A todos nosotros se nos ha insistido en la importancia del estudio y la obtención de títulos formativos para poder acceder a un empleo de calidad que garantice no solo un sueldo digno sino una cierta estabilidad laboral con el objetivo de poder hacer planes estables de futuro. Sin embargo, en el terreno del emprendimiento las cosas no funcionan así.
¿Es necesario tener una carrera para tener éxito en los negocios? ¿Qué hace que alguien se convierta en una persona de éxito?
Ni la carrera universitaria garantiza el éxito ni la ausencia de títulos condena al emprendedor al fracaso. Existen multitud de ejemplos de personas hechas a sí mismas sin necesidad de haber obtenido un título universitario.
No en vano, el 16% de las 400 personas con mayor fortuna del planeta no tienen ningún tipo de formación universitaria. Bill Gates, Richard Branson, Michael Dell y Larry Ellison se enfrentaron a retos profesionales sin muchas veces tener el respaldo de diplomas universitarios. Personas para las que el título universitario carecía de importancia y decidieron centrarse en la formación aplicada a la vida real.
Pero, para mí, el ejemplo paradigmático de emprendedor sin estudios superiores es Steve Jobs. Una persona con un enorme potencial y creatividad que supo construir un imperio desde el garaje de su casa. Todo un ejemplo de empresario exitoso que, a pesar de haber iniciado sus estudios universitarios, los abandonó casi desde el principio por considerarlos aburridos.
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En España también existen casos de éxito de emprendedores sin estudios. El caso más llamativo es el de Amancio Ortega, una de las personas más ricas del mundo que abandonó los estudios a los doce años para empezar a trabajar como el chico de los recados de una camiseria.
En definitiva, aunque los títulos superiores ayuden a gestionar de forma mucho más eficiente nuestro negocio y sus finanzas, no son requisitos imprescindibles para tener éxito como empresario.
El Comienzo: Experiencias Concretas y Primeros Pasos
Antes de adentrarnos en teorías abstractas, examinemos ejemplos concretos. Imaginemos a tres emprendedores: Ana, una ingeniera que crea una aplicación para optimizar la gestión de residuos; Pedro, un chef que abre un restaurante innovador; y Laura, una diseñadora gráfica que lanza su propia agencia de marketing digital.
Cada uno comienza con una experiencia particular: Ana con su conocimiento técnico, Pedro con su experiencia culinaria, y Laura con sus habilidades de diseño. Estas experiencias iniciales, aunque diferentes, representan la base sobre la cual construyen sus negocios; En cada caso, se identifica una necesidad del mercado y se presenta una solución innovadora.
Este punto de partida es crucial, ya que demuestra la importancia de la especialización inicial, aunque la gestión empresarial requiera un espectro de conocimientos más amplio.
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Ana, por ejemplo, no solo necesitó sus conocimientos de ingeniería de software para desarrollar la aplicación, sino también habilidades básicas de marketing para darla a conocer. Pedro, además de sus habilidades culinarias, tuvo que aprender sobre gestión de personal, control de costos y marketing gastronómico. Laura, además de su talento creativo, necesitó desarrollar habilidades de gestión de proyectos, marketing digital y atención al cliente.
Estos ejemplos ilustran la necesidad de una formación inicial específica, pero también la adaptabilidad y la capacidad de aprendizaje continuo.
Formación Académica: El Cimiento del Conocimiento
Tradicionalmente, el éxito en el emprendimiento parece estar vinculado a los grados universitarios. Sin embargo, los datos desmontan este mito. Un informe realizado por la Fundación BBVA-Ivie acerca de Crecimiento y Competitividad, expone que tan solo un tercio de los emprendedores en España posee formación universitaria.
Si bien la experiencia práctica es fundamental, una formación académica sólida proporciona el cimiento necesario para una gestión empresarial eficaz. Esto no implica necesariamente un título universitario específico en administración de empresas. De hecho, muchos empresarios exitosos provienen de diversas disciplinas.
Lo importante es adquirir conocimientos en áreas clave como:
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- Gestión financiera: Contabilidad básica, gestión de presupuestos, análisis financiero, financiación de proyectos. La capacidad de llegar a los clientes y vender el producto o servicio es esencial.
- Gestión de operaciones: Cadena de suministro, gestión de la producción, optimización de procesos. Esto es vital para la eficiencia y la productividad de la empresa.
- Gestión de recursos humanos: Reclutamiento, selección, formación, gestión del equipo. Un equipo motivado y eficaz es clave para el éxito empresarial.
- Legislación empresarial: Conocer las leyes y regulaciones que afectan al negocio es fundamental para evitar problemas legales.
La formación académica puede adquirirse a través de universidades, escuelas de negocios, cursos online, talleres y seminarios. La clave reside en una formación continua y adaptada a las necesidades específicas del negocio.
Habilidades Clave: Más Allá de los Conocimientos Técnicos
Más allá de la formación académica, existen una serie de habilidades esenciales para el éxito empresarial. Estas habilidades, a menudo llamadas "soft skills", son cruciales para la gestión eficaz del negocio y la interacción con el entorno:
- Liderazgo: Capacidad para motivar, inspirar y guiar a un equipo hacia un objetivo común. Un buen líder crea un ambiente de trabajo positivo y productivo.
- Comunicación efectiva: Capacidad para comunicar ideas de forma clara, concisa y persuasiva, tanto de forma oral como escrita. La comunicación efectiva es vital para la interacción con clientes, inversores y empleados.
- Resolución de problemas: Capacidad para identificar, analizar y resolver problemas de manera eficiente y creativa. Los empresarios se enfrentan constantemente a desafíos, por lo que esta habilidad es esencial.
- Toma de decisiones: Capacidad para tomar decisiones rápidas y bien informadas, incluso bajo presión. La toma de decisiones es un aspecto crítico de la gestión empresarial.
- Pensamiento estratégico: Capacidad para visualizar el futuro, anticipar tendencias y desarrollar estrategias a largo plazo. Un buen empresario piensa estratégicamente para asegurar el crecimiento y la sostenibilidad del negocio.
- Adaptabilidad y flexibilidad: Capacidad para adaptarse a los cambios del mercado y a las circunstancias inesperadas. La capacidad de ser flexible es crucial en un mundo empresarial en constante evolución.
- Resiliencia: Capacidad para superar obstáculos y fracasos sin perder la motivación. El fracaso forma parte del proceso empresarial, y la resiliencia es clave para seguir adelante.
- Networking: La capacidad de establecer y mantener relaciones profesionales sólidas es crucial para acceder a oportunidades y recursos.
Conocimientos Esenciales para un Empresario
La verdad es que, actualmente, tener unas sólidas habilidades y conocimientos tecnológicos nos pueden ayudar mucho. O tener una dilatada experiencia en un área en concreto. Pero estos, por sí solos, no son suficientes para un empresario.
- Como empresario estarás muy involucrado con el marketing y el proceso de ventas. Conocimientos básicos sobre la economía tanto a nivel nacional como mundial te darán una idea sobre el proceso de producción, distribución y consumo.
- Lo cierto es que no necesitas ser un experto contable, ni mucho menos. Además, lo más habitual (y recomendable) es que cuando empieces con tu negocio te encargues de las tareas de contabilidad tú mismo. Un empresario que conozca los aspectos básicos de la contabilidad puede aumentar los ingresos del negocio, porque sabrá dónde buscar la información que necesita y será capaz de extraerla.
- Toda empresa necesita dinero para despegar. Y, por mucho que nos pese, la mayoría de las veces nosotros solos no podemos hacer frente a todos los gastos iniciales.
- Si eres empresario sabrás que la gestión del negocio es una tarea apasionante. Pero, además, tendrás que liderar y motivar a tu equipo si es que ya lo tienes. O adquirir las habilidades necesarias para crear el mejor equipo.
- Hay personas que sienten comodísimas cuando tienen que hablar frente a un auditorio. Para otros, sin embargo, puede llegar a ser una de las experiencias más angustiosas de su vida. Es muy recomendable, aunque se te dé bien hablar en público, buscar algún curso formativo en oratoria.
- Saber escribir es una habilidad que todo emprendedor debería tener. Y no solo nos referimos a la corrección ortográfica y gramatical, algo que ya deberías controlar. Y si no ya puedes recuperar tus libros de la escuela y ¡estudiar! Los empresarios deben escribir a lo largo de toda su carrera: redacción del plan de negocios, comunicados de prensa, escribir en el blog, presentar la idea a inversores, etc. Necesitas saber plasmar tus ideas sobre el papel.
- En la época en la que vivimos esto es una formación que debemos tener sí o sí. Y es que aunque tu empresa no esté directamente relacionada con la tecnología, deberás utilizar la tecnología en tu día a día. Necesitas aprender a utilizar ciertas aplicaciones que te harán la vida más fácil, debes saber llevar tu empresa en las redes sociales, controlar el editor de tu web para publicar contenido, cómo funciona la nube, etc.
Perspectivas Complementarias: Visión a Largo Plazo y Gestión del Riesgo
El éxito empresarial requiere una visión a largo plazo que trascienda la simple búsqueda del beneficio inmediato. Se necesita una comprensión profunda del mercado, de las tendencias emergentes y de las necesidades de los clientes. Esto implica una capacidad para analizar el entorno, identificar oportunidades y adaptarse a los cambios. La planificación estratégica a largo plazo, considerando posibles escenarios futuros, es esencial para la sostenibilidad del negocio.
Además, la gestión del riesgo es un aspecto crucial. Los empresarios deben ser capaces de identificar, evaluar y mitigar los riesgos que amenazan la viabilidad de su negocio. Esto incluye riesgos financieros, legales, operativos y de mercado. Una evaluación realista del riesgo y la planificación de contingencias son vitales para la supervivencia a largo plazo.
Formación Profesional como Alternativa
Sin embargo, Ismael Villalobos no estaba contento y decidió abandonar la carrera universitaria. Por tanto, pensó en montar su propio negocio y para ello decidió estudiar Formación Profesional con un Grado Superior en Administración y Finanzas. Tras acabar y obtener el título de Técnico Superior en Administración y Finanzas, se embarcó en el proyecto de su propia empresa.
En efecto, en el año 2012 con solo 24 años invirtió un poco de dinero para crear una pequeña empresa bajo el nombre La Casa de las Carcasas. Una idea que se pone en marcha, según comentó años después en una entrevista para la revista Emprendedores, con la creación de una página web básica. Los siguientes años el crecimiento de la red de tiendas físicas fue imparable.
También, se abrió paso internacionalmente inaugurando la primera tienda en Oporto y 12 más en 2020. En ese mismo año se expandió a Milán, llegando en 2021 a tener 120 tiendas en España, 18 en Portugal y 12 en Italia. El emprendimiento de Ismael Villalobos, no solo se ha quedado en La Casa de las Carcasas. Su labor consiste en la administración, gestión y explotación de solares, pisos o conjuntos residenciales.
Como has podido leer la Formación Profesional también es sinónimo de emprendimiento y de éxito.
Estudiar para Ser Empresario: ¿Es Necesario?
Muchos jóvenes se preguntan hoy en día si es necesario estudiar para ser empresario. Un emprendedor puede no pasar por la universidad, pero entonces, las posibilidades de éxito de su idea de negocio pueden limitarse o, peor, naufragar por no tener los conocimientos suficientes que le permitan triunfar en el actual entorno empresarial.
En un mercado cada vez más globalizado y competitivo como el actual, es imprescindible formarse, o, dicho de otro modo, estudiar para ser empresario. Aunque existen muchos tipos de empresarios en el mundo laboral, el funcionamiento de las empresas se suele repetir en sus procedimientos.
Para ser empresario hoy en día hay que estudiar en la universidad. Los estudios para ser empresario deben combinar la formación teórica con la práctica. El Grado en Administración y Dirección de Empresas, más conocido como ADE, es la carrera que hay que estudiar para ser empresario. Ofrece asignaturas vinculadas a las finanzas, los recursos humanos y la organización empresarial.
Pero también se adquieren conocimientos de economía, donde se aprenden modelos y fenómenos económicos. A todo ello se suma el comercio internacional, donde se profundiza en los mercados globales o las prácticas comerciales. Estas son algunas de las habilidades que se pueden adquirir como destrezas en los años de formación en la universidad ya que cada día, se demanda personal más especializado.
Si el emprendedor no adquiere los conocimientos que le ofrece una formación universitaria, sus habilidades para el negocio no serán exitosas y no le permitirán sobrevivir en un mundo tan competitivo. El esfuerzo de conocimiento que se puede adquirir por parte del emprendedor en la universidad tiene una duración de cuatro años, como todos los grados en España.
La formación universitaria te ayudará a tomar las mejores decisiones para tu empresa, optimizando los gastos con las fuentes de financiación más adecuadas para alcanzar los objetivos del negocio que te has propuesto. Gracias a la formación universitaria para ser empresario, cuando tengas una buena idea, solo será necesario reunir tus conocimientos para analizar su viabilidad. Poner en marcha una idea sin la formación correspondiente, puede estar abocada al fracaso.
MBA sin Título Universitario: ¿Es Posible?
Si te has decidido por estudiar el Máster in Business Administration, debes saber que hay MBA que son másteres oficiales y que también puedes encontrar como Máster Universitario o Máster Oficial en Administración de Empresas. Por otro lado están los MBA propios o profesionales que ofrecen tanto las universidades como las escuelas de negocios, y que están orientados a la práctica profesional.
Así, los MBA que no son oficiales se pueden estudiar sin tener una carrera universitaria, pero dependerá de los requisitos de acceso del centro que lo imparta. Normalmente los candidatos deben superar una entrevista personal y enviar su currículum vitae, por lo que se pedirá acreditar la experiencia profesional aportando la documentación necesaria.
Varias escuelas de negocios y centros que imparten programas de MBA piden como requisito tener varios años de experiencia profesional, ya sean cinco o diez años, o bien ser directivos, empresarios, gerentes, mandos intermedios o profesionales del sector.