La Revolución Industrial en España: Un Análisis de Empresarios y Desafíos

Desde una perspectiva actual, la Revolución Industrial representa el inicio de la era de la tecnología y a su vez marca el origen del crecimiento económico moderno. Los cambios que se comenzaron a producir en Gran Bretaña a finales del siglo XVIII llevaron a mejoras en la capacidad de producción y en la productividad que, con el tiempo, han generado un incremento sostenido de la renta per cápita permitiendo a las sociedades occidentales primero, y después a otros países, alcanzar cotas de riqueza y niveles de bienestar nunca vistos anteriormente.

Antecedentes y Contexto General

Todos los países del mundo han pasado ya por un proceso de industrialización que fue denominado como una revolución industrial. Claro está, que el panorama ante este tipo de cambio no fue el mismo en cada territorio, puesto que la situación económica, política y social de cada uno de ellos es totalmente distinta en este punto de la historia. Para lograr entender mejor todo el proceso, sobre este momento histórico, es indispensable conocer sus antecedentes, ya que estos nos permiten comprender mejor el contexto en el que se desarrolla. Para el siglo XVIII, el primer país del continente europeo que comienza con la implementación de una revolución industrial fue Inglaterra. Dentro de la nación británica se implementó este tipo de cambios porque se descubrió que esto les permitiría generar excedentes. En vista de los cambios que se estaban generando en Inglaterra, muchos países de Europa también se interesaron. Es así, como comienzan a implementar una revolución industrial en su territorio también. Esto trajo, como consecuencia, la implementación de diversos cambios. Las compañías, a nivel de mercado, se enfrentan con nuevas exigencias a las que se deben adaptar, en especial a nivel internacional.

La Revolución Industrial Tardía en España

No obstante, en España se generó la que fue denominada como una revolución industrial tardía, ya que, no fue sino hasta aproximadamente el año 1833 que el país inició este tipo de evolución. Esto se debe a que, durante el siglo XVIII, el país se encontraba en una situación sumamente delicada, principalmente debido a la crisis económica derivada del mercantilismo absolutista. Como mencionamos brevemente con anterioridad, los primeros eventos que pudieron considerarse como una revolución industrial dentro de España se dieron de forma tardía. Esto claro, en comparación con el resto de Europa. No fue sino hasta el inicio del reinado de Isabel II de España que los principales líderes de la nación notaron que se estaban quedando atrás en comparación a sus vecinos europeos. Una de estas tácticas fue permitir que entrara capital extranjero a la economía del país. Esto no se había visto con anterioridad dentro del territorio español y supuso un gran cambio. Ya que, a partir de este momento, diversas empresas nórdicas y británicas comenzaron a invertir dentro de España, lo cual les parecía una excelente idea gracias a la gran variedad de puertos con los que cuenta el país. Por otro lado, está el ingreso de diversas soluciones tecnológicas, que, quizás, no eran tan avanzadas como las de países como Francia o Reino Unido, pero que sin duda eran sostenibles y accesibles. Adición que, les permitió a países con una situación similar a la española avanzar a un nivel industrial.

Cataluña: Un Caso Excepcional

Es en este contexto donde se enmarca nuestro trabajo. Cataluña fue una de las pocas regiones europeas que participó en la industrialización desde un primer momento. El arranque industrial de finales del XVIII, al igual que en el caso británico, se basó en el algodón, cuando la mecanización de la hilatura en tierras catalanas avanzó notablemente gracias a la adopción, precisamente, de la spinning jenny. La excepcionalidad de la industrialización catalana de finales del XVIII ha sido ampliamente estudiada (aquí). Aún así, ¿podemos entender mejor sus causas utilizando el marco que nos sugiere Allen para la industrialización británica? Catalunya experimentó un proceso de crecimiento smithiano desde las últimas décadas del siglo XVII y durante el siglo XVIII, un proceso explicado entre otros por Pierre Vilar y Jaume Torras. A partir de la exportación de vino y aguardiente a los mercados de la Europa atlántica, un proceso bien conocido gracias al excelente trabajo de Francesc Valls (aquí), se produjo una especialización de las comarcas costeras en el cultivo de la vid que dio pie a una especialización de las de media montaña en la producción de manufacturas laneras, mientras que las del interior se dedicaban a los cereales. Los catalanes dejaron de producir para el autoconsumo y lo empezaron a hacer para el mercado: el desarrollo capitalista había comenzado.

Adopción de la Spinning Jenny en Cataluña

En este contexto se adoptó en Cataluña la spinning jenny, la máquina de hilar más sencilla, la cual permitía ahorrar mano de obra al sustituirla por capital, pero que no utilizaba energía inanimada. Allen argumenta que en las últimas décadas del XVIII la spinning jenny triunfaba en Gran Bretaña pero no en Francia, donde sólo la adoptaban fábricas subvencionadas por el Estado pero no pequeñas unidades productivas. En cambio, la spinning jenny llegó a Cataluña en 1784 y a principios de la década de 1790 ya se había difundido de forma generalizada por el Principado. Así las cosas, ¿puede explicarse esta temprana adopción de esta innovación británica a través de los precios relativos de los factores de producción? Para contestar a esta pregunta miramos, en primer lugar, a los salarios reales. Desde hace unos años, un nutrido grupo de historiadores económicos se ha dedicado a la elaboración de series de salarios reales con objeto de conocer los niveles de vida en diversos lugares del mundo desde la época moderna (aquí y aquí). Siguiendo la metodología estándar desarrollada en estos trabajos, hemos reconstruido la evolución de los salarios reales en Barcelona desde 1500 hasta 1800.

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A continuación calculamos, dentro de la industria textil, y más concretamente en el sector de la hilatura del algodón, la relación entre el precio del trabajo y el coste del capital; es decir, la relación entre los salarios recibidos por los trabajadores del hilado de algodón (habitualmente hiladoras) y el precio de adquisición de una máquina de hilar del tipo spinning jenny. Nuestros resultados muestran que en Catalunya la ratio era superior a la francesa y, aunque inferior, no se hallaba muy alejada de la británica. Además, los análisis de rentabilidad nos confirman que, efectivamente, existía un incentivo para adoptar la spinning jenny, y de esta manera ahorrar trabajo (el factor de producción caro) en los mismos años en los que ésta aún no era rentable en Francia. Estos salarios de hiladoras relativamente altos se explicarían por el boom del sector algodonero catalán del periodo 1783-1796, cuando el fin del bloqueo británico permitió un resurgir de las exportaciones de tejidos estampados, al mismo tiempo que se estaban sustituyendo los hilados malteses y se estaba generalizando la hilatura autóctona. A partir de 1797 se encadenaron, sucesivamente, una nueva guerra con Gran Bretaña, la invasión francesa con la posterior guerra, y la pérdida de las colonias continentales americanas. Todo ello afectó gravemente a la incipiente industria algodonera catalana, pero la mecanización de la hilatura siguió avanzando, con una versión autóctona mejorada de la spinning jenny -la berguedana-, y con máquinas de hilar no accionadas ya por personas: la water frame y la mule jenny. Se utilizó la fuerza del agua de los ríos o la de animales de carga para mover estas nuevas máquinas, pero la adopción de la máquina de vapor y del carbón mineral era a la larga inevitable. En 1833 se estableció la primera fábrica de este tipo en Barcelona, y a partir de la década de 1840 ese modelo se generalizó (aquí). A diferencia de lo que había sucedido con la spinning jenny, en esta etapa la ausencia de carbón barato condicionó la industria algodonera catalana; los precios relativos de los factores ya no eran tan favorables para la adopción de las nuevas máquinas, lo que explica que Cataluña perdiera posiciones dentro del grupo de seguidores de la industrialización británica. Sin embargo, continuó en ese grupo y se convirtió en la principal concentración industrial del Mediterráneo durante el siglo XIX.

Tabla Comparativa de Factores de Producción

La siguiente tabla muestra una comparación simplificada de los factores de producción en diferentes regiones durante la Revolución Industrial:

Región Salarios Reales Coste del Capital Disponibilidad de Energía
Gran Bretaña Altos Bajo Alta (Carbón)
Francia Bajos Alto Baja
Cataluña Relativamente Altos Moderado Inicialmente Baja, luego Hídrica

Asturias y su Transformación Empresarial

El día después de celebrar el Día de Asturias, es el momento perfecto para reflexionar sobre la rica historia que ha forjado nuestra región. Más allá de sus paisajes y tradiciones, Asturias ha sido un motor económico clave para España, gracias a sus empresas y su espíritu industrial. Este artículo se adentra en la evolución de la empresa en Asturias, desde los primeros pasos durante la Revolución Industrial hasta la innovación y resiliencia que caracterizan al tejido empresarial asturiano en el siglo XXI. En este recorrido, celebramos a las empresas que, con su trabajo diario, han construido y continúan construyendo el futuro de nuestra querida tierra. Asturias, con su geografía montañosa y rica en recursos naturales, ha sido un enclave estratégico para el desarrollo industrial en España. La historia empresarial de la región está marcada por una evolución constante que ha moldeado la economía y el carácter de su gente. Desde la Revolución Industrial hasta los desafíos y oportunidades del siglo XXI, la empresa en Asturias ha jugado un papel crucial en el progreso de la región.

Los Primeros Pasos: La Revolución Industrial

La industrialización en Asturias comenzó a finales del siglo XVIII y principios del XIX, impulsada principalmente por la abundancia de carbón y mineral de hierro en la región. Estos recursos naturales hicieron posible el desarrollo de la minería y la siderurgia, sectores que se convirtieron en el pilar de la economía asturiana durante más de un siglo. La Real Compañía Asturiana de Minas, fundada en 1853, fue una de las primeras grandes empresas mineras en Asturias, y su éxito atrajo a otros empresarios e inversores al sector. Este periodo de auge industrial no solo transformó la economía, sino que también dio lugar a un crecimiento demográfico significativo en las cuencas mineras, con la llegada de trabajadores de otras regiones de España.

La Edad de Oro de la Siderurgia

En la segunda mitad del siglo XIX y principios del XX, Asturias se consolidó como un importante centro siderúrgico. La creación de empresas como Duro Felguera en 1858 y, posteriormente, Ensidesa en 1950, marcaron el inicio de la «edad de oro» de la siderurgia asturiana. Estas empresas no solo emplearon a miles de trabajadores, sino que también impulsaron el desarrollo de infraestructuras y la urbanización en las zonas industriales. Ensidesa, en particular, se convirtió en un símbolo del poder industrial de Asturias, siendo uno de los mayores complejos siderúrgicos de Europa en su momento. La industria siderúrgica, junto con la minería, configuró una sociedad fuertemente industrializada y marcada por la lucha obrera, que fue clave en la defensa de los derechos laborales en España.

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Diversificación y Crisis: Los Retos del Siglo XX

A partir de la década de 1970, la industria asturiana comenzó a enfrentar desafíos significativos. La crisis del petróleo, junto con la competencia internacional y la obsolescencia de algunas instalaciones, llevó a una profunda crisis en los sectores minero y siderúrgico. La reconversión industrial de los años 80 supuso un duro golpe para la economía regional, con el cierre de minas y fábricas, y la pérdida de miles de empleos. Ante esta situación, Asturias comenzó un proceso de diversificación económica. El sector servicios y las pequeñas y medianas empresas (PYMEs) empezaron a ganar peso en la economía regional, mientras que sectores como el turismo, la agroindustria y la tecnología emergieron como nuevas áreas de desarrollo.

Innovación y Resiliencia en el Siglo XXI

En el siglo XXI, la empresa asturiana ha demostrado una notable capacidad de adaptación e innovación. Aunque la región sigue siendo reconocida por su legado industrial, hoy en día Asturias alberga un tejido empresarial diversificado, que incluye desde empresas tecnológicas y startups innovadoras hasta multinacionales en sectores como la automoción, la energía y la biotecnología. El Parque Tecnológico de Asturias, inaugurado en 1990, ha sido un motor clave en la transformación de la economía regional, atrayendo a empresas de alta tecnología y fomentando la colaboración entre universidades, centros de investigación y el sector privado. La apuesta por la digitalización, la sostenibilidad y la economía verde también ha abierto nuevas oportunidades para las empresas asturianas en el mercado global.

El Futuro de la Empresa en Asturias

Mirando hacia el futuro, las empresas asturianas se enfrentan al desafío de continuar innovando y adaptándose a un entorno económico global cada vez más competitivo y complejo. La transición hacia una economía de cero emisiones netas, la digitalización y la necesidad de atraer y retener talento joven serán algunos de los retos clave para las próximas décadas. A pesar de estos desafíos, la historia de la empresa en Asturias es una historia de resiliencia, innovación y capacidad para reinventarse.

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