Estilos Básicos de Liderazgo: Definición y Características

El liderazgo es una condición humana básica y universal, una relación que involucra a todos a través de toda su existencia. Es una interacción entre los miembros de un grupo, en el que los líderes son agentes de cambio, personas cuyos actos afectan al resto de los componentes en mayor grado que los actos de estos últimos afectan a los líderes. El liderazgo implica el uso de la influencia, ser un agente de cambio, ser capaz de afectar la conducta y el rendimiento de los miembros del grupo y cumplir unos objetivos individuales, grupales u organizacionales.

El principal objetivo es orientar el pensamiento de cada uno de los seguidores y del grupo en general. El líder ha de convencer y conmover. No basta con que el líder conozca la forma adecuada de proceder. Ha de ser además capaz de actuar.

Así, cuando pensamos en el liderazgo, infaliblemente nos viene a la mente un líder autoritario o democrático, bueno o malo, eficaz o ineficaz. Halpin afirma, que el término liderazgo suele convocar en nuestro espíritu un juicio de valor sobre la persona que lo ejerce.

Enfoques Teóricos del Liderazgo

La multiplicidad de enfoques, tanto psicológicos como empíricos, impide la elaboración de una noción unitaria de liderazgo. Entre los enfoques más destacados se encuentran:

  • La teoría del “gran hombre”, según la cual el líder ha nacido como tal.
  • La teoría de los rasgos, que afirma que el líder posee unos rasgos característicos que le diferencia de los demás.
  • El enfoque situacional, según el cual a cada situación específica le corresponde un líder específico.
  • El enfoque funcional, según el cual el líder es el que desempeña adecuadamente una función necesaria para la supervivencia del grupo.
  • El enfoque empírico considera que el líder es la persona elegida por los miembros del grupo como líder.
  • El enfoque institucional o sociológico se basa en el estatus ocupado por el líder en relación con las demás posiciones en el seno del grupo.
  • El enfoque cognoscitivo, según el cual el líder es designado por sus cualidades de experto y por la fama de sus conocimientos y de su experiencia en un dominio que interesa al grupo.
  • El enfoque naturalista afirma que el líder posee de ordinario una fuerte personalidad, se expresa fácilmente y con mucha convicción.

Estilos de Liderazgo

Existen diferentes estilos de liderazgo que se pueden aplicar en una organización. El tipo de liderazgo empleado en una empresa marca su forma de actuar y, con ello, su éxito o fracaso.

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Liderazgo Democrático

El liderazgo democrático, también llamado liderazgo participativo, es aquel que busca la intervención de todos los miembros de la empresa. Genera confianza en los trabajadores y un mayor compromiso por su parte. Estos tienen la posibilidad de expresar sus ideas y opiniones. Se caracteriza por buscar el bienestar de todo el equipo, más allá de las jerarquías. Para lograrlo, la escucha activa y la delegación de tareas propias de un liderazgo democrático son importantes.

Liderazgo Autoritario

El liderazgo autoritario es lo opuesto al democrático. El líder es quien manda y toma las decisiones. Mientras que los trabajadores únicamente las cumplen. Es decir, no busca la colaboración entre todos los miembros. La opinión de los trabajadores no se tiene en cuenta. Es un tipo de liderazgo en el que uno manda y el resto obedece. Esta forma de liderar repercute negativamente en los empleados: baja autoestima, estrés, desconfianza, se sienten infravalorados, insatisfacción laboral, etc.

Liderazgo 'Laissez-Faire'

El liderazgo ‘laissez-faire’ hace referencia a su nombre, ‘dejar hacer’. Se caracteriza por ser un liderazgo en el que se fomenta el trabajo autónomo y los equipos autogestionados. Se basa en la confianza hacia los trabajadores. El líder establece objetivos y los empleados trabajan en ellos, eligiendo el qué hacer y cómo hacerlo.

Liderazgo Transaccional

El liderazgo transaccional también es conocido como liderazgo gerencial o institucional. La planificación y supervisión son claves en este liderazgo. Aunque su característica principal es que está basado en un sistema de recompensas y castigos. De ahí su nombre, ‘transaccional’. Los trabajadores son premiados como reconocimiento a un buen desempeño; cuando es al contrario, se les ‘castiga’ con algún tipo de penalización o pérdida de privilegios.

Liderazgo Transformacional

El liderazgo transformacional fomenta la innovación y creatividad individual de cada trabajador de la empresa. El líder trata de influir positivamente en los empleados para conseguir el progreso. Se caracteriza por apostar por la comunicación y empatía y por entenderse mutuamente para fomentar su participación.

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El concepto de liderazgo transformacional fue originado e introducido por el experto en liderazgo James MacGregor Burns. Posteriormente fue el investigador Bernard M. Bass quien desarrolló aún más el concepto. El liderazgo transformacional ha sido comparado con el liderazgo transaccional. Aquí, el foco de atención se pone en la eficiencia a partir de reforzar los niveles negociados de rendimiento. Así, para el logro del rendimiento esperado, los líderes transaccionales proporcionan recompensas adecuadas a los resultados.

La clave es que se transforman a sí mismos. Trabajan todos los días para evolucionar como líderes. Transforman a quienes les rodean. Desarrollan otros líderes, crean valor para las personas. Transforman a la organización, a la comunidad y al mundo. Tienen un respaldo y alto nivel de compromiso con la visión del proyecto u organización. Empoderan y hacen eficaces al equipo. Tiene altos niveles de desempeño y satisfacción laboral.

En resumen, los líderes transformacionales:

  • Se consideran a sí mismos como agentes de cambio.
  • Son visionarios con un alto nivel de confianza en su intuición.
  • Conciben y articulan nuevas oportunidades para la organización.
  • Inspiran a los seguidores hacia la excelencia.

Liderazgo Situacional

Varios autores establecen que, en la realidad, un solo estilo no basta y niegan la existencia de un estilo mejor de Dirección, afirmando que éste depende de las circunstancias o situación, aparece entonces la idea del Liderazgo Situacional. Paul Hersey y Ken Blanchard formularon (1969) su primera versión de su modelo, al que denominaron entonces Teoría del Ciclo Vital. Su propósito fue orientar el estilo de liderazgo que debían poner en práctica los padres a medida que sus hijos transitaban desde la infancia hasta la edad adulta, pasando por la adolescencia. Pensaron que el mismo esquema era aplicable en el ámbito laboral, donde directivos y mandos dirigen personas (seguidores), tanto experimentadas como de recién ingreso.

Los estilos de liderazgo situacional incluyen:

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  • Directivo: alta preocupación por las tareas. El líder es quien toma las decisiones definiendo el qué, cómo y cuándo. De otro modo, se generaría desconcierto y temor entre los nuevos empleados.
  • Persuasivo: aunque el líder sigue definiendo tareas y roles ya empieza a solicitar el feedback -ideas, sugerencias, preguntas- del equipo y premia sus avances.
  • Participativo: mayor interés por las personas y relaciones. Tanto las decisiones como el control se gestionan de forma conjunta. Supone un mayor nivel de motivación y de ascensión de responsabilidades por parte de los empleados.
  • Delegador: el líder detecta y evalúa el talento, llegando a delegar tareas en su equipo. Es el máximo nivel de autonomía para los colaboradores.

Habilidades Esenciales de un Líder

Para ser un buen líder, es necesario tener una serie de habilidades. Estas son algunas de las principales:

  • Comunicativo: Saber comunicarse es fundamental. Ser directo, claro y conciso en los mensajes para que el resto de miembros de la empresa entiendan y comprendan el mensaje. Además de saber cómo y cuándo comunicarse, hay que saber escuchar. Trabajar en una comunicación bidireccional que priorice el feedback e intercambio de información.
  • Empático: El líder y todos los miembros de una empresa trabajan alineados para conseguir un mismo objetivo. Los trabajadores son una pieza fundamental. Por ello, el líder, además de ordenar, tiene que tener la capacidad de entender y escuchar a los demás. Un trabajador comprendido que recibe ayuda de su líder tiende a realizar sus tareas con más confianza y de manera más productiva.
  • Diligente: Asumir sus responsabilidades e intervenir en el momento adecuado caracteriza a un buen líder. Ayudarse dentro de una empresa es fundamental para su funcionamiento. Genera mejores resultados a nivel individual, pero, sobre todo, grupal.
  • Planificador: Un líder lleva el mando. Tiene que saber planificar en qué línea se debe trabajar, marcar objetivos y las acciones a seguir para alcanzarlos.
  • Seguro: Los líderes tienen que estar seguros de sí mismos y conocer sus debilidades y fortalezas para poder ejercer un mejor mandato.
  • Responsable: Son los encargados de tomar decisiones y dirigir a los empleados. Por tanto, él mismo tiene que tener la responsabilidad de cumplir con sus obligaciones y sacar adelante el trabajo. Lleva el control de diversas acciones y tiene que cumplir exhaustivamente con sus tareas: dirigir, planificar, actuar, supervisar, evaluar, etc.

Liderazgo en el Siglo XXI

En el siglo XXI, el siglo de la transformación, las empresas necesitan conductores para el cambio. Existe una necesidad creciente de mejores líderes. Se sabe que existe relación directa entre el éxito financiero de una empresa y sus prácticas de liderazgo.

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