Carmen Pano se describe a sí misma como "la persona que entregó en la calle Ferraz 90.000 euros siguiendo instrucciones de Víctor Gonzalo de Aldama". Tras una primera entrevista con la imagen y voz distorsionadas, decidió comparecer a cara descubierta para "aclarar las cosas" y desmentir falsedades atribuidas a Aldama en sede judicial.
Antes de verse involucrada en esta trama, la empresaria ha trabajado durante décadas en el sector bancario. En la actualidad, además, aparece vinculada a un gran número de sociedades; algunas de ellas están domiciliadas en la localidad portuguesa de Elvas, igual que las de Aldama. Su hija, Leonor María González Pano, es la administradora de la compañía Have Got Time S.L., dedicada a la comercialización de hidrocarburos al pormayor.
Acusaciones y Testimonio
La controversia central gira en torno al pago de 90.000 euros en efectivo que, según Pano, entregó personalmente en la sede del PSOE en la calle Ferraz, 70 de Madrid. Los hechos, como desveló este diario en exclusiva, tuvieron lugar hace cuatro años, en octubre de 2020, cuando dos empresarios socios de Aldama y Claudio Rivas acudieron a Ferraz para entregar 45.000 euros en billetes. «Soy Carmen Pano y vengo de parte de Víctor de Aldama», dijo al recepcionista. «Suba a la segunda planta.
Pano suscribe ahora todas sus afirmaciones expuestas hace dos meses de forma oculta. En su primera entrevista a un medio de comunicación, explica en primera persona por qué fue ella quien entregó 90.000 euros en efectivo en la sede del PSOE: «Efectivamente, esto se produce a finales del 2020. Yo llevé ese dinero a Ferraz. Me estaban esperando. Subí a la segunda planta y había una persona que me estaba esperando.
En la segunda planta, le recibió un hombre de unos 45 años de edad que no reconoció. «No identifico a la persona porque fue entregar la bolsa de plástico y marcharme», asegura. La segunda planta de Ferraz es una zona de poco tránsito en la que habitualmente trabajan coordinadores de área de los responsables de la Ejecutiva y técnicos de diferentes departamentos. Es decir, quien presumiblemente recogió la bolsa de dinero no era un perfil conocido ni reconocible por una persona ajena a la política.
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Los hechos se enmarcan además en un contexto extraordinario, la segunda ola de la pandemia del covid-19, cuando la sede del PSOE estaba prácticamente desierta porque la mayoría de los empleados no acudían a trabajar presencialmente y optaron por el teletrabajo. Fueron en total apenas «cinco o seis minutos» en la sede de Ferraz, desde que entró por la puerta principal hasta que salió nuevamente por la misma entrada, para cumplir la encomienda de Aldama: entregar los 90.000 euros en efectivo en dos días distintos, con un intervalo de 15 días, y en «billetes que iban primeramente en una bolsa de plástico de El Corte Inglés y luego en una bolsa de papel».
No se le requirió identificación ni se le obligó a pasar por el arco de seguridad antimetales que cruzan todos los visitantes a la sede socialista, incluidos dirigentes y periodistas. Se limitó a decirle al personal de seguridad: «Soy Carmen Pano. Vengo de parte de Víctor de Aldama».
Pruebas y Colaboración con la Justicia
Preguntada por THE OBJECTIVE por la existencia de pruebas que acrediten estos pagos, la entrevistada admite de que este es el único punto de su relato en el que «evidentemente no hay pruebas. Al tratarse de dinero en efectivo, aquí no hay pruebas. Es su palabra contra la mía». Por ello, 15 días después de la entrevista concedida a este diario el 10 de octubre, acudió al notario para levantar un acta notarial de su testimonio: «He declarado esto ante un notario y así consta mediante acta notarial».
Un acta que custodia este periódico desde entonces y en la que se adjuntan como anexo las tres entregas de la entrevista que Carmen Pano concedió a este diario ocultando su identidad. Además, otros empresarios que estuvieron presentes en las negociaciones y en la entrega de 90.000 euros en la sede de los socialistas también ratifican el testimonio de Carmen Pano.
Sin embargo, Pano también advierte de que tiene «pruebas» en relación con las «otras cantidades» que se reclamaron en concepto de pago para la obtención de la licencia de hidrocarburos para la operadora Villafuel SL. En total, Aldama transmitió a los empresarios, en la primera reunión que mantuvieron con los interesados en licencia de operadora en su despacho de la calle Antonio Maura, que Koldo García había pedido 600.000 euros. A esto se suma la compra de un chalé en la urbanización de La Alcaidesa, en Cádiz, para el entonces ministro de Transportes, José Luis Ábalos.
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Lo que ha movido a esta empresaria, vieja conocida de Aldama desde hace más de 20 años, a dar el paso de contar públicamente su historia a través de THE OBJECTIVE han sido algunas falsedades vertidas por Aldama en sede judicial, y posteriormente en la entrevista a la Cadena COPE. El cabecilla del caso Koldo intentó implicar directamente a Pano y a su hija al deslizar que fue su sociedad, Have Got Time, la que solicitó una licencia de operadora de hidrocarburos. Algo que no consta en ningún documento o registro oficial, ni se corresponde con las conversaciones recogidas en el último informe de la Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil, procedentes de los teléfonos móviles incautados por los agentes.
Pese a ello, Aldama aseguró esta semana en su entrevista en la COPE que él «no tiene nada que ver con los hidrocarburos ni con Villafuel». Sin embargo, Carmen Pano está dispuesta a demostrar lo contrario ante la Justicia. «Estoy dispuesta a colaborar con la Justicia y contar lo que tenga que contar cuando se me reclame», reitera en esta entrevista.
Pano pretende compartir su información, pero también toda la documentación que obra en su poder, con los dos jueces que instruyen las causas en las que está inmersa la trama, Ismael Moreno y Santiago Pedraz. Un compromiso que se da de bruces con el argumentario gubernamental que pretendió desprestigiar su testimonio al hablar de «fuente anónima», «noticia falsa» y «bulo».
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