El mundo de la panadería artesanal está en auge, y cada vez más personas buscan establecimientos que ofrezcan productos elaborados con ingredientes de calidad y procesos tradicionales. En Barcelona, existen varias panaderías que destacan por su propuesta, entre ellas, algunas que han sabido ganarse un lugar en el corazón de los amantes del buen pan.
Esta semana ha empezado con efemérides complicadas y ha acabado con efemérides estupendas, lo que demuestra que en las semanas, y en la vida, las cosas no siempre acaban como empiezan. Y es que la cabra de la Legión ha dado paso al Día Mundial del Pan, una fecha que nos ha servido para recordar tres panaderías de Barcelona que nos vuelven locos.
Horno Santa Madrona: Un Centenario Renacido
Es un horno centenario ubicado en la calle Blai del Poble-Sec, que había sido la clásica panadería de barrio (con unos donuts de chocolate industriales de escándalo, todo hay que decirlo) y se ha convertido en una panadería bio con panes de todo tipo, bollería, minipizzas y algún producto salado, además de pasteles artesanales y una serie de delicias que tienen en común la voluntad de volver a hacer el pan como lo hacían nuestras abuelas, huyendo de los procesos industriales y, por tanto, creando productos «que son casi seres vivos, que no salen igual todos los días», como nos explica David, uno de los socios del local y artesano panadero.
Le acompaña tras el mostrador su socia, una simpática austríaca a la que se ve la mar de feliz embadurnándose las manos de harina porque, asegura, «yo siempre quise ser panadera».
La Fabrique: El Cruasán Perfecto
Seguimos en Poble-Sec, en esta ocasión en una callejuela menos concurrida, en la que hallamos el pequeño y coqueto horno La Fabrique, que ya existía antes de que Horno Santa Madrona llegase para confirmar que sí, que la cosa se está gentrificando y que no parece que haya vuelta atrás. En La Fabrique hacen, y ahí va una afirmación incendiaria pero contrastada con creces, el mejor cruasán de Barcelona, pese a las maravillas que puedan perpetrar Escribà, Ochiai u Oriol Balaguer. Y no lo digo sólo yo, lo corrobora mi ayudante en la materia, un ortodoxo del cruasán y la típica pesadilla tiquis-miquis para cualquier panadero, ese tipo temible que juzga hasta el más mínimo detalle y al que por desgracia nadie se toma en serio porque en este país aún existen muchos prejuicios por cuestiones de raza, género y edad, y se le menosprecia por tener 8 años.
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L&R Boulangerie: Un Toque Francés en Sant Antoni
El barrio de Sant Antoni tiene uno de sus puntales panaderos en este establecimiento de la calle Manso, uno de los mejores lugares para comprar pan y pastelería del barrio siempre con permiso de la gente de Triticum, en la Fábrica Moritz. Antes de pasar a detallar los encantos de L&R Boulangerie, y ya que hablamos de buena panadería y pastelería francesa en el barrio, no podemos dejar de recordar al ya desaparecido La Mie Câline, ese lugar desangelado con ‘look’ de franquicia, que ocupaba una gran esquina en la Ronda Sant Antoni y contra todo pronóstico ofrecía auténticas ‘delicatessen’ de bollería francesa a precios bastante ajustados.
Como directora de la revista Guía del Ocio BCN se recorrió gran parte de restaurantes de Barcelona y escribió sobre ellos durante siete años. Es autora del libro ‘La felicidad en una croqueta’ (Now Books, 2014) y de 'Hecho en casa' (Now Books, 2015).
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