablemente contra el casco hasta que, el 27 de octubre de 1915, el día 327 de la expedición, los mástiles se desplomaron, los laterales se rompieron y el barco quedó inutilizado. Esto obligó a la tripulación a realizar un viaje de cientos de kilómetros en trineo sobre el hielo, atravesando el helado Mar de Weddell, y después en bote hasta el árido islote conocido como Isla Elefante.
Una vez allí, reconstruyeron uno de sus pequeños botes salvavidas y Shackleton, acompañado de otros cinco hombres, navegó hasta las islas de Georgia del Sur en busca de ayuda. Este viaje de Shackleton y sus hombres, a bordo del frágil James Caird, les permitió llegar hasta su objetivo, aunque no a la zona que ellos buscaban. Shackleton y los dos hombres más aptos para efectuar la travesía a pie de la isla se encaminaron hacia la estación ballenera de Grytviken, en el extremo opuesto del punto que habían alcanzado con el James Caird.
Los hombres que habían permanecido atrás pronto fueron rescatados, pero quedaban los de la Isla Elefante, cuya situación era crítica. Shackleton luchó por conseguir ayuda para el resto de su tripulación y realizó tres intentos fallidos de salvamento con tres barcos diferentes. El viaje de Shackleton fue una hazaña extraordinaria no sólo porque los tripulantes consiguieron regresar vivos, sino por el excepcional liderazgo y trabajo en equipo que se vivieron durante todo el tiempo que duró la aventura. El hecho es que, además de sobrevivir, lo lograron con un nivel excepcional de atención y camaradería.
Salvando las distancias, de la experiencia de aquellos aventureros podemos extraer aprendizajes que en este tiempo de cuarentena nos pueden ser útiles para transitar la incertidumbre y mantener a las personas de nuestro entorno en forma, tanto física como mental.
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Lecciones Clave de Liderazgo de Shackleton
1.- No pierdas de vista la última meta y concentra tu energía en objetivos a corto plazo.
Cuando la situación se complica y nos encontramos en el límite, debemos encontrar la forma de canalizar la energía hacia dos metas igualmente importantes: por un lado, el objetivo importante a más largo plazo y por el otro, las tareas importantes a corto plazo. No obstante, dado que el primero de ellos puede ser distante e incierto, conviene emplear los recursos escasos que tenemos en las tareas de corto plazo, que generan impulso y aseguran la supervivencia. Ernest Shackleton demostró poseer un dominio asombroso de estas dos habilidades esenciales de liderazgo, aunque muy diferentes entre sí.
Con el final de su barco, el Endurance, Shackleton vio desaparecer su sueño de atravesar la Antártida, además de quedar completamente aislado del mundo junto a su tripulación hasta febrero de 1916 y con nulas posibilidades de ser rescatados. En este duro momento de desafío personal, Shackleton fue capaz de modificar rápidamente su meta a largo plazo, que consistía en cruzar el continente, por una nueva meta: devolver con vida a todos los expedicionarios. Al redirigir sus esfuerzos hacia el nuevo objetivo, escribió: “Un hombre debe saber adaptarse a un marco nuevo y el antiguo debe desaparecer inmediatamente”. La tenacidad de un Shackleton consciente de su responsabilidad como líder le permitió abandonar su plan original, redirigir sus esfuerzos y dedicarse de lleno a su nueva misión. Gracias a su convicción, a su tremenda fuerza de voluntad y a su profundo convencimiento de que la tripulación podría volver sana y salva, Shackleton logró inspirar a su gente.
Los cambios de las condiciones ambientales y las oportunidades forman parte de cualquier aventura que implique innovación y riesgo. En el caso de una expedición polar o de montaña, somos nosotros los que vamos a buscar la aventura. Otras veces, como ahora con el coronavirus, es el cambio brusco y la situación límite la que nos encuentra a nosotros. En los dos casos, está en nuestras manos elegir la forma en la que vivimos la situación. En mi opinión, es importante estar dispuesto a cambiar las metas a largo y corto plazo sin aferrarse al pasado, adaptarnos al viento en cada momento y comprometernos en estas nuevas metas con la misma pasión y energía que dedicamos al objetivo inicial.
El coronavirus nos ha pillado por sorpresa, ha bloqueado nuestra vida y estamos atrapados en casa. Nuestros objetivos de la semana pasada para los próximos días, semanas, meses, han desaparecido. Es momento de redirigir nuestra atención y energía para dedicarnos a lo importante ahora, que en mi opinión es cuidarnos (a nosotros y a los nuestros) y tomar conciencia de lo importante que son los pequeños actos individuales de solidaridad, amor y colaboración para salir juntos y reforzados de esta situación.
2.- Dar ejemplo personal con símbolos y conductas visibles y fáciles de recordar.
Dar ejemplo puede significar, en momentos de estrés y abatimiento, la diferencia entre el éxito y el fracaso. Shackleton comprendía esto a la perfección y era consciente de la importancia de que la tripulación lo viera como un líder, además de lo vital que resultaba recalcar con absoluta claridad el trabajo que debía realizarse. Todos somo líderes de una u otra manera y hay que ser consciente de que nuestra simple presencia personal es una fuente singular de energía y poder y que, por tanto, debemos sacar y exhibir este poder para contribuir o colaborar en nuestra peculiar tripulación en una situación al límite.
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Shackleton actuó de forma simbólica cuando el barco fue aplastado por el hielo y cuando fue necesario deshacerse de todo objeto superfluo para proseguir la marcha con trineos. Para ello, puso un ejemplo dramático, después de dar la orden de que cada hombre sólo podría llevar consigo un kilo de carga: se llevó las manos a la chaqueta, extrajo unas monedas de oro y las arrojó al suelo. Volviendo a meter las manos en los bolsillos, sacó una caja dorada de cigarrillos que corrió la misma suerte que las monedas.
Shackleton demostró personalmente con este gesto que los objetos sólo tenían valor en estrictos términos de supervivencia, y envió un mensaje inequívoco a su expedición: Debemos desechar cualquier cosa que no nos sirva directamente para alcanzar nuestra meta.
Cuando la expedición de Shackleton viajaba en los botes desde el campamento Patience (Paciencia) hacia la Isla Elefante, en unas condiciones particularmente severas, uno de sus miembros, el fotógrafo Hurley, perdió sus manoplas. Al enterarse, Shackleton se despojó de las suyas y, a pesar de estar de pie en popa, insistió en que Hurley se las pusiera. Esta cualidad es la capacidad para fijarse retos imposibles, para creer que todavía se puede ganar y para convencer a los demás de que tenemos razón.
3.- Inspire optimismo y autoconfianza, pero aférrese a la realidad.
Shackleton era un maestro sutil a la hora de fomentar en los espíritus posibilidades de futuro y energía positiva, manteniendo de este modo unido a su grupo. Cuando se encontraban varados en medio de los hielos de la Antártida incluso llegó a plantear a sus tripulantes la posibilidad de hacer una expedición a Alaska. Aunque pueda parecer ridículo, de esa forma les ofrecía una alternativa para asumir mejor las circunstancias y pensar en los peligros potenciales que les esperaban.
Planificar una expedición a Alaska era un método claro para entretener a los expedicionarios en las largas horas de espera, pero no sólo era una “distracción atractiva”, sino que les permitía mirar hacia el futuro y les prometía que habría más aventuras, además de ofrecerles la creencia firme de que lograrían vencer las dificultades presentes. Este era uno de los medios para fomentar esperanza y confianza.
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La insistencia de Shackleton en que “tienes que ser condenadamente optimista” fue una de sus cualidades más admirables, aunque a veces le cegaba ante la realidad y creaba tensiones entre la tripulación. Uno de los conflictos se produjo por el acopio de comida. El primer oficial, Greenstreet, estaba convencido de que la expedición necesitaba prepararse para pasar un tiempo prolongado sobre los hielos, mientras que Shackleton creía que bastaba con aprovisionarse para un mes. No quería que los tripulantes fueran a cazar más focas y mantuvo una discusión con Greenstreet al respecto, interpretando la conducta del primer oficial como un acto de deslealtad. Si rechazar los puntos de vista de los demás se hubiera convertido en un hábito, Shackleton quizá hubiera perdido la confianza de la expedición.
El optimismo es una cualidad esencial en situaciones límite, pero negar la evidencia puede ser fatal. Estos días tenemos que ser capaces de mirar en dos direcciones a la vez: Por un lado tener una actitud optimista y, al mismo tiempo, saber manejar la dura realidad.
Hay que dar cabida y espacio a todos los puntos de vista, así como respetar y aprender de las diferencias. Hay que resistir la tentación de excluir las ideas contrarias y poner los pies en la realidad, buscando miradas que contribuyan al bien común.
4.- Cuida de tí mismo, mantén tu resistencia y déjate de complejos de culpa.
Quienes han elegido embarcarse en expediciones y aventuras exigentes son, con frecuencia, personas con gran energía y empuje. Al mismo tiempo, la persecución de metas nobles implica fuertes exigencias físicas y psicológicas. Estas exigencias son mucho más obvias en condiciones extremas de supervivencia, pero son intrínsecas a cualquier desafío complejo (buscado o no), donde se produce siempre una tensión entre cuidar de sí mismo y alcanzar la misión, cueste lo que cueste.
La exploración de los polos o escalar altas montañas requiere atravesar todo tipo de desafíos físicos y emocionales: temperaturas extremas, falta de luz solar, posible inanición, ceguera por la nieve, aislamiento social y privaciones físicas, además de la congelación. En sus exploraciones, Shackleton llegó al límite físico y psicológico, aunque sorprendentemente carecía de una buena salud. Sin embargo, nunca se quejó de sus limitaciones físicas, ni ante sus hombres ni en sus diarios personales, a pesar de tener que afrontar fuertes malestares y, en ocasiones, dolores terribles que siempre negó por el deseo de continuar.
Además, el explorador siguió velando por el buen estado físico de los demás de forma coherente y continua, lo que refleja su liderazgo hasta el final. Siempre puso el bienestar ajeno por delante del suyo propio: hacía guardias de más voluntariamente y se ponía al timón durante largos períodos de tiempo, a veces tres turnos más que el resto de su tripulación.
En estos días de confinamiento, podemos cuidarnos de muchas maneras, estableciendo rutinas para mantenernos en forma física y mental: ejercicios en casa, meditar, escribir, conversar, estudiar, pintar, dibujar, ... “… Las tareas cotidianas y la rutina inspiran confianza, y el estado de ánimo del líder se refleja, como es natural, en todo el grupo.”
Estrategias Adicionales de Liderazgo según Dennis Perkins
- Tenga claro el sentido último del viaje.
- Rodee su estilo de liderazgo de gestos, símbolos y mensajes que sirvan de ejemplo y referencia.
- Cultive el optimismo y la autoconfianza.
- Ejerza el autogobierno personal con equilibrio y sentido de la distancia.
- Defienda y mime el concepto de equipo.
- Fomente y ejerza valores sublimes y edificantes como la camaradería, el respeto, la confianza mutua y la naturalidad.
- Lejos de minimizar, negar, aparcar o retrasar el conflicto, afróntelo de cara y penetre en sus misterios.
- Incorpore en su equipo personalidades fuertes libres e independientes.
- Dirigir es decidir, de modo que haga las paces con la incertidumbre y el riesgo.
- Instrúyase en la disciplina, la constancia, la perseverancia y la voluntad más firmes.
Tabla Resumen de Estrategias de Liderazgo de Shackleton
| Estrategia | Descripción |
|---|---|
| No pierda de vista la meta | Mantenga el objetivo final en mente pero concéntrese en los logros a corto plazo para mantener la moral y el impulso. |
| Dé ejemplo | Lidere con el ejemplo, utilizando símbolos y acciones que refuercen los valores y objetivos del equipo. |
| Sea optimista pero realista | Fomente el optimismo y la confianza, pero no ignore la realidad de la situación. |
| Cuide de sí mismo | Priorice su bienestar físico y mental para mantener la resistencia y evitar el agotamiento. |
| Minimice las diferencias de estatus | Insista en la cortesía y el respeto mutuo para fomentar la camaradería y el trabajo en equipo. |
| Domine el conflicto | Afronte los conflictos de manera constructiva, atrayendo a los disidentes y evitando luchas de poder innecesarias. |
| Encuentre algo que celebrar | Cree momentos de alegría y celebración para levantar el ánimo y fortalecer los lazos del equipo. |
| Esté dispuesto a asumir riesgos | Evalúe cuidadosamente los riesgos y esté dispuesto a asumirlos cuando sea necesario para lograr los objetivos. |
| Nunca se rinda | Mantenga una actitud perseverante y busque soluciones creativas incluso en las circunstancias más difíciles. |
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