Historia del Liderazgo: Una Línea del Tiempo

Una definición clásica dada al término liderazgo es la acuñada por James C. George, de Par Training Corporation, al señalar de forma muy sencilla que es la capacidad de conseguir seguidores; pero para muchos, el mejor concepto de liderazgo es el dado por el filósofo Hugo Landolfi, de la Escuela de Estudios Superiores en Liderazgo Organizacional, que lo define como “El ejercicio manifiesto de las actualizaciones y perfeccionamiento de un ser humano, denominado líder, quien por su acción se coloca al servicio del logro, a través de una misión, de uno o varios objetivos propuestos por una visión.

De esta manera podemos entender que el liderazgo que se debe ejercer en las empresas va más allá de la capacidad de influenciar a otros, pues es un conjunto de actitudes, conocimientos y capacidades que posee una persona.

Orígenes del Liderazgo

Los orígenes del liderazgo datan de los inicios de la propia humanidad, donde el líder de la manada era “el más fuerte”, ya que con ello aumentaban las posibilidades de supervivencia, confort y calidad de vida. El paso de los siglos llevó a lo que denominamos “el liderazgo clásico”, que se corresponde con el liderazgo militar en la antigüedad (en nuestro caso lo fijamos del 2.300 ac hasta principios del Siglo XIX).

Liderazgo Clásico

Bajo este periodo de liderazgo clásico tenemos ejemplos tan apasionantes como Alejandro Magno (356-323 ac), considerado como el estratega más grande de todos los tiempos y que logró en solo 11 años vencer a la primera potencia mundial de la época (Persia) y conquistar todo el mundo conocido en la Antigüedad.

Así, podemos concluir que los rasgos principales de esta tipología de líder eran la motivación, compartir los riesgos y la gloria en el campo de batalla, la planificación estratégica y el cuidado de los detalles.

Lea también: Las franquicias cinematográficas más lucrativas

Liderazgo Contemporáneo

Este liderazgo militar de la antigüedad dio paso al de la edad contemporánea (siglos XIX y XX). Fue este un período donde la innovación y los avances en el armamento y las tácticas militares cambiaron radicalmente la forma de luchar.

Napoleón Bonaparte, líder excepcional, fue sobre todo la calidad de sus tropas (formación) y su virtuoso enfoque logístico lo que le permitió tener a toda Europa a sus pies durante años, siendo capaz de vencer a potencias europeas como Austria, Prusia, los estados alemanes o Rusia. Su magnetismo y capacidad de influencia, no solo en el ámbito militar, completan un perfil único.

Otros claros exponentes de este liderazgo contemporáneo fueron Erwin Rommel y W. D. Eisenhower. El caso de Eisenhower, que no se parece en nada al anterior, ya que nunca pisó un campo de batalla, es también un buen ejemplo, ya que aunaba humildad, integridad, cercanía y un enorme poder de persuasión.

Relación entre Liderazgo Contemporáneo y Liderazgo Superlativo

Ese liderazgo contemporáneo ha evolucionado hacia el liderazgo superlativo en el siglo XXI derivado de los enormes cambios que se dan en la sociedad a nivel mundial. La globalización, las redes sociales, la sostenibilidad y el cuidado del medio ambiente, la Responsabilidad Social Corporativa, la digitalización o la Agenda 2030 han supuesto un cambio de paradigma en las relaciones económicas y sociales.

El líder superlativo es el que conjuga las habilidades personales relacionadas con el carisma y la empatía, la visión anticipatoria para adelantarse a la competencia y la responsabilidad social tanto con el planeta como con las personas.

Lea también: Emprendedores que cambiaron el mundo

El Liderazgo en los Siglos XX y XXI

El liderazgo durante el siglo XX: en esta etapa los estándares de vida eran más fáciles de alcanzar, pues la innovación se encontraba en todos los ámbitos de la sociedad y el manejo de la información era transcendental.

Liderazgo en el siglo XXI: en la actualidad las empresas requieren líderes que tengan la capacidad de enfrentarse a la incertidumbre, los cambios constantes, la flexibilidad organizacional y la responsabilidad social, que afectan al individuo como centro de los procesos en una organización, comunidad o sociedad.

Tener valor, pues gran parte del éxito depende de ser capaz de aventurarse a lo desconocido, asumiendo la posibilidad de que no se logren los objetivos. Los grandes líderes no siempre han tenido éxito en sus primeras experiencias, lo que realmente marca la diferencia es la capacidad de aprender de los fracasos y crecer como individuo. Tener una actitud positiva, pues con ello se aumenta la capacidad de lograr los objetivos.

El éxito no suele suceder de repente y hay que trabajar duro para llegar a las metas fijadas. Elegir buenos equipos, quienes rodean al líder son tan importantes como la estrategia para alcanzar un objetivo, pues basta una sola persona para destruir la moral de un equipo de trabajo.

Adoptar metas propias, un buen líder debe alinear sus propios objetivos con los de la empresa ya que de esta manera se encontrará más motivado para lograrlo, pudiendo así establecer y transmitir mejor la visión y el propósito de la organización. Ser agradecido, la gratitud es uno de los pilares de los líderes, pues implica el reconocimiento del esfuerzo realizado por su equipo y las personas implicadas en la tarea. Ser decidido, los nuevos líderes deben tener la firmeza de aceptar lo que ocurra.

Lea también: Emprendedores que cambiaron el mundo

Tendencias Actuales en el Liderazgo Organizacional

La historia del liderazgo comenzó con figuras casi divinas, donde la autoridad era absoluta y la obediencia, incuestionable. En los albores del siglo XX, el liderazgo se centró en la eficiencia y la estandarización de procesos, reflejando los principios del taylorismo.

En la actualidad, el liderazgo organizacional se enfrenta a un desafío sin precedentes: adaptarse a las nuevas generaciones de colaboradores y al impacto disruptivo de la tecnología. La fuerza laboral actual está compuesta en gran parte por millennials y generación Z. Los líderes tradicionales, acostumbrados a estructuras jerárquicas y modelos de control descendente, tendrán que redefinir su estilo para adaptarse a las expectativas de estas nuevas generaciones.

La tecnología ha transformado radicalmente la forma en que trabajamos, comunicamos y colaboramos. Sin embargo, la tecnología también presenta desafíos. La inundación de información, la automatización de tareas y la constante conectividad pueden generar estrés, ansiedad y problemas de salud mental en las personas. Los estudios actuales sugieren que el futuro del liderazgo se inclina hacia un modelo más horizontal.

En esta línea, la diversidad y la inclusión se han transformado en elementos cruciales para el liderazgo moderno. Los líderes del futuro deben ser arquitectos de entornos donde la diversidad de pensamiento y experiencia enriquezca la toma de decisiones y fomente la creatividad. La diversidad y la inclusión ya no son solo cuestiones de equidad, sino elementos centrales para el éxito organizacional.

La inteligencia emocional, la habilidad para comprender y gestionar las emociones propias y de los demás, se perfila también como una competencia fundamental. El liderazgo organizacional continuará su evolución, enfocándose aún más en la agilidad y la capacidad de respuesta ante un entorno empresarial en constante cambio.

La tecnología, especialmente la inteligencia artificial y el análisis de datos, jugará un papel crucial en la toma de decisiones. La capacidad de innovar y adaptarse rápidamente a los cambios se ha convertido en otra característica distintiva del liderazgo contemporáneo. Los líderes deben ser capaces de navegar en un entorno donde la tecnología redefine los procesos y la interacción humana.

La innovación es el motor del progreso en la era digital. Los líderes emergentes deberán ser aquellos que no solo adopten la innovación, sino que la fomenten activamente dentro de sus equipos. En este contexto dinámico, se espera además que los líderes del futuro sean facilitadores de la colaboración interdisciplinaria y la innovación abierta.

La habilidad para liderar equipos diversos y distribuidos geográficamente será esencial, y la inteligencia emocional y cultural cobrará mayor relevancia para conectar con una fuerza laboral globalmente dispersa. La próxima década verá la consolidación de liderazgos más inclusivos y participativos, donde la toma de decisiones se distribuirá entre miembros del equipo con diferentes perspectivas y habilidades.

Esto no solo aumentará la resiliencia organizacional, sino que también fomentará un sentido de pertenencia y compromiso entre los colaboradores. La inteligencia artificial (IA) está redefiniendo el concepto de liderazgo estratégico. El liderazgo del futuro no se trata de un solo estilo o enfoque, sino de una combinación de habilidades y cualidades que permitan a los líderes navegar por un mundo complejo e incierto.

tags: #historia #del #liderazgo #linea #del #tiempo