Carlos Marín se convirtió en un portento de la lírica desde pequeño. Nacido en Alemania en 1968, Carlos despuntó en la música a una temprana edad, sacando su primer single a los 8 años. A los 12 se trasladó a Madrid a estudiar en el conservatorio y, años después, se convierte en el barítono de Il Divo.
El Ascenso a la Fama con Il Divo
No fue hasta 2003 cuando se unió a Il Divo, el cuarteto de ópera que le alzó a la fama. "Tuvieron que convencerle para ser parte de Il Divo porque no le gustaban los grupos", nos cuentan Magdalena, su madre. El cuarteto se transforma en un fenómeno musical con 160 discos de oro y platino en más de 33 países.
Como en el ámbito profesional, su vida personal también es exitosa. En el año 2006 se casa con la mujer con la que comparte su vida desde hace 13 años, Geraldine. Sin embargo, tan solo 3 años después, se separan de mutuo acuerdo y de manera amistosa.
El Trágico Final y las Secuelas Familiares
Su éxito se trunca en 2021, cuando Carlos fallece a causa de la COVID-19 en Manchester, mientras está de gira con Il Divo. "Se fue y no le volví a ver", advierte su madre, "quería morirme".
Tres años después del fallecimiento de Carlos Marín, el español que formó parte del grupo Il Divo, se abre una guerra encabezada por su madre Magdalena Menchero y su hermana Rosa. ¿Qué ha ocurrido exactamente?
Lea también: Conoce la Historia de Carlos Bremer
Magdalena Carga Contra Il Divo
La madre de Carlos Marín visitó el programa de Y ahora Sonsoles para denunciar el trato que le dieron el resto de integrantes del grupo a su hijo. Según nos contó, le dejaron solo durante sus últimos días y pronto le sustituyeron. Magdalena llegó a afirmar que no le dieron el pésame y que le abandonaron en el hospital cuando luchaba contra el coronavirus que le quitó la vida.
Según nos cuentan, cuando murió, el resto de integrantes de Il Divo no fueron a verle: "Le abandonaron en el hospital". Su hermana Rosa era su asistente personal y asegura que estaba al tanto de los problemas que tenían entre ellos. "No nos han dado ni el pésame", señalan.
Il Divo se Defiende
Las acusaciones de Magdalena llegaron a oídos de los integrantes de Il Divo, que no tardaron en justificarse en el programa. Según nos contaron, les afectó mucho la muerte de Carlos, pero debían continuar con sus compromisos profesionales.
Cuando Carlos falleció, se encontraban en mitad de una gira y se vieron obligados a meter a un nuevo integrante, Steven LaBrie. Sin embargo, advierten que su intención nunca fue sustituirle, sino honrarle.
El Tenso Encuentro en el Cementerio
Durante su entrevista, Urs aseguró que llevaba años sin ver a la familia de Carlos Marín. Sin embargo, días más tarde destapábamos unas imágenes que contradicen su versión. Tras la muerte de Carlos Marín, Magdalena y los miembros de Il Divo se encontraron en el cementerio el día 15 de diciembre. Ellos, trajeados y acompañados de un fotógrafo, visitaban la lápida de Carlos, mientras Magdalena se mantenía en silencio observándoles.
Lea también: Estudiar Marketing en la URJC
Geraldine Larrosa, la Gran Enemiga de Magdalena
La exmujer de Carlos Marín, también conocida como Innocence, también es una pieza fundamental en la guerra de Magdalena. Según la madre de Carlos, Geraldine se quiso quedar con el dinero de la herencia, pero no quiso asumir las deudas.
La representante de Geraldine, Yola Berrocal, aseguró que la familia de Carlos intentó quitar su nombre de la empresa y apartarla para quedarse la legítima. El fallecimiento de Carlos Marín parece haber abierto una herida en la historia de Il Divo que, a día de hoy, está más afilada que nunca.
El Legado Musical y los Homenajes Póstumos
La muerte de Carlos Marín, vocalista de Il Divo, conmocionó al mundo de la música el 19 de diciembre de 2021. Dejó desarbolados y hundidos a quienes lo conocieron y formaron parte de su trayectoria vital y profesional. Aquellos que eran su núcleo duro, ése al que él -la persona, no el famoso-, siempre acudía: su familia y amigos. 365 días en los que el recuerdo, así como los homenajes, ha estado muy presente. Horas antes, se celebró su velatorio en el tanatorio de San Isidro, donde se pudo ver a su familia destrozada y a su entorno más cercano, en shock. La madre del malogrado cantante, Magdalena Menchero, incluso, tuvo que ser atendida por los médicos.
En este tiempo de duelo y reparación, la familia ha ocupado titulares en prensa y televisión, en ocasiones de resultas de un desagradable conflicto por su herencia. El cantante dejó como heredera principal a su madre, pero legó un inmueble a su exmujer. Montante que la conocida artísticamente como Innocence pretende que sufraguen la madre y la hermana de Carlos.
En medio de este desaguisado económico, sumado a otras polémicas, EL ESPAÑOL ha podido conocer en primicia que, por fin, ha visto la luz un emotivo y especial proyecto con el que Carlos Marín siempre soñó en vida. Según la información que maneja este periódico, es un proyecto íntimo, ejecutado con absoluta discreción, que la familia del barítono ha orquestado en este duro año de irreparable ausencia.
Lea también: El Legado de Carlos Peralta
La propuesta, de acuerdo a la versión que se confía a EL ESPAÑOL, no obtuvo una respuesta inmediata por parte de la familia de Carlos. Hubo prudencia y dudas en un principio. Eso sí, una vez que la madre dio el sí "la implicación ha sido máxima". Menchero Mena "se ha desnudado, destrozado por dentro. Lo ha dado todo, el alma, por su hijo, por Cali", como se lo conocía en la intimidad. Se explica que muy pocas personas conocen lo que Magdalena ha "sufrido", penado y llorado dándole forma a este libro. Codo con codo, mano a mano, con Magdalena ha estado Rosa Marín, su hija y la hermana de Carlos. La persona en la que Menchero se apoya, su sostén en este año tan aciago.
La biografía que se puede leer en las plataformas de venta del libro, y aparece en la contraportada, reza así: "Carlos Marín, barítono, cantante de óperas, zarzuelas, musicales, pop operístico, un artista todoterreno, pero sobre todo hijo, hermano, tío, amigo de sus amigos... Artista desde prácticamente los ocho años de edad, su vida ha transcurrido de una u otra manera sobre los escenarios desde muy pequeño". Y se añade: "Hasta llegar a su proyecto culmen, Il Divo. Y quién mejor para contar su vida que la persona que ha permanecido más cerca de él todo este tiempo, su madre. En esta obra, escrita en colaboración con el autor Ezequiel Teodoro, Magdalena Menchero Mena nos relata con viva emoción la extraordinaria vida de la persona, el artista, el hijo, tan tristemente desaparecido a tan corta edad". Es lo peor que me podía pasar. Nunca podía imaginar que te irías antes que yo. Todavía le pregunto a Dios por qué.
Controversias Post-Mortem
Pese a estos grandes derroches de cariño, lo cierto es que el nombre Carlos Marín ha estado también salpicado por la polémica. Según publicó en ese momento ABC, el cantante dejó como heredera principal a su madre. No obstante, legó un piso a Larrosa. Una vivienda valorada en 700.000 euros, pero sobre la que pesa una hipoteca de más de 300.000 euros. "Jamás pensé que esta mujer intentaría arruinar a mi madre como lo está haciendo", contestaba a su vez Rosa, hermana de Carlos, que se mostraba muy sorprendida por la actitud de quien en una época fue su cuñada.
El caso tuvo que ser puesto en manos de un abogado, pues incluso pusieron una orden de alejamiento por acoso contra Geraldine. "Ella la llama continuamente por teléfono y le ha provocado ya varias crisis de ansiedad. Este no sería el único punto de conflicto, pues Geraldine Larrosa también querría ser la heredera de los derechos musicales del de Il Divo.
A su favor, esta aseguraba que muchos de los vídeos que grabaron juntos los registró Carlos a su nombre, pero que nunca le importó porque su relación era lo primero. Por su parte, los abogados de la familia Marín aseguran que el único creador artístico era Carlos. Así lo zanjaba su abogado: "Los derechos corresponden a su madre, que es la heredera. El único director creativo o artístico era Carlos y eso es incuestionable. Le hemos dado mucho material, le hemos cedido lo relativo a su carrera e incluso lo que tiene relación con las cosas que hizo con Carlos, que se traduce en mucho dinero. Pero vamos a hacer lo que haga falta para demostrar que esto no es así".
El Recuerdo de Sofía Vigiola
La de Sofía Vigiola y Carlos Marín es una de las historias de amor más grandes jamás escritas. Según sus propias palabras, cuando EL ESPAÑOL la contactó, el pasado mes de enero, "era demasiado reciente". Sin embargo, "después de ir a verlo a su tumba a Madrid, de vivir mi luto, de cerrar un ciclo y de muchas tiradas de tarot, me animé a hacerlo. "De las primeras cosas que me comentó es que fue bruja en su vida pasada y desvelándonos acerca de estos temas, resultó que yo soy bruja en esta vida. De él aprendí muchísimo sobre la espiritualidad, clarividencia y cómo dejar algo positivo en el mundo hoy en día. Teníamos un debate eterno porque yo no creo en Dios y él era un gran devoto, sobre todo de la Virgen María. Podíamos estar horas hablando de ocultismo. Yo hablo con él, le pido consejo, sueño con él... Sofía es extremadamente sensible, una mujer especial a la que se le entrecorta la voz de la emoción al pronunciar el nombre de Carlos, el gran amor de su existencia. Desde su tierra natal, a siete horas de diferencia de nuestro país, y en el día en que Marín habría cumplido 54 años, la joven pone todo su empeño en intentar transmitir que la complicidad y la conexión con el artista, fallecido el 19 de diciembre, sigue tan despierta como el primer día que se conocieron.
Pero ¿cómo se conocieron? ¿Cómo se desarrolló su relación? "Nos conocimos en septiembre de 2015 en Tulum, en Quintana Roo, México. Un año antes, yo había representado allí a mi estado en el certamen de belleza Miss Earth y al año siguiente, mi director me invitó a pasar unos días. Me fui unos días antes de que empezase el certamen para disfrutar de mi tiempo libre y al leer el programa vi que en la semifinal o en la final decía 'invitado especial: Carlos Marín'. Llamé corriendo a mi director porque no me lo creía. "Yo cantaba canciones de Il Divo con mi mamá antes de que ella falleciera. Il Divo siempre tuvo una cercanía muy bonita conmigo. Híjole, ¡qué ridícula me veía en ese entonces pensando qué me iba a poner de ropa! El día que se supone que lo iba a conocer, al final no pudo ser. Esa noche, al terminar una cena, vi que tenía cuatro llamadas de mi director, 26 llamadas de mis amigas, llamadas de un número que no conocía... Llamé a una de las niñas, me puso en altavoz, porque iba en la camioneta, y ahí escuché esa voz, ronca, española, ceceándome... Me dijo: 'Hola, mucho gusto, soy Carlos Marín, no sé si me reconoces...' Y empezó a cantarme un pedacito de Regresa a mí. 'Tus amigos me enseñaron fotos tuyas, estoy ansioso por conocerte, no sé por qué no llegaste. ¿Podemos pasar por ti al hotel y nos vamos a una disco?' Le dije que no.
El encuentro entre ellos se produciría días más tarde, en una cena, en el contexto del citado certamen de belleza. Había una mesa larga, cuenta Sofía, que además apunta que llegó tarde, "típico de mí". "Carlos estaba sentado en el centro y cuando pasé, lo sentí. A mí me tocó sentarme justo en la esquina de la mesa. Más tarde, a la hora del café y del postre y el tequila, a mi lado derecho veía cómo un cuerpo se asomaba así a la mesa... Y de repente dijo: 'He estado viendo tus fotos desde hace días, he esperado y, ¿no vas a sentarte a mi lado?' Nerviosa como nunca en mi puta vida, me levanté de la mesa y me acerqué. Entonces, ya no había vuelta atrás. En esa primera conversación, la magia -y de eso ellos dos saben mucho- del uno entró en el otro para siempre. Tras la charla, pasaron al baile. "Ahí fue el momento en el que dejé de tocar suelo. Me perdí para poder encontrarme en algo que estaba escrito para nosotros. Ninguno podíamos explicar lo que estaba pasando".
La noche terminó, pero no para ellos. Al irse cada cual a su habitación, Marín consiguió contactar con Sofía y juntos se escaparon a una playa donde ella escuchó, en exclusiva, el disco Amor y pasión. "Me dijo que quería que una latina escuchara lo que pudo hacer con Il Divo después de que terminase su contrato con Simon Cowell. Puedo presumir de ser la primera mortal que lo escuchó. Aquella madrugada, en mitad de una playa de Tulum, escuchando la música de Carlos y embriagada por la romántica e insólita situación, Sofía le reta y acaban bailando un vals. "Yo no sé si mi mamá estaba ahí o si, efectivamente, puedo decir que Dios existe, pero empezó a llover y, de verdad, todo fue un cuento de hadas que no merezco. Algo muy bueno tuve que hacer en otra vida para que en esta se me compensara con lo vivido con Carlos.
El amor entre ellos nació entre las arenas blancas de Tulum y perdurará siempre, pero si hubiera que fechar su romance, habría que hablar entre septiembre de 2015 y finales de 2017, principios de 2018. "Fue un intento de relación. Era difícil, sobre todo por la distancia. Yo tampoco quería lastimarme. Él tenía mucho estrés, yo no podía ayudarlo todo quería. Nos frustrábamos ambos. En 2018 vino a México y juramos no hablar del tema, dijimos que sólo íbamos a pasarla lindo. Cumplimos.
"Sé que él veía a otras mujeres en el mundo, pero es que cuando conocí a Carlos, yo estaba intentando recuperar una relación mía, y se lo dije: '¡Eres el peor triángulo amoroso que he tenido en mi vida, güey!' Él me decía: 'Quédate conmigo, vámonos a Madrid, a Maldivas, a Israel'. Su sueño era ir a Israel. Fue este periódico el que publicó en el mes de diciembre que el cantante, miembro de Il Divo, se encontraba ingresado en un hospital de Manchester tras contraer la Covid-19 con severas complicaciones.
Sofía Vigiola ha querido dejar claro en esta entrevista que Carlos Marín estaba vacunado contra la enfermedad. "Vino a México en marzo y se vacunó, creo que de la tercera dosis. Fue él el que me convenció a mí para hacerlo. Y él no lo hizo por sí mismo, sino por solidaridad, porque trabajaba con público, abrazaba a gente... Lo hizo por él y por todos. Desafortunadamente, el 19 de diciembre nada se pudo hacer por él y Marín encontró la muerte: "Hacía tres semanas que no hablaba con él y me dijo que en diciembre y enero iría a Estados Unidos, y luego a México, que nos organizaríamos para vernos acá. Fue una plática de amigos, como siempre. En sus últimas conversaciones me contó que había terminado una relación en marzo o abril, que la niña, su pareja, le había hecho mucho daño. Me contó de ella cuando terminaron, no cuando eran novios. Era una chica venezolana que se quería casar con él a la fuerza y que se inventó que estaba embarazada. Era mentira.
"Vi que Il Divo había llegado a Inglaterra, le escribí y no me contestó. Era muy raro. Siempre me respondía. Esa noche, Carlos vino a mí en sueños y lo vi correr mucho. Me desperté inquieta, lo llamé y no le entraba la llamada. Entré en la cuenta de Il Divo y ya contaban que uno de sus miembros estaba hospitalizado. Le escribí y le puse: '¡Échale huevos, cabrón!', porque él siempre me llamaba 'cabrona', que es una palabra muy usual aquí en México. A las 8 de la mañana del día siguiente, Il Divo hizo oficial el comunicado. Fue como si cayera a un lago congelado. La percepción que tuve fue horrible, como si estuviera envejeciendo muy rápido. Me atrevo a decir que ni siquiera con la muerte de mi mamá había sentido mi corazón hacerse polvo. No podía llorar del impacto, cargaba la página, no lo podía creer.
Poco después de la muerte de Carlos Marín, la joven mexicana decide viajar a Madrid no sin antes ser avisada, siempre según ella, por un millón de señales que le indicaron que debía hacerlo: "Siempre quise ir a Madrid, con Carlos, claro. Un día me contactó por Instagram una persona que resultó ser la última novia de él antes de que falleciera, una mujer brasileña. No sé por qué Carlos esperó a estar muerto para presentármela. Me hablaba mucho de ella, pero nunca me dijo su nombre.
"Agarré mis maletas, dejé de trabajar, dejé reuniones, dejé todo", comenta Sofía, que prosigue: "Eran demasiadas señales. Cuando llegué a Madrid me recibió un pájaro en la puerta del estacionamiento y supe que era Carlos. Siempre viene a visitarme en forma de pájaro o lluvia. Aquí se llama calandria, hay uno que se acerca y sé que es Carlos. Le pregunté si era Carlos y me dijo 'pio, pio, pio'. Su periplo hasta el cementerio de La Almudena no fue fácil, pero las pistas de Carlos continuaron. Decidió ir en bus en lugar de en metro y el chófer, sin tener ni idea de hacia dónde se dirigía, la avisó de la parada justo en la tumba familiar donde se encuentra Marín.
"Hablé con él en su tumba como una hora, le dije que no me dejara sola. Le insistí en que no me dejara sola. Y justo en ese momento, en la tumba de enfrente, otro pájaro. Voló el pájaro y le dije: 'Te dejo porque me estoy congelando, cuídame mucho por favor, salúdame a mi mami y a todos los que tengo ahí arriba'. De repente, una mujer detrás de mí me dice: '¿Viniste a ver a Carlos? Ah, yo también, me llamo tal, vivo en Estados Unidos, pero soy mexicana. Por cierto, ¿eres Sofía Vigiola?' ¡No había forma humana de que en Madrid me conociera una persona!
Pero no era este el final del peculiar viaje de Sofía en Madrid. Tras ver el panteón de su amor perdido, visitó la Catedral de la Almudena y a la vez que sufría casi un Stendhal por la impresión arquitectónica, las columnas y las escaleras, rompió por primera vez a llorar: "Me mandó pájaros, aquella mujer y, pensando en él y viendo la inmensidad de la Almudena, sonó de fondo My way de Frank Sinatra, su canción favorita en el mundo. No me derrumbé porque mi amiga Jimena me sostuvo.
Si hay un motivo por el que Sofía ha pensado profundamente si conceder o no esta entrevista es por el sumo respeto que le guarda a quien fuera su pareja y la familia de éste: "Lamento muchísimo lo que están pasando en conjunto e individualmente. Yo no me imagino la fortaleza que ha de tener, sobre todo su madre, para poder lidiar con una pérdida así de inmensa. La presión social que deben sentir... Le dije a Rosi que me daba mucho gusto que ella tuviera su teléfono y le mandé un abrazo.
En la guerra que mantiene la exmujer de Marín, Geraldine Larrosa, con la familia del artista, Sofía prefiere no entrar aunque tiene clara su postura. "Lo único que puedo decir es que lo que está haciendo es deplorable, te lo digo tal cual, sin pelos en la lengua, como buena mexicana. No entiendo ni entenderé cómo una persona que dice querer a la familia de Carlos puede hacer algo así. No tiene sentido lo que dice con lo que hace, con lo que piensa y con lo que actúa. Dice que lo quiere dejar en privado y en familia, pero ni lo hace privado ni es su familia. Diciéndolo muy tajante, imagino que está muriéndose de hambre para tener que denigrar así su propia imagen a cambio de tener un beneficio o interés monetario", concluye, tajante y valiente Sofía Vigiola.
El Recuerdo de Emiliano Suárez
MADRID, 23 Dic. La muerte de Carlos Marín, del grupo 'Il Divo', ha dejado en shock a todo el mundo de la música. También a su exmujer, Geraldine Larrosa, que sigue llorando su pérdida. Los dos mantenían una muy buena relación de amistad tras su separación, además de la admiración que había entre ambos.
Hemos hablado con Emiliano Suárez y nos ha contado lo destrozada que está Geraldine Larrosa tras la pérdida de Carlos Marín: "No sé si tendrían sus apaños, pero eran como uña y carne. Está fatal, está muy afectada, son cosas que pasan". El empresarios nos asegura que prefería ver a Carlos Marín cuando actuaba en solitario en los teatros de Madrid: "yo he ido a gran vía a verle muchas veces a él solo. En sus bolos es también donde, a veces, participaba su mujer, bueno, su pareja. Además, nos asegura que tienen una relación de amistad muy cercana con Geraldine: "son muy amigas, además. Las dos son muy tienen algo en común, no sé cómo. Por eso se entienden tan bien". Y además, nos confiesa estar muy entristecido por la pérdida de su amigo Carlos Marín: "yo si me consideraba su amigo.
Eso sí, Emiliano recuerda las confesiones que le hacía al cantante, de hecho, bromeaba con él y le decía que no era partidario de Il Divo: "Il Divo como producto no era una de mis grandes pasiones, eso se lo decía a él de cachondeo". Siempre le recordará como un gran artista y buena persona: "él era un gran artista, un muy buen cantante y, sobre todo, era un tío muy simpático y carismático" y le describe al cantante como un hombre antiguo y clásico: "tenía un perfume antiguo, él tenía esa cosa cursi, era muy presumido con ese tupé, siempre impecable, con el pecho de pato y la ropa ceñida.
tags: #carlos #marin #biografia #empresario