Felipe del Cuvillo es un empresario andaluz, conocido por su trayectoria en el mundo de los negocios y por su matrimonio con Adriana Torres Silva, marquesa de Casa Mendaro. Actualmente, Adriana Torres Silva mantiene una relación sentimental con el ex presidente de Banesto, Mario Conde.
Matrimonio con Adriana Torres Silva
Adriana Torres Silva, antes de iniciar su relación con Mario Conde, estuvo casada con Felipe del Cuvillo. Fruto de este matrimonio nacieron tres hijas. Adriana se casó con Felipe del Cuvillo en 1998.
La marquesa de Casa Mendaro está divorciada del empresario Felipe del Cuvillo con quien tiene tres hijas.
Adriana Torres Silva: Artista y Aristócrata
Adriana Torres Silva, licenciada en Bellas Artes, es una reputada pintora sevillana. Sus obras han sido expuestas en museos como el CAC Málaga, el Centro Andaluz de Arte Contemporáneo de Sevilla y el National Museum of Catholic Art de Washington, así como en ferias de arte como ARCO y Art Sevilla.
Además de su faceta artística, Adriana pertenece a una familia aristocrática de larga tradición. Es hija de Esteban Torres González-Camino y Luisa Fernanda Silva Mendaro, los fallecidos marqueses de Casa Ulloa y Casa Mendaro, título que ella heredó en 2014.
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Adriana reside en una finca cercana a Utrera (Sevilla), donde tiene su estudio.
Mario Conde y Adriana Torres Silva: Un Nuevo Capítulo
Mario Conde (72) se ha reconciliado con el amor terrenal gracias a Adriana Torres Silva (52), marquesa de Casa Mendaro. La pareja comenzó a salir poco después del fin del confinamiento y aunque se llevan 20 años tienen en común la misma sensibilidad artística y un hondo sentimiento religioso.
La relación comenzó tras el confinamiento a causa de la pandemia del coronavirus y desde entonces se les ha visto compartiendo comidas, veladas y viajes, como uno que hicieron a Santander con parada en Salamanca. Dice el periodista Eduardo Verbo en Vanity Fair que no es un rumor, y que la noticia es cierta. Tal y como confirman las citadas fuentes: “Mario está muy ilusionado ante esta nueva etapa en su vida. Los dos están felices”.
El ex banquero vive prácticamente retirado del ojo público en su finca sevillana, donde vive con su actual pareja.
La aristócrata parece haber roto el maleficio sentimental que perseguía a Conde.
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La nueva pareja del ex presidente de Banesto es la aristócrata sevillana, Adriana Torres Silva, que cumplió 52 años hace cinco días.
En 2007, recién salido de la cárcel, cuando planeaba una segunda luna de miel en los fiordos con su mujer, Lourdes Arroyo, ella falleció de un tumor cerebral.
En 2009 conoció en el gimnasio a su segunda mujer, María Perez-Ugena, profesora de Derecho Constitucional, con la que se casó en 2010 afincándose en su castillo orensano, pero probablemente la herida de Lourdes seguía abierta y se divorciaron en 2018.
Mario Conde: Un Perfil Multifacético
Demonio para unos, víctima del sistema para otros, la existencia del polifacético Conde, empresario, banquero, político, presidiario, tertuliano, escritor, hoy agricultor e icono del postfranquismo, ha sido de telenovela.
Gracias a su privilegiada cabeza, equiparable a su desmedida ambición, se licenció en Derecho en Deusto con sobresaliente cum laude y logró con 24 años la nota más alta de la historia en las oposiciones a la Abogacía del Estado.
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Fue el inicio de un ascenso fulgurante que a finales de los 70 llamó la atención del empresario farmacéutico Juan Abelló, que le nombró director de sus laboratorios.
El tándem daría el pelotazo del siglo vendiendo Antibióticos a Montedison por 58.000 millones de pesetas, que invirtieron en lograr el control de Banesto.
Conde, a los 39 años, se convirtió en el presidente más joven de la entidad.
Mediático e iconoclasta, este advenedizo dinamitó los moldes del discreto banquero clásico: se arrancaba públicamente por sevillanas en la sala rociera El Portón, de su propiedad, y con su pelo engominado y perfectamente trajeado puso de moda el yuppismo.
Muchos jóvenes quisieron ser como él, pues era la viva imagen del éxito: amigo del Rey Juan Carlos, los poderosos le hacían la ola y su existencia discurría entre sus propiedades: un palacete de Madrid, en la calle Triana, una mansión en Mallorca, donde tenía amarrado su yate Alejandra, su palacio de caza La Salceda en Toledo, su castillo en la localidad orensana de Chaguazoso, y su finca sevillana Los Carrizos, de las pocas propiedades que mantiene y donde vive actualmente.
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