El centenario del nacimiento de John F. Kennedy es una ocasión propicia para reflexionar, no solo sobre su papel en la historia, sino también sobre el liderazgo y los líderes políticos en su conjunto, incluida los de la época actual.
La figura de J.F Kennedy todavía es llorada por muchos Norteamericanos. Kennedy es considerado el segundo mejor presidente de los Estados Unidos solo por detrás de George Washington. Su carisma, su capacidad de influencia, su personalidad y su liderazgo es todavía tema de estudio en infinidad de libros y escuelas de negocio.
El Legado de Kennedy en la Historia
A lo largo de la historia han existido varias épocas en las que eventos transcendentes alteraron la vida de los ciudadanos y su forma de hacer y de pensar.
He visto recientemente la película “Trece días” de Roger Donaldson. Es la crónica de la crisis de los misiles cubanos en octubre de 1962. Dos semanas que pudieron cambiar el curso de la historia. La película refleja con gran inteligencia y de forma fascinante la brutal batalla interna que libró John F. Kennedy actuó en varias direcciones y lo hizo bajo una extrema presión política y militar consciente de que el impacto de sus decisiones podría derivar en una conflagración nuclear de consecuencias devastadoras.
Kennedy mostró cualidades y rasgos que se precisan hoy, y no me refiero solo al ámbito geopolítico actual, también en la convulsa y globalizada estructura económica y empresarial sometida a los vaivenes de la complejidad creciente. El liderazgo de Kennedy durante la gestión de la crisis se caracterizó por la valentía para tomar decisiones entre opciones difíciles y complejas.
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Kennedy era un hombre culto. Me vino al recuerdo la pregunta que un estudiante le hizo a Churchill en 1953 acerca cómo podía prepararse alguien para afrontar los retos del liderazgo éste le respondió: “Estudia la historia. Estudia la historia”. Kennedy lo tuvo muy presente a la hora de dirigir sus acciones y decisiones, el ejemplo que he mencionado con la obra de “Los cañones de agosto”, lectura que recomiendo vivamente, es una perfecta muestra del uso de la historia para comprender los contextos históricos.
Kennedy demostró una extraordinaria capacidad para aprender de cada minuto que se sucedía en aquellas terribles circunstancias. Recordemos que tras la gestión de los misiles cubanos, aún coleaba el sonado fracaso de la CIA en Cuba con la invasión de la Bahía de Cochinos, que no le implicaba directamente, pues fue un plan de la administración anterior con Eisenhower, pero que se hizo efectiva durante su mandato.
Características Clave del Liderazgo de Kennedy
J.F. Kennedy era un líder orientado totalmente a los resultados. Tenía una alta ambición por lo que no dudaba en acometer metas y objetivos tremendamente retadores. «El cambio es ley de vida.
Todo su mandato estuvo marcado por el objetivo de ser la primera potencia tecnológica a nivel mundial. Era una persona con una alta autoestima. Confiaba en sus fortalezas y desarrollaba sus planes de acción tomando éstas como base. Creía en las personas y en su desarrollo tanto personal como profesional. Acompañaba a sus equipos a retarse y desarrollarse continuamente para ser cada día mejor. Era un excepcional gestor del talento.
- Analizaba concienzudamente a las personas con las que se rodeaba.
- Atraía y seleccionaba los que el creía mejores para cada puesto.
- Se relacionaba con humildad con cada uno de ellos, sabiendo que cada integrante tenía un valor único que aportar y que la suma de todos sería la clave del éxito colectivo.
- Ayudaba y contribuía a que todo su equipo siguiera creciendo para destapar todo su potencial.
Aunque sabía que la decisión última era totalmente su responsabilidad, no dudaba en escuchar todas las partes y consensuar soluciones para encontrar la mejor solución para cada problema. Más allá de su Ego ….
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La Comunicación como Pilar del Liderazgo de Kennedy
Tenía una gran capacidad de comunicación e influencia. Posiblemente era su mayor fortaleza: su don de palabra y su carisma. Para muchos, los momentos decisivos que aupó a J.F.K a la Casa Blanca fueron los cuatro debates electorales que mantuvo con Nixon.
Era otra de sus grandes virtudes y que contribuyó de manera crítica en su victoria presidencial. Lograba alcanzar un alto grado de empatía con las personas que se rodeaba gracias a su sencillez ante los medios de comunicación y su trato humilde y directo con aquellos que interactuaba.
Si algo caracterizó el liderazgo de J.F. Kenendy fue su capacidad de hacer partícipes a todos de una visión compartida. Hizo que sus ambiciones personales fueran las ambiciones de todos los estadunidenses. Hoy es un gran reto para las organizaciones crear una misión compartida que genere un fuerte sentimiento de pertenencia.
El Impacto del Lenguaje No Verbal en su Éxito
Cada una de nuestras acciones comunican algún tipo de mensaje que puede ser interpretado por una tercera persona. Aquí entra en juego el lenguaje no verbal, ya que puede influir positiva o negativamente a la hora de transmitir confianza, empatía o motivación. Miradas y gestos deben ir en concordancia con las palabras, ya que bien empleadas pueden reforzar un discurso. En cambio, una mala gestión puede contradecir cualquier argumento.
El líder, entendido como la persona encargada de dirigir a un equipo humano hacia una meta concreta, debe incorpore una serie de gestos y expresiones que refuercen el mensaje que quiere comunicar. Este lenguaje puede y debe entrenarse para incorporarlo en nuestra palestra comunicativa de la forma más natural posible.
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La Cara, el Espejo del Alma
Los ojos, el arqueo de las cejas y de la boca representan una fuente de información muy poderosa y son capaces de delatar a un experto en la mentira. Si los gestos faciales no acompañan a las palabras se generará desconfianza en el interlocutor. En cambio, bien empleados, reforzarán emocionalmente el mensaje que queremos transmitir a un equipo.
La expresión facial también nos delata. Un rictus severo anticipa las malas noticias, mientras que una sonrisa sincera contribuirá a relajar el ambiente y crear un clima de confianza. Aunque a veces muchos de estos impulsos aparecen de forma subconsciente, el líder debe ser capaz de dominarlos a base de aprendizaje y práctica.
La mirada es un elemento poderosísimo, de ahí radica la importancia de mantener un buen contacto visual cuando mantenemos una conversación con una o varias personas. Los ojos expresan nuestro interés hacia lo que el otro nos está comunicando y viceversa, la mirada puede actuar con un imán que despierte nuestro interés ante las palabras de un líder.
Gestos que Refuerzan un Discurso
Una postura erguida, recta, con los pies bien clavados en el suelo y las manos firmemente colocadas transmiten sensación de seguridad, pero no hay que caer en la rigidez. Aún siendo conscientes de cómo colocamos nuestro cuerpo, la naturalidad debe primar para generar confianza y autenticidad y no debe ser un elemento que desvíe la atención o contradiga las palabras que salen de nuestra boca.
Aquí las manos adquieren gran importancia pero no debemos sobre gesticular o actuar con brusquedad porque provocaremos distracción o miedo. Mejor aplicar movimientos sutiles pero certeros, que acompañen a las palabras, transmitan seguridad o empatía.
Por último, no hay que olvidar el tono de nuestras palabras, ya que es un instrumento que puede persuadir, animar o todo lo contrario, generar incertidumbre, según si empleamos una tonalidad alta, media o baja. La musicalidad también influye. Demasiado marcada y parecerá una canción, insuficiente y generará monotonía y desinterés en el oyente.
John F. Kennedy vs Richard Nixon: El Triunfo del Lenguaje No Verbal
En 1960 se celebraron unas elecciones a la presidencia de Estados Unidos que marcaron un hito televisivo, ya que fue la primera vez que se retransmitió el debate electoral entre dos candidatos, el demócrata Kennedy (JFK) y el republicano Nixon. Suele citarse como un paradigma del triunfo del lenguaje no verbal ya que JFK aprovechó el medio televisivo para darle la vuelta a unas encuestas que lo daban como perdedor.
Todo comenzó en los preparativos. Nixon rechazó el maquillaje y escogió un traje gris del mismo tono que el estudio de grabación, camuflándose con el fondo. JFK, por lo contrario, apareció moreno, se maquilló y su traje oscuro destacó más en pantalla que el de su oponente.
En lo que se refiere al lenguaje no verbal, el primer plano general nos muestra a un Nixon moviendo las manos nerviosamente y con las piernas descolocadas, mientras que JFK aparece recto y con las manos sobre su regazo, transmitiendo seguridad. En la presentación de los candidatos por parte del moderador, el demócrata mira a la cámara, o sea a la audiencia a la que va a dirigirse, mientras que el republicano desvía sus ojos al presentador.
Durante sus respectivos discursos, se aprecia sudor en la frente de Nixon y un lenguaje corporal rígido, agarrado al atril con ambas manos, mientras que su oponente gesticula con la mano derecha, acompañando a sus palabras. El tono de voz también distinguió a los candidatos; el de JFK transmitía fuerza y seguridad, y aunque el de Nixon también se distinguió por su fortaleza, su monotonía restó interés en el contenido de su mensaje.
El propio Nixon, tras ser consciente de haber subestimado el medio televisivo y el poder del lenguaje no verbal de su adversario declaró: “Confiad plenamente en vuestro productor de televisión, dejadle que os ponga maquillaje incluso si lo odiáis, que os diga como sentaros, cuales son vuestros mejores ángulos o qué hacer con vuestro cabello.
La imagen de Kennedy sigue estando viva. Al pronunciar su nombre aparece automáticamente su figura física.
El Estilo de Liderazgo de J.F. Kennedy
El dr. en Psicología de Harvard, William Moulton Marston desarrolló una teoría para entender el comportamiento de las personas con normalidad psicológica. En dicho estudio identificó cuatro estilos de comportamiento. Cada estilo de comportamiento tendrá una tendencia natural a liderar de una manera muy concreta. El liderazgo de J.F. Kennedy es un estilo más afín a los perfiles amarillo-rojo: Liderazgo Pionero.
J.F Kennedy tenía la capacidad de generar entusiasmo. Consiguió grandes avances estratégicos en la consecución de los objetivos organizativos ante una situación óptima, mientras que ante situaciones más críticas administró soluciones consistentes, tendiendo a detenerse mucho tiempo en una planificación de alta calidad. No dudaba en compartir decisiones y éxitos con los integrantes del equipo, haciéndoles partícipes de sus decisiones.
Después de este análisis creo que el tipo de liderazgo de J.F. Kennedy era: liderazgo democrático combinado con un liderazgo carismático.
La Construcción de la Imagen de Kennedy
Con un aspecto impecable, seguro de sí mismo, sonríe a cámara consciente de que le lleva a millones de hogares. La partida de la imagen está ganada. Toca lanzar el mensaje. John Fitzgerald Kennedy, el 35 presidente de los EEUU, deja en el aire la promesa de una nueva América en un discurso de investidura histórico. «No te preguntes qué puede hacer tu país por ti, sino qué puedes hacer tú por tu país», reta a sus compatriotas.
Tenía por delante dos años, diez meses y dos días de una presidencia que marcó un antes y un después en la comunicación política. Le avalaban Harvard, años como congresista -de 1946 a 1952- y senador -1952-1960- y mucho de estrategia.
Estrategias Clave en la Comunicación de Kennedy
«Representaba la renovación, la mejor opción para afrontar los retos que tenía América en los convulsos años 60. En ese momento vimos la importancia de 'vender' el cambio en política», arranca el asesor Daniel Ureña, director de MAS Consulting y experto en elecciones estadounidenses. Qué mejor ejemplo de lo que le pasó al país.
Kennedy supo explotar su figura en el medio adecuado. Ése que despuntaba y ningún otro sabía aún controlar: «Fue muy consciente de que la televisión era determinante. La cámara daba al ciudadano poder para analizar al político y él tenía que saber manejarlo», explica María José Canel, catedrática de Comunicación Política de la UCM. «Controlar los códigos televisivos fue vital para lograr la empatía y confianza de los electores», añade el asesor Antoni Gutiérrez-Rubí. La premisa quedó grabada a fuego en los manuales políticos: los líderes que no comprenden el ecosistema de comunicación dominante en sus sociedades, fracasan. Ahora, internet marca el abismo.
Basta con revisar los spots de campaña de 1960 para ver cómo Kennedy controlaba el medio. Sus propuestas eran dinámicas, con música, implicando a su familia y a los electores frente a un Nixon aburrido, a plano fijo a cámara. Su superioridad quedó clara el 26 de septiembre de 1960. Era el primer debate televisado de la historia de las elecciones estadounidenses. Nixon y Kennedy, frente a frente. Dos líderes que, pese a llevarse sólo cuatros años, parecían de siglos distintos.
El mito cuenta que Kennedy había cancelado sus actos para prepararse mientras que el republicano, que estaba convaleciente, había ofrecido ese día un discurso. Vistió un traje gris que no resaltaba, se negó a maquillarse y apareció como un hombre cansado, con sudor y bolsas bajo los ojos. Despreció a la cámara y perdió frente a JFK y su moreno impecable. Cuentan las crónicas que quienes les escucharon por la radio consideraron más consistente a Nixon, pero Kennedy ganó en la tele.
Un mito desmontado por Theodore Sorensen -artífice de los discursos del demócrata- : «No fue telegenia, llevaba mejor mensaje», sostuvo. Se calcula que el debate fue seguido por 70 millones de espectadores -diez millones más que el primero entre Obama y Romney medio siglo después, y eso que no todas las casas tenían televisor-. Kennedy fue el primer presidente de la era de la televisión, el primero en formarse en telegenia. Tras su ejemplo, los presidentes comenzaron a gobernar para las cámaras.
Había aprendido la lección. Pero Kennedy no estuvo solo a la hora de construir su imagen. Junto a Jackie Kennedy y un férreo equipo cultivó una imagen de familia que parecía feliz. «Conocimos sus hábitos, sus aficiones, sus valores... Fue otra de las claves del éxito. A partir de él, la vida privada formó parte de las estrategias de comunicación política: muéstrame cómo es tu familia, cómo son tu vida y tus ideales y comprenderé cómo quieres gobernar mi país», explica Gutiérrez-Rubí.
«Hoy sabemos que los políticos tienen que construir un relato de sí mismos, lo que se llama el 'storytelling'. Kennedy se adelantó a esa técnica», añade María José Canel. Así se transmitió una imagen de líder fuerte, pero cercano. «Se anticipó a la personalización de la política. Hasta entonces, todos hablaban de la Presidencia de una forma fría, técnica, y él se da cuenta de que la política tiene que llegar de forma personal, con nombres y apellidos. Es la primera vez que se ve a la primera dama organizando cenas en la Casa Blanca, a los hijos en el Despacho Oval... Responde a un concepto de comunicación: la presidencia tenía que tener una identidad corporativa y ésa era la de su familia», incide Canel.
En el 52 y el 56 los candidatos ya habían mostrado de forma indirecta a sus familias, pero no tenían el carisma de los Kennedy. Una buena prueba es que el equipo del candidato recurrió a Jackie para hacer el primer anuncio político en español en la historia de EEUU. Vieron la importancia de dirigirse a las minorías y quién mejor que la dulce Jackie.
Más claves: el presidente nunca tuvo miedo a la prensa. «Da la sensación de que por primera vez las cámaras tienen acceso a la vida del presidente, que no tiene nada que ocultar. Luego lo hicieron Clinton, Reagan, Obama, que deja que su fotógrafo le acompañe todo el tiempo... Incluso Bush. Son gente muy formada, segura de sí misma. ¿Imagináis esto con Rajoy o Zapatero? Obviamente, no, porque no quieren que se muestren sus carencias. La política de comunicación de un presidente es proporcional a la seguridad que tiene en sí mismo», explica Luis Arroyo, presidente de Asesores de Comunicación Pública.
«Supo cambiar la relación con los periodistas. Se expone a sus preguntas, las provoca, llega a las ruedas de prensa con sentido del humor... Hasta ese momento las preguntas estaban muy controladas, pero él comparece mucho, sabe que de eso también depende la imagen que llega a los cuidadanos», añade María José Canel.
Lo cierto es que llevaba años formándose. Se había criado en un entorno de privilegios en el que no se permitía flaquear -'virtudes públicas, vicios privados'-, cultivando valores como el esfuerzo y el trabajo en equipo. «Se ha trivializado su imagen porque era joven, guapo, con una familia perfecta... pero, ojo, porque era un hombre formado en las mejores universidades, héroe de la Segunda Guerra Mundial, viajado por el mundo antes de ser presidente... No hay que quedarse en la forma, Kennedy era sobre todo el fondo», sentencia Arroyo.
«Y no dudó en rodearse de los mejores, gente joven que entendió como él la necesidad de cambio de América. Fue otra de las lecciones que se aprendieron», dice Ureña. Gente como Sorensen, al que contrató cuando era senador e hizo para él los mejores discursos bajo cuatro claves: 'brevity, levity, charity and clarity': claridad, en la estructura y el contenido, brevedad, alabar a la audiencia y empatizar con ella y darle un toque liviano. Sus discursos, en los que Kennedy intervenía, dejaron frases repetidas como mantras por los políticos que le sucedieron.
La presidencia de Kennedy coincidió con algunos de los sucesos más turbulentos de la segunda mitad del siglo XX: la invasión de Bahía de Cochinos, la Crisis de los Misiles, la construcción del Muro de Berlín, el inicio de la carrera espacial, la consolidación del movimiento por los Derechos Civiles... Sin embargo, su breve gestión, conservadora, no dejó grandes reformas. «No todos los agricultores recogen lo que siembran. Él dejó la semilla, porque, ¿hubiésemos tenido la ley de derechos civiles que aprobó Lyndon Johnson en 1964 sin el trabajo previo de Kennedy?», plantea Gutiérrez Rubí.
«Fue capaz de encontrar el equilibrio norte-sur en el país y el este-oeste en el plano internacional. La presión social con las minorías negras podría haber llevado a EEUU a una guerra civil y la Crisis de los Misiles frente a una poderosísima URSS también podría haber terminado en guerra. Y tuvo la capacidad de convertir la política de EEUU en mito», termina Arroyo.
Y todo sin alterar el gesto. «Con él aprendimos que la eficacia de una comunicación depende de la comunicación no verbal, que manejaba a la perfección. La proximidad, la forma de tocar, de mirar, de sonreír... No era solo telegenia sino una manera de afrontar con confianza y credibilidad su papel. Le dio optimismo y fe a la politica en un momento en que EEUU lo necesitaba. Con él creías que lo que decía era posible, aunque después fracasase», dice Antoni Gutiérrez-Rubí.
«Casi todos los políticos que han venido después han aprendido algo de él. Obama es el ejemplo más claro: su primera campaña presidencial fue un reflejo de la de Kennedy: llevaba las mismas camisas blancas, se arremangaba de la misma forma... Y eso que Kennedy escondía muchas cosas: enfermedades, adicciones, infidelidades... «Probablemente hoy el mito no lo hubiese sido tanto. «Hoy la sociedad no pide una historia sino resolución de problemas, no solo 'storytelling', si no 'storydoing'. No importa tanto si tienes un hijo que juega en el Despacho Oval como que transmitas cercanía con los problemas», sentencia Canel.
Pero en los 60 Kennedy lo tenía: capacidad de oratoria, imagen, equipo, liderazgo... El 22 de noviembre de 1963, al resonar los disparos, América despertó de un sueño. Y con él, la estrategia política. Fue asesinado joven.
Valores Clave del Liderazgo de Kennedy
A través de sus discursos John F. Kennedy nos ha trasmitido una serie de Valores, de Reglas, que nos van a conducir al Éxito como Líderes. JFK nos ha dejado una serie de Valores que deben “vestir” al Líder de Éxito. Los relacionamos y desarrollamos con nuestros propios comentarios.
- Muévete siempre adelante. El Líder como Guía, tiene la capacidad de identificar el camino a seguir, para un Mundo mejor, un mañana mejor.
- Fíjate estándares exigentes. Sé Tolerante con los demás y Estricto contigo mismo.
- Mira en tu Interior. Pregunta y Escucha a tú Yo Trascendente.
- Márcate Objetivos Elevados. Al igual que el “arquero” tensa su arco y apunta su flecha por encima del Objetivo fijado.
- Representa a algo de valor. Expresa tus convicciones de Valor y permanece en ellas.
- Lucha por la libertad. Y Libérate de toda dependencia.
- Resuelve las diferencias. Negocia en base Win/Win.
- Expresa tus creencias. Sin ningún temor al expresarlas.
- Crea un futuro mejor. El Hombre y la Sociedad son Proyectos Inacabados, por ello hay que Actuar para cambiar a mejor, para ir creando ese Futuro mejor.
- Comunica tu agradecimiento a los demás por su contribución.
John F. Kennedy fue un líder carismático e inspirador que logró movilizar a la población estadounidense y unificar a su país en tiempos difíciles. Su estilo de liderazgo se caracterizó por su capacidad para comunicar una visión clara y convincente, así como por su habilidad para inspirar a otros a trabajar juntos para lograr un objetivo común. Kennedy fue un líder valiente que tomó decisiones difíciles y arriesgadas, como su compromiso de enviar astronautas estadounidenses a la Luna.