El liderazgo es un proceso de influencia entre líder y seguidores que tiene como fin la consecución de las metas u objetivos del grupo, organización o sociedad.
Aunque estudiadas en facultades diferentes y consideradas profesiones distintas, las disciplinas de Liderazgo y Psicología están estrechamente conectadas. Los constantes cambios en el ámbito económico dificultan la definición de Liderazgo, que cambia periódicamente.
No obstante, según Hidayet Tiftik, Sukru Kilic y Mehmet Sağlam, en "Leadership Theories and Comparison of Them", un líder es aquella persona que “conoce las habilidades individuales de los seguidores, capacita y desarrolla a los seguidores y asegura el cumplimiento de los objetivos a largo plazo de la empresa”.
Por su parte, Rosa Sos define la Psicología como “una disciplina del conocimiento dedicada a la producción de ideas, instrumentos, métodos y procedimientos de acción e intervención que tratan sobre los fenómenos del comportamiento y la experiencia humana”, en su obra "Historia de la Psicología".
La Psicología como Base para el Liderazgo
La Psicología intenta explicar el comportamiento integral del ser humano. El estudio del management ha crecido espectacularmente durante las últimas décadas dentro de sus diferentes especialidades.
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Esta interacción entre Liderazgo y Psicología se produce por una mayor conciencia sobre el factor social que envuelve la dirección empresarial. El líder, sin seguidores, no tiene razón de ser. Necesita, de acuerdo con la obra "Elementos de administración", de Harold Knootz y Weinhrich Heinz, “influir sobre las personas de tal modo que se esfuercen de manera voluntaria y entusiasta por alcanzar las metas de sus grupos”.
Como consecuencia, desde el momento en el que el líder interactúa en un entorno social, precisa de una serie de habilidades psicológicas para ejercer su función con eficacia.
Así, la Psicología se ha convertido en una importante fuente de recursos y metodologías para las organizaciones, trasladando sus profundos conocimientos sobre el comportamiento humano a la dirección y gestión de equipos.
Gracias a este vínculo entre Liderazgo y Psicología, hoy sabemos que un líder extraordinario debe reunir numerosas competencias psicológicas, como la capacidad de generar confianza en el grupo, la empatía, la escucha activa o la inteligencia emocional. Además, los programas de liderazgo más reputados incluyen enseñanzas sobre procedimientos y métodos que provienen del campo de la Psicología y las Neurociencias, como el mindfulness, la atención plena o el coaching.
Áreas Superpuestas, No Coincidentes
Ahora bien, aunque Liderazgo y Psicología confluyen en el estudio de cómo el líder puede influir, motivar e inspirar, estas disciplinas presentan otros elementos que las separan.
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Encontramos muchos ámbitos de actuación de la Psicología que nada tienen que ver con el Liderazgo. Así, por ejemplo, sin salir de la esfera empresarial, hablamos de la Psicología del consumidor, donde se analizan los hábitos de consumo. Mientras, fuera de las organizaciones, existen otras ramas de estudio, como las especializadas en los niños, la sexología, el deporte, la salud…
“La psicología puede tener tantas facetas como actividades realiza el ser humano”, apunta Arturo Torres en "Las 12 ramas (o campos) de la Psicología". Del mismo modo, el Liderazgo no solo bebe de las enseñanzas psicológicas.
Si bien un directivo debe contar con una fuerte inteligencia intrapersonal e interpersonal, también debe disponer de otras cualidades para desarrollar su labor. Es decir, un líder tiene que saber trabajar en equipo, fomentar las relaciones personales y ser comunicativo, pero también requiere de visión estratégica, competencias técnicas o capacidad para establecer metas ambiciosas para ser altamente efectivo.
En definitiva, Liderazgo y Psicología convergen en un determinado punto. No obstante, sus respectivos radios de acción son más amplios, como dos círculos que se superponen de forma parcial.
¿Qué es Ser un Buen Líder?
En cualquier organización, el liderazgo es una pieza clave para el éxito. En realidad, ser un líder implica mucho más que simplemente tener poder. La Psicología del liderazgo se enfoca en entender cómo los líderes influyen en las personas y cómo estas interactúan con el líder.
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Un buen líder se caracteriza por ser una persona que posee habilidades y competencias que le permiten guiar de manera efectiva a un grupo de individuos hacia un objetivo común. Aunque no existe una única definición de lo que hace a un buen líder, la mayoría de los expertos están de acuerdo en que un buen líder debe tener algunas características fundamentales.
Una de las características más importantes que debe tener un buen líder es la capacidad de inspirar confianza en su equipo. Un líder que es capaz de generar esa confianza tiene la capacidad de motivar a sus colaboradores, fomentando la cooperación y el trabajo en equipo. Para generar confianza, es importante que el líder tenga una actitud positiva, sea claro y directo en la comunicación y tenga una buena capacidad para tomar decisiones.
Otra característica importante de un buen líder es la habilidad para comunicarse de manera efectiva. Un líder efectivo es aquel que puede comunicar sus ideas de manera clara y persuasiva, logrando que su equipo se sienta involucrado y comprometido con el objetivo que se está persiguiendo. Además, un buen líder debe ser capaz de escuchar a su equipo y ser empático, lo que le permitirá entender sus necesidades y preocupaciones.
La capacidad para tomar decisiones difíciles es otra habilidad que debe tener un buen líder. Un buen líder debe ser capaz de tomar decisiones justas y equilibradas, considerando todos los factores involucrados en la situación.
Otra habilidad importante que debe tener un buen líder es la capacidad para resolver conflictos. Un buen líder debe tener la capacidad de resolver estos conflictos de manera efectiva, fomentando el diálogo y la cooperación entre los involucrados.
Por último, un buen líder debe tener una visión clara y estratégica del futuro. Un líder efectivo es aquel que tiene una visión clara de lo que quiere lograr y sabe cómo llegar allí. Esto implica tener un conocimiento profundo de las fortalezas y debilidades del equipo, así como de las oportunidades y amenazas del entorno.
Diferencias entre Jefe y Líder
El término "jefe" se refiere a la posición de autoridad dentro de una organización, mientras que el término "líder" se refiere a la capacidad de influir y guiar a otros. Aunque un jefe también puede ser un líder, estos dos roles tienen algunas diferencias clave.
El jefe es responsable de establecer objetivos y supervisar el trabajo de sus subordinados, asegurándose de que se cumplan los plazos y se logren los resultados deseados. Los jefes a menudo tienen un enfoque autoritario, donde se espera que los empleados sigan órdenes sin cuestionarlas.
Por otro lado, un líder no solo se enfoca en la supervisión y el cumplimiento de objetivos, sino que también se enfoca en el desarrollo de su equipo y en maximizar su potencial. Los líderes inspiran a sus subordinados a través de su ejemplo y su capacidad para articular una visión convincente. También son más propensos a delegar responsabilidades y empoderar a sus empleados para tomar decisiones.
Otra diferencia importante entre un jefe y un líder es la forma en que manejan el conflicto. Los jefes a menudo buscan resolver el conflicto de manera autoritaria, tomando decisiones rápidas y sin considerar las opiniones de sus subordinados. Por otro lado, los líderes tratan de llegar a soluciones colaborativas, fomentando la comunicación abierta y la resolución de problemas en equipo.
¿Cómo Ser un Buen Líder?
Un líder efectivo es alguien que puede inspirar a su equipo, motivarlos a trabajar juntos y alcanzar objetivos, y hacer que cada miembro del equipo sienta que su trabajo es valioso y apreciado.
Hay muchas habilidades y características que hacen que alguien sea un buen líder, y a continuación podemos ver todo lo que debemos aprender para poder serlo nosotros también:
- Comunicación efectiva: un buen líder debe poder comunicarse claramente y de manera efectiva. Esto significa que debe poder escuchar a los demás y hacerse entender de manera clara. También debe ser capaz de dar feedback constructivo y motivar a su equipo.
- Visión y dirección: un líder debe tener una visión clara del objetivo final y ser capaz de guiar a su equipo hacia ese objetivo. Debe poder establecer metas realistas y planes de acción, y estar comprometido con el éxito del equipo.
- Honestidad e integridad: un buen líder debe ser honesto y transparente. Debe ser coherente en sus acciones y palabras, y ser un modelo a seguir para su equipo.
- Empatía: un líder efectivo, a su vez, debe ser empático y compasivo. Debe ser capaz de entender las necesidades y preocupaciones de su equipo, y trabajar para crear un ambiente de trabajo positivo.
- Flexibilidad: debe ser flexible y estar dispuesto a adaptarse a los cambios. Tiene que ser capaz de pensar en soluciones creativas y encontrar formas de resolver problemas de manera efectiva.
- Capacidad para delegar: un buen líder debe ser capaz de delegar tareas y responsabilidades de manera efectiva. Debe confiar en su equipo y darles la libertad de tomar decisiones y llevar a cabo sus responsabilidades.
- Liderazgo por ejemplo: también, un buen líder debe ser un modelo a seguir para su equipo. Debe estar dispuesto a trabajar duro, ser dedicado y motivado, y ser un ejemplo de profesionalismo y ética de trabajo.
Estas habilidades y características son solo algunas de las que hacen que alguien sea un buen líder. Es importante recordar que cada líder es único y que su estilo de liderazgo puede variar según la situación y el equipo con el que trabajen. Sin embargo, todos los líderes efectivos comparten ciertos rasgos y habilidades que los hacen destacar. Además, hay que tener en cuenta que los líderes son responsables de guiar y motivar a sus equipos para alcanzar los objetivos de la organización, así como de tomar decisiones difíciles y gestionar situaciones complejas.
Estilos de Liderazgo
El liderazgo es un proceso de influencia entre líder y seguidores que tiene como fin la consecución de las metas u objetivos del grupo, organización o sociedad.
La mayoría de los autores nos dicen que el liderazgo es un proceso de influencia sobre una persona o grupo para la consecución de una meta. Sin embargo, otros autores hacen hincapié en los procesos de comunicación y la interacción entre el líder y el grupo. También, encontramos definiciones que se centran en el poder que ejerce el líder ya sea un poder legítimo (por el puesto que ocupa) o el poder de la personalidad. En este sentido, la influencia del líder dependerá del puesto que ocupe en la estructura de la organización, en niveles altos es donde su liderazgo tiene un sentido estratégico y ejerce una influencia indirecta.
La autoridad y poder del líder: es la capacidad de un individuo o un grupo para influir en las creencias o en las acciones de las personas. Habilidad para inspirar comportamientos, actitudes y predisposiciones a sus seguidores.
Existen diferentes clasificaciones y definiciones para los tipos de liderazgo existentes. Una investigación realizada por la firma consultora Hay/McBer, basada en una muestra aleatoria de3.871 ejecutivos, seleccionados de una base de datos de más de 20.000 ejecutivos en todo el mundo, revela mucho del misterio del liderazgo eficaz. El estudio descubrió seis estilos de liderazgo distintos, cada uno de los cuales surge de diferentes componentes de la inteligencia emocional:
- Liderazgo Coercitivo: exige cumplimiento inmediato “Haz esto!”. Está orientado al logro, tiene iniciativa, funciona mejor en entornos de transformación o con empleados problema.
- Liderazgo Orientativo: moviliza a las personas hacia una visión “ven conmigo”, son personas con autoconfianza, empatía y catalizadores del cambio. Su entorno óptimo es para brindar una visión nueva u orientación clara.
- Liderazgo Afiliativo: crea armonía y construye lazos emocionales “Las personas son lo primero”. Destacan por su empatía, por la construcción de relaciones, por su estilo de comunicación. Son buenos resolviendo conflictos en los equipos y motivan ante situaciones estresantes.
- Liderazgo Democrático: forja consenso mediante la participación, ¿qué piensas tú? Es colaborador, lidera el equipo, cuida la comunicación. Destaca en la búsqueda de consenso y obtener aportes de empleados valiosos.
- Liderazgo Ejemplar: Fija altos estándares para el desempeño “Haz como yo, ahora”. Conciencia, orientación al logro, iniciativa son sus señas de identidad. Es bueno para obtener resultados rápidos de un equipo motivado y competente.
- Liderazgo Formativo: Desarrolla a las personas para el futuro “Intenta esto”. Destaca por su orientación al desarrollo de las personas de su equipo, empatía, autoconciencia. Es un elemento valioso para ayudar a alguien a mejorar el desempeño o las fortalezas a largo plazo.
Nuevas investigaciones sugieren que los ejecutivos más eficaces usan una colección de estilos de liderazgo distintivos; cada uno en la medida justa, en el momento preciso. Tal flexibilidad es difícil de poner en acción, pero rinde frutos en el desempeño. Y mejor aún, se puede aprender.
Además de los clásicos, existen estilos más recientes y aplicados en entornos colaborativos:
- Liderazgo afiliativo: Prioriza las relaciones y el bienestar del equipo.
- Liderazgo coaching: Se enfoca en el desarrollo personal y profesional de los colaboradores.
- Liderazgo situacional: Se adapta al contexto y a las necesidades de cada momento y persona.
- Liderazgo servidor: Pone al equipo por delante de los intereses individuales del líder.
Elegir el estilo adecuado depende del equipo, el contexto y los objetivos del momento.
El Impacto del Liderazgo en la Salud Mental
Tras décadas de hablar de liderazgo existen estudios que demuestran que el estilo de liderazgo impacta en algunos impulsores del clima o ambiente de trabajo: flexibilidad, responsabilidad, estándares, recompensas, claridad, compromiso.
Algo que impacta en el clima o ambiente de trabajo va a condicionar unos niveles de satisfacción entre los empleados e incluso puede llegar a afectar a la salud mental, en positivo o en negativo.
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