Inicios en el Mundo Empresarial
Bernard Arnault es un empresario y hombre de negocios de origen francés. Tras acabar sus estudios universitarios, en 1971, comienza a trabajar con su padre, en la empresa familiar. Durante los primeros años, convence a su padre para cesar las actividades de construcción, vender la empresa, y reorientar la actividad de una nueva empresa familiar hacia el sector de la promoción inmobiliaria. Debido al éxito de esta nueva empresa, especializada en apartamentos turísticos, Arnault es nombrado director de construcción en 1974 para, años más tarde, en 1977, convertirse en director general de la compañía. En 1978 sucede a su padre al frente de la compañía y en 1981 se desplaza a los Estados Unidos para fundar su propia compañía en la primera economía del mundo.
Adquisición de Christian Dior y Expansión en LVMH
En 1984, Bernard Arnault adquiere una empresa, el grupo Boussac, que entre sus activos, tenía la propiedad de la compañía Christian Dior. Tras comprar la compañía Arnault reestructura la misma, deshaciéndose de todo aquello que no tuviera que ver con la firma Christian Dior, en tanto se encontraba inmerso en un proceso de adquisición de la división de perfumes de Dior, que años antes se había vendido.
En 1985, Arnault se convierte en el presidente de Christian Dior SA y, en 1989, cierra la compra de la división de perfumes. Durante el crack en el que Arnault se convierte en presidente de Christian Dior, este también había comprado acciones de la compañía de lujo LVMH, en 1987. Este grupo estaba conformado por la compañía de bebidas Moët & Chandon, entre otras muchas más, así como las firmas textiles Louis Vuitton, Givenchy, así como otras firmas de lujo.
En 1988, Arnault, a punto de convertirse en presidente de Dior, se convierte, con más del 25% de las acciones en propiedad, en uno de los accionistas principales del grupo LVMH; tras una búsqueda de inversores iniciada por la compañía y respaldada por su presidente.
En 1989, Arnault, ya presidente de Dior, lanza una OPA por el grupo LVMH que, pese a que trataron de frenarla, fue aprobada por la autoridad, con éxito en su ejecución. Pues hemos de señalar que durante ese año, al igual que ocurrió con Christian Dior, Arnault compra el grupo LVMH y se hace con el poder, convirtiéndose en presidente del grupo.
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Consolidación de un Imperio del Lujo
Tras hacerse con un imperio del lujo, Bernard Arnault no ha dejado de adquirir empresas. Desde que se hizo con la presidencia de Dior y LVMH, Arnault se ha ido haciendo con numerosas empresas, en tanto en cuanto iban prosperando los grupos que presidía. Con el paso del tiempo, el grupo presidido por Arnault, un conglomerado empresarial de gran tamaño, se ha convertido en uno de los mayores holdings que existen en el planeta, a la vez que han hecho de Bernard Arnautl el hombre más rico de Francia según la revista Forbes, y uno de los hombres más ricos del mundo.
Entre las adquisiciones más relevantes realizadas por Bernard Arnault en los últimos años destaca una importante participación de Carrefour, o la compra del astillero de yates Princess Yatchs.
Con una fortuna de 192.200 millones de dólares, ha superado a Jeff Bezos, que ostenta 186.000. Bernard Arnault y su familia son los accionistas mayoritarios del grupo LVMHArnault es una de las figuras más influyentes de la industria textil y de las marcas de accesorios de lujo.
Desde 1989 es presidente y director general de LVMH, compañía que opera en distintos sectores, como el de moda, perfumes, cosmética, joyería, relojes o vinos y licores, entre otros. Aficionado a la música y consagrado pianista, instrumento que toca desde su infancia, Arnault también es un gran seguidor del tenis, deporte que le apasiona.
Vida Personal y Familia
Arnault, a su vez, también presenta una importante actividad filantrópica. Mujer de Bernard Arnault: Casado dos veces. Este "empresario del lujo", como es definido por algunos, se considera una persona discreta, tranquila y un gran amante del arte. Y es precisamente su fascinación por la creación artística y por la búsqueda de la perfección lo que le impulsó a introducirse en el mercado de los productos de lujo.
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Casado en primeras nupcias con Anne Dewavrin, con la que tuvo dos hijos (Delphine y Antoine) y más tarde con la pianista Hélène Mercier, madre de sus tres hijos pequeños (Alexandre, Frederic y Jean), los cinco vástagos de Arnault están implicados de lleno en los negocios familiares.
Delphine es directora ejecutiva de la firma Louis Vuitton y Antoine, casado con la modelo Natalia Vodianova y candidato a heredar el puesto de su padre, es director de la marca de marroquinería Berluti y forma parte del consejo de la empresa italiana de ropa Loro Piana. En cuanto a los tres pequeños, Alexandre trabaja para la firma de maletas Rimowa; Frederic es director ejecutivo en Tag Heuer; mientras que el pequeño, Jean, todavía está en su etapa de estudiante.
Arnault tiene cinco hijos. Dos con su primera mujer, Anne Dewavrin: Delphine y Antoine. Y tres con su segunda esposa, la pianista Hélène Mercier: Frédéric, Alexandre y Jean. Todos trabajan en el grupo LVMH. Cuatro de ellos en la junta directiva, con la intención clara de asegurar el control familiar del coloso.
Una Mente Privilegiada para los Negocios
Hijo de un exitoso empresario de la construcción, Arnault estudió en la Escuela Politécnica en París y más tarde en la Escuela nacional superior de minas de la capital francesa. Inicialmente, trabajó en el negocio inmobiliario a través de la empresa familiar Ferret-Savinel. Pero con una mente privilegiada para los negocios en 1985 decidió cambiar de negocio y adquirió la empresa de lujo Boussac, que poseía marcas como Christian Dior y Le Bon Marché.
LVMH: Su Gran Reto
Sin embargo, su gran reto llegaría en 1989 cuando decidió fusionó las empresas de moda y artículos de lujo Moët Hennessy y Louis Vuitton para crear LVMH, un conglomerado que abarca una amplia gama de marcas de lujo, incluyendo Louis Vuitton, Dior, Givenchy, Moët & Chandon, Hennessy, y muchas más.
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Para Bernard Arnault el éxito material tiene una importancia relativa, lo que verdaderamente le ha apasionado desde que se inició en el mundo de los negocios es dirigir empresas para colocarlas a la cabeza del mercado. Y en este terreno ha demostrado con creces sus grandes logros. Si a esto añadimos la sinceridad, el rigor y la rectitud como principios básicos de su manera de actuar, estamos, sin duda, ante una singular persona dentro del complicado mundo empresarial.
Aunque presidir el grupo LVMH es una tarea absorbente, que le obliga a viajar y a asistir a infinidad de actos junto a personalidades de ámbitos tan dispares como la política, los negocios, la banca o la cultura, Bernard Arnault siempre encuentra tiempo para estar con su familia o actuar como mecenas artístico. Además, siempre se ha mostrado como un celoso guardián de su intimidad, que ha defendido con una discreción a prueba de flashes.
Sin Prisa por Jubilarse
Este inquieto hombre de negocios que ha hecho del lujo su enseña personal y que ya ha pasado con creces los 70 se niega a renunciar a su cargo y a mediados de 2022 conseguía que el consejo aprobase un cambio de la normativa según la cual se permite que el límite de edad de quien esté al frente de la compañía ha pasado de 75 a 80 años. Por lo que su heredero, todo parece indicar que será su hijo Antoine, fruto de su primer matrimonio con Anne Dewavrin, tendrá que esperar.
Antoine, quien comparte su vida con la modelo, Natalia Vodianova, junto a la que tiene cinco hijos, tiene en su padre a su mejor maestro y es, desde el 9 de diciembre de 2022, director ejecutivo de Dior SE.
Louis Vuitton: Los Inicios de un Imperio
Cuando se trata de lujo, no hay otro experto como Louis Vuitton, la marca favorita de muchas celebridades y personas influyentes del mundo. Louis Vuitton no sería lo que es hoy sin hablar de su fundador, un refinado hombre de negocios con muy buen gusto que puso los cimientos de un imperio de la moda que no sólo ha sobrevivido hasta el día de hoy, sino que sigue marcando la tendencia en lo que se está llevando en la industria del fashion.
El diseñador y empresario Louis Vuitton nació el 4 de agosto de 1821, en Anchay, una pequeña aldea en la región montañosa de Jura (este de Francia). Descendiente de una familia de clase trabajadora establecida allí desde hacía mucho tiempo, los antepasados de Vuitton eran carpinteros, agricultores y modistos. Coronne falleció cuando Louis tenía sólo diez años, y su padre pronto se volvió a casar con otra mujer. Hostigado y aburrido por la vida provincial en Anchay, Louis decidió huir a la bulliciosa París en la primavera de 1835, tan sólo tenía trece años de edad. Llegó en 1837, habiendo cumplido recientemente la edad de 16 años. El adolescente Vuitton fue admitido como aprendiz en el taller de un exitoso fabricante de embalajes llamado Monsieur Marechal. En la Europa del siglo XIX, la fabricación de maletas era un arte muy respetable y mayoritariamente urbano, por eso Louis tuvo el cuidado de aprender todo lo que pudiera.
El 2 de diciembre de 1851, dieciséis años después de que Vuitton llegara a París, Luis Napoleón Bonaparte realizó un golpe de Estado que lo llevó a ser el primer y único presidente de la Segunda República Francesa. Curiosamente, el restablecimiento del imperio resultó en un negocio redondo para el joven Vuitton. La esposa de Napoleón III, la emperatriz consorte Eugenie, lo contrató como su fabricador de maletas personal y le encargó “embalar la ropa más hermosa de una manera exquisita”.
Para Vuitton, 1854 fue un año lleno de cambios. Fue en ese año que Vuitton conoció a una mujer de diecisiete años llamada Clemence-Emilie Parriaux. Se enamoraron y se casaron esa misma primavera, el 22 de abril de 1854. En 1858, cuatro años después de abrir su propia tienda, Vuitton cambió el concepto del embalaje conocido hasta entonces con un diseño de maletero innovador. En lugar de cuero, utilizó un lienzo gris que era más ligero, más durable y más impermeable al agua y olores. Sin embargo, el punto clave era la forma: a diferencia de los maleteros tradicionales, que eran en forma de cúpula, los nuevos maleteros de Vuitton eran rectangulares, que los hacía más adaptables a espacios como los que había en los ferrocarriles y barcos de vapor. Las maletas tuvieron un éxito comercial prácticamente inmediato, y los avances en el transporte y la expansión de los viajes incrementaron aún más la demanda de estos.
En 1870, los negocios de Vuitton se interrumpieron por el estallido de la guerra franco-prusiana y el posterior cerco de París, que dio paso a una sangrienta guerra civil que destruyó el imperio francés. Sin embargo, mostrando el mismo espíritu obstinado que lo caracterizó desde siempre, y que lo hizo caminar casi trescientas millas con tan solo trece años de edad, Vuitton inmediatamente se dedicó a la restauración de su negocio después de la guerra. En cuestión de meses había construido una nueva tienda en la 1 Rue Scribe. Situado en el corazón de la nueva París, Rue Scribe fue el hogar del prestigioso Jockey Club y por tanto un sitio de encuentro para la alta societé francesa. En 1872, Vuitton introdujo un nuevo diseño de maleta que se destacaba por su lienzo beige y rayas rojas.
Georges Vuitton desempeñó un papel importante en la gestión del negocio familiar, abriendo la primera sucursal extranjera de la marca en Londres, en 1885. Viajando a Estados Unidos para la Exposición de Chicago de 1893, Georges se convenció de la importancia de una red de ventas en el extranjero, así que contrató a John Wanamaker para representar a Louis Vuitton en Nueva York y Filadelfia.
Durante la Primera Guerra Mundial, la producción se modificó a las necesidades que el conflicto creó, los simples y sólidos equipajes militares reemplazaron a los modelos delicados y lujosos. El hijo de Georges, Gastón, trabajó con su padre para aumentar la eficiencia de la empresa. Crearon una agencia de publicidad y una oficina de diseño para hacer bocetos detallados de productos para mostrar a los clientes antes de la fabricación. Durante la Segunda Guerra Mundial, cuando la entrega de productos Vuitton se redujo, los contratos en el extranjero se terminaron, y muchas fábricas y tiendas de la marca tuvieron que cerrar al menos hasta que el conflicto culminó en el cuarenta y cinco.
Una historia que poco se cuenta es que, como muchas otras empresas, Louis Vuitton apoyó a los nazis en el período de la República de Vichy. Con el éxito de la empresa y la reputación de lujo llegó una vasta ola de productos falsificados de Louis Vuitton. Un año antes de su muerte en 1970, Gaston Vuitton decidió tomar medidas contra los falsificadores abriendo una tienda en Tokio; al ofrecer el producto real de Vuitton en el mercado asiático, esperaba informar mejor a los clientes y desalentar la compra y fabricación de imitaciones.
Henry Racamier, esposo de la hija de Gaston Vuitton, Odile, asumió la dirección de la empresa en 1977. Racamier había fundado Stinox, una empresa de fabricación de acero, después de la Segunda Guerra Mundial y la había vendido con un enorme beneficio antes de llegar a Louis Vuitton. Racamier reconoció que las mayores ganancias provenían del retail (detal) y que para tener éxito a nivel internacional, Louis Vuitton tuvo que expandir su presencia en muchos más países. Como resultado, tiendas Louis Vuitton se abrieron en todo el mundo entre 1977 y 1987, y Asia se convirtió en el principal mercado de exportación de la compañía. Los años ochenta eran años provechosos para Louis Vuitton, pues el nombre de Vuitton fue promovido prodigiosamente. Comenzó a adquirir empresas con una reputación de alta calidad, intereses de compra en el couturier Givenchy y la casa de champán Veuve Cliquot.
En junio de 1987, Racamier firmó una fusión con Moet-Hennessy, un conglomerado con intereses en la producción de champán, coñac, vino y perfume, que le costó cuatro mil millones de dólares. Los desacuerdos masivos y las disputas legales para ver quién tenía la mayor participación dentro del holding empezaron. Pero el tiro le salió por la culata, porque Arnault tenía ambiciones propias y logró hacerse prácticamente con el control de la compañía al comprar cuarenta y cinco por ciento. A esto le siguió una batalla legal de dieciocho meses entre Racamier y Arnault, en la que Racamier no pudo mantener su participación en LVMH contra Arnault, quien tenía además el apoyo de las familias Moet y Hennessy. Los tribunales finalmente favorecieron a Arnault, y Racamier renunció. A principios de los años noventa, Arnault controlaba el imperio de lujo más grande del mundo, con alrededor de cinco mil millones de dólares en ventas mundiales.
No existen muchos detalles informativos acerca del logo de la marca, aunque parece ser que nunca ha cambiado (o al menos no de forma sustancial) desde que fue concebida. Cuatro años después de la muerte de su padre, Georges presentó un nuevo diseño de lienzo de las maletas para evitar las falsificaciones. En memoria de Louis, el nuevo diseño ofrecía las iniciales “LV” contra un fondo de estrellas y de flores, el cual fue patentado y se convirtió en un éxito inmediato.
Los últimos anuncios publicitarios audiovisuales de la marca, evocan tres cosas: elegancia, aventura y ansías de vivir. Louis Vuitton es un ejemplo de cómo la forma de vestir ha dictado en gran medida la forma en que vemos el mundo y cómo una marca puede ejercer tal influencia sobre los seres humanos, precisamente por eso.
Tabla Resumen: Hitos en la Vida de Bernard Arnault
| Año | Evento |
|---|---|
| 1971 | Comienza a trabajar en la empresa familiar. |
| 1984 | Adquiere el grupo Boussac, incluyendo Christian Dior. |
| 1989 | Se convierte en Presidente de LVMH. |
| 2005 | Se posiciona como el hombre más rico de Francia. |
| 2013 | Ingresa al ranking de las 10 personas más ricas del mundo. |
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