José Díaz González, originario de Xesteda (Cerceda, A Coruña), es un empresario español conocido por liderar Grupo Luckia, una empresa con una facturación cercana a los 300 millones de euros. Su trayectoria empresarial es un claro ejemplo de perseverancia y visión en el sector del juego. Su historia es la de un emprendedor que no ha olvidado sus raíces, ni su identidad.
Primeros Pasos y el Interés por las Máquinas Tragamonedas
Mucho antes de interesarse por las tragaperras, a José González le gustaban sobre todo los coches. Lector empedernido, probablemente por culpa de un profesor --Mariano del Amo-- que le obligó a leer dos veces El Quijote, el empresario de Xesteda (Cerceda, A Coruña) quería ser piloto de carreras.
Tan aparentemente improductivo, el viaje de González fue el principio más remoto de Luckia. A su regreso a Galicia, comenzó a trabajar en el bar familiar en Ordes y se empeñó en colocar una máquina “como la que había visto en Francia”. Pero aquella gran operación de José González no era tan sencilla.
Encargó la misión a otro conocido empresario del sector del juego, Carlos Vázquez Loureda, que en absoluto veía clara la propuesta de aquel chaval. Vázquez Loureda le pidió un aval de su padre y González no acabó de pagar el aparato hasta el servicio militar, en 30 plazos.
José González compró otra “máquina” al volver de la ‘mili’, pero vio que lo del bar no era lo suyo. Quedó claro en una noche inagotable. Había un par de clientes que no se marchaban. “Si cerraba me querían pegar”. Consumieron poco más que unas tazas de vino, unos ingresos de dos pesetas que ni compensaban los gastos de mantener abierto. González cambió de meta y comenzó a instalar máquinas en los bares del entorno de Ordes.
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“Perdí dinero con las 20 primeras que coloqué. En ese momento, el camino a seguir se vislumbraba con más claridad. Hizo un curso de contabilidad que organizaba una entidad financiera y también pasó por la popular academia CCC. A pesar de la importancia que otorga a la formación, también entre los empleados que hoy integran Grupo Luckia, sostiene que “el liderazgo se aprende con el tiempo”, igual que a ser empresario, lo verdaderamente difícil es “tener una buena idea”. Por eso no ha perdido la costumbre de rastrear revistas y periódicos en su busca, “como el que tiene que mover una montaña de tierra para encontrar una pepita de oro”.
Expansión y Diversificación de Egasa a Luckia
Aunque es el juego el buque insignia de la compañía, lo cierto es que desde que se llamaba Egasa estuvo en importantes proyectos inmobiliarios, con socios de renombre como Arias (actualmente Arias Infraestructuras) o Luis Fernández Somoza, el antiguo propietario de Azkar. Con la reforma fiscal de Francisco Fernández Ordóñez, en España hay una tasa al juego, pero no está claro cómo se paga.
Según explicó el presidente de Luckia, en la práctica no se aplicaba porque el procedimiento para pagar era confuso. En 2006, en un momento dorado para el sector en España, el grupo da un vuelco a su negocio y decide vender todas sus promotoras para invertir en Colombia, Perú y Chile.
Liderazgo y Compromiso con Galicia
En un país donde no es raro que el éxito empresarial venga acompañado de una desafección hacia lo propio, José González Fuentes ha hecho justo lo contrario. Presidir Egasa-Luckia no es poca cosa.
Hablamos de un grupo con presencia internacional, más de 2.500 empleados, operaciones en múltiples países y una visión del negocio basada en la innovación tecnológica, el desarrollo responsable y la apuesta firme por la profesionalización del sector. Durante su discurso, dio una lección de lo que significa ser líder y gallego al mismo tiempo: “Tenemos que estar orgullosos del Sector”, dijo.
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Y no lo dijo por decir. Reivindicó, con datos, hechos y convicción, que el juego en España es uno de los sectores más regulados, más comprometidos con la legalidad y con menor número de incidencias. Lo que hace especial a José González Fuentes no es solo su éxito, sino su manera de entender ese éxito como una palanca para el desarrollo de su tierra.
Siempre ha apostado por Galicia como base operativa, como territorio de inversión, como foco de talento. No es un secreto que muchas veces a los empresarios se les mira con recelo, como si su único interés fuera el lucro. José González Fuentes es también un constructor de reputación, un defensor de su equipo, alguien que entiende que el talento colectivo está por encima del culto al individuo.
Además, ha demostrado que el empresario no debe esconderse, sino dar la cara. Habla claro, no se esconde tras eufemismos, ni se pliega al buenismo hipócrita. Critica lo que hay que criticar, aplaude lo que hay que aplaudir. En un panorama donde muchos dudan, donde abunda el postureo y la mediocridad bien maquillada, José González Fuentes representa la claridad, el carácter y la coherencia.
Ha creado riqueza, ha generado oportunidades y ha demostrado que desde Galicia se puede liderar el mundo. Que se premie a hombres como él debería ser más que una anécdota: debería ser una costumbre. Porque la excelencia, amigos Tecnófilos, no se improvisa. Se construye. Ladrillo a ladrillo. Día a día.
Otras Facetas Empresariales
En el currículum de González destaca su actividad como presidente de Howden Iberia, Bodegas Góngora y Chalten Inversiones. González, de 50 años, es economista formado en Icade. Dejó BP en el año 2002 para unirse como director general al Grupo Morera & Vallejo - MBI, donde estuvo hasta finales del 2006. En la actualidad preside Howden Iberia, Bodegas Góngora y Chalten Inversiones.
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Acceder a la presidencia de CESUR fue para mí entrar en un mundo nuevo totalmente desconocido. Yo no había tenido exposición pública, pero es algo que voy aprendiendo cada día. y encuentro eso más gratificantes que volver a hacer lo mismo una otra vez. Y para aprender en el ámbito empresarial ha elegido el mundo del vino, con la adquisición de Bodegas Góngora, una de las bodegas más antiguas de España y seguramente la empresa más antigua de Andalucía.
Yo entro a echarles una mano y descubro que una empresa pequeña, que estaba en ese momento con dificultades, pero que se puede convertir en algo inmenso. Y ahí entra mi faceta de empresario. Yo no compro la bodega para que me dé nombre o reputación, sino porque quiero que la bodega sea el mayor proyecto turístico de su sector en España, vinculando la innovación, abriendo esa bodega al mundo a través de un hotel, de un museo … Hemos contactado al estudio que hizo la propuesta museística para la exposición de Elcano en el archivo de Indias para hacer un proyecto perfecto, con calidad absoluta, olvidándonos de los atajos para estar a la altura de lo que merece una bodega que es un orgullo para Villanueva del Ariscal, Sevilla y Andalucía.
Invirtiendo en bodegas Góngora un poquito y bien, puedes transformar de seis empleos a 100. Lo que hace falta son mil proyectos como Góngora en mil sitios diferentes para crear muchos miles de empleos, cambiar la vida de la gente y tener impacto. La ingeniería va más en mi en mi ADN, porque mis primeros pasos profesionales fueron en BP vinculado al tema de la energía.
INERCO es un misil al que todavía le queda muchísimo recorrido. Tiene un elemento que a mí me gusta mucho: los empleados tienen parte de la propiedad. Yo lo que he hecho es ayudar a los directivos de INERCO a comprar la compañía, y voy a ayudar a multiplicarla por diez. Es buena idea que los directivos que crean valor para una empresa se queden con parte de ese valor. Yo pongo mis inversiones en las cosas en las que creo. INERCO está en un sector clave como es la transición energética.
INERCO desarrolló patentes de descarbonización en el año 84, es la primera spin-off de la Universidad de Sevilla y probablemente la primera en Andalucía. Tiene una capacitación técnica en un sector que hoy en día es absolutamente puntero.
Habla a menudo de la dimensión como cuestión diferencial en las empresas. En Andalucía nos quedamos nuestra pequeña empresa, nos compramos una casa en El Puerto y ya no queremos más. Pero el tamaño es eficiencia y relevancia. Si yo quiero que los ingenieros de Andalucía se queden en Andalucía tendrá que haber grandes empresas que los contraten. Como era Abengoa. Necesitamos empresas de ese volumen, que estén en bolsa, que estén en todo el mundo. Las empresas grandes generan tracción, generan ecosistemas.
Yo conozco INERCO desde que tenía 18 años y me planté en la puerta con mi Vespa para venderles seguros. Quién me iba a decir que iba a estar en el consejo. Y les he dicho a los directivos de INERCO que quiero hacerla muy grande.
Pasión por la Lectura
José Manuel González (Sevilla, 1973) habla con pasión de las empresas. Pero si se le pregunta por las joyas de su biblioteca, ese torrente se desborda y salta como un resorte hacia su biblioteca, de dónde extrae dos tomos encuadernados en piel.
Una primera edición del Quijote en inglés y una primera edición en castellano de El Origen de las Especies. Sobre esta última obra, precisamente, se apoyó cuando dio su primer discurso como presidente de la compañía multinacional Howden, en 2018. "No que no es más grande ni el más fuerte el que el que el que tiene éxito sino aquel que es capaz de adaptarse a las circunstancias". Cuando se marchó de la multinacional, una persona a la que tiene especial aprecio se lo regaló.
CESUR y la Visión del Empresariado Andaluz
El balance de los seis primeros meses es muy positivo. Yo ya era socio de CESUR, pero mi nueva posición me ha ayudado a entender la dimensión y el nivel de engagement, de capacidad de alineamiento entre sus socios. Sociedad civil por los cuatro costados. CESUR respira empresa. Es una asociación de empresarios que intenta proyectar el mundo la labor del empresariado, dignificar este papel para acercarlo a la sociedad y para ayudar a crecer a las empresas.
Desde ese punto de vista, es un instrumento increíblemente válido. Ya sea en la vertiente educativa, donde trabajamos con programas de emprendimiento en educación secundaria hasta temas de posgrado, y estamos trabajando una cátedra de emprendimiento con una institución educativa; ya sea acompañando al presidente de la Junta de Andalucía en una misión comercial a China; o a través de los premios que concedemos anualmente.
CESUR lleva a cabo una labor de pedagogía, de acercamiento y de creación de opinión sobre el empresario que está más en la línea de una sociedad civil activa que en la línea de un sindicato vertical.
¿Qué perspectivas ve a medio y largo plazo la economía andaluza? El Sur tiene muchísimo que hacer y muchísimo que decir, y no hablo sólo de Andalucía sino el Sur de España. Hablamos de una zona que vive un momento empresarial boyante y con muy muy buenas perspectivas. Hay una clase de empresarios que verdaderamente quiere asumir un papel de transformación de la realidad. En la misión andaluza en China, el 100% de empresas eran empresas incluidas eran de carácter técnico.
¿Preocupaciones? El empresariado lo que quiere es estabilidad institucional y punto. Si te ayudan mejor, pero tú lo que quieres es que haya normalidad, y es verdad que la polarización que existe en todo el mundo es incómoda para el desarrollo de una actividad empresarial. Afortunadamente en esta tierra, en el sur, disfrutamos de normalidad institucional, y eso ayuda a que las inversiones florezcan y la confianza crezca.
Andalucía, el Sur, tiene la capacidad de transformarse en 30 ó 40 años. No vale eso de que como siempre hemos sido así, y por lo tanto tenemos que abandonarnos a nuestro destino. Me niego. La mitad de las veinte empresas más grandes del mundo nacieron hace quince o veinte, muchas en una zona como California que había creado el caldo de cultivo para que esas empresas prosperasen. Andalucía tiene las condiciones necesarias.
Hace falta acercar aún más la Universidad a la empresa, necesitamos un ecosistema de financiación más adecuado, y Andalucia necesita sobre todo dejarse de tópicos como que aquí se vive mejor que en ningún lugar del mundo y no se necesita más. Eso nos entorpece y perjudica la capacidad de progresar, la capacidad de innovar. Pero aquí hay capacidad técnica y creatividad, además de otras cuestiones como clima, infraestructuras … . Yo no digo que vayamos a ser la primera región del mundo, pero yo creo que Andalucía tiene capacidad de reinventarse.
El conformismo, sin duda. La burocracia es algo que hemos comprado. Y no es un problema sólo de Andalucía, sino de Europa. Draghi, que es bastante más listo que yo, ha alertado del exceso regulatorio. Muchas veces la burocracia elimina la innovación, acaba eliminando cualquier vestigio de creatividad. Pero es algo que siempre puedes aligerar. El conformismo, sin embargo, es algo que va mucho más allá, está en el sustrato cultural y filosófico de una sociedad, y eso sí que me indigna porque vivimos en una tierra con oportunidades.
Aquí tenemos talento que hay que poner a trabajar. Y si nuestra preocupación es que lleguen unos chicos de África que tienen el valor de buscar un futuro mejor, pues entonces apaga y vámonos. Yo creo que todo forma parte de una gran hipocresía, pero no es lo mismo no encontrar un ingeniero que un perfil no tan cualificado. Andalucía tiene universidades produciendo profesionales técnicos al primer nivel, y cito algunos ejemplos como la Escuela de Ingenieros de Sevilla o Telecomunicaciones de Málaga.
Pero se nos van a Madrid u otros destinos es porque aquí no se gana dinero. Si quieres retener el talento en tu tierra, además de decirle lo bien que se vive aquí, que es el tópico del conformismo en el que siempre hemos creído, tienes que ayudar a crear un ecosistema donde surjan esas grandes empresas.
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