La palabra mentor proviene del poema épico La Odisea de Homero y es el nombre de uno de los personajes. Mentor quedó a cargo de la educación de Telemaco, el hijo de Ulises, cuando este partió a la guerra de Troya. Con el paso del tiempo el vocablo mentor pasó de ser un nombre propio a un nombre común, a un individuo con funciones de consejero.
Nos cuenta Homero en La Odisea que cuando Ulises marchó a la guerra de Troya encomendó a Mentor el cuidado de su hogar y la educación de su hijo Telémaco. Sin embargo, ese encargo se convirtió en algo más que un simple y rutinario vínculo de tutelaje. Terminada la guerra y no teniendo noticias de su padre, Telémaco, acompañado por Mentor, inició un viaje por toda Grecia con el fin de conseguir alguna pista que pudiera revelar su paradero.
Con el transcurso del tiempo, “mentor” pasó de nombre propio a nombre común, de hacer referencia a un individuo determinado a denominar a toda aquella persona que realice una función de consejero, guía o tutor; pasando el nombre de este personaje a significar consejero sabio y experimentado, o preceptor. Como vemos, el término mentor se acuñó hace siglos, su figura se atestigua a lo largo de la historia, aunque no empezará a aparecer en los diccionarios ingleses y franceses como sinónimo de “consejero” hasta el año 1750.
Y no es hasta hace pocos años cuando a través de una larga cadena de mentores que se va adaptando a las necesidades de cada sociedad y de cada época, surge el mentoring como herramienta para un sinfín de utilidades.
El Rol de Mentor a Través de la Historia
El mentoring ha estado unido históricamente a la figura de Mentor, personaje de La Odisea de Homero. Mentor es el amigo a quien Ulises designa para preparar a su hijo Telémaco como su sucesor en el reino de Itaca. Telémaco es un joven inexperto que tiene que enfrentarse a una nueva situación: aprender a ser rey.
Lea también: Conoce la Historia de Carlos Bremer
Para ello, necesita de los consejos de alguien más experimentado que le ayude a reflexionar en los momentos de duda y dificultad. Esa persona es Mentor, término que se utiliza, tanto en nuestra lengua como en la anglosajona, para designar a un hombre sabio, sensato, un guía y consejero prudente.
El término, sin embargo, tiene una historia mucho más rica y antigua, pues la práctica ya existía en otras culturas desde la antigüedad. Se trata de una práctica consistente en ayudar a otra persona en su desarrollo. La ayuda se presta a través de los consejos, de la experiencia y de las preguntas, alentando la confianza en las propias capacidades para buscar las respuestas en nosotros mismos.
Curiosamente la palabra ‘mentor’ surgió como tal dando nombre a un personaje en la Odisea de Homero, pero no un personaje cualquiera. En la Odisea, cuando el héroe Ulises deja Ítaca para participar en la guerra de Troya, le encarga a Mentor el cuidado de su hogar y la educación de su hijo Telémaco. Más tarde, cuando finaliza la guerra y Ulises no ha regresado a Ítaca, Telémaco decide viajar por Grecia para saber del paradero de su padre y Mentor lo acompaña en esta tarea.
Las obligaciones que Mentor asume respecto a Telémaco van más allá de encargarse únicamente de su educación en un sentido académico, pues Mentor también se ocupa de velar por su pupilo y bajo su auspicio, Telémaco, aprenderá a valerse por sí mismo en el viaje que inicia en pos de encontrar a su padre.
Una vez sabido el papel que hace Mentor en la Odisea, se puede entender que con el tiempo, la palabra ‘mentor’ pasó de nombre propio a nombre común para hacer referencia a cualquier individuo que se encargue de las mismas funciones que Mentor con Telémaco, es decir, que realice una función de consejero, guía o tutor. Además, durante el viaje del hijo, aparece Atenea -diosa de la sabiduría- bajo la apariencia de Mentor para poder comunicarse con Telémaco y poder guiarlo en su búsqueda hacia su padre.
Lea también: Accidente de montaña siega la vida de Isak Andic
¿Es casualidad que sea la diosa de la sabiduría la que toma la apariencia de Mentor? Tanto actualmente como en la Odisea -donde nace el término- se ven los mismo atributos en la figura del mentor, se trata de personas sabias, sensatas y prudentes que acompañan a pupilos más jóvenes en pos de favorecer su desarrollo personal o laboral.
Precisamente, analizando el vínculo entre Mentor y Telémaco en la Odisea, se pueden observar tres puntos básicos en cualquier proceso de mentoring:
- El primero de ellos es que Mentor no limita su papel a lo que le había pedido Ulises y cuando Telémaco decide abandonar Ítaca para buscar a su padre, su mentor se adapta a las necesidades de su aprendiz acompañándolo en su viaje.
- El segundo tiene que ver con la actitud de Telémaco, el aprendiz o mentee, que es comprometido y asume las responsabilidades del proceso guiado por el deseo de lograr su objetivo.
- El tercer punto extrapolable a los procesos de mentoring es el viaje que ambos inician juntos, como pupilo y guía sabiendo que se necesitan mutuamente para llegar a la meta. Esta es la metáfora final de cualquier proceso de aprendizaje donde cada idea, problema u oportunidad que surge es un reto que superar por mentor y mentee donde cada uno se nutre del otro.
Ya hemos visto que el término ‘mentor’ no es nada nuevo, viene de muy lejos y representa una figura perene a lo largo de la historia en casi todas las civilizaciones.
La Figura Femenina en el Mentoring
Paradójicamente, en “La Odisea”, quien realmente desempeña estas funciones es Atenea (diosa de la sabiduría). Ella es la que hace las preguntas y da los consejos, si bien para ello coge prestado el cuerpo y la voz de Mentor. Por tanto, quien intelectualmente lleva a cabo la práctica es una figura femenina y, sin embargo, el término desde antiguo se asocia a hombres, invisibilizando el papel de las mujeres.
Si revisamos las definiciones del concepto en los diccionarios de diferentes idiomas comprobaremos que el en ellos se habla siempre de hombre sabio, a pesar de que el símbolo histórico de la sabiduría está asociado a un rostro de mujer, la Diosa Atenea.
Lea también: ¿Te roban WiFi? Aprende a defenderte
Otra prueba de ello son los “salones” que surgieron en el siglo XVII en Europa, especialmente en Francia y, que eran un dominio de mujeres. Los salones franceses son otro ejemplo de aprendizaje a través de las personas y de desarrollo intelectual basado en el intercambio de ideas, utilizando la conversación.
En ellos, las mujeres (en su mayor parte pertenecientes a la alta sociedad) comienza a tener una función educadora y surge la idea del aprendizaje en grupo a través de charlas pedagógicas. Los salones representan un espacio nuevo, porque por primera vez confluyen en él hombres y mujeres en pie de igualdad para generar diálogos constructivos sobre cuestiones literarias, científicas, sociales y políticas.
Las saloniers (Madame de Longueville, Marquesa de Sablé, Madame de Sévigné, Madame de la Fayete), como se conocía a las anfitrionas de estos salones, eran verdaderas mentoras de hombres y mujeres, que apoyaban el desarrollo intelectual y social de las personas que tenían potencial en los campos literario, científico y político, actuando como educadoras y como mecenas de unos y otras.
El Mentoring en el Ámbito Empresarial y Científico
La mentoría es una actividad extendida en las empresas modernas mediante la cual los equipos directivos tratan de identificar a los jóvenes que tengan aptitudes y capacidades especiales para proporcionales un adecuado plan de formación y que puedan llegar a ser los futuros líderes de la empresa, con capacidad de recoger el relevo generacional que dé continuidad y desarrollo al sistema. Una sociedad científica no es una empresa, pero tiene algunos puntos de encuentro con la misma, entre ellos la necesidad de continuar un desarrollo suficiente como para adaptarse a cualquiera de las situaciones actuales y de anticiparse a las posibles situaciones del futuro.
Si una empresa vincula a sus trabajadores mediante un contrato laboral, una sociedad científica vincula a sus asociados mediante una voluntad y un sentimiento colectivo de pertenencia desinteresada que enriquece de manera muy especial la relación. La sociedad científica facilita el acceso de los asociados a los programas de desarrollo científico y profesional, y los asociados corresponden con una participación activa que retroalimenta el sistema.
Para ampliar las oportunidades de mentoría, SEPAR inicia el programa MENTOR con el objetivo de identificar a sus futuros líderes y de facilitarles un programa ambicioso de formación transversal y multidisciplinar que pretende ir más allá de los programas habituales de una sociedad científica, habitualmente centrados en la formación, el desarrollo profesional, la investigación y la divulgación.
El programa MENTOR pretende formar a un grupo selecto de jóvenes, futuros líderes de la SEPAR, para que desarrollen toda su capacidad de creatividad e innovación y faciliten el progreso de esta sociedad científica. Este programa está dirigido a los jóvenes de la SEPAR y se plantea bajo una aproximación diferente a la tradicional, con un concepto transversal que incluye habilidades para la organización, la toma de decisiones, relaciones sociales, liderazgo, etc.
En el caso de la SEPAR, cada año se incorporan como asociados al menos 50 jóvenes especialistas más que esperan contar con hombros solidarios donde poder auparse. El comité asesor «SEPAR Jóvenes» nace precisamente para ayudar a los socios jóvenes, residentes incluidos, para auparlos y que lleguen más lejos, asegurando de este modo el futuro de nuestra sociedad científica.
Los jóvenes tienen que ser dirigidos, apoyados, aceptados e incorporados. Sin embargo, ni las capacidades ni el compromiso son los mismos en todos los casos. Hay personas que quieren trabajar, formarse, cooperar, aportar ideas. El comité de SEPAR Jóvenes nace con la intención de identificarles, ofrecerles los apoyos suficientes para que cumplan con sus objetivos y contagien su entusiasmo a los demás.