Ricardo Fernández Núñez, un nombre que resuena en el ámbito empresarial, representa para muchos una figura enigmática y, a la vez, inspiradora. Su aparente éxito empresarial, lejos de ser un simple golpe de suerte, se sustenta en una compleja red de factores que, analizados desde diferentes perspectivas, nos revelan una visión multifacética del triunfo en el mundo de los negocios. Este análisis profundizará en su trayectoria, desentrañando los elementos clave de su metodología y examinando críticamente las posibles implicaciones, tanto positivas como negativas, de su modelo.
De lo Particular a lo General: Un Análisis Detallado
Caso de Estudio: Proyectos Concretos de Fernández Núñez
Para comprender la estrategia de Fernández Núñez, es crucial analizar proyectos específicos. Estos ejemplos particulares nos permiten identificar patrones recurrentes en su enfoque empresarial. A partir del análisis de casos concretos, podemos extraer los principios fundamentales que subyacen al éxito de Fernández Núñez. Estos principios, aunque interconectados, se pueden clasificar en diferentes categorías:
Principios Fundamentales de su Modelo Empresarial
- Innovación y Adaptación: Integración de la innovación en sus proyectos y su capacidad de adaptación a los cambios del mercado.
- Gestión de Equipos: Su estilo de liderazgo, estrategias para la selección y formación de equipos, métodos para la motivación y retención de talento.
- Estrategia de Mercado: Sus estrategias de marketing y ventas, selección de nichos de mercado, análisis de la competencia.
- Gestión Financiera: Sus estrategias de financiación, control de costes, gestión de riesgos financieros.
Análisis Crítico: Debilidades Potenciales y Riesgos
A pesar del aparente éxito, es fundamental un análisis crítico que identifique potenciales debilidades y riesgos en el modelo de Fernández Núñez. Es importante considerar también las implicaciones éticas y sociales de su modelo empresarial.
El Legado Vitivinícola de la Familia Fernández Núñez
El origen de la tradición vitivinícola de la familia Fernández Núñez se remonta a principios del siglo XX, cuando en 1910, los emigrantes gallegos Serafín Fernández y María Núñez, partieron a Argentina en busca de trabajo. Allí aportaron su saber hacer como trabajadores jornaleros de siembras, podas y cosechas. En esa tierra en la que “cuando se caía un trozo de pan, al día siguiente crecía una espiga de oro”, estos dos españoles trabajaron en todo hasta asentarse en Mendoza, en 1919, donde las tierras fiscales de acceso gratuito de la pre cordillera de los Andes, necesitaban mano de obra en los límites con Chile. La soberanía argentina estaba representada entonces por estos gallegos que veían en las vides su futuro.
Las características del suelo, y las experiencias no siempre favorables, obligaron a Serafín a evitar las plantaciones en vaso y apostar por parrales y espalderas. El riego era por manto e inundación, para la cual debió canalizar los torrentes imparables de los deshielos de la cordillera de los Andes. La pureza de esta agua hizo que la llamaran “bendita”, porque a los abuelos les parecía que venía del cielo.
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Los años 80 y 90 revolucionaron la agricultura y la industria de los países del sur. Las inversiones debieron ser reasumidas por la generación de profesionales universitarios de la familia. La experiencia de estudios en Francia e Italia, y el contacto con bodegas españolas sentaron las bases para desarrollar el proyecto inversor en España e Italia.
La búsqueda en estos dos países debía continuar con el trabajo hecho por Serafín y María en Argentina con el Malbec.
Somos Vinos de La Luz, grupo vitivinícola que cuenta con bodegas productoras de vinos con nombre propio y calidad única, en las regiones más destacadas del viejo y nuevo mundo: Ribera del Duero, Peñafiel. España. Toscana, Siena. Italia. Valle de Uco, Mendoza. Argentina. Santa María, California.
Reconocimiento a Ricardo Fernández Núñez
Ricardo Fernández Núñez, presidente del grupo Vinos de la Luz, con presencia en varios países y denominaciones de origen, fue galardonado en el pasado Congreso Internacional de la Viña y el Vino, celebrado en Chisinau (Moldavia), con el Premio al Mérito 2025. "Es muy importante en lo personal sobre todo, porque es la primera vez que se lo dan a un empresario en activo.
El vino para mí lo es todo.
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Ricardo Fernández del Moral y el Flamenco
Además de su faceta empresarial, la figura de Ricardo Fernández también se entrelaza con el mundo del flamenco, aunque en este caso se refiere a Ricardo Fernández del Moral. Ricardo Fernández del Moral comparecía en el II Pepe Romero Guitar Fest de Málaga y deslumbró por su dominio pleno del cante y el toque, que le valió en su día la Lámpara Minera en La Unión. Abre el fuego con una estimable adaptación por bulerías de Vencidos, poema de León Felipe «en torno a mi paisano Don Quijote. El poeta se siente derrotado, abatido, como El Quijote cuando perdió su última batalla». Ricardo Fernández atesora un vozarrón que maneja a voluntad, quejío, compás y dominio de los cantes y de la guitarra.
Aborda, a continuación, un cante en desuso, la farruca. «Se cree que tiene su origen en el folclore gallego, pero eso no está documentado. «Estamos ante un artista completísimo, el artista total. Cante y toque, el círculo flamenco se abre y se cierra con él. «Vuelvo a Málaga, a los inicios del flamenco -prosigue- con el polo, que ya existía cuando el flamenco no existía como lo conocemos hoy en día, desde mediados del siglo XIX con Silverio Franconetti. El polo ya existía a principios del XIX y seguro que a finales del XVIII. El primer intérprete fue Tobalo de Ronda y después El Planeta, un afamado cantaor de polos y cañas». E ilustra su explicación interpretando el polo, que abre con la soleá de Juaniquí de Lebrija y cierra por soleá apolá evocando a Silverio. Estamos ante un artista completísimo, el artista total. Cante y toque, el círculo flamenco se abre y se cierra con él.
En las alegrías incorpora letras y giros propios sin perder un ápice de autenticidad. «El viaje hacia América -asegura- fue clave en el flamenco y en la conformación de los estilos. Hay cantes de ida y vuelta, de la mezcla de los folclores español y de América». Y lo ilustra con la milonga, en este caso con la archiconocida Vino amargo, del gran Rafael Farina. «El cante y toque festero por antonomasia es la bulería, que se inventó a primeros del siglo XX. Pastora y Vallejo fueron los artífices que cristalizaron este estilo. Aparte de los estilos propiamente dichos de la geografía flamenca, Utrera, Lebrija o Jerez, también interpreta cuplés (copla, bolero o ranchera) por bulerías.
Ricardo Fernández del Moral. Pepe Romero Guitar Fest. Cementerio Inglés de Málaga. 13 sep 2024.
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