Howard Stevenson y la Definición de Emprendimiento

El emprendimiento puede conducir a la creación de nuevas instituciones o a la revitalización de las organizaciones existentes en respuesta a las diferentes oportunidades de negocio que se perciban. En los últimos años, el término emprendedor se ha ampliado para incluir a las formas sociales y políticas de la actividad empresarial.

El espíritu empresarial en la organización de la empresa puede incluir desde las pequeñas startups hasta las empresas corporativas, donde las empresas más grandes están aisladas de la estructura de sus filiales. Por este motivo, la actividad empresarial es significativamente diferente en función del tipo de organización y la creatividad de la empresa en cuestión. El emprendimiento se extiende por escala en proyectos solitarios, y aunque sólo sea a tiempo parcial, los proyectos, a las grandes empresas le generan grandes oportunidades de empleo para los demás.

Muchos negocios empresariales de alto costo buscan capital de riesgo o business angels (capital semilla) para aumentar el capital para construir el negocio. Estos inversionistas normalmente buscan rendimiento anual de 20 a 30% o más, así como la participación en el negocio.

Con el fin de apoyar a los aspirantes a empresarios a nivel mundial, existen muchas organizaciones incluyendo agencias especializadas del gobierno, incubadoras de empresas, parques científicos, y algunas ONG.

En este sentido, el término «empresa» se ha ampliado para incluir una conceptualización de la iniciativa empresarial como un pensamiento específico, como resultado de las iniciativas empresariales además del emprendimiento social y el espíritu empresarial en el ámbito del conocimiento.

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¿Qué Significa Ser Realmente un Emprendedor?

El empresario se define a sí mismo como una persona que organiza y gestiona uno o varios negocios. La definición de «empresario» de hoy implica la operación de arranque y un cierto grado de innovación además del riesgo financiero. Por esta razón, el emprendedor debe estar dispuesto y ser capaz de convertir una nueva idea o invención en un éxito de la innovación. La mayoría de las innovaciones puede representar mucho más que las mejoras incrementales, tales como la sustitución de algún elemento por otro o la complementariedad de ambos.

Cabe destacar que no sólo el espíritu empresarial está ligado a la aparición de nuevas industrias y nuevas combinaciones de recursos disponibles en la actualidad. El espíritu empresarial implica la asunción de riesgos. Emprender es una carrera de fondo en la que no siempre se obtienen los resultados previstos.

Historias de éxito como las de Google, Canva o Zara no se pueden entender si no se mira a Larry Page, Melanie Perkins o Amancio Ortega, e igual que los conocimientos financieros resultan clave para emprender, las habilidades y cualidades personales de los emprendedores también juegan un papel fundamental.

En un artículo elaborado en 1985 para la revista Harvard Business Review, el profesor Howard H. Stevenson, en colaboración con David E. Para avanzar en este camino, el emprendimiento personal puede jugar un papel clave. El emprendimiento personal comienza con un trabajo de introspección. Para poder cambiar la situación en la que uno se encuentra es imprescindible saber qué es lo que se quiere dejar atrás y hacia dónde se quiere avanzar.

Este ejercicio de introspección pasa, en el ámbito de los negocios, por descubrir la motivación para lanzar una nueva empresa, que no siempre está relacionada con el dinero. Estos recursos no solo son de índole económico, también están relacionados con las propias cualidades del emprendedor. Las redes de contacto, los conocimientos, intereses, habilidades, las experiencias vitales y profesionales e incluso la propia personalidad del emprendedor son ejemplos de fortalezas y debilidades que puede tener un emprendedor y que se deben tener en cuenta antes de lanzar una startup.

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Como la propia palabra indica, el emprendimiento personal es algo completamente propio, único para cada individuo. Existen numerosos cambios que se pueden llevar a cabo para desarrollarse como persona y que pueden resultar útiles de cara a lanzar un nuevo negocio.

  • Conseguir nuevos conocimientos. El mercado cambia constantemente, y los emprendedores deben estar preparados para dar respuesta a estos cambios.
  • Mejorar las dotes de comunicación. Los grandes emprendedores destacan por sus habilidades de comunicación verbal y no verbal.
  • Adquirir hábitos saludables. Lanzar una nueva empresa al mercado es un proceso largo y complejo en el que pueden surgir todo tipo de adversidades y en el que es importante cuidarse tanto física como mentalmente. Comer sano, hacer ejercicio o descansar correctamente son algunos hábitos saludables que los emprendedores pueden incorporar a sus rutinas y que les ayudarán a mantener su salud física y mental.
  • Trabajar las relaciones personales. Los contactos juegan un papel fundamental a la hora de emprender, ya que podrían convertirse en socios, inversores o incluso trabajadores del proyecto que se quiere llevar a cabo.

El emprendimiento personal no solo sirve para crecer como persona, sino también para alcanzar el éxito como emprendedor. Emprender pasa por salir de la zona de confort y atreverse a asumir riesgos. El origen etimológico de la palabra emprendimiento deriva del término francés entreprendre que se usaba ya en el siglo XIII y tenía un significado general, que se aplicaba a “hacer cosas”. En inglés (entrepreneurship) se la agregó el sufijo ship, que significa crear algo de valor.

En el mundo académico, el término «Emprendimiento» ha sido objeto de investigación durante décadas y ha sido examinado por diversas disciplinas como la antropología, la economía, las ciencias sociales y las de gestión. Por otra parte, el profesor de Harvard Business School Howard Stevenson señala que «El espíritu empresarial es la búsqueda de oportunidades más allá de los recursos controlados por lo que ningún empresario puede hacerlo todo por su cuenta.

Como resultado, los investigadores como Fueglistaller destacan que la iniciativa empresarial no puede entenderse adecuadamente si sólo consideramos lo que los empresarios están haciendo. Especialmente las creencias culturales y las tendencias auto limitantes personales son la causa de que un negocio se estanque o se genere una iniciativa nueva e innovadora.

El Global Entrepreneurship Monitor (GEM) mide la actividad empresarial en diferentes países y en distintos entornos culturales, religiosos y económicos. Los países con la intención más emprendedora son Malawi, Botswana, Libia, Uganda, Ghana y Zambia. La razón es que los países menos desarrollados no ofrecen garantías a nivel de la seguridad social. La mayoría de la gente de los países más desarrollados piensa que no tienen las habilidades o los recursos necesarios para emprender un nuevo desafío.

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Sin embargo, una nueva corriente piensa que los principios empresariales pueden ser enseñados. En nuestro país la gente se encuentra con varias trabas que “a priori” les parecen insoslayables: la falta de oportunidades, los escasos créditos, las leyes limitantes, los altos costos básicos, etc. La crisis sin dudas ha logrado incentivar el ingenio y muchos empresarios ya ven oportunidades, donde antes solo se vislumbraba un horizonte oscuro.

La capacidad para aprovechar estos cambios es lo que marca la diferencia entre un emprendedor y un no emprendedor. Por definición, un emprendedor es alguien capaz de identificar una necesidad u oportunidad de negocio y de desarrollar una solución que les dé respuesta. Estas personas se caracterizan por tener ciertas cualidades, entre las que destacan la constancia, creatividad e innovación, y por ser capaces de asumir riesgos.

Según Howard Stevenson “La iniciativa empresarial se puede definir como la búsqueda de oportunidades sin tener en cuenta los recursos actualmente controladas.»

Características Clave de un Emprendedor

Los emprendedores a menudo se destacan por las siguientes características:

  • Ejerce liderazgo, sabe dirigir a las personas hacia un mismo objetivo.
  • Tiene confianza en sí mismo.
  • La base de sus valores y de todo en lo que cree.
  • Decisiones que toma.

Enfoques del Emprendimiento

Existen diversos enfoques para fomentar el emprendimiento, incluyendo:

  1. Enfoque transversal de competencias emprendedoras.
  2. Enfoque de emprendimiento empresarial.

Factores que Pueden Desarrollarse en las Personas

Existen factores que pueden desarrollarse en las personas para fomentar el emprendimiento:

  1. Desarrollar la capacidad de generar ideas de negocio.
  2. Fomentar la mejora continua de la calidad.
  3. Desarrollar habilidades para enfrentar problemas.

Habilidades Emprendedoras Esenciales

Las habilidades emprendedoras esenciales incluyen:

  • Capacidad para convencer y conformar redes de apoyo.
  • Confianza en sí mismo.

El Emprendimiento como Proceso Ordenado

El emprendimiento se puede ver como un proceso ordenado con un objetivo concreto, que incluye:

  1. Definición del modelo de negocio.
  2. Análisis de viabilidad.
  3. Implementación y seguimiento.

Emprender es ser Antifrágil

Emprender es para antifrágiles. Como nos ha enseñado Nassim Nicholas Taleb, frágil es aquello que se ve afectado negativamente (tiene miedo…) por la volatilidad del entorno. Un bonito jarrón chino situado en una repisa está muy “preocupado” por las corrientes de aire que pueden provocar su (fatal) caída. Lo contrario de frágil es… ¿robusto?. No. A lo robusto no le afecta la volatilidad del entorno, ni para bien ni para mal. Un cubo de metal situado en la misma repisa no teme al efecto de la gravedad; si se cae no le pasará nada… Por ello, Taleb tuvo que inventarse lo de “antifrágil”: aquello a lo que le sienta bien la volatilidad del entorno porque gana y se refuerza con la exposición a los cambios por adversos que sean. Un ejemplo es nuestro sistema inmunitario, que necesita ser atacado por patógenos para reforzarse, y otro traído de la mitología es la Hidra de Lerna, que regeneraba dos cabezas por cada una que perdía o le amputaban. Pues bien, los emprendedores tienen que ser antifrágiles y mejorar y reforzarse con cada adversidad y fracaso.

Emprender es Gestionar Opcionalidad

El emprendedor se mueve en un entorno de alta incertidumbre y se enfrenta a distintos cursos de acción alternativos u opciones. La sabiduría del emprendedor es mantener abiertas sus opciones, posibles trayectorias evolutivas, todo lo posible, y no cerrarlas hasta que el coste de oportunidad de mantenerlas sea superior al de abandonarlas. Un magnífico ejemplo de esto es el del Microsoft pre-Windows (allá por 1988): Bill Gates, para desmayo de muchos incluidos sus inversores, mantenía abiertos al menos cinco proyectos en paralelo (opciones): uno dedicado a Windows 2.0 (por entonces un mal remedo del SO de Apple), otro dedicado a la evolución de su DOS a la versión 4.0, otro con IBM para explorar las posibilidades del OS/2, uno basado en Unix con SCO, y hasta uno para desarrollar para el Mac de Apple lo que luego serían Word y Excel (si, Office nació para Mac).

Emprender es Moverse en un Espacio de Oportunidades

La gran empresa opera en un marco mental determinado por el razonamiento causal: elige una oportunidad y moviliza todos sus recursos en pos de la misma. Por el contrario, el emprendedor parte de sus limitados recursos para encontrar oportunidades a su alcance, por eso se mueve en el espacio efectivo de oportunidades delimitado en cada momento por sus recursos (conocimientos, ideas, contactos, redes, …) y se va adaptando dinámicamente en función de las circunstancias y la evolución de los acontecimientos.

Emprender es Hacer Disponibles para el Proyecto Recursos que no se Poseen

La capacidad ejecutiva diferencial del emprendedor es saber movilizar recursos necesarios que dependen de otros, poniendo en juego una capacidad especial para generar colaboración de terceros, para imaginar acuerdos innovadores y fuera de lo habitual, para motivar y, en definitiva, para seducir a los que controlan esos recursos imprescindibles para que los pongan a su alcance. En palabras de Howard Stevenson, el “león del emprendimiento” de Harvard, el emprendimiento es “the pursuit of opportunity without regard to resources currently controlled”.

Emprender es una Cuestión de Modelo de Negocio, y no de Plan de Negocio

Lanzarse a preparar un plan de negocio siguiendo alguno de las muchas plantillas que circulan por ahí es la peor decisión que puede tomar el emprendedor al comienzo de su aventura. Es poner el carro delante de los bueyes, con el resultado esperado… Al principio el emprendedor va a tener una idea de su oportunidad de negocio embrionaria, y va a saber muy poco de lo que necesariamente debería saber para desarrollar esa idea hasta llegar al mercado. Ponerse a “rellenar” un índice de un plan de negocio bajado de internet le va a dar una falsa sensación de estar haciendo lo que se espera (y que mucha gente a su alrededor le pide…), pero la mayoría de las veces esto se convierte en una sucesión ordenada de lugares comunes y obviedades que poco tienen que ver con los aspectos concretos y específicos de su proyecto, que es único y diferente de todos los demás y que no debería encajar en un corsé válido para todo. Una fatal pérdida de tiempo. Por ello, el emprendedor tiene que dedicar todo su esfuerzo y concentración a identificar y estudiar a fondo los aspectos clave y diferenciales de su proyecto hasta llegar a una definición clara, completa y detallada de su modelo de negocio. Bill Aulet, del Martin Trust Center for Entrepreneurship del MIT, propone una guía de 24 pasos que orientan en esta fase de investigación y reflexión sobre los aspectos clave, que conduce a ese conocimiento profundo y detallado del modelo de negocio.

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