De tanto en tanto convendría echar mano al tan sabio refranero español en el que entre sus muchas advertencias destaca la de "nadie da duros a cuatro pesetas". Como era de esperar, la tomadura de pelo de Amadeo Llados (32) -en redes Lladosfitness- parece tener los días contados a tenor de la demanda colectiva que más de 1.000 personas han presentado por estafa, estafa piramidal y delitos de odio.
El pseudo coach emocional e influencer prometía a más de 1,4 millones de seguidores el oro y el moro a cambio de matricularse en uno de sus cursos de más de 1.800 euros donde prometía a enseñarles a ganar su primer millón en poco tiempo. A base de insultar a feos, gordos y pobres ha desvelado que el grado de la estupidez humana es tan infinita como el número Pi.
Quizás deberíamos estarle "agradecidos y emocionados", como cantaba la inolvidable Lina Morgan.
Thalía García: La Novia en el Ojo del Huracán
Tangencialmente, una de las personas que más críticas está recibiendo es su novia de origen mexicano Thalía García, con quien empezó a salir en 2016. De una belleza natural sin parangón, la joven ha llegado a convertirse en objeto de sus propios insultos misóginos. Pero bien que la alimenta a base de Cheetos, que le encantan, aunque el trolero se los raciona.
La mexicana no tiene un oficio definido, excepto el de ser mujer objeto, pero sí mucho beneficio. Estaría en su derecho, of course. Se conocieron en un gimnasio y como prueba de amor, Amadeo se la ha tatuado en cinco ocasiones. Su rostro se aprecia en el brazo, antebrazo y por encima del tendón de Aquiles. Están hechos el uno para el otro.
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Ella es uno de sus pilares para seguir tomando el pelo mientras los seguidores caen hipnotizados ante la figura de reloj de arena de la dama de las mamellas. Para la joven estadounidense cuyos padres son originarios de Nayarit, en el Pacífico Mexicano, cosificarse se ha convertido en una obsesión que nada tiene que envidiar a las Kardashians.
El Estilo de Vida de Amadeo Llados
Amadeo Llados, rey de los 'burpees' sin saltito al final y de la motivación digital, lleva camiseta negra 'oversize' y se encuentra recostado en una butaca mientras su mujer, la mexicana Thalía García, anda deshaciendo las maletas. Es 8 de junio y la pareja está de regreso a su mansión de Miami después de pasar unos días de vacaciones en Ibiza.
En un yate, con un par de modelos latinas y a todo trapo, que es lo que le gusta. El madrileño debería estar con una sonrisa de oreja a oreja en la cara, como el niño que es, de acuerdo con sus enseñanzas; pero se nota que no está contento. El miércoles de esa semana fue demandado ante la Audiencia Nacional por más de mil exseguidores, que le acusan de estafa piramidal y de delito de odio.
En total, la broma podría salirle por unos diez años de cárcel. Y, claro, así es difícil relajarse. Hacia el final del preguntas y respuestas de hora y cuarto por Zoom que organiza con los suscriptores de su curso Tu1Millón cada sábado, estalla. Y, con rabia, carga contra el sistema, al que llama 'la Mátrix', y contra los medios de comunicación sin apuntar directamente a nadie.
Porque ese no sería su estilo.
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Morgan Osman: Un Paralelismo en el Mundo de los Influencers
Morgan Osman ha salido mucho en este blog. ¿Qué es de su vida? Para quien no la conozca, Morgan Osman es una modelo de Instagram a la que descubrí cuando se hizo novia del diseñador Philipp Plein. Es un señor que no sabía quién era hasta que empezó a salir con la modelo Madalina Ghenea.
Fue una de esas relaciones que huelen a chamusquina, con mucho drama y demostraciones públicas de amor, para luego desaparecer de un día para otro, mientras la antes adorada novia no puede entender qué ha pasado. Pero lo que más me sorprendió fue ver cómo Philipp hacía lo mismo con una novia tras otra. Todo eso está explicado, más o menos, en este post.
Morgan Osman es la novia que tuvo después de la novia que tuvo después de la novia que tuvo después de Madalina. Me llamó la atención enseguida por ser arrogante, malhablada y adicta a los tratamientos estéticos. Parecía muy segura de su novio y de su devoción.
Me sorprendió que estuviera tan convencida de que Philipp Plein no iba a hacerle lo mismo que le había hecho antes a decenas de mujeres igual de guapas que ella o más. Por descontado, el diseñador la dejó al cabo de un año, y aunque Morgan intentó volver con él, no lo consiguió.
Su sueño era atrapar a un hombre rico con el que formar una familia y restregárselo por las narices a las que buscaban lo mismo, dicho por ella, así que siempre he estado pendiente de Morgan, para ver si lo conseguía y cómo le iba mientras tanto. Su largo camino no ha tenido desperdicio pero parece que hay final feliz. Iremos por partes.
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Lo primero que ha cambiado en estos años es su cara. Morgan Osman siempre ha sido 100% transparente con sus operaciones y eso es algo que me encanta de ella. Desde que la sigo ha tenido tres o cuatro caras distintas: se la puede situar en el tiempo mirando la nariz, la forma de los ojos o las sienes en sus fotos.
Su experiencia (o pesadilla) con la cirugía estética empezó cuando se operó la nariz a los veinticinco años. No le quedó bien y se la volvió a retocar; entonces, quedó mucho peor, tanto, que ningún cirujano especialista en rinoplastias quería aceptar su caso. Corría el riesgo de tener problemas respiratorios o de quedarse sin nariz, directamente.
Esos problemas hicieron que se sintiera muy insegura. Pudimos verlo durante su relación con Philipp Plein. Morgan solo subía fotos muy retocadas con photoshop. Se escondía, literal, cada vez que Philipp cogía el móvil para subir algo a Instagram (lo que sucedía 150 veces al día). Odiaba que la pillaran por sorpresa. La verdad es que la Morgan de Instagram no tenía nada que ver con la Morgan que captaban los fotógrafos.
Aunque los pechos ya los tenía operados, a Philipp Plein le gustaba que sus novias tuvieran un busto gigante, talla XL. Como la operación era un regalo, Morgan accedió a subir dos tallas más, algo de lo que luego se arrepintió, porque notaba que los implantes tan grandes quedaban raros a medida que iba envejeciendo. Su trasero redondo es fruto de unas inyecciones que están prohibidas en Estados Unidos, pero dice que tuvo suerte porque a ella le quedaron bien.
En 2020, Morgan Osman viajó a Turquía, donde sí aceptaron arreglarle la nariz, y se sometió a un combo de lifting de cejas, lifting del labio superior y una rinoplastia de aumento con cartílago. Esto lo sabemos porque Morgan compartió cada minuto del proceso en su Instagram. No hice capturas y Morgan terminó archivando las fotos, pero juro que lo subió todo, vídeos de los puntos y las vendas y ella hinchada pero contenta.
También se sometió al tratamiento Morpheus y se aumentó los labios con ácido hialurónico. La verdad es que el estilo de vida es una razón importante de las operaciones que se hacen estas chicas. Viven en ciudades muy competitivas donde se lleva un cierto tipo de belleza. Tienes que tener la cabeza muy bien amueblada para no dejarte llevar por ello.
En cuanto quedó claro que la relación con Philipp no tenía remedio, Morgan decidió empezar de cero en Miami, un sitio donde abundan los traseros BBL, las narices respingonas y los labios inflados. Por desgracia, un año después tuvo que volver a Estambul porque la nueva nariz estaba colapsando, como los cirujanos de Estados Unidos le habían dicho que ocurriría, pero parece que todo salió bien, porque ahora Morgan tiene la nariz en su sitio.
Con las redes sociales y tanto filtro nunca se sabe cómo son estas chicas en realidad, pero he visto suficientes indicios que me hacen pensar que Morgan está más guapa que nunca, como por ejemplo, el vídeo viral en el avión. ¡Seguid leyendo!
En septiembre de 2023 Morgan se hizo viral cuando la expulsaron de un avión, o cuando ella decidió bajarse antes del despegue, según quién cuente la historia. Parece que se peleó con otra pasajera y que le gritó a otra que la estaba grabando: “¡Soy famosa en Instagram!”.
Se creó un blog de pago que tuvo éxito pero que dejó al cabo de unos pocos meses (para que un blog funcione tienes que escribir, y tiene que gustarte), y también lo intentó con una cuenta de Only Fans, que abandonó en tres semanas. Morgan era emprendedora, pero parece que le faltaba constancia y visión. En las capturas del vídeo sale monísima, así que todo lo de las cirugías ha terminado bien.
En un giro de acontecimientos de esos de los que nunca te recuperas, Morgan empezó a salir con Wes Watson, un ex convicto que se dedica a dar cursos de motivación para ser millonario. Para situarlo mejor a nivel patrio, es el mentor del gurú Amadeo Llados.
Aunque no termino de entender lo que enseña esta gente, parece que el modelo consiste en vender un curso de varios miles de dólares con una serie de lecciones (levantarse pronto, hacer ejercicio, y escuchar frases sobre cómo triunfar en la vida), luego pasar a vender tú lo mismo a otros incautos, y así sucesivamente.
Para ofrecer una imagen de éxito y crear contenido relacionado con la riqueza (vídeos en un Rolls Royce con rap de fondo) hay que disponer de medios, aunque sea para alquilar coches y mansiones. Wes Watson tiene una inmensa colección de coches de alta gama y una mansión que cuesta 100.000 dólares al mes de alquiler. Eso le entró por los ojos a Morgan, a la que le encanta la ostentación.
Estaba encantada, entusiasmada, convencida de que volvía a tenerlo todo, y para demostrarle que iba en serio, se tatuó el nombre de Wes la cara cuando llevaban una semana de apasionada relación. No olvidemos que ya se había tatuado el nombre de Philipp Plein en 2016. ¿En serio, Morgan? Morgan contó luego que Wes Watson le había prometido que se casaría con ella y que estaban buscando un bebé desde el principio. Love Bombing en todo su esplendor. En serio, era mucho peor que con Philipp.
Desde luego, yo estaba segura de que iba a terminar fatal, pero no me imaginaba que iba a terminar tan pronto. Al final, no duraron ni dos meses. Un día, Morgan descubrió que Wes le había estado enviado dinero a su ex novia, Angie, y el gurú terminó confesando que seguía enamorado de ella.
Después del tatuaje, de dejar su piso para irse a vivir con él y de compartir su relación con su millón de seguidores, ahora Morgan tenía que hacer las maletas y marcharse. Con todo el derecho, se puso furiosa. Mostró su indignación en las redes sociales y publicó todos los trapos sucios que pudo sobre Wes: se ve que no se levanta a las 3 de la mañana para hacer flexiones, sino que solo se levanta para subir el vídeo haciendo flexiones, que no es lo mismo, y luego se vuelve a dormir.
Los abogados de Wes le enviaron una carta de cese y desiste para que dejara de hablar de él. Aunque no hizo caso, al final no había mucho más que pudiera hacer y terminó pasando página.
Después del esperpento de Wes, Morgan volvió con Jason, un ex novio con el que ha estado cortando y volviendo desde hace un par de años. En verano de 2024 anunció que estaba embarazada. Su bebé, Easton, nació poco después, y parece que ahora sí que Morgan está con el hombre de su vida. Ser madre era uno de sus sueños y por fin lo ha conseguido.
El embarazo cambió su forma de ver las cosas. Morgan descubrió que necesitaba paz y alejarse del circo de las redes sociales. Ahora lleva un perfil bajo, es más discreta y sube más cosas de su hijo que de ella misma.
Otro cambio importante en su vida es que ha dejado la comida basura. Como tiene un metabolismo privilegiado, siempre ha comido lo que ha querido. Recuerdo sus stories con pedidos de Burger King y demás porquerías. Ahora, ha aprendido a cocinar para su familia y aunque le cuesta, se mantiene alejada de los ultraprocesados.
Su nueva aventura empresarial es una marca de moda, Someone’s Mom, para quienes van de aquí para allá todo el día pero quieren ir guapas y cómodas. Por descontado, no es la primera vez que Morgan se aventura a hacer algo parecido: con Philipp ayudaba a diseñar las colecciones y siempre ha estado con líneas de bikinis y demás. Pero es la primera vez que lo hace de manera seria, con web bonita, modelos preciosas, packaging elegante y presencia en las redes sociales. Ahora solo tiene que ser constante.
Como ella misma ha contado, aunque le apetecía ser más discreta y la Morgan alocada de antes ya no existe, echaba de menos el proceso creativo. Por muy bien que vivas y mucho dinero que tengas, si no tienes algo tuyo terminas perdiendo tu luz. No sé cómo era en la veintena, pero llevo siguiéndola ocho años aproximadamente, y está clarísimo: Morgan vive su momento más estable y feliz.