La Importancia del Mentoring para Jóvenes Profesionales

El talento ¿se hace o se nace con él? En este artículo descubriremos cómo se utiliza el mentoring para lograr este crecimiento profesional y personal que logra perfiles de gran atractivo para las empresas. Todo un proceso para que aquellos trabajadores que dan sus primeros pasos en el ámbito laboral se encaminen en la dirección correcta y logren dar lo mejor de sí.

¿Qué es el Mentoring?

El "mentoring" o mentoría procede de Mentor, el personaje de la "Odisea" de Homero a quien Ulises encomendó la educación de su hijo Telémaco, mientras partía hacia la guerra de Troya. Telémaco es un joven inexperto que tiene que enfrentarse a una nueva situación: aprender a ser rey. Para ello necesita de los consejos de alguien más experimentado que le ayude a reflexionar en los momentos de dificultad.

Podría decirse, por tanto, que el «mentoring» aparece por primera vez en la historia hace unos 2.800 años y en el ámbito empresarial, se consolida como programa o proceso formal en los años 90, tanto en Europa como Estados Unidos. El objetivo es siempre el mismo: un mentor con experiencia, proporciona ayuda a otra persona, en este caso al «mentee», para desarrollar las capacidades más acordes con su potencial.

Generalmente el Mentor ya ha recorrido el camino que tu deseas realizar y la idea es que te facilite ese sendero. Los mentores se convierten en asesores de confianza y modelos a seguir: personas que "han estado allí" y "han hecho eso". Apoyan y animan a sus aprendices ofreciéndoles sugerencias y conocimientos, tanto generales como específicos. El objetivo es ayudar a los aprendices a mejorar sus habilidades y, con suerte, avanzar en sus carreras.

El mentor se convierte en una especie de guía, en alguien que da consejos. «Es una persona con autoridad en la materia en la que quiere desarrollarse el mentorizado. Su papel es proponer a su “mentee” líneas de acción basadas en su propia experiencia y sus conocimientos -lo que le ha funcionado en su carrera o en su vida-, y compartir con él aprendizajes propios -incluyendo, y esto es fundamental, sus errores-», explica Daniel Torres, profesor de mentoring y coaching de la Escuela de Organización Industrial EOI.

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El objetivo es siempre el mismo, añade este experto: «Proporcionar a la persona ayuda experta para desarrollar al máximo su potencial con solidez y seguridad».

Para entender mejor este método de enseñanza, lo primero es situar a sus protagonistas. Aunque no depende tanto de la edad, como de la experiencia que se tenga en un determinado puesto o tarea específica, como veremos más adelante. Dicha relación se entiende como una formación unidireccional, ya que el mentorizado recibe los conocimientos y experiencia del mentor sin, en principio ofrecer nada a cambio.

El interés, al margen de la generosidad y la satisfacción de transmitir un legado y un bagaje, viene motivado por las habilidades potenciales que el mentorizado desarrollará en el corto plazo.

Tipos de Mentoring

Puede haber tantos tipos de mentoring como áreas o disciplinas existan:

  • Mentoring formal:
  • Mentoring informal: Se desarrolla de un modo más cercano, flexible y sin un guión definido. Puede ser, no obstante, más efectivo que el formal, ya que se establece en personas con intereses comunes, objetivos afines, y desde la confianza que da pertenecer a una misma empresa y remar en el mismo barco.
  • Mentoring entre pares (o peer to peer): En este caso, desaparece la jerarquía y se establecen relaciones horizontales, entre personas del mismo rasgo, no solo en cuanto al cargo o responsabilidad, sino también en cuanto a edad y formación académica.
  • Mentoría exprés: Su nombre ya indica que se trata de la fórmula más abreviada de ejercer el mentorizaje.
  • El inverso: donde los veteranos aprenden de los jóvenes. Son estos últimos quienes guían a los más adultos en ciertos campos en los que tienen menos experiencia, por ejemplo en temas de internet. El «mentoring inverso» lo introdujo hace algo más de una década Jack Welch, presidente de la multinacional General Electric al comprender el peligro de la brecha que internet abría en la compañía, especialmente entre los directivos y las bases jóvenes.
  • El recíproco: donde el mentor puede ser tutelado por el «mentee» y viceversa. «Los mayores traspasan su “know-how” a los más jovenes o sus habilidades de liderazgo, mientras que éstos, los conocidos como “millennials” o “nativos digitales”, les enseñan otro tipo de habilidades, por ejemplo los códigos de lenguaje digital que nunca antes habían usado los trabajadores “seniors”», añade Jesús Gómez.

Además de estos tipos de mentoring, se pueden establecer otras relaciones cambiando los contextos, los interlocutores, invirtiendo los papeles.

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Diferencias entre Mentor, Coach, Capacitador y Consultor

Son términos con parentesco y a menudo pueden usarse de manera indistinta, aunque hay matices que los separan.

  • Coach vs. Mentor: Al coach se acude en periodos de crisis, grandes o menores, que impliquen un giro de 180 grados o una reorientación más sutil de la dirección profesional. El mentorizaje o mentoring, en cambio, se entiende sobre la base de un aprendizaje constante, de la formación en el seno de una empresa.
  • Mentor vs. Capacitador: Los capacitadores te ayudan a aprender y desarrollar habilidades y conocimientos específicos. Por lo general, establecen el tema, el ritmo, los objetivos y el método de aprendizaje. Si bien, obviamente, elegirás cursos que se ajusten lo más posible a tus requisitos, los cursos de capacitación, por su naturaleza, comienzan con sus propias agendas en lugar de con tu situación.
  • Mentor vs. Consultor: Los consultores de negocios se enfocan principalmente en el asesoramiento comercial y el cumplimiento de objetivos que necesite la empresa, a diferencia de un Mentor que se centrará un ti como persona y en brindarte herramientas y toda su experiencia para que puedas desarrollar tus habilidades personales y o profesionales. Un consultor de Marketing normalmente tendrá una relación meramente comercial.

Beneficios del Mentoring

Las ventajas de incorporar al mentorizaje a las empresas es amplia y actúa en varias direcciones. El «mentoring» bien empleado aporta muchos beneficios a la empresa ya que ayuda a potenciar el talento de las personas. Una asociación de mentores puede ser beneficiosa para ambas personas, tanto personal como profesionalmente. Es una oportunidad para desarrollar habilidades de comunicación, ampliar tus puntos de vista y considerar nuevas formas de abordar situaciones. Y ambos socios pueden avanzar en sus carreras en el proceso.

Las relaciones de tutoría (Mentoring) de calidad tienen poderosos efectos positivos en los jóvenes en una variedad de situaciones personales, académicas y profesionales. En última instancia, la tutoría conecta a un joven con el crecimiento y el desarrollo personal y la mejora de las oportunidades sociales y económicas

Beneficios para las personas

Por un lado, el mentor puede sentirse valorado con el mero ejercicio de transmitir sus conocimientos a una persona que los apreciará y los empleará, a su vez, de una forma nueva.

Además:

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  • Obtendrás valiosos consejos: los mentores pueden ofrecer información valiosa sobre lo que se necesita para salir adelante. Ellos pueden ser tu guía y «caja de resonancia» de ideas, ayudándote a decidir el mejor curso de acción en situaciones difíciles. Puedes aprender atajos que te ayuden a trabajar de forma más eficaz y evitar «reinventar la rueda».
  • Desarrollar tus conocimientos y habilidades: el mentoring te ayuda a identificar las habilidades y la experiencia que necesita para tener éxito. A demás conocerás nuevos profesionales , expertos e incluso proveedores en caso de que los necesites.
  • Avanzar en tu carrera: un mentor te ayuda a mantenerte enfocado y encaminado en tu carrera a través del asesoramiento, el desarrollo de habilidades, la creación de redes ejemplo; si quieres aprender nuevas herramientas para Trafficker digital, o consultor de finanzas, como asesor para el desarrollo personal tanto físico como mental etc.., siempre es una forma de mostrarnos la forma de llegar a desarrollar las habilidades para conseguir nuestros objetivos.

Beneficios para las empresas

Los beneficios son innumerables, teniendo en cuenta, además, que el mentoring no tiene que suponer una gran inversión económica. Más allá del tiempo destinado, se puede hacer sin apenas coste si se trata de un mentorizaje entre iguales o jerárquico. Además, aumenta la confianza entre cuadros de mando y empleados, al tiempo que refuerza las habilidades de estos últimos, generando empresas más cohesionadas, potentes y preparadas para superar los desafíos del mercado.

Adicionalmente:

  • Uno de los principales beneficios del mentoring es su capacidad para acelerar el desarrollo de competencias clave en empleados de alto potencial.
  • Las personas que sienten que su desarrollo es una prioridad para la empresa tienden a quedarse más tiempo. En particular, los jóvenes profesionales (como los de la generación Z o los millennials) valoran altamente el acceso a aprendizaje personalizado, oportunidades de crecimiento y relaciones significativas en el entorno laboral.
  • Una organización con empleados que cambian cada pocos años pierde conocimiento si no tiene mecanismos para transmitirlo.
  • La mentoría no solo transfiere habilidades; también transmite cultura.
  • Tanto mentores como mentees se sienten más comprometidos con la empresa cuando participan en un programa de mentoría. Para el mentor, es una oportunidad de dejar huella y desarrollar su liderazgo.
  • En muchas empresas, los equipos tienden a trabajar en silos. El mentoring puede ser una vía para romper esas barreras.
  • Ser mentor no solo beneficia al mentee. También es una gran herramienta de desarrollo para quienes guían a otros.
  • Aunque puede no parecer obvio, el mentoring bien diseñado puede fomentar la innovación. ¿Cómo? Cuando un mentee joven y curioso conversa con un mentor experimentado, ambos aprenden.
  • A diferencia de otras formas de formación o consultoría, el mentoring no requiere grandes inversiones.

El Mentoring en la Práctica: Ejemplos y Testimonios

Los verdaderos sabios son aquellos que, en un momento de sus vidas, aceptaron su condición de discípulos. O el caso también conocido de Bill Gates y su mentorizaje con Warren Buffet. Y en otros sectores, como en el mundo de la moda, Yves Saint Laurent siempre reconoció todo lo que aprendió de Christian Dior. Tanto que su propia presencia lo intimidaba, y era incapaz de hablar de él.

A lo largo de la vida, solemos tener varios mentores: personas que admiramos, que nos guían por el camino, que transmiten entusiasmo e ilusión pese a toda incertidumbre. Desde los padres, los abuelos, los hermanos, hasta los maestros, colegas o socios de trabajo, todos pueden brindar un acompañamiento que sirva de sostén y pilar esclarecedor. Bien lo dijo Bill Gates: “Un mentor te ayuda a pensar de forma diferente”. ¡Y no se equivocaba!

Numerosos estudios demuestran que tener un mentor incrementa notablemente las posibilidades de éxito profesional.

Programa Mentores CYD: Testimonios de Jóvenes y Mentores

En este caso, conversamos con dos jóvenes del Programa Mentores CYD para que nos compartan sus aprendizajes de mentoring profesional.

Gema Marín

Ví el Programa Mentores CYD, jóvenes recién titulados que buscan asesoramiento por parte de maestrías o maestros, y me empezó a interesar el hablar con personas que ya tenían trayectoria. Me encontraba en una situación en la que me veía un poco estancada entre no haber terminado el TFG y estar trabajando en empresas. No sabía muy bien dónde ir porque Dirección y administración de empresas es una carrera muy genérica.

Ya había trabajado en publicidad y en administración pero no sabía si quería ir a finanzas o a algo más tecnológico. Me lo comunicaron y tuvimos la primera charla de presentación del Programa Mentores CYD, pero yo no tuve contacto con ella allí. Sí que me gustó la idea de hacer mentoring profesional en consultoría porque yo venía con un enfoque más financiero. Ana se presentaba como una buena alternativa para volver a lo que yo quería encaminarme desde el principio. Hablar con ella me iba a servir porque no sabía qué hacer.

En primer lugar lo que hice fue saber si quería volver a mi rama de finanzas o me quería especificar en esa rama diferente a lo que yo había estudiado. Me daba un poco de miedo ese salto. Le pregunté su opinión y la verdad es que con Ana tuve mucha afinidad desde el primer momento. Ella me contó su experiencia y también dio ese salto en su carrera. Empatizó conmigo y me apoyó diciéndome: «hiciste esa carrera pero si lo que más te gusta son los temas relacionados al software puedes meterte en ello».

La base fue la primera reunión, donde contamos toda la historia desde el inicio. Yo estaba convencida de que me quería dedicar al Business Intelligence y fue cuando Ana le pidió a su compañera que me compartiera las necesidades y opciones de negocio que había en el área, o en qué me tenía que especializar para entrar en ese departamento. Luego, empecé a testear y buscar por internet tipos de máster; me dieron una solicitud, apliqué y recibí una beca. Hable con ella para ver qué le parecía y luego fueron conversaciones específicas para conocer su opinión sobre este enfoque.

Sí, yo así lo percibí.Desde el primer día ella fue muy cercana, muy real, me preguntó que necesitaba, dónde me veía, me recomendó no pensar tan a largo plazo. Era lo que necesitaba: ver que no todo es tan pragmático como tú lo tienes pensado y que puedes elegir un camino que hace dos años no lo tenías ni pensado. Eso no tiene nada de malo, incluso si no te va bien, volver al inicio. Ella me habló desde su perspectiva personal, me ayudó a pensar las decisiones y empezaron a surgir proyectos.

Alejandro Montoya

Recibí un correo de la Universidad Carlos III de Madrid y me llamó la atención el programa porque yo estudio Ingeniería industrial y realmente no tenía mucha idea de qué quería hacer ya que la carrera es bastante general. Ahora tengo un poco más claro mi panorama pero sin saber en concreto; sigue siendo todo muy general o abierto, y quería saber si alguien podría ayudarme. De primeras, pensaba que no me lo darían porque iba a haber gente con muchísimo más nivel que yo.

En la primera le conté mi situación: por qué había aplicado, qué esperaba y demás. Ella me contó su historia e intentó con distintas preguntas acotar el terreno, ayudándome a definir un poco por dónde podía tirar. Una vez aclarado eso, hablamos del currículum y con sus feedbacks pude armar el CV que tengo ahora. También hablamos de las formas en las que se puede progresar en los distintos campos, cómo se definen las distintas áreas de la Ingeniería en las que yo estaba interesado.

Por ejemplo, me contó cómo funciona el mundo de las energías, el de la electrónica y el de la organización. Ya en la segunda reunión, generamos una especie de ruta de aquí a 10 años y ella me dio feedbacks de qué hacer, cómo y qué era mejor.

Yo creo que fue bastante cercana, al principio estaba bastante nervioso y ella consiguió que se me pasaran los nervios enseguida con un par de comentarios. Creo que ella llegó a entender muy bien las incertidumbres que tenía. Ahora estoy planteándome si me gusta o no la Ingeniería, pero ella logró entender la incertidumbre que siento al terminar la universidad y no saber qué hacer. Creo que llegó a empatizar bastante conmigo.

Es tranquilidad, no es otra cosa. Cuando me contó su historia pensé en las incertidumbres que puedo tener yo y que ella también tuvo pero a pesar de ello ha podido llegar al puesto que ha querido tener y que además le gusta. Yo ahora estoy mucho menos preocupado por mi futuro; lo que vaya viniendo vendrá y lo orientaré a lo que me gusta. Creo que más que canalizar miedos me ha servido para reafirmar ideas.

Claro que quería sacar partido de esto. Antes de ir, me preparaba las preguntas y enfocaba la conversación. Tenía en la cabeza un par de ideas que quería conversar con Ana.

El hecho de tener una figura de autoridad que ha conseguido triunfar en su campo te diga “no pasa nada que te sientas mal al acabar la universidad porque yo también me he sentido así y mira dónde he llegado”, tranquiliza un montón. Además, que esta figura te pueda aconsejar tiene una validez que no la tiene cualquiera. Podría exponer mis problemas a mis amigos y ellos me darían su opinión pero sin validez ni respaldo porque están al mismo nivel que yo.

Que al mentor le apetezca y que esté entusiasmado es lo principal. Todo lo demás pasa a segundo plano. El interés es fundamental. Luego por supuesto las entrevistas se hacen más amenas si son divertidas y la persona está dispuesta a ayudarte. Ana fue muy agradable, muy positiva y muy enérgica.

Siguiendo la metáfora y salvando las distancias, como un entrenador y un deportista. El mentor o entrenador ya ha visto bastante y no deja de ser una figura de autoridad, respetable, pero también entiende las necesidades y la posición del otro. Ana me ha querido inspirar. Le conté mis frustraciones con el TFG y ella me transmitió y me aconsejó respecto a una cualidad que se demanda mucho actualmente y que se tiende a perder: la resiliencia o capacidad de soportar los cambios.

El mercado creo que es exigente, se espera de nosotros por la fama que tienen los ingenieros que enfrentemos los problemas y los sepamos resolver de la manera más rentable posible, siendo más óptimos que los demás ingenieros. Yo creo que en el caso de la Ingeniería no son tanto los conocimientos teóricos o técnicos que se deban tener; lo que se demanda es la capacidad de resolución de problemas y eso no se encuentra en internet.

Conclusión

En resumen, el mentoring es una herramienta valiosa para el desarrollo profesional y personal de los jóvenes. Ofrece numerosos beneficios tanto para el mentee como para el mentor y contribuye al crecimiento y éxito de las organizaciones.

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