Presentes prácticamente en todos los sectores de la economía mundial, las empresas familiares son la forma más común de entidad empresarial en el mundo. De hecho, tal vez uno de los temas más discutidos en la actualidad en este campo es cómo definir una empresa familiar. Una empresa familiar es aquella empresa que se encuentra en manos de una familia bien sea porque la familia es propietaria y/o porque la dirige.
En esencia, una empresa familiar es una organización en la cual la propiedad, el control del capital y de la dirección están en manos de una familia. La participación activa de los miembros de la familia y la toma de decisiones de negocio por los mismos es un factor común. Además, la continuidad generacional es un elemento clave en las empresas familiares.
La empresa familiar consiste en una actividad económica en la que colaboran de forma continuada (es decir, no ocasional) el cónyuge, los parientes hasta el segundo grado y los parientes hasta el tercer grado. Las generaciones sucesivas suelen dedicarse al negocio. La empresa familiar es, entonces, el conjunto de actividades y activos (intereses económicos) significativos y de propiedad conjunta de una familia empresaria, y que ayudan a apoyar, identificar y unir a la familia. Una empresa familiar es aquella en la que una o más familias ejercen el control sobre una propiedad y también participan en su gestión.
En España, el número de empresas familiares supera los dos millones y medio, generando alrededor del 57 % del Producto Interior Bruto (PIB) y, aproximadamente, el 67 % del empleo en el sector privado. Además representan en torno al 83 % del total del tejido empresarial.
Las principales características de la empresa familiar son las siguientes:
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- Propiedad concentrada en un grupo familiar.
- El grupo familiar participa en el gobierno y/o en la gestión de la empresa.
- Vocación de continuidad familiar, de transmisión de los valores empresariales propios de la familia.
Aunque las empresas familiares podrían entenderse como empresas más sólidas y cohesionadas que las no familiares, lo cierto es que el porcentaje de la familia que se dedica y trabaja en la empresa se va reduciendo conforme pasan las generaciones. Así, del 65% de la primera generación se pasa a un 25% en la segunda, a un 9% en la tercera y a sólo un 1% en la cuarta.
Ventajas e Inconvenientes de la Empresa Familiar
Se puede hablar de las siguientes ventajas competitivas de la empresa familiar:
- Orientación al largo plazo y mayor grado de unidad, compromiso y dedicación con el negocio.
- Mayor grado de autofinanciación y reinversión de beneficios para financiar el futuro crecimiento de la empresa, dado que se busca el beneficio de la familia.
- Mayor estabilidad laboral para empleados y directiva, pues por lo general en este tipo de empresas se desarrollan vínculos de amistad que dificultan el hecho de buscar la rentabilidad a base de afectar a los empleados de base.
- Mayor vinculación con los clientes, pues la atención al cliente suele ser más cordial y la calidad de servicio más alta, lo que origina un mayor grado de confianza y reputación entre los clientes.
- Mejor orientación al mercado, ya que suelen tener un conocimiento del negocio que se transmite a las siguientes generaciones, perpetuándolo como estrategia de dirección.
- Flexibilidad competitiva, al ser menos burócrata e impersonal en la toma de decisiones, que se suelen tomar con mayor rapidez.
Como desventajas se pueden citar las siguientes:
- Dificultad de incorporación de socios externos, así como para la venta de acciones propias.
- Posible carga financiera para la recompra de acciones de familiares en el momento de la sucesión empresarial.
- Mayor tendencia a la autofinanciación y un menor acceso a las fuentes de financiación.
- Conflictos por entremezclar la propiedad del capital con la capacidad profesional para dirigir, pues pueden ponerse personas no cualificadas en puestos de responsabilidad directiva.
- Dificultad de atraer y mantener buenos directivos no familiares.
- Concepto de gestión continuista, Las empresas familiares suelen ser más adversas al riesgo.
- Relaciones interfamiliares e intrafamiliares. No suele haber diferencias entre la vida privada y la profesional, y de ahí suelen surgir problemas.
- Incoherencias retributivas entre familiares y no familiares.
- Confusión de la empresa con el concepto de una gran familia, existiendo un método de valoración y autovaloración fundamentado en un análisis muy subjetivo.
Elección de forma jurídica para su constitución
Cuando son empresas de primera generación es frecuente encontrarse con empresas individuales y comunidades de bienes, pero cuando son empresas familiares con más antigüedad, mayor volumen de negocio y en las que ha existido reemplazo generacional, se suelen presentar la forma de Sociedad Limitada.
Esta elección, que es claramente la más utilizada por las empresas familiares en España, puede deberse al carácter más personalista, pero a la par cerrado, que presenta la sociedad limitada. Además, existe el tipo de Sociedad Limitada Nueva Empresa, fórmula societaria sencilla que puede evolucionar con el crecimiento de la empresa y cuando las necesidades de financiación externa sean mayores, puesto que su transformación en Sociedad Limitada convencional no tiene mayores problemas.
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La elección de la sociedad limitada puede deberse a los siguientes motivos:
- Mayor flexibilidad y menor exigencia de formalidades en los aspectos sociales.
- Menor exigencia de capital en la constitución.
- Aportaciones al capital social no negociables, lo que supone una ventaja para la empresa familiar, al dificultar la entrada de extraños en la misma.
- El tipo de Sociedad Limitada Nueva Empresa ofrece facilidades e incentivos a considerar en el momento de la constitución.
La forma de Sociedad Anónima quedaría reservada para estados más avanzados de la empresa familiar, como pudiera ser la salida a Bolsa o emisión de obligaciones. Hay que señalar, como factor positivo de este tipo de sociedad, el carácter negociable de las acciones en la misma, lo que permite acceder a los mercados secundarios de valores, posibilitando la ampliación de capital mediante el ofrecimiento público de las mismas.
Pyme VS Empresa Familiar: ¿Dónde están las diferencias?
Una pyme es una pequeña o mediana empresa, con independencia del sector en el que desarrolle su actividad. Es decir, con menos de 249 empleados y unos ingresos anuales inferiores a los 50 millones de euros. El número de empleados es el elemento determinante para que una compañía obtenga la categoría de pyme. Pyme es el acrónimo con el que se hace referencia a las pequeñas y medianas empresas entre 0 y 249 trabajadores. Esta modalidad es la más extendida en España, llegando a representar, según el Ministerio de Industria y Turismo, a más del 99 % del total de compañías del país.
La principal diferencia entre una pyme y una empresa familiar está en su propiedad. La empresa familiar no es un tipo societario, ni tiene regulación específica propia. Aunque la mayoría de pymes de nuestro país son empresas familiares, hay que tener claro que una empresa familiar y una pyme no deben por qué ser lo mismo. Dicho esto, para que una empresa pueda ser considerada como familiar desde el punto de vista fiscal, es fundamental que esté constituida como Sociedad de Responsabilidad Limitada (SRL) o Sociedad Anónima (SA).
Normalmente las empresas familiares comienzan su actividad como pymes, principalmente porque es complicado acceder a la financiación necesaria para ampliarse, especialmente durante la primera etapa. También hay que destacar que la empresa familiar, por lo general, acostumbra a crecer de una manera mucho más estable y constante. Aquí hay que añadir un beneficio fiscal adicional, al que únicamente puede acogerse una empresa familiar, que trata de una reducción de hasta el 95% o 99% de la base imponible en el Impuesto sobre Sucesiones y Donaciones.
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Al aplicar estos criterios al sector empresarial español, se observa que en 2023 el 99,8 % estaba integrado por pymes. Además, tal y como se expone en el informe Retrato de la PYME del Ministerio de Industria y Turismo, el 96,7 % de las empresas tuvieron una facturación anual inferior a los 2 millones de euros.
Por último, es importante remarcar que la actividad no influye en que una sociedad obtenga la categoría de pyme. Así, una startup o una empresa gacela son dos tipos de empresa que, si bien no entrarían en el concepto de pequeña o mediana empresa tradicional, normalmente sí cumplirán con los requisitos fijados para ser considerada como pyme.
Tipos de pymes
Las pymes se clasifican en dos grupos según sean empresas sin asalariados o con asalariados. Asimismo, en el supuesto de contar con empleados, es posible hablar de tres tipos de pymes que se dividen en:
- Medianas: 50 - 249 trabajadores.
- Pequeñas: 10 - 49 trabajadores.
- Microempresas: 1 - 9 trabajadores.
A partir de los 250 empleados las empresas pasan a tener la categoría de grandes y dejan de poder considerarse pymes.
Ventajas y desventajas de las pymes
Una vez visto qué es una pyme y sus características, es el momento de adentrarse en los beneficios y retos a los que se enfrentan las pequeñas y medianas empresas. En cuanto a las ventajas de una pyme, es preciso destacar su acceso a ayudas públicas, especialmente marcado en el caso de los fondos europeos NextGenerationEU. También su resiliencia y capacidad para ir moldeando su negocio a la demanda existente en el mercado, gracias a que normalmente mantienen un contacto muy cercano, o incluso directo, con su público objetivo y potencial.
Por otro lado, las desventajas de una pyme están asociadas a su tamaño y nivel de facturación anual. Al tener menos ingresos que una empresa grande, cuentan con una capacidad más reducida para endeudarse. Aquí podrían encuadrarse algunos procesos que requieren de un fuerte desembolso económico inicial, como el de la internacionalización, en los que se debe ponderar con cuidado los desafíos económicos y financieros que supondrían para la empresa, ya que un error puede poner en riesgo su propia supervivencia.
Pymes en España
Cada año el Ministerio de Industria y Turismo publica el informe Retrato de la PYME, en el que realiza una radiografía de la evolución de las pequeñas y medianas empresas en España. Según el análisis de 2023, de las 3.207.580 empresas existentes en el país, 3.202.717 serían pymes (el 99,8 % del total) y tan solo 4.863 se situarían en la categoría de grandes.
Además, al analizar en detalle los datos, se observa que dentro de las propias pymes la mayor parte de ellas son pequeñas o medianas sin asalariados o microempresas. En concreto, el informe indica que la distribución de la pyme en España por tamaño es de:
- Pymes sin empleados: 1.719.297.
- Pymes con empleados: 1.483.420.
- Microempresas: 1.335.393.
- Pequeñas: 127.718.
- Medianas: 20.309.
Por último, en el informe también se estudia cómo se distribuyen las pymes en atención a su sector empresarial y se concluye que el 20,2 % corresponde al comercio, el 11,8 % a la construcción, el 5,5 % a la industria y el 62,6 % al resto de los servicios.
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