La Historia del Pescador y el Empresario: Una Reflexión sobre la Vida

Los seres humanos tenemos un don para complicarnos la vida. Es algo evolutivo, estamos diseñados para sobrevivir a las adversidades, por lo que cuando creemos encontrarnos ante una todo nuestro sistema defensivo se activa. El problema es que la mayoría de las veces no son adversidades reales. Más bien somos nosotros los que las interpretamos así.

Muchas de estas amenazas percibidas responden a pseudonecesidades. En el viaje que emprendemos para conseguir alcanzar aquello que nos falta, perdemos otras muchas cosas, que son incluso más importantes: el día a día, el goce por las pequeñas cosas, la calma…

El Cuento del Pescador y el Empresario

Un rico y talentoso empresario, muy trabajador y ambicioso, paseaba un día por el puerto cuando se encontró con un humilde pescador. El hombre, ya mayor, pescaba en una pequeña barca ya descolorida con una caña de pescar. Pero tenía la barca llena de peces.

El empresario le preguntó:

- Perdone que le pregunte, buen hombre.

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- Pues mire usted -respondió con tranquilidad el pescador- La verdad es que nunca me levanto antes de las 8:30 de la mañana. Desayuno tranquilamente con mi mujer y mis hijos, me voy a por el periódico, lo leo tranquilamente y después vengo a pescar. Cuando veo que ya tengo suficiente, me vuelvo a casa a comer. Después paso la tarde con los nietos. A veces con mis amigos, tocando la guitarra.

- ¿Me está usted diciendo que en apenas un par de horas pesca todo esto? ¿Y por qué no le dedica más horas?

- ¿Y para qué?

- Porque si le dedicara usted por lo menos ocho horas, pescaría ocho veces más.

- ¿Y para qué?

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- Porque así podría invertir en mejoras. Comprar un barco nuevo y más grande, por ejemplo.

- ¿Y para qué?

- Para ampliar el negocio. Al aumentar el producto, podría comprar una flota entera de barcos y pagar a pescadores a su servicio.

- ¿Y para qué?

- ¿No lo entiende? Si llega a ese punto del negocio, podrá desentenderse del trabajo y simplemente supervisar la gestión… Tendrá más tiempo libre. Ya no tendrá que madrugar y podrá tener tiempo libre para pasar con la familia y los amigos.

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El pescador le miró sin entender nada.

- Pero… ¿eso no es lo que ya tengo?

Y siguió comenzó a recoger la caña de pescar ante la atónita mirada del empresario.

El cuento del pescador es una reflexión muy interesante en la que un hombre que está tranquilamente pescando. Entonces es sorprendido por un rico empresario, que le recomienda que invierta más tiempo de su sosegada vida, para así hacer más dinero, lo que a su vez le llevará a tener una sosegada vida.

Absurdo, ¿verdad? Pero es una ilusión, algo que el mundo capitalista en el que vivimos nos ha hecho pensar que es lo correcto. Disfrutemos de nuestro tiempo, no olvides que es finito. Cuanto más tengo, más compro, más me endeudo y a su vez, más necesito.

Muchos millonarios son pobres en tiempo y en calidad de vida. Podemos recordar multitud de famosos que, teniéndolo todo, han caído en terribles depresiones. Este cuento popular de origen brasileño, se conoce como ‘El pescador y el empresario’, y nos anima a reflexionar acerca de la ambición que a veces nos lleva a querer más y más sin darnos cuenta de que lo que queríamos ya lo teníamos por menos esfuerzo. Un alegato en favor de la racionalización del trabajo para dar espacio a lo realmente importante en nuestra vida.

La Moraleja de la Historia

  • El tiempo que dedicamos al trabajo.
  • La ambición y la codicia.
  • Marca la línea de tu bienestar: El trabajo es importante, pero no lo más importante.

El humilde pescador de esta historia del pescador y el empresario nos da una gran lección, y es que es muy importante no dejarse llevar por la ambición y tener muy claro siempre el límite que nos separa del bienestar y la felicidad. A veces no se trata de trabajar más, sino de desear menos.

Pero no es fácil, cierto… la sociedad nos lanza de cabeza a un mundo que nos incita a consumir y a competir con el resto. ¿Cómo frenar?

Reflexiona sobre qué buscas y qué quieres: Si tu objetivo es tener más tiempo para ti y la gente que te rodea, tal vez no necesites ser rico. Si para ti es prioritario sin embargo tener una casa de lujo, un coche de lujo y poder visitar los hoteles más caros del planeta, está claro que aspiras a tener más dinero y por lo tanto, seguramente tengas que sacrificar tu tiempo y dedicarlo al trabajo.

Un tercer caso que no está contemplado en este cuento: Puede que pienses que no todo es blanco o negro, ¿verdad? Ni tan sencillo… A veces hay que trabajar mucho por conseguir poco, lo mínimo para sobrevivir. Ese caso no está contemplado en este cuento.

Porque es cierto que el pescador de esta historia conseguía lo que necesitaba en un par de horas. Pero, seguramente habrá quien tenga que dedicar todo el día a pescar lo mínimo para comer. Sin embargo, esta historia se centra en aquellos casos en los que caemos en un bucle de querer más y más sin saber frenar, y aún teniendo lo necesario, buscamos más gastos, más ‘necesidades superfluas’, que al final nos arranca lo que de verdad importa: el tiempo para disfrutar de la vida.

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