La Asombrosa Migración del Charrán Ártico: Un Verano Eterno

El charrán ártico (Sterna paradisaea) es famoso por realizar la migración más larga posible sin salirse de nuestro planeta. Es decir, que se marcha cuando el verano boreal empieza a declinar para trasladarse a la primavera austral.

El charrán ártico disfruta de un verano eterno gracias a sus migraciones entre el Ártico y la Antártida.

Características del Charrán Ártico

Los charranes árticos son aves de tamaño mediano. Miden 33-39 centímetros de largo y tienen una envergadura de 76-85 cm. De punta de pico a punta de cola mide entre 28 y 39 cm, variación que depende de lo desarrolladas que cada ejemplar tenga las largas plumas exteriores de la cola. Machos y hembras presentan el mismo aspecto (ausencia de dimorfismo sexual).

Son aves de gran longevidad y muchos llegan a los veinte años de edad.

Distribución y Hábitat

Durante el verano del hemisferio norte, este ave se distribuye por todo el ártico: Canadá, Groenlandia, Islandia, Escandinavia y Siberia. También cría en Escocia e Irlanda.

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Durante el invierno boreal (verano austral) vagan por los mares del sur - posándose en los témpanos de hielo a la deriva - desde el extremo sur de Sudamérica, las Malvinas y las costas más meridionales de Sudáfrica, llegando hasta el litoral antártico.

El charrán ártico se reproduce en el hemisferio norte, desde regiones templadas hasta el alto Ártico. Es un ave eminentemente costera, aunque también puede adentrarse en áreas interiores. Selecciona una gran variedad de hábitats, desde playas de guijarros a islas en lagos y lagunas costeras, además de la tundra ártica.

La Migración Más Larga

Los charranes árticos que crían en la isla de Ellesmere (Canadá) y alcanzan las costas de la Antártida durante el verano austral recorren cada año - entre ir y volver - cerca de 40.000 kilómetros ya que, si bien entre ambos destinos y en línea recta median unos 18.000 km, no vuelan directos, pues hacen varias escalas siguiendo la costa.

Para comprender los patrones migratorios de los charranes árticos, los científicos instalaron con éxito un pequeño dispositivo geolocalizador de tan solo 1,4 gramos en diversos ejemplares, dando cuenta de las rutas seguidas por estas aves, las cuales se desplazan desde Groenlandia hasta el mar de Weddell, en las costas de la Antártida, y luego regresan a sus lugares de reproducción.

Para conocer este dato, un grupo de científicos holandeses capturaron siete charranes árticos y les colocaron en las patas unos geolocalizadores de apenas 1,5 gramos de masa.

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Los charranes árticos habían alcanzado la punta meridional de África y luego habían volado por el océano Austral antes de dirigirse hacia el sur hasta la Antártida, para luego volver a su hogar por el Atlántico, un circuito mucho más largo.

Los charranes árticos pueden vivir hasta los 34 años y realizan el viaje entre el Ártico y la Antártida 2 veces al año a lo largo de su vida adulta.

Rutas Migratorias Detalladas

Los investigadores descubrieron que las aves no viajaron inmediatamente al sur, sino que pasaron casi un mes en el mar, en medio del océano Atlántico Norte, aproximadamente a unos 1.000 kilómetros al norte de las islas Azores. Después de esta larga escala, las aves continuaron su largo viaje hacia el sur por la costa del noroeste de África, pero alrededor de las islas de Cabo Verde, el comportamiento de las aves volvió a sorprender al equipo.

Aproximadamente la mitad de las ellas continuaron por la costa de África, mientras que la otra mitad cruzó el océano Atlántico para seguir una ruta paralela hacia el sur por la costa este de América del Sur.

Curiosamente, en su largo viaje de vuelta, las aves no eligieron la ruta más corta de regreso a sus lugares de reproducción, en Groenlandia. En cambio, los charranes árticos trazaron un gigantesco patrón en 'S' hacia el norte a través del océano Atlántico, un desvío de varios miles de kilómetros hasta sus colonias de reproducción.

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"Nuestro análisis muestra que el comportamiento de las aves está estrechamente relacionado con los parámetros físicos y biológicos a lo largo de la ruta de migración. Hicieron una pausa en su migración hacia el sur para pasar un tiempo en aguas altamente productivas en medio del océano Atlántico. En comparación con este lugar de escala, el área marina inmediatamente al sur tiene una productividad más baja", explica Carsten Egevang del Instituto de Recursos Naturales de Groenlandia. "El viaje de regreso indirecto en 'forma de S' en primavera indica que los charranes árticos también aprovechan al máximo los sistemas de viento globales predominantes para reducir los costos energéticos en su largo vuelo hacia el norte”, añade.

Alimentación y Comportamiento

Se alimentan principalmente de peces y pequeños invertebrados marinos. Tal como hacen muchas otras especies de aves, el charrán ártico adapta su dieta a lo que ofrece el enclave y la estación: con tantos kilómetros a recorrer, durante la migración ha de estar listo para aprovechar cualquier recurso alimenticio.

Pero su obsesión principal es el pescado: peces pequeñitos, imprescindibles para sacar a delante a los pollos, incluso si en el lugar abundan los invertebrados, que también consumen. Los peces más grandes llaman la atención de los págalos y las gaviotas, que perseguirán al charrán hasta que lo suelte. Por eso, mientras haya “piratas en la costa”, les resulta más práctico capturar presas poco espectaculares.

El charrán ártico cría colonialmente. La pareja, una vez reunida, suele instalarse en el territorio del macho y empieza a escarbar el suelo en varios sitios, incluidos antiguos nidos. Finalmente la hembra se decide por uno, lo acaba de agrandar y pone allí los huevos.

Su dieta se basa, fundamentalmente, en pequeños peces y, en menor medida, en crustáceos, moluscos e insectos. Ocasionalmente, puede alimentarse de bayas, despojos de pescado o lombrices. El nido consiste en una pequeña depresión poco delimitada en el suelo.

Conservación

Este charrán no parece sufrir graves problemas a escala mundial. Está muy ligado a sus fuentes de alimento, por lo que las principales amenazas en las zonas de cría se relacionan con su disponibilidad de presas. Se ha demostrado el efecto negativo que producen sobre él las mareas rojas, la sobrepesca, así como los vertidos de hidrocarburos.

También figura en el Listado de Especies Silvestres en Régimen de Protección Especial.

Avistamiento

En España, para intentar ver esta especie lo más efectivo es ir a Estaca de Bares (Galicia) durante los pasos migratorios. Imprescindible el telescopio.

Pero no hace falta ir tan lejos ya que, si sabes dónde buscar, es fácil verlo a este lado del Atlántico, sobre todo en Noruega pero también en Escocia.

Solamente se puede observar a este charrán de mediano tamaño en las costas atlánticas peninsulares durante sus pasos migratorios. El charrán ártico es una especie típicamente migradora que solamente aparece de forma escasa durante los pasos por las costas cantábro-atlánticas. Invernante ocasional en las costas septentrionales de nuestro territorio, es más abundante en alta mar.

El Charrán Ártico en la Cultura

El charrán ártico ha aparecido en sellos de varios países y dependencias. Son ejemplos de dependencias las islas Åland, Alderney y las islas Feroe.

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