José Ismael Rosado: Biografía de un Empresario Marcado por la Tragedia

La vida de José Ismael Rosado, un empresario estadounidense de origen puertorriqueño, exconsejero delegado de Astilleros Barreras, culminó trágicamente en Madrid en octubre de 2021. Su historia, marcada por el éxito empresarial y un espíritu emprendedor, se vio truncada por un crimen que conmocionó a la sociedad.

Un Empresario con Visión

José Ismael Rosado se encontraba de visita turística en España, ya que actualmente residía en Miami. Después de cenar con un amigo, decidió salir a tomar una copa solo por Chueca.

Rosado había sido consejero delegado de Hijos J. Barreras, el mayor astillero privado español, un puesto que había abandonado en julio de ese año. Pero el estadounidense se había enamorado de España y conservaba buenos amigos, por lo que esperaba emprender nuevas aventuras empresariales aquí.

Esos días de finales de octubre de 2021, se suponía que iban a viajar juntos, pero la situación de salud de Young y un nuevo aumento de los casos de covid los disuadió, así que José vino solo.

Su agenda aquí osciló entre el ocio y el trabajo. Había dejado de ser el consejero delegado de Hijos J. Barreras, el mayor astillero privado español, solo unos meses antes, y planeaba emprender nuevos negocios en España. Por eso, visitó en Córdoba a Paco, su amigo y excompañero de la empresa, después pasó un día de turismo en Sevilla y puso rumbo a Madrid. En la capital quedó a cenar con un abogado al que también había conocido en el astillero, que se llamaba también José. “Recuerdo que era extremadamente educado, no miró el móvil ni una sola vez, y estuvimos cenando cuatro horas”, comentó el letrado en la sala. Tras esa cena, Rosado regresó a su habitación en la quinta planta del Palace, se puso ropa cómoda y salió a dar una vuelta por Chueca.

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La Noche Trágica en Madrid

El circuito cerrado de cámaras de seguridad del hotel le grabó entrando horas después junto a los dos hombres acusados ahora de haberle matado, según las mismas fuentes. A la mañana siguiente, el cuerpo del empresario de origen puertorriqueño fue hallado sin vida ni signos de violencia física.

Una noche antes del hallazgo del cadáver, el matrimonio había hablado por última vez, una conversación anodina sobre qué escalera comprar para pintar su casa de Miami. Esa noche, José entró en su habitación del hotel Palace con Mihahil V. y Mohamed C., dos hombres a los que acababa de conocer en Chueca.

Esa noche también salen Mihahil V. y Mohamed C., en realidad, es su rutina habitual. Así lo declara el primero, que en el juicio se definió como “chapero” y también el subinspector del Grupo V de Homicidios que, después de esa noche, no les quitó ojo de encima. “Era su modo de trabajo, si quieres decirlo así, salían por Chueca en busca de hombres a los que robar, normalmente extranjeros, para que luego no denunciaran”. Los caminos de estos dos hombres y de José Rosado se juntan en el Organic Club.

Allí José charla con su marido, que está al otro lado del Atlántico. El hombre le manda fotos de la noche madrileña y hablan por teléfono sobre la escalera que Nic quería comprar para pintar una pared. A las dos y media de la madrugada del día 29 se produce su último contacto.

Cuando se despierta la mañana del 30 de octubre, le sorprende no ver ningún mensaje de buenos días de José. Su corazón se agita cuando ve un cargo en la tarjeta de crédito, a la vez que el teléfono se desconecta. Trata de llamar al hotel, pero no habla bien español, así que busca a una amiga que sí. Le responden que no pueden abrir la puerta de los huéspedes. Son las cinco de la tarde en Estados Unidos y las once de la noche en Madrid.

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Entre todas esas horas de tensión, hay una que es clave, la que Mihahil y Mohammed pasaron en la habitación de José. Las imágenes de seguridad del hotel muestran a los tres hombres accediendo al edificio, cogiendo el ascensor y entrando en la estancia. Rosado camina con normalidad mientras charla con los hombres. Mohamed lleva una bolsa con lo que acaban de comprar en un establecimiento 24 horas. Son las cinco de la mañana. Una hora después, los dos salen con esa misma bolsa en la mano. Los investigadores no tienen duda de que esa es la hora en la que sucede todo. El personal del hotel tardará 24 horas en acceder a la habitación y encontrar al empresario vestido y tendido sobre la cama sin vida.

La policía llega poco después. En el escenario, una botella de vino blanco medio vacía, la de Coca-Cola llena, un Red Bull sin abrir y otro vacío en el lavabo, una bolsa de Doritos abierta, otra de patatas, una barrita energética en el suelo... Lo que falta es el reloj inteligente del empresario, el móvil, su tableta y dos tarjetas de crédito.

Investigación y Resultados

Ante las sospechas de que podría no tratarse de una muerte natural, la titular del Juzgado de Instrucción número 3 de Madrid, la juez Isabel Durántez, ordenó abrir una investigación a la Policía Científica y al Grupo V de Homicidios de la Policía Nacional de Madrid.

Los análisis toxicológicos practicados durante la autopsia revelaron, semanas después, que los ahora acusados suministraron a la víctima el triple de GHB (éxtasis líquido) tolerable por un cuerpo humano, según informan fuentes jurídicas a este diario.

Pero esta vez la cantidad de droga suministrada para anular la voluntad de la víctima provocó la muerte de Rosado, cuya tarjeta de crédito fue utilizada hasta en dos ocasiones el mismo día del crimen a varios kilómetros de distancia, en el municipio de Móstoles, según denunció la familia.

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Tras obtener los resultados de la autopsia. Se procedió a la detención de los dos sospechosos el pasado 23 de diciembre. Se trata de un varón rumano de 39 años que acumula al menos nueve detenciones previas por robo mediante «sumisión química» y otro de nacionalidad marroquí de 29 años que había sido arrestado en al menos 17 ocasiones por los mismos motivos.

Al primero se le detuvo en una pensión del madrileño barrio de Moncloa. Tras pasar a disposición judicial, el titular del juzgado número 11 de Madrid, Juan Javier Pérez, en funciones de guardia el 24 de diciembre, les tomó declaración y decretó prisión provisional sin fianza contra ambos.

Pasaron la Nochebuena en prisión. Se les imputan delitos de robo con violencia y homicidio, según fuentes jurídicas.

Las huellas halladas en la escena del crimen, el resto de pruebas obtenidas durante la investigación y el resultado de las nuevas diligencias que se vayan practicando en las próximas semanas serán claves para demostrar si se trató de un homicidio imprudente o deliberado.

Los análisis toxicológicos practicados durante la autopsia revelaron, semanas después, que los ahora acusados suministraron a la víctima el triple de GHB (éxtasis líquido) tolerable por un cuerpo humano, según informan fuentes jurídicas a este diario.

El cuerpo de José hablará pocas horas después, en la autopsia. Su nivel de alcohol en sangre era elevadísimo, de 1,43 gramos por litro -el triple del límite permitido para conducir- y además, los forenses hallaron un nivel incompatible con la vida de GHB, droga también conocida como éxtasis líquido. José murió de un paro cardiaco causado por la ingesta masiva de este estupefaciente.

El Juicio y el Veredicto

Mihahil V. y Mohamed C. son responsables de haber suministrado al empresario estadounidense José Rosado el éxtasis líquido que paró su corazón en octubre de 2021. Así lo ha determinado un jurado popular por unanimidad este jueves, que ha determinado que es “incompatible con un consumo voluntario” la alta cantidad de droga que se halló en el cuerpo del fallecido.

El jurado ha considerado probado también que son los responsables de este robo y de tratar de extraer dinero de sus cuentas.

Según las pruebas que ha contemplado el jurado, después de abandonar el hotel, los hombres trataron de sacar provecho de las pertenencias de Rosado. Primero coonsideran probado que Mohamed compró tabaco en Móstoles, que después intentaron sacar dinero de su cuenta corriente y por último, uno de ellos acudió a un salón de juegos. Según el veredicto, la intención de los condendos era robar, pero sabían que suministrando esa droga, típica de los casos de sumisión química, podían provocar la muerte de su víctima.

En el proceso, el subinspector que lideró la investigación explicó al tribunal que en sus seguimientos comprobaron que los dos hombres salían cada noche de caza en busca de nuevas víctimas a las que robar. De hecho, cuando les detuvieron, los agentes encontraron en casa de Mohamed el pasaporte de un ciudadano mexicano al que habían robado sus pertenencias poco antes.

Mihail, por su parte, se definió como chapero y argumentó que él iba a menudo a Chueca en busca de clientes y que a veces Mohamed le acompañaba. Aseguró que eso es lo que había sucedido la noche de la muerte de José y que se marcharon cuando él les dijo que no tenía dinero para pagar sus servicios. El jurado se ha inclinado por la primera versión.

Reacciones y Legado

“Por fin voy a poder dormir un poco”, ha resoplado el viudo de Rosado, Nic Young, después de que su abogado le tradujera a la salida de la sala todos los pormenores del veredicto. Young fue el que dio la voz de alarma en 2021 después de varias horas sin saber nada de su marido y ha hecho un gran esfuerzo por motivos médicos para estar presente durante las dos semanas que se ha prolongado la vista oral, que él ha definido como “el final” de este capítulo.

Los dos letrados de las defensas han anunciado que recurrirán esta decisión. La próxima semana, la magistrada hará pública la sentencia.

El día en el que el empresario estadounidense José Rosado habría cumplido 45 años comenzó en Madrid el juicio por su asesinato. Lo recordaba su viudo, Nic Young, después de declarar en esa sesión del martes a unos metros de los dos hombres acusados de matar a su marido con una dosis de éxtasis líquido 10 veces superior a lo que puede soportar un cuerpo humano. Sucedió el 29 de octubre de 2021.

“Ha sido regresar al peor momento de mi vida”, aseguraba Young en un pasillo de la Audiencia Provincial.

“Estábamos valorando trasladarnos a España, vivir en el sur, que él adoraba. No paraba de hablar del salmorejo”, bromea Young, que ha hecho un gran esfuerzo para desplazarse a España durante las dos semanas que dura la vista oral.

Nic pasa estos días en Madrid. Le viene a la memoria el día que conoció a José, hace 13 años, cuando él viajó a Miami por vacaciones. “Comenzamos una relación a distancia, nadie sabe si algo así va a funcionar, pero al año yo encontré trabajo en su ciudad y me mudé”, cuenta.

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