Madrid, corazón sociopolítico y económico de España, alberga una gran concentración de multimillonarios. La región destaca como la que más nombres aporta a la lista de Forbes de Los 100 españoles más ricos de 2021, con 35 individuos, superando un tercio del total. Si se incluyen aquellos con sede en la capital, la cifra asciende a 49.
Sus negocios abarcan diversos sectores, aunque predominan las constructoras y las firmas de inversión. Además, es común observar la intersección entre la política y el mundo empresarial.
Rafael del Pino y el Legado de Ferrovial
Rafael del Pino Calvo-Sotelo, con un patrimonio de 3.800 millones de euros, se posiciona como el empresario más rico de Madrid y tercero de España. Desde el año 2000, preside Ferrovial, compañía fundada por su padre, Rafael del Pino Moreno, en 1952. Inicialmente, Ferrovial se dedicaba a suministrar materiales a Renfe, pero con el tiempo se transformó en una poderosa constructora.
La familia Del Pino posee el 35,1% de Ferrovial, y los cuatro hermanos de Rafael figuran entre las personas más adineradas de España. María, consejera del grupo desde 2006 y poseedora del 8% de las acciones, ocupa la séptima posición con 2.200 millones. Los hermanos varones, Leopoldo (1.600 millones), Joaquín (850 millones) y Fernando (350 millones) han mantenido una posición crítica con la gestión de Rafael.
Ferrovial posee el 25% del aeropuerto de Heathrow, el mayor del Reino Unido, aunque últimas noticias apuntan a una posible venta. Entre sus proyectos recientes está la construcción de la nueva terminal del aeropuerto JFK de Nueva York (Estados Unidos).
Lea también: Impacto del terrorismo en empresarios
El Clan Abelló y el Grupo Torreal
El clan de los Abelló comenzó a amasar su fortuna en 1919, cuando Juan Abelló Pascual constituyó Fábrica de Productos Químicos y Farmacéuticos, negocio ampliado en 1949 con Antibióticos SA. Su hijo Juan Abelló Galló (1941) asumió la dirección general en 1966. En los años ochenta, vendió ambas compañías, la primera a Merck y la segunda (en parte) a Montedison, y entró en Banesto.
Hoy su imperio gravita alrededor del Grupo Torreal, dedicado principalmente a las inversiones internacionales. La familia al completo está incluida en el consejo de administración. Anna Gamazo, su esposa, es vicepresidenta. Sus hijos Miguel, Juan Claudio, Alejandro y Cristian son consejeros dominicales (Miguel, como presidente ejecutivo, es quien lleva las riendas). El grupo tiene participaciones en Santander, Sacyr, Aston Martin, Swissport, Vodafone, Talgo, Laureate, Pepe Jeans, Hackett London, Famosa, los gimnasios Ingesport o Germaine de Capuccini, por citar solo algunas compañías.
Esther y Alicia Koplowitz: Un Legado en FCC y Omega Capital
Esther (1950) y Alicia Koplowitz (1952) son dos de las mujeres más poderosas de este país, y de las empresarias más mediáticas. Hoy la primera sigue siendo presidenta de FCC, la constructora que surgió en 1992 de la fusión de Cycsa (Construcciones y Contratas) y su filial Focsa (Fomento de Construcciones). Cycsa había sido el gran negocio de su padre, Ernesto Koplowitz, empresario polaco de origen judío que llegó a España huyendo del horror nazi y se casó aquí con la marquesa de Peñalver.
El origen de la fortuna de Alicia está en la venta de sus acciones de FCC (28,2%) en 1998 a su hermana Esther, que pagó por ellas 136.624 millones de pesetas (unos 821 millones de euros). Posteriormente, Alicia creó Omega Capital, oficina privada de inversiones en la que sigue como presidenta (en 2021 regresó a FCC como consejera dominical a propuesta de su hermana).
Florentino Pérez: De la Política al Imperio ACS
El presidente del Grupo ACS acumula 1.700 millones de euros, cifra que le sitúa en el puesto #12 de los más ricos de España. Ingeniero de caminos, Pérez (1947) empezó su trayectoria en la política a finales de los setenta de la mano de UCD, el partido de Adolfo Suárez. En 1983 inició a actividad en el ámbito de la empresa privada, encadenando puestos ejecutivos en Construcciones Padrós, SAE (constructora francesa) y OCP, antes de entrar, en 1993, en Actividades de Construcción y Servicios (ACS) como mandamás. Desde 2009 es presidente del Real Madrid C.F. (también lo fue en una etapa anterior, entre 2000 y 2006). Viudo, tiene tres hijos, Eduardo, Florentino y María Ángeles (“Cuchy”), que emprenden por su cuenta.
Lea también: Relatos de éxito empresarial
Los Hermanos Riberas Mera y el Grupo Acek
Juan María “Jon” (1968) y Francisco José (1964) Riberas Mera son los hijos de Francisco Riberas Pampliega, industrial burgalés criado en Madrid, que en 1967 creó Gonvarri (apócope del apellido de sus fundadores: González, Varela, Ruiz y Riberas), una modesta empresa de venta de estaño, cuerdas para guitarra y piano, etc. Asociado con Manuela Fernández Garrido, viuda de Aznar, instauró en 1959 Gonvarri-Aznar, pequeña planta de transformación de acero y aluminio para automoción.
Hoy los negocios de estos dos hermanos se canalizan a través de Acek, grupo que aglutina varias empresas, pero que se sustenta en tres patas fundamentales: Gonvarri Industries, Gestamp Automoción (dedicada a la fabricación de compotentes metálicos para automóviles) y Acek Renovables. Francisco preside Gestamp, mientras que Jon hace lo propio con Gonvarri.
Helena Revoredo y el Imperio de Prosegur
La argentina Helena Revoredo (1947) es la dueña de Prosegur, la empresa de seguridad líder en España (y tercera del mundo), con 150.000 empleados distribuidos por Europa, Latinoamérica y Asia. Fue su marido, Herberto Gut, quien la fundó en 1976 (Herberto falleció en 1997 en un accidente automovilístico). La familia también detenta fincas rústicas en Ciudad Real y Cuenca, con una superficie total de más de 10.000 hectáreas. A través de Procatinmo SL posee varios edificios históricos en el centro de Madrid.
Los cuatro hijos del matrimonio se reparten funciones: Christian y Chantal están plenamente incorporados a Prosegur, él como CEO y ella como consejera, mientras que los pequeños, Bárbara y Germán, adminstran Gubel SL, la patrimonial de la saga.
Alberto Cortina y Alberto Alcocer: Los Primos "Albertos" y Alcor Holding
Retomando la historia que dejamos a medias al hablar de las Koplowitz, tras su salida de Cycsa los primos (sanguíneamente hablando) Alberto Cortina Alcocer (1947) y Alberto Alcocer Torra (1942) -nietos del exalcalde de Madrid Alberto Alcocer, que da nombre a una calle- incrementaron su participación en Banco Zaragozano y en la actualidad son propietarios de Alcor Holding, que controla el 12,5% de ACS y el 21% de la papelera Ence.
Lea también: Corrupción en Murcia: Sentencias y consecuencias
Recientemente, han ampliado su radio de acción a África, con la creación del holding BDK Financial Group, que controla a través de la firma suiza Cinainvest SA el Banco de Dakar, en Senegal (del que Pelayo Cortina es consejero). Tierras en Extremadura, Andalucía y Castilla-La Mancha tienen para aburrir.
Juan Miguel Villar Mir y el Grupo Villar Mir
El madrileño Juan Miguel Villar Mir (1931) es uno de los empresarios más venerables del país. Su periplo se inició en 1987, con la compra de Altos Hornos de Vizcaya, que en 1999 se convertiría en OHL. Lidera el Grupo Villar Mir, holding que, tras las recientes ventas de Energya VM, OHL Concesiones (donde conserva un 7% y la vicepresidencia, en poder de su hijo Juan Miguel Villar Mir de Fuentes) y Fertiberia, tiene ahora en la metalúrgica Ferroglobe su empresa de referencia (con Javier López Madrid, cuñado de Juan Miguel hijo, en calidad de CEO). Conserva, no obstante, la inmobiliaria Espacio.
José Lladó Fernández-Urrutia y Técnicas Reunidas
Nieto de diputado, hijo de banquero, ministro en la Transición, embajador en Washington… José Lladó Fernández-Urrutia (1934) lo ha sido todo, y, además, empresario. Además de ejercer de consejero en diversas compañías nacionales, erigió su fortuna en torno a Técnicas Reunidas, que desde 1959 diseña y construye plantas de petróleo y gas. Según FORBES, atesora 700 millones (#40 de los más ricos de España).
La Familia Entrecanales y Acciona
Es la familia detrás de Acciona. El patriarca, José María Entrecanales de Azcárate (1933-2008), casado con Blanca Domecq Zurita, capitaneó la empresa familiar Entrecanales y Távora (luego Necso Entrecanales y Cubiertas y, desde 1997, Acciona). Su hijo José Manuel Entrecanales Domecq (1963) es el actual presidente de la compañía, mientras que su hermano Daniel ocupa cargo de consejero y su hermana Nieves preside el Grupo Entrecanales.
Otra rama de la familia es la de los Entrecanales Franco, descendientes de Juan Crisóstomo, hermano de José María; también están presentes en Acciona, con Juan Ignacio en el papel de vicepresidente y Javier en el de consejero.
Los Mahou y Gervás Calvo: El Imperio Cervecero
Entre los linajes más ilustres del empresariado capitalino se encuentran también los Mahou, dueños de la cervecera creada por Casimiro Mahou en 1890 y que hoy preside José Antonio Mahou Herraiz (600 millones; #47); le secundan sus hermanos Alfredo y Fátima (375 millones cada uno; #73). Ligados al grupo Mahou-San Miguel están los Gervás Calvo, herederos del expresidente de la firma Germán Gervás: su viuda, Mercedes Calvo y sus hijas Germina Christelle Eva y Ana Francisca (600 millones cada una; #45).
Alberto Cortina: Un Magnate con Historia
Convertido en uno de los empresarios más conocidos de nuestro país, Alberto Cortina fue, durante años, uno de los personajes que más titulares acaparó. Y no solo por sus escándalos financieros, también por su agitada vida sentimental. Sin embargo, desde hace tiempo, disfruta de una discreta vida alejada del ojo mediático y e la vida social.
Alberto Cortina estudió Derecho en la Universidad Complutense de Madrid. Tenía tan solo 22 años cuando se casó con Alicia Koplowitz, con quien había iniciado una relación pocos años atrás. Celebraron su boda en el año 1969, solo unos meses después de que lo hicieran Alberto Alcocer y Esther Koplowitz. Unos enlaces que llevaron a los primos, conocidos como ‘Los Albertos’, a hacerse cargo de la empresa de sus esposas, Construcciones y Contratas, tras el fallecimiento de sus padres.
Pero este matrimonio, convertido por entonces en uno de los más sólidos de la alta sociedad, saltó por los aires en febrero de 1988 cuando, tras muchos rumores, una revista publicó las imágenes que desvelaban la relación de Alberto Cortina con Marta Chávarri, quien estaba casada con Fernando Falcó. Una infidelidad que provocó un gran escándalo en España, y tras la que, dos semanas después, Alicia y Alberto iniciaban su separación. Un divorcio que no solo afectó a la familia, también a sus negocios.
Desvelada su relación, en diciembre del año 1991 se casó con Marta Chávarri en una discreta boda en un pueblo de Ciudad Real. En 1997, Alberto Cortina conoció a Elena Cué durante una montería en su finca Las Cuevas. Tres años después, y tras conseguir la nulidad de su matrimonio con Chávarri, se casaron. Sin embargo, los malos vaticinios y los 25 años de diferencia no han afectado a este matrimonio que recientemente celebró sus bodas de plata.
Como decíamos, Alberto Cortina es uno de los hombres más ricos de España. El empresario gestiona su entramado empresarial a través de la sociedad Percacer S.L. En cuanto a sus propiedades, destaca la vivienda unifamiliar que tiene en el exclusivo barrio madrileño de El Viso. Además de su éxito empresarial, hay que destacar la labor filantrópica del empresario y su mujer.
Alberto Cortina es uno de los hombres más ricos de España, con una fortuna de 1.200 millones.
La Alianza Político-Empresarial y el Desarrollo de las Multinacionales Españolas
La cercanía entre los propietarios del capital y los dirigentes políticos ha sido decisiva para que, en los últimos veinte años, una treintena de empresas españolas hayan podido convertirse en multinacionales que juegan en la primera división de las grandes corporaciones a nivel global. Y también fue clave para su desarrollo y evolución desde la primera mitad del siglo pasado hasta la entrada de España en la globalización.
Para eso resultó fundamental tanto el apoyo del régimen franquista como la colaboración de los sucesivos gobiernos elegidos después de la Transición. Gracias a la conformación de esa gran alianza político-empresarial, sectores estratégicos como las finanzas, la energía, las telecomunicaciones, la construcción o el turismo pasaron a ser controlados por un reducido grupo de empresas.
Estas expandirían luego sus negocios a otras latitudes aprovechando las posibilidades que les brindaba la belle époque del neoliberalismo.
Oligarquías Nacionales y el Legado del Franquismo
Las dinastías empresariales que protagonizan el capitalismo español desde la posguerra hasta nuestros días hunden sus raíces en una estrecha alianza con el régimen de Franco. Muchas de las compañías que se hicieron fuertes con el desarrollismo siguen manteniendo en la dirección a los herederos de sus fundadores. No hay más que recordar apellidos como Entrecanales (Acciona), Benjumea (Abengoa), Del Pino (Ferrovial), Koplowitz (FCC) o Riu y Barceló, propietarios de las empresas que llevan su nombre.
Aunque un buen número de las grandes empresas españolas se fundaron antes de 1936, entre las élites económicas del país apenas se encuentran hoy descendientes de los empresarios que pilotaron estas mismas compañías con anterioridad al alzamiento franquista. Una de las contadas excepciones es la familia Botín, que actualmente sigue presidiendo el Banco Santander.
Lo más granado del capitalismo familiar español proviene de los triunfadores de la guerra. En los años cuarenta y cincuenta, los proyectos industriales y la construcción de grandes infraestructuras fueron la vía más directa para favorecer a los dueños de las compañías más allegadas a la dictadura. Además de contar con importantes partidas del presupuesto público para desarrollar las obras, en muchas ocasiones pudieron disponer de mano de obra esclava -los presos republicanos- para construir pantanos, carreteras y líneas férreas.
Añadido a unas condiciones laborales muy ventajosas, las grandes empresas contaron con el apoyo del Estado a todos los niveles. Obviamente, con su correspondiente corolario: de los 83 ministros y exministros nombrados por Franco que todavía vivían en 1974, 64 habían participado en consejos de administración de empresas públicas o privadas durante los quince últimos años de la dictadura.
La alianza entre el poder político y el poder empresarial se interconectó, en buena medida, con la nobleza del país; bien porque directamente se emparentaron vía matrimonios, bien porque a muchos empresarios les fueron concedidos títulos nobiliarios. La aristocracia española, terrateniente y latifundista, siempre mantuvo una relación excelente con los empresarios que se hicieron de oro con el desarrollismo franquista.
En línea con el estudio sobre el poder de la banca que llevó a cabo Juan Muñoz en los años setenta, se puede concluir que “si las relaciones establecidas entre los bancos a través de consejeros comunes implica un primer carácter monopolista que acentúa la desigual dimensión de las entidades, las vinculaciones familiares refuerzan esa nota añadiéndole otra segunda: el carácter oligárquico”.
Una Nueva Clase Político-Empresarial y las Privatizaciones
Con las privatizaciones, los empresarios amigos del gobierno de turno -primero los del PSOE, más tarde los del PP- fueron situados en los consejos de administración y las direcciones de lo que luego serían las mayores multinacionales españolas. En 1992, cuando se creó el IBEX 35, entre todas las empresas que componían el recién nacido índice bursátil había 43 consejeros que venían de ser altos cargos en los gobiernos del PSOE, 35 que provenían de las máximas instancias del franquismo y nueve del gobierno de la restauración monárquica.
Poco a poco se estaba conformando una renovada clase político-empresarial, complementaria y bien relacionada con los clanes históricos del capitalismo familiar, que sería llamada a dirigir el proceso de internacionalización a finales del siglo XX y principios del XXI. En permanente y constante sintonía con todos esos ‘políticos giratorios’ que, bien desde los sillones en las instituciones públicas, bien desde sus asientos en los consejos de las grandes compañías, se fueron sumando a recoger los beneficios que este modelo proporcionaba a quienes lograban colocarse en lo más alto de las estructuras del poder político-económico.
Uno de ellos fue Juan Miguel Villar Mir. Antiguo alumno del colegio Nuestra Señora del Pilar, ocupó diversos cargos en la dictadura hasta llegar a ser ministro de Hacienda en el gobierno de Arias Navarro. Recién estrenada la democracia, dejó a un lado su carrera política para pasarse al mundo empresarial.
Es el caso de Fertiberia: Villar Mir compró esta empresa de fertilizantes en 1995 con un crédito público al 0% de interés y sin plazo de vencimiento.
Villar Mir, como buen símbolo del capitalismo familiar español, acomodó a sus hijos en la dirección de las compañías de su grupo a fin de garantizarse la continuidad dinástica. De la misma forma que otros empresarios se valieron de su cercanía a Franco para conseguir títulos nobiliarios, el presidente de OHL aprovechó su amistad con Juan Carlos de Borbón para obtener importantes contratos en Oriente Medio, al tiempo que era nombrado marqués de Villar Mir.
Jesús de Polanco y el Grupo PRISA
“Yo soy pura y simplemente un empresario”. De esta forma se autodefinía Jesús de Polanco, otro de los grandes triunfadores del periodo de “modernización” de la economía española. Polanco empezó su carrera empresarial en el franquismo con la editorial Santillana. Sus negocios en España crecieron rápidamente a principios de los años setenta, gracias a sus buenas relaciones con el régimen. Luego vino la creación de Promotora de Informaciones, S.A. (PRISA) y el diario El País, cuyo primer número se publicó medio año después de la muerte de Franco.
Nombrado presidente del grupo en 1983, Polanco logró situar sus medios como la principal referencia de la Cultura de la Transición. En eso tuvo mucho que ver su cercanía al gobierno del PSOE, que le concedió múltiples ventajas para el crecimiento de sus negocios de comunicación.
Los Albertos: De la Cumbre al Escándalo y el Resurgimiento en África
Otra historia de éxito empresarial es la de “los Albertos”. Los primos Alberto Alcocer y Alberto Cortina habían entrado a formar parte de la élite económica del país al casarse con las hermanas Esther y Alicia Koplowitz, herederas de Construcciones y Contratas. Después de contraer matrimonio, ambos entraron a formar parte del consejo de administración de la compañía y en 1987 consiguieron la presidencia.
Con la entrada de España en el “proyecto europeo”, pusieron el foco en el sector bancario y lograron posicionarse como accionistas del Banco Central y el Banesto. Pero su buena racha cambió con su separación de las Koplowitz en 1990: tuvieron que salir de la constructora y se enfrentaron a una demanda por estafa y falsificación por el negocio de esos terrenos en Plaza de Castilla (Madrid) donde luego se edificarían las torres KIO.
Aun así, se quedaron con parte de la propiedad de varias empresas y sus amistades políticas siguieron contando con ellos. De hecho, al llegar al gobierno, Aznar nombró a Alberto Cortina presidente de Repsol, justo cuando estaba a punto de completarse su proceso de privatización.
Esa renovada clase político-empresarial, complementaria y bien relacionada con los clanes históricos del capitalismo familiar, dirigiría el proceso de internacionalización de las grandes empresas españolas.
Alberto Cortina: Nueva Etapa Filantrópica
Al margen de amasar millones con Corporación Financiera Alcor, sociedad de la que posee el 50 por ciento, y sus participaciones en otras empresas (como ACS, Cementos Occidentales, Inverlin Patrimonio y Ence), su vida tiene desde hace más de 20 años un marcado espíritu filántropo. Nada que ver con los años 90 cuando copaba los titulares como protagonista de devaneos amorosos y los escándalos financieros. Cortina vive hoy dedicado a ayudar a los demás alejado del foco mediático, junto a su mujer desde hace 20 años, Elena Cué (51).
Creada en junio de 2011, la fundación es el proyecto común de la pareja. Alberto y Elena han volcado sus esfuerzos en la causa hasta el punto que el 100 por ciento de los fondos destinados por la fundación vienen de aportaciones de los fundadores. Su ámbito de actuación es además internacional.
En España, el matrimonio centra sus esfuerzos en el desarrollo de programas para luchar contra la precariedad de muchas familias.
Con la idea de aumentar las familias atendidas, el matrimonio Cortina-Cué ha puesto en marcha una iniciativa innovadora. Se trata de «apadrinar una familia» en dificultades para sostener mediante una donación mensual a un miembro, individualmente, o a una familia al completo.
tags: #los #albertos #empresarios #historia