Cómo clasificar una empresa: Criterios para PYMEs, medianas y grandes empresas

Clasificar las empresas por su tamaño, hoy en día, es complejo. Son varios los criterios que ayudan a encuadrar una empresa por su tamaño. Desde BBVA te queremos ayudar a “diferenciar” las distintas opciones que existen y, gracias a este artículo, vas a conocerlas, con detalle, además de entender los criterios que se siguen para “agruparlas” y los motivos que hacen tan “relevante” esta clasificación de las empresas por su tamaño.

Importancia de la clasificación de empresas por tamaño

Esta clasificación de las empresas por su tamaño ayuda, en primer lugar, a distinguirlas (facilitándote, con esto, la forma de interactuar con ellas). En segundo lugar, permite que accedan a unas ayudas u otras (no son las mismas en el caso de una pyme o de una gran empresa). En el panorama empresarial, las empresas se clasifican según su tamaño en pequeñas, medianas y grandes.

Esta clasificación no sólo refleja el número de empleados o el volumen de ingresos, sino también diferencias en estructura, alcance de mercado y capacidad de influencia económica. En la economía, cada tipo de empresa juega un rol distinto, pero esencial. Desde fomentar la innovación local hasta competir en mercados internacionales, el tamaño de una empresa puede determinar su impacto y sus responsabilidades económicas.

  • Son motores de empleo, generando puestos de trabajo locales y adaptándose rápidamente a las necesidades del mercado.
  • Se encuentran en fase de crecimiento acelerado y son fundamentales para introducir nuevas tecnologías y procesos.
  • Aportan estabilidad económica y capacidad de inversión en grandes proyectos, además de influir a nivel global.

El apoyo a estas empresas mantiene una economía diversa y resiliente.

Criterios de clasificación en España y la Unión Europea

En España, la clasificación de tamaño de empresa se alinea en gran medida con las definiciones de la Unión Europea, basadas principalmente en el número de empleados. El tejido empresarial en España se caracteriza por el peso predominante de las Pequeñas y Medianas Empresas (PYMES).

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Definiciones según la UE:

  • Microempresas: Empresas con menos de 10 empleados.
  • Pequeñas empresas: Empresas con menos de 50 empleados.
  • Medianas empresas: Empresas que tienen entre 50 y 249 empleados.

Las PYMES, en conjunto, agrupan a las pequeñas y medianas empresas (menos de 250 trabajadores). Algunas normativas nacionales, como la fiscal española para las ” Entidades de Reducida Dimensión ” (ERD), utilizan sus propios criterios, que combinan empleados y volumen de negocio, pero con umbrales diferentes a los de la UE. Por ejemplo, una microempresa fiscalmente puede ser aquella con menos de 25 trabajadores y menos de 5 millones de euros de volumen de negocio, y una pequeña empresa fiscalmente aquella con menos de 10 millones de euros de volumen de negocio.

Microempresas (0 a 9 asalariados): Representan el 95, 2% del total de empresas. La distribución del empleo también refleja la importancia de las empresas de menor tamaño.

Requisitos legales para ser PYME según la UE

En el contexto de las subvenciones, la Unión Europea (UE) ha establecido una definición precisa de lo que se considera una PYME, recogida en la Recomendación 2003/361/CE. ¿Cuáles son los requisitos para ser PYME?

  • Número de empleados (UTA): Una PYME es una empresa que tiene menos de 250 empleados.
  • Volumen de negocio o balance general anual: Además del número de empleados, otros requisitos legales para ser PYME que se deben cumplir son, al menos, una de las siguientes condiciones financieras:
    • Un volumen de negocio anual que no exceda los 50 millones de euros.
    • Un balance general anual que no exceda los 43 millones de euros.
  • Independencia de la empresa: La empresa debe ser independiente (empresa autónoma), es decir, no debe estar controlada por otra empresa o grupo de empresas que no sean PYMEs.

El volumen de negocios anual se determina calculando los ingresos recibidos por una empresa durante el año en cuestión mediante la venta de productos y la prestación de servicios en el marco de las actividades ordinarias de la empresa, previa deducción de los descuentos aplicados por esta.

Cumplir con los requisitos para ser considerado PYME es fundamental, ya que permite acceder a ayudas y subvenciones específicas para este tipo de empresas. Además, facilita el acceso a líneas de financiación y a programas de apoyo empresarial que fomentan el crecimiento y la competitividad de las pymes en el mercado.

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Esta distinción es relevante porque muchas subvenciones están dirigidas específicamente a una de estas subcategorías. Según la categoría en la que encaje una empresa, puede ser necesario que incluya datos de una o varias empresas al efectuar el cálculo de la condición de pyme.

Que una empresa sea reconocida como PYME le garantiza una serie de ventajas significativas que pueden ser cruciales para su desarrollo y crecimiento. Es fundamental que las empresas interesadas se aseguren de cumplir con los criterios establecidos y se mantengan informadas sobre las posibles modificaciones en la normativa vigente.

Al efectuar los cálculos, debería utilizar los datos que figuren en las últimas cuentas anuales aprobadas de la empresa. El artículo 4, apartado 2, proporciona estabilidad y certidumbre a las empresas que se encuentran próximas a los umbrales definidos y corren el riesgo de superarlos temporalmente durante un ejercicio excepcional o en mercados volátiles. Así, en el caso de que una empresa supere los niveles máximos establecidos para los efectivos o el ámbito financiero durante el año de referencia, este hecho no afectará a su situación y conservará la condición de pyme que tenía al inicio del ejercicio contable.

La finalidad del artículo 4, apartado 2, de la definición de pyme es garantizar que las empresas que crezcan no resulten penalizadas con la pérdida de condición de pyme a menos que superen los umbrales pertinentes durante un período prolongado. Las empresas que experimentan un cambio de propiedad deben evaluarse examinando su estructura accionarial en el momento de la transacción, no en el del cierre de las últimas cuentas. Se considera empresa «toda entidad, independientemente de su forma jurídica, que ejerza una actividad eco­nómica».

Factores que influyen en el tamaño empresarial en España

Existen varios factores que contribuyen a la persistencia de un tejido empresarial de reducido tamaño en España. Entre ellos se encuentran las barreras existentes a la creación y expansión de empresas, las dificultades de acceso a financiación para el crecimiento, y un marco institucional y regulatorio (fiscal, laboral y contable) que, al ser más flexible y beneficioso para las empresas pequeñas, puede desincentivar el crecimiento de tamaño.

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Este tejido productivo conlleva una menor productividad en comparación con países con empresas de mayor tamaño promedio, lo que a su vez afecta la competitividad. Las empresas pequeñas tienden a invertir menos en formación para sus trabajadores y en I+D.

El empleo en empresas pequeñas también puede ser de menor calidad, con menor duración, salarios más bajos y peores condiciones laborales. Las empresas más grandes generalmente muestran niveles más altos en indicadores de digitalización, como la disponibilidad de ordenadores, el uso de especialistas en TIC, la provisión de formación en TIC o el índice sintético de transformación digital, existiendo una brecha notable con las microempresas.

Cada uno de estos negocios opera de manera muy diferente, enfrenta desafíos únicos y juega un papel distinto en nuestra economía. En este artículo, exploraremos qué hace única a cada una de estas empresas y cómo su tamaño influye en su funcionamiento y su impacto en el entorno empresarial.

Ejemplos de empresas según su tamaño

En tu ciudad puedes encontrar todo tipo de negocios: cafeterías, que tienen unos pocos empleados.. tiendas que puedes ver en cualquier ciudad. que tienen más trabajadores que algunos países. franquicias, como Burguer King, y tienen una clasificación especial.

A continuación, se presentan algunos ejemplos para ilustrar cómo se pueden clasificar las empresas según su actividad y tamaño:

  • Descripción: Panadería y pastelería local con varias tiendas en la misma ciudad.
  • Descripción: Especialización en el desarrollo de software a medida para el sector industrial. Ofrece soluciones de gestión de la producción, optimización de procesos y análisis de datos.

Otros criterios de clasificación empresarial

El tamaño es sólo una manera en la que podemos clasificar las empresas. No hay un único criterio para poder realizar esta clasificación. Además del tamaño, las empresas pueden clasificarse según distintos criterios:

  1. Según la propiedad del capital:
    • La empresa privada es propiedad de personas físicas o jurídicas particulares. Su objetivo es ganar beneficios.
    • La empresa pública pertenece al Estado o a entidades públicas, por ejemplo, RENFE.
  2. Según el ámbito de actuación:
    • Locales: Operan en una localidad o un entorno muy cercano.
    • Nacionales: Operan en todo el país.
    • Multinacionales: Se han expandido y han llevado sus actividades a 2 o más países, además deben llevar la producción o distribución allí. Pueden empezar siendo locales y pasen a ser multinacionales en poco tiempo.
  3. Según su forma jurídica: Los socios tienen que cumplir los requisitos según la forma que elijan, con un contrato para formar una nueva empresa que tiene personalidad jurídica.

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