Liderazgo con Humildad: Ejemplos Inspiradores

Hay veces que un líder peca de protagonismo, poniendo siempre en entredicho que ellos son los que mejor lo hacen. En un panorama como el actual, que es de todo menos estable, predecible y sencillo (ya sabemos, vivimos tiempos VUCA) creo que la capacidad de reconocer los propios errores, resaltar el potencial del resto y dar un buen ejemplo son comportamientos vitales para que una compañía se desarrolle y los tres son la base de un liderazgo eficaz y humilde.

La Esencia de la Humildad en el Liderazgo

A mi modo de ver, un/a líder humilde escucha, se compromete y se esfuerza por generar confianza y cercanía. Deja espacio a los/las demás. No se apalanca porque nunca deja de buscar mejorar. Se deja enseñar y pide ayuda. Es flexible. Valora el trabajo, el esfuerzo y el éxito de los demás. Prodiga empatía. Conecta, además de comunicar. No olvida de dónde viene. Respeta todas las opiniones. Conoce toda su empresa, sabe qué se hace en cada uno de sus rincones porque se pasea, observa, pregunta y comparte. Es de brindar la mano en todos los momentos que sean necesarios. Busca realzar el talento. Crea y vive por y para el equipo. Si hay que corregir se corrige, aunque eso quiera decir que admite que se ha equivocado para llegar a conseguir el objetivo común. Nadie es perfecto igual como nadie sabe hacerlo todo, por eso reconoce sus propios errores y celebra las críticas constructivas. Siempre he creído que los mejores líderes humildes tienen un interior confiado y tranquilo porque se conocen a sí mismos y ven cada día como una oportunidad para mejorar.

Oportunidad para Mejorar

En realidad, puede que en esto último esté la clave para desarrollar ese liderazgo humilde que muchos ansiamos y que intentamos (al menos eso hago yo) integrar al máximo en nuestra forma de hacer. El quid está en aprender las lecciones que dan los fracasos y conflictos para continuar mejorando. Es tener una mirada en el avance, debemos aprender del pasado pero seguir hacía adelante sin pausa: dedicar un 85% del tiempo y esfuerzo en plantear e implementar soluciones y un 15% en examinar lo sucedido para tomar decisiones. En la receta para ejercer el rol de líder desde la humildad son necesarias conciencia, corazón, voluntad, razonamiento y sacrificio; ser crítico con uno mismo, tolerancia, saber escuchar, poner el centro en las personas y tener capacidad de observación. Ernest Hemingway dijo que “el secreto de la sabiduría, del poder y del conocimiento es la humildad.”

El mundo ha cambiado y los líderes tienen que cambiar. No necesitan ser excepcionales, no necesitan saberlo todo, no necesitan tener todas las respuestas, no necesitan ser los héroes. La crisis del COVID-19 y el comienzo de la guerra en Ucrania han transformado el mundo. Es el momento de la historia de la humanidad de mayor disrupción. Nos ha recordado la fragilidad de nuestra sociedad, de nuestros negocios, organizaciones y de nuestra propia vida. Los líderes son esenciales para coordinar cualquier acción colectiva.

El Poder Transformador de la Humildad

No es efectivo liderar desde la autoridad y la cadena de mando, sino desde la autenticidad con humildad. No es la posición lo que hace al líder, sino el respeto y la confianza que genera en sus equipos. Y la confianza se gana a través de la humildad - conoce tus talentos, pero también tus limitaciones. El autoconocimiento es la cualidad más importante de un líder. Tienes que gestionarte a ti mismo, antes de poder gestionar a los demás. Cuando tienes un nivel bajo de autoconocimiento es imposible dirigir personas y equipos. Sin embargo, como decía Benjamín Franklin: “Hay tres cosas extremadamente duras: el acero, los diamantes, y el conocerse a uno mismo.” Dedica tiempo a conocer tus habilidades, personalidad, valores y tus limitaciones. ¿En qué eres bueno, cuáles son tus destrezas? Tus valores: ¿qué es importante para ti en la vida y en el trabajo? Tu personalidad: ¿qué situaciones te hacen sentir con energía y vitalidad?

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Los líderes humildes tienen una visión balanceada de sí mismos, piden ayuda a los demás y reconocen las contribuciones de sus colaboradores. Es ahí donde radica el poder transformador de la humildad. Un líder humilde sabe que no lo sabe todo. Las investigaciones han demostrado que las personas humildes son mejores líderes. La humildad no significa falta de confianza en uno mismo. Los líderes humildes reconocen sus fortalezas, pero también son conscientes de sus debilidades. Tienen una percepción balanceada y saludable de sí mismos. Celebran sus virtudes sin exagerarlas hasta el punto de convertirse en arrogantes, y reconocen sus áreas de carencia sin que por ello pierdan la confianza en sí mismos. La humildad lleva al éxito en el liderazgo y en la vida cuando va acompañada de voluntad de acción.

Cuando los líderes muestran humildad, en lugar de arrogarse todo el éxito, sus colaboradores están más comprometidos con la tarea y con la organización. No es el carisma lo que hace al líder, sino el carácter. La razón por la que la humildad nos lleva al éxito es sencilla: capacidad de aprendizaje. El aprendizaje es un acto de humildad. El primer paso para aprender es ser consciente de la incompetencia. Para ser un líder excepcional no tienes que conocer todas las respuestas, sino saber hacer las preguntas adecuadas a las personas correctas. Sin embargo, muchos líderes tienen miedo a reconocer que no son perfectos. La autenticidad en el liderazgo y en la vida significa sentirse cómodo con tus propias imperfecciones.

Humildad vs. Narcisismo

Los líderes carismáticos, pero con actitud narcisista, suelen tener una gran capacidad de seducción. Al inicio de la relación se presentan seguros de sí mismos y aparecen como una solución fácil a los problemas en el corto plazo. Emergen como un salvador para navegar el tsunami de cambio con cualidades extraordinarias. Pero, la realidad es que los líderes narcisistas sólo se preocupan de sus propios intereses y a largo plazo tienen consecuencias negativas para su equipo y para sí mismos. Hubris es un término griego que significa desmesura, omnipotencia y arrogancia. Lo opuesto es la mesura, el equilibro, la sobriedad, la moderación y la humildad.

Ejemplos de Liderazgo Humilde

Rafa Nadal

Considera el ejemplo de humildad de Rafa Nadal. Ha conseguido una hazaña histórica con su 21º grand slam. Muchos admiran sus grandes logros y se preguntan ¿cuál es el secreto del liderazgo personal de Nadal? ¿Cómo se llega hasta la cima y se mantiene en ella? En el grand slam, las probabilidades no estaban a su favor. El big data le daba un 4% de posibilidades de ganar. ¿Qué lecciones podemos aprender para mejorar la efectividad de los líderes empresariales y políticos? La lección fundamental es que el hubris mata al éxito, mientras que la humildad lo sustenta. Muchos de los que llegan al éxito, sufren de lo que se conoce como el “síndrome de hubris.” Rafa Nadal claramente no padece de hubris. No tiene un ego desmedido, no muestra arrogancia, no tiene una percepción de omnipotencia. ¿Qué dicen los que le conocen bien? Sus propios rivales y amigos como Federer, destaca tres virtudes: su ética de trabajo, su dedicación y su espíritu de lucha. El liderazgo personal se mide en los momentos difíciles. Ante las dificultades algunos se derrumban, pero otros como Nadal resurgen y salen fortalecidos. Tiene resiliencia emocional - confía en sus habilidades y cree en sí mismo. La lección de liderazgo para los directivos es clara: se puede creer en uno mismo y mantener el ego a raya. Las personas humildes son mejores jefes y tienen un éxito más sostenible. Sin embargo, cuando los líderes de las organizaciones tienen una excesiva confianza en sí mismos, corren el riesgo de despreciar la opinión de los demás. Una autoconfianza exagerada les hace perder el equilibrio y la mesura. Este sentimiento de superioridad sobre los demás hace que no escuchen los consejos de quienes les rodean. Y así poco a poco se van alejando progresivamente de la realidad hasta que les llega el fracaso. Toman decisiones demasiado arriesgadas sin tener en cuanta otros puntos de vista. Creen que sus ideas son las correctas y no reconocen sus errores. El mejor tratamiento contra el hubris es poner las cosas en perspectiva. Darse un baño de humildad y rodearse de aquellos que te conectan con la realidad. Por ejemplo, en el caso de Rafa Nadal se ha sabido rodear de personas que le mantienen conectado con una realidad que va más allá del tenis.

Liderazgo Humilde en la Práctica

Liderar personas desde la humildad es reconocer que nadie es perfecto y que el éxito depende del talento de muchos. Muestra tu vulnerabilidad. Pide ayuda cuando lo necesites y se el primero en reconocer tus errores. Celebra los éxitos de los demás para que todos pueden brillar con luz propia.

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Las Enseñanzas de Lao Tzu

En el mundo del liderazgo, las antiguas enseñanzas de Lao Tzu, reflejadas en el «Tao Te Ching», ofrecen un enfoque refrescante y profundamente humano. Explorar estas ideas en el contexto del liderazgo contemporáneo revela principios que destacan la importancia de la humildad, la compasión y la adaptabilidad.

  1. Liderazgo Humilde: Un líder sabio según Lao Tzu es aquel que no busca el poder por sí mismo, sino que trabaja en colaboración con su equipo.
  2. Wu Wei en el Liderazgo: El principio de Wu Wei en el liderazgo implica actuar con fluidez y adaptarse a las circunstancias.
  3. Empoderamiento del Equipo: Delegar responsabilidades y empoderar a los miembros del equipo es fundamental.
  4. La Paradoja del Poder: Lao Tzu advierte sobre el abuso del poder. El líder sabio utiliza el poder con responsabilidad y compasión en lugar de buscar la dominación.
  5. Adaptación y Flexibilidad: Siguiendo el flujo del Tao, el líder eficaz es aquel que puede adaptarse y ser flexible en situaciones cambiantes.
  6. Cuidado y Compasión: Un líder inspirado por Lao Tzu se preocupa genuinamente por el bienestar de su equipo.
  7. Simplicidad en Decisiones: Simplificar procesos y tomar decisiones de manera clara y sencilla refleja la idea de simplicidad defendida por Lao Tzu.

Al adoptar estos principios, los líderes contemporáneos pueden crear entornos de trabajo que fomenten la colaboración, la creatividad y la realización personal. Al seguir los principios de Lao Tzu, el liderazgo se transforma en una danza armoniosa entre la guía y el apoyo, construyendo no solo equipos eficientes, sino comunidades laborales vibrantes y equilibradas.

Dwight D. Eisenhower

Humilde no suele ser la primera palabra que viene a la mente cuando uno piensa en liderazgo militar. Sin embargo, Dwight D. Eisenhower, uno de los líderes militares y políticos más exitosos del siglo XX, es un ejemplo convincente. La humildad de Eisenhower era evidente incluso en los pequeños momentos. Para Ike, el liderazgo consistía en servir a los demás, no en elevarse a uno mismo. Este ethos se extendía a su comportamiento: era accesible, colaborador y no tenía miedo de admitir lo que no sabía.

Liderazgo Humilde en Acción

La humildad de Eisenhower no significó falta de autoridad. Al contrario, lo convirtió en un extraordinario constructor de coaliciones. Liderar a los aliados en la Segunda Guerra Mundial requirió manejar un grupo díscolo de líderes con agendas diferentes. Eisenhower sabía que dictar no funcionaría; en cambio, confió en la paciencia y la persuasión. Incluso como presidente, Eisenhower evitó el teatro y se centró en el progreso constante y gradual.

Jacinda Ardern

La pandemia de COVID-19 puso a prueba a los líderes de todo el mundo, y aquellos que adoptaron la humildad resultaron ser algunos de los más eficaces. Jacinda Ardern, ex primera ministra de Nueva Zelanda, se convirtió en un ejemplo destacado. En lugar de proyectar una certeza inquebrantable, demostró transparencia y voluntad de adaptarse basándose en el asesoramiento de expertos. Este enfoque no solo generó confianza, sino que también fomentó un sentido de responsabilidad compartida entre los neozelandeses.

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Los líderes humildes son mejores a la hora de escuchar a sus equipos, tomar decisiones colaborativas y reconocer cuando no tienen todas las respuestas. De manera similar, Urs Koenig, un experto en liderazgo y autor de Radical Humility: Be a Badass Leader and a Good Human, habla de una “inversión de la experiencia”, porque hoy en día un líder suele saber menos sobre un tema que los expertos que dirige.

El legado de liderazgo humilde de Eisenhower nos recuerda que la humildad no consiste en disminuirse a uno mismo, sino en elevar a los demás. Al priorizar el servicio sobre el ego, la colaboración sobre el mando y el aprendizaje sobre la presunción, los líderes pueden inspirar resultados extraordinarios.

Humildad en el Trabajo: Clave para una Experiencia Laboral Positiva

La humildad en el puesto de trabajo es un valor que no solo promueve un ambiente de trabajo positivo, sino que también impulsa el crecimiento personal y profesional de los colaboradores. Ser humilde en el trabajo no consiste en quitarle importancia a los logros que consigas, sino ser capaz de reconocer fortalezas y debilidades, así como valorar las contribuciones de los demás. Implica dejar de lado el ego y trabajar en equipo, reconociendo que cada persona aporta algo único al proyecto. Además, también se manifiesta en la disposición a aprender de los errores, en lugar de culpar a otros o buscar excusas.

Beneficios de la Humildad en la Organización

  • Mejora del ambiente laboral
  • Desarrollo de relaciones más sólidas
  • Crecimiento profesional
  • Fomenta la innovación
  • Genera liderazgo efectivo

Tips para Cultivar la Humildad en el Trabajo

  • Practicar la Escucha Activa
  • Aprender de los errores
  • Reconocer los logros de los demás
  • Mantener una actitud de gratitud
  • Buscar el beneficio colectivo

En definitiva, la humildad en el trabajo es la clave para construir equipos sólidos, promover un ambiente laboral positivo y alcanzar el éxito organizacional a largo plazo. Baltasar Gracián destaca que es la única base sólida de todas las virtudes.

Las Enseñanzas de Baltasar Gracián

En nuestro entorno, la humildad emerge como una cualidad fundamental para aquellos que desean dejar una huella perdurable en sus equipos y organizaciones. Es en la modestia, la discreción y la disposición para aprender de los demás donde los verdaderos líderes encuentran la fuerza para impulsar el éxito sostenible en un entorno empresarial cada vez más competitivo. Las enseñanzas de Baltasar Gracián en Oráculo manual y arte de la prudencia nos ofrecen una hoja de ruta valiosa para cultivar esta virtud y liderar con autenticidad y eficacia.

Gracián recuerda: "Si no hubiera necesidad de obrar, se podría pasar por la vida sin dejarse notar". Esta cita resalta la virtud de la discreción y la modestia. En el contexto empresarial, un líder humilde no busca constantemente destacar, sino que prefiere trabajar en silencio para alcanzar los objetivos del equipo. Warren Buffett, CEO de Berkshire Hathaway, es un ejemplo notable de esto, ya que ha construido su imperio financiero no mediante alardes públicos, sino a través de una dedicación incansable y un enfoque discreto en la inversión inteligente.

Gracián también asegura: "A más elevación, más humildad". Cuanto más alto sea nuestro puesto o posición, más importante es mantener la humildad. En el liderazgo empresarial, un líder humilde reconoce las contribuciones de los demás y trabaja en colaboración con su equipo para lograr el éxito conjunto. Un ejemplo inspirador de este enfoque es el liderazgo de Satya Nadella, CEO de Microsoft, quien ha transformado la cultura corporativa de la empresa fomentando la humildad y la colaboración entre sus empleados.

"Humildad fingida no es humildad, sino astucia", advierte Gracián. La autenticidad es clave en la humildad, y los líderes genuinamente humildes son valorados por su sinceridad y disposición para aprender de los demás. En el mundo empresarial, figuras como Jeff Bezos, fundador de Amazon, han demostrado cómo la humildad auténtica puede impulsar la innovación y el crecimiento sostenible de una empresa.

Otra enseñanza de Gracián es: "Humildad es el no hablar de uno mismo". La verdadera humildad implica no centrarse en uno mismo ni enaltecerse ante los demás. En el ámbito empresarial, un líder humilde se preocupa más por el bienestar de su equipo y de la organización que por su propia imagen. Un ejemplo notable de esta cualidad es Tim Cook, CEO de Apple, cuya humildad y enfoque centrado en el equipo han contribuido al éxito continuo de la empresa.

"Humildad es saberse inferior a todos en algo", subraya Gracián. Reconocer nuestras limitaciones y aprender de los demás es esencial para el crecimiento personal y profesional. En el liderazgo empresarial, un líder humilde está abierto a recibir retroalimentación y a mejorar constantemente, reconociendo que siempre hay áreas en las que puede crecer y desarrollarse. Ejecutivos como Indra Nooyi, ex-CEO de PepsiCo, personifican esta actitud de humildad y aprendizaje continuo, lo que les ha permitido liderar con éxito en un entorno empresarial en constante cambio.

La humildad graciana refleja en gran medida las enseñanzas de San Ignacio de Loyola, para quien el esfuerzo personal es fundamental, a la par que la consciencia de que el resultado final no depende necesariamente de nosotros: "Obra como si todo dependiese de ti, pero a sabiendas de que todo depende de Dios".

El impacto de la humildad trasciende el ámbito empresarial y se hace evidente incluso en la esfera política. Un ejemplo notable es el liderazgo del expresidente de los Estados Unidos, Abraham Lincoln. Conocido por su modestia y su capacidad para escuchar a todos los sectores de la sociedad, Lincoln demostró cómo la humildad puede fortalecer la cohesión social y abrir el camino hacia la reconciliación en tiempos de división.

Otro ejemplo destacado es Nelson Mandela, cuyo liderazgo durante la transición de Sudáfrica hacia la democracia se caracterizó por su humildad y su compromiso con la reconciliación nacional.

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