Este artículo aborda varios casos impactantes de empresarios acusados de la muerte de sus esposas, detallando las circunstancias de los crímenes, las investigaciones policiales y las consecuencias legales que enfrentan los acusados.
El Caso de David Knezevich: Suicidio en Prisión
El empresario de origen serbio, David Knezevich, acusado de secuestrar y asesinar a su esposa en Madrid en febrero de 2024, fue encontrado muerto en su celda del Centro de Detención Federal de Miami, en Estados Unidos, con indicios de suicidio. El fallecido se encontraba a la espera de juicio por el asesinato de Ana Knezevich Henao, una ciudadana de 40 años de origen colombiano que desapareció mientras se encontraba en medio de un proceso de divorcio con Knezevich.
Su abogada defensora, Jayne Weintraub, informó este lunes de la muerte del acusado, según recoge el diario 'Miami Herald', y el FBI se está encargando de la investigación que apunta a que se ha quitado la vida. La familia Henao manifestó a través de un comunicado que la muerte del empresario "cierra un capítulo doloroso" de sus vidas, aunque también aseguraron que puede que nunca vayan a saber dónde está el cuerpo de la fallecida, que no se consiguió encontrar durante la investigación del caso.
La mujer llegó a Madrid queriendo rehacer su vida tras la separación de su marido y, tras su repentina desaparición, todos los indicios apuntaron a su expareja que fue detenido dos meses después en el aeropuerto internacional de Miami (EEUU).
El Caso de Tom Hagen: Un Pacto Matrimonial Injusto
Torbjørn Olsen / GD / NTB scanpi EFE. Algo no cuadra en la historia de Tom Hagen, el multimillonario noruego detenido como presunto culpable del asesinato de su esposa, Anne-Elisabeth, desaparecida desde octubre de 2018 tras casi 50 años de matrimonio. Hagen denunció que había sido secuestrada, e incluso aseguró haber hablado con los secuestradores, que le exigían que pagase un rescate de nueve millones de euros en la criptomoneda Monero.
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La Policía noruega no le cree y no ha explicado aún cuál podría ser el móvil del crimen, pero los expertos en criminología apuntan hacia el pacto matrimonial de la pareja, cuando menos extraño teniendo en cuenta quién es Hagen.
Anne-Elisabeth y Tom se casaron en 1969, ambos con sólo 19 años. En 1987 firmaron un draconiano pacto que, en caso de divorcio, la dejaba a ella prácticamente sin nada. Las condiciones se endurecieron aún más en 1993: Tom se quedaría con la residencia familiar y con toda ganancia, regalo o herencia que llegase en el futuro. Anne-Elisabeth recibiría una casita de verano y 200.000 coronas noruegas (unos 18.000 euros). Básicamente, calderilla.
El problema -para él- es que la ley noruega permite que la parte más desfavorecida por un pacto matrimonial manifiestamente injusto pueda recurrir a los tribunales para que sea modificado. Igual que los criminólogos, los abogados consultados por los medios locales son unánimes: jamás habían visto un acuerdo semejante, por lo que Anne-Elisabeth habría llevado todas las de ganar.
Resulta difícil entender por qué un tipo tan pudiente como Hagen obligó a aceptar condiciones tan duras a su esposa, que aparte de dar a luz a sus tres hijos fue ama de casa durante toda su vida en común, a la que en los últimos años también se habían unido varios nietos. Fundador de la boyante compañía energética Elkraft, presente en toda Escandinavia y con facturaciones anuales que rondan los 270 millones de euros, la fortuna personal del empresario, que también se dedica a las inversiones inmobiliarias, ascendía en 2019 a 170 millones de euros (nada menos que un 12% más que en 2018), lo cual, según la revista Kapital, le sitúa entre las 200 personas más ricas de Noruega.
Una lista en la que figura desde la década de los 90, aunque hasta la desaparición de su mujer siempre había mantenido un perfil bajo, tan bajo que aún vivía en la anodina casa a la que se mudó en 1982 con Anne-Elisabeth y los dos hijos que tenían por entonces.
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Otros Casos Relevantes
El Caso de Benet M.O.
La jueza ha decretado este mediodía el ingreso en prisión incondicional de Benet M.O., el anciano de 82 años que el pasado miércoles mató de un tiro a su mujer, Joana B.J., de 79 años, en su casa de Puigpunyent. El hombre, que se disparó a sí mismo tras el crimen, está acusado inicialmente de un delito de homicidio. Los dos hijos de la pareja se han personado ya en el proceso judicial como acusación particular y su abogado ha estado presente en la comparecencia.
El acusado ha sido puesto a disposición judicial a las nueve de la mañana, cuando agentes de la Guardia Civil lo han trasladado a los juzgados de Vía Alemania. Benet M.O. camina con muchas dificultades y ha tenido que ser sujetado en todo momento por los guardias que lo custodiaban. Tras la comparecencia, la magistrada ha decretado su ingreso en prisión sin fianza, como habían solicitado la Fiscalía y la acusación particular.
Los hechos ocurrieron el pasado miércoles por la mañana en el domicilio de la calle Riera de Puipunyent donde convivía la pareja. Según la investigación de la Guardia Civil, la mujer recibió un balazo en la espalda con una escopeta de caza mayor mientras dormía, como ha adelantado en primicia Diario de Mallorca. La víctima estaba tumbada boca abajo en la cama y, por tanto, no tuvo opción alguna de defenderse. El anciano se pegó después un tiro en el abdomen y, aunque sufrió lesiones graves, el proyectil no afectó a órganos vitales y el mismo miércoles por la tarde recibió el alta.
Aquella mañana, el anciano se puso en contacto con una de sus hijos y le lanzó una inquietante advertencia: dejaba las llaves de la casa y su coche en el exterior de la vivienda. «Nosotros ya no estaremos», le dijo. Esta familiar, alarmada por el mensaje, acudió rápidamente a la vivienda. Mientras tanto, Benet M.O. se disparó a sí mismo en un supuesto intento de suicidio. El hombre sufrió una herida por arma de fuego en el abdomen y contactó entonces con el 112 para pedir ayuda.
Cuando la Guardia Civil y los efectivos del 061 llegaron al domicilio, encontraron a la mujer ya muerta. El anciano fue atendido en el lugar y trasladado a Son Espases, ya detenido por la muerte de su mujer. Aunque las lesiones que sufrían eran graves, los médicos certificaron desde el primer momento que su vida no corría peligro y de hecho esa misma tarde recibió el alta y fue trasladado a la Comandancia de la Guardia Civil.
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Inicialmente, los investigadores barajaron la posibilidad de que se tratara de un suicidio pactado. La mujer tenía un estado de salud delicado y en los últimos meses había estado ingresada varias veces e incluso fue operada. Esta hipótesis fue perdiendo fuerza con el avance de las pesquisas y no se ha encontrado ninguna prueba que la avale. Todas las evidencias recabadas apuntan a que Joana B.J. fue atacada a traición por su marido. No constaba ningún antecedente de violencia de género en la pareja.
El acusado fue un reconocido empresario del sector textil y es un gran aficionado a la caza y a la náutica. Según los testimonio recabados por los investigadores, en los últimos meses se había mostrado alterado y atravesaba importantes problemas económicos.
El Asesinato Resuelto de Juan Manuel Leiva González
Cuando el padre de Jessica desapareció, ella tenía 17 años, la misma edad de él cuando la concibió. “Casi nos íbamos juntos de fiesta”, explica, sobre una relación estrecha con un padre muy joven. Hasta que en septiembre de 2004 desapareció, sin que durante 20 años tuviese ninguna certeza de qué le había ocurrido. Este jueves, la policía ha informado de lo que considera la resolución del asesinato de Juan Manuel Leiva González a tres meses de la prescripción del caso. Desde febrero, quien fuese su expareja está en prisión preventiva acusada de haberlo matado.
“Jamás de los jamases me creí lo de que se había ido”, asegura Jessica, de 37 años, en una conversación telefónica con este diario. Todo ese tiempo tuvo la sospecha, la intuición de que la exnovia de su padre podía tener algo que ver. “Siempre lo creí así, pero no había manera de demostrarlo”, añade, con todas las prevenciones, en un caso que todavía debe juzgarse. “Yo no sé qué han encontrado, solo digo que si de verdad ha sido ella, que pague”, afirma, sobre la detención y encarcelamiento de la mujer, que además es madre de su hermana pequeña. “Ella es la que peor lo está pasando”, lamenta.
El periplo de la investigación sobre el asesinato, que estuvo a punto de prescribir, se explica en tres tomas distintas. La primera es en septiembre de 2004. La hermana de Juan Manuel Leiva acudió a una comisaría de la Policía Nacional en Reus y explicó que hacía días que no sabía nada de él. “No se sabía qué había pasado. No había cuerpo, ni había nada, y los autores dejaron indicios para hacer creer que se había marchado”, explica el subinspector Moreno de la Policía Nacional. Los agentes encontraron su furgoneta aparcada cerca de la estación de Renfe de Tarragona, y alguien realizó llamadas haciéndose pasar por Juan Manuel y dando a entender que estaba en Francia. El caso llegó a una vía sin salida, y los policías se quedaron sin pistas que seguir.
Hasta que en junio de 2021, en Riudecols (Tarragona), una mujer que acaba de adquirir una finca encontró algo extraño. “Vio una bolsa de plástico, al final de un bajante, y pensó que al día siguiente iría a quitarla”, explica el inspector de la División de Investigación Criminal de los Mossos. En el interior, había los restos óseos de una persona, que en su día fue atada de pies y manos, y jirones de ropa. “Desde el inicio pensamos que es una muerte no natural, una muerte homicida, pero no sabemos ni cómo ha sido ni quién”, añade, sobre la investigación, que también desconocía la identidad de la víctima. Miran incluso las piezas de ropa, el año de fabricación, donde pudo comprarse para saber quién es el muerto. Tiran de antropología forense, pero las bases de datos de ADN no arrojan ninguna coincidencia con personas desaparecidas.
Hasta que en febrero de 2024 llegó el vuelco definitivo cuando la hermana de Juan Manuel Leiva acudió a la comisaría de los Mossos. “Nos explica que una persona hace unos meses que le dijo que quién había matado a su hermano había sido su expareja y el novio que tenía”, relata el inspector de Mossos. Y la mujer añadió que esa persona se lo decía en ese momento porque el novio de la mujer había fallecido ya. Lo hizo en 2022. Un hombre con un perfil violento, y con antecedentes por tentativa de homicidio, según fuentes policiales. Además, añadió que el cuerpo se enterró en una finca de Riudecols. “Ahí ya intuimos que su hermano era el cadáver que tratábamos de identificar”, indica el inspector de los Mossos.
La revelación unió entonces las distintas piezas. Los Mossos avisaron a la Policía Nacional, que llevó la investigación en 2004. Ya entonces, el cuerpo había tomado ADN a una de las hijas de Juan Manuel Leiva, en una revisión de casos antiguos en los que faltaban muestras. “En marzo de 2024 salta la coincidencia”, explica el subinspector Moreno de la Policía. La víctima hallada en Riudecols es Juan Manuel Leiva. En ese momento, ambos cuerpos inician una investigación conjunta.
Los policías no lo han tenido fácil. Cuando fueron a buscar ADN en la furgoneta, el coche ya estaba desguazado. No quedaba casi nada de 20 años atrás. “Todo se basa en indicios”, asegura el inspector de los Mossos. “Hay muchas cosas que apuntan a ella”, añade el subinspector de Policía, sin desvelar, ninguno de los dos, más detalles. Los agentes concluyeron que la expareja de Juan Manuel Leiva junto con quien fuese su novio en aquel momento, ahora ya fallecido, lo mataron, ocultaron el cadáver y dieron a entender que había sido un crimen. ¿Por qué? “No lo sé”, dice su hija Jessica, que como los demás elucubra sobre posibles móviles. Pero tanto los agentes como la hija de la víctima apuntan a una mala relación después de la separación de Juan Manuel y su ex, con una hija común. Además, la policía añade un posible móvil económico: la intención de la mujer de quedarse con una compañía de extintores que tenía Juan Manuel. “Ella continuó con esa empresa”, confirma Jessica. Los asesinos enterraron el cuerpo de Juan Manuel Leiva a 700 metros de la casa en la que vivían su expareja y el novio ya fallecido.
Una segunda autopsia en profundidad de los forenses, muy complicada teniendo en cuenta el estado del cuerpo, determinó que tenía lesiones en el húmero y costillas. La investigación apunta a que lo mataron con un arma blanca.
Otros Casos Breves
- Gran Canaria: La Guardia Civil detuvo a un hombre como presunto autor del asesinato de una mujer cuyo cuerpo fue rescatado del mar en la zona conocida como Los Enanos.
- Abanto (Vizcaya): Faustino Méndez asesinó brutalmente a su esposa Miren y a su hija en común, Paola, en el adosado familiar.
Estadísticas de Violencia de Género
De confirmarse la naturaleza machista del crimen de Abanto, la mujer del ahora detenido sería la víctima mortal número 16 de la violencia de género en lo que va de año en España (la 1.049 desde 2003), y la primera en el País Vasco desde 2018. Su hija, sin embargo, no figuraría en la estadística porque no es menor.
Tabla resumen de casos:
| Caso | Víctima | Acusado | Estado |
|---|---|---|---|
| David Knezevich | Ana Knezevich Henao | David Knezevich | Acusado fallecido (suicidio) |
| Tom Hagen | Anne-Elisabeth Hagen | Tom Hagen | En investigación |
| Benet M.O. | Joana B.J. | Benet M.O. | En prisión incondicional |
| Juan Manuel Leiva González | Juan Manuel Leiva González | Ex pareja y su novio | Ex pareja detenida |
| Gran Canaria | Mujer no identificada | Propietario de bar | Detenido |
| Abanto (Vizcaya) | Miren y Paola Méndez | Faustino Méndez | Detenido |