El presente trabajo analiza los aspectos determinantes de las relaciones sino-latinoamericanas en la actualidad, así como los derroteros que han seguido los vínculos entre China y los países de América Latina y el Caribe.
En el inicio del siglo XXI, la República Popular China (R.P.Ch) lleva a cabo una activa política en América latina y el Caribe (ALC), consistente, entre otras medidas, en un programa de visitas diplomáticas por parte de líderes políticos de primera línea en la conducción del Gobierno y Partido.
Tiempo atrás, eran los Jefes de Gobiernos y Grupos de Empresarios latinoamericanos los que buscaban fortalecer las conexiones con China, pero ahora los papeles se han invertido y es la superpotencia la que ha salido a conquistar nuevos mercados en la región.
China y su seguridad energética: ¿Un puente para Latinoamérica?
Un aspecto importante a desarrollar, es como se vinculan las necesidades energéticas chinas en el contexto latinoamericano, tratando de determinar cómo este enlace moldea la competencia estratégica entre la R.P.Ch y EE.UU. en el Tercer Mundo.
China ha aplicado una política multilateral y de cooperación energética regional, la cual genera expectativas.
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Para el año 2010, Asia será el mayor consumidor de energía primaria del mundo y China no es ajena a ello; para el 2003 el gigante asiático se transformó en el segundo importador mundial de petróleo, desplazando al Japón.
La diplomacia china debió reorientar sus opciones estratégicas, producto de la inestabilidad en su entorno regional; caracterizado por las nuevas amenazas asimétricas (terrorismo), una mayor presencia norteamericana en Asia-Pacifico, el conflicto latente con Taiwán y el enfrentamiento con algunos países de la ASEAN por las Islas Spratlys.
Latinoamérica es un exportador neto de recursos energéticos de tipo primario (Petróleo, Carbón), es por ello que China busca, ante la necesidad de adquirir una mayor prosperidad económica, un mejor diálogo político con la región; alcanzando consensos sobre cooperación económica, inversión tecnologías para proyectos conjuntos.
Así se evidencian las inversiones chinas en los campos petroleros venezolanos de Caracoles y Norte de Intercampo por 358 Millones de US$, y en Perú, por parte de la China National Petroleum, la cual accedió a ciertos sectores del campo petrolero de Talara en montos superiores a los 63 millones de US$.
Por otro lado, Beijing apunta a la explotación de recursos en la faja del Orinoco, las cuales contienen cuantiosas reservas de bitúmnes naturales.
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Empresas multinacionales chinas como China National Oil and Gas Explotaration and Development Corporation (CNODC) trabajan en la región, y todo hace pensar que la presencia de las mismas se incremente, principalmente en aquellos países miembros de la OPEP que mantienen una relación «hostil» con los EE.UU.
A través de sus inversiones en recursos energéticos, el gigante asiático busca mayor presencia en las estructuras de producción y generación energética de ALC, permitiendo asimismo, consolidar mecanismos de diálogo con las economías productoras de hidrocarburos, como con los bloques regionales: MERCOSUR, y CAN.
En síntesis, China busca estabilidad política para no ver afectadas sus necesidades energéticas futuras.
El factor chino en la nueva coyuntura regional
ALC en la actualidad y específicamente Sudamérica, se presentan como un frente común anti-norteamericano, producto del giro ideológico de la región en los últimos años.
La menor presencia de EE.UU. en Latinoamerica genera espacios geográficos «disponibles», los cuales se tornan atractivos para la diplomacia china.
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Beijing es consciente que la región está bajo el predominio directo norteamericano, con lo cual debe continuar trabajando en la ampliación de su libertad política «“diplomática por medio de la cooperación en distintos campos.
La R.P.Ch busca transformarse en un Polo de cooperación alternativo a Washington, ya que necesita del apoyo de los principales Estados (Argentina, Méjico, Brasil, Chile, Venezuela) para consolidar su ascenso al Status de Potencia Global.
Ante la situación imperante, el gigante asiático busca acuerdos que no confronten con los intereses norteamericanos en materia de seguridad.
El nuevo soft power chino: Los chinos de Ultramar
Las comunidades de origen chino en latinoamerica se han destacado por crear redes de contactos con las comunidades autóctonas, animando una mayor interacción cultural y económica.
La etnia china en ALC se ha transformado en una de las colonias orientales más numerosas e influyentes en el subcontinente, estimada en una población de 300.000 personas.
La relevancia de los chinos de ultramar radica en su desarrollo económico, la magnitud de su control en la interdependencia comercial/financiera, sumado a la red de contactos que posen (networks) y al grado de control ejercido sobre algunos sectores productivos: aún siendo minoritarios sobre el total de población local.
A sido relevante además, la red de egresados universitarios de origen chino que se han formado en Universidades de América Latina y EE.UU.
En cuanto a la distribución de estudiantes matriculados en las diferentes ramas académicas de educación superior, podemos apreciarlo en el cuadro:
| Ramas académicas | Estudiantes matriculados (10.000 personas), año 2003 |
|---|---|
| Filosofía | 0,6 |
| Economía | 87,6 |
| Derecho | 27,2 |
| Pedagogía | 23,6 |
| Literatura | 81,9 |
| Historia | 6,2 |
| Ciencia Naturales | 53,7 |
| Politécnicas | 214,8 |
| Agronomía | 18,2 |
| Medicina | 42,3 |
Fuente: www.china.org.cn
Esta capa de elite de profesionales desarrolló actividades económicas (Joint venture) que involucran a empresas de capitales mixtos en países como: Perú, Brasil, Argentina y Bolivia.
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