Luis Olarra Ugartemendia: Un Empresario Vasco Frente a la Extorsión de ETA

Luis Olarra Ugartemendia, industrial guipuzcoano, nació en Tolosa el 23 de agosto de 1923. En Tolosa estudió las primeras letras e inició sus estudios en el Colegio de los Escolapios. Su familia se traslada a Bilbao, donde estudia bachillerato en los Agustinos e inicia la carrera de Ingeniero Industrial que abandona para incorporarse al negocio de su padre.

Trayectoria Profesional

Su primer trabajo fue en «Trefilerías del Nervión» cuando contaba veinte años de edad. En 1957 dirige «Aceros Olarra, S. A.» con 50 operarios y que llega a alcanzar la cifra de 2.068. La empresa fue transferida a Aceriales al vender el 35 % de sus acciones a precio simbólico.

En 1962 es nombrado presidente de «Aceros de Llodio» y un año más tarde de «Material Auxiliar de Electrificaciones, S. A.», situada en Villalba (Madrid). En 1964 creó «Tubos Especiales Olarra, S. A.», posteriormente «Tubacex». En 1966 dimite de sus cargos y un año después se incorpora a «Olarra, S. A.» como presidente ejecutivo.

En 1974 creó en Colombia la empresa «Acerías Bogotá, S. A.» ejerciendo la presidencia. Luis Olarra llegará a ponerse al frente de «Aceros Finos Reunidos» que agrupa once fábricas de acero entre las que se encontraban «Echevarría, S. A.», de Bilbao, «Forjas Alavesas, S. A.» de Vitoria, «Pedro Orbegozo, S. A.», de Hernani, «Patricio Echeverria, S. A.», de Legazpia, «Olarra, S. A., «Aceros de Llodio, S. A.» y otras, con exportaciones a Estados Unidos, Comunidad Económica Europea, URSS y algunos países de América Latina. También es Olarra miembro del Club Europeo de Aceros Especiales.

En 1977 fue uno de los fundadores de la Confederación General de Empresarios española que agrupa a seis mil quinientas empresas. Fue asimismo en 1977 cofundador y vicepresidente de la Confederación Española de Organizaciones Empresariales (CEOE).

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Muy ligado al régimen de Franco, había sido procurador en las Cortes Orgánicas por el «tercio familiar». Con el cambio de régimen Olarra fue senador de nombramiento real en julio de 1977. Más tarde, el 1 de marzo de 1979, fue candidato por AP al Congreso español por Vizcaya pero no salió elegido. Por esta época la empresa Olarra, S. A. presentó suspensión de pagos que solucionó vendiendo sus stocks de acero a los Estados Unidos. En 1980 fue nombrado presidente de la patronal vizcaína. Entre sus negocios debe contarse también las «Bodegas Olarra» en La Rioja.

A partir del final de la década de los setenta ha conocido la crisis económica y la reconversión financiera e industrial y numerosos conflictos laborales en sus empresas entre 1980 y 1986, tras un prolongado cierre patronal.

Bodegas Olarra: Un Legado en La Rioja

La histórica firma del vino riojano, Bodegas Olarra, celebra este año su 50 aniversario. Se trata de una de las bodegas que hizo grande a Rioja, convirtiendo esa denominación de origen en la referencia del vino de España. Fue fundada en 1973 por el empresario vasco Luis Olarra, con un espectacular edificio que marcó el inicio de su conquista, consolidada a lo largo de estos años.

Actualmente está dirigida por la tercera generación de la familia Ucín: Pedro, Luis y Marcial. La construcción de la fascinante bodega es obra de Juan Antonio Ridruejo, el arquitecto que a principios de los años 70 recibió el encargo de construir una estructura que estuviera al servicio del vino que, hasta ese entonces, se elaboraba en plantas industriales de nulo valor arquitectónico. Así, proyectó una edificación especialmente pensada para la elaboración del vino, por lo que la funcionalidad se encuentra tan presente como el diseño.

Fue así como recibió el apodo de ‘Catedral de Rioja’. Bodegas Olarra gestiona alrededor de 1.200 hectáreas de viñedo, principalmente en la subzona de Rioja Alta. La viña se extiende al sur del río Ebro, desde las Conchas de Haro en el oeste hasta un poco más allá de Logroño en el este.

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Durante más de dos décadas, tuvo la suerte de trabajar con el reconocido enólogo Ezequiel García, alias ‘El Brujo’, fallecido en 2017. Actualmente Bodegas Olarra mantiene su legado elaborando grandes vinos de Rioja, como los Cerro Añón Crianza, Reserva y Gran Reserva, mediante la elaboración tradicional que tanta fama ha dado a Rioja.

Por su parte, los vinos Añares son frescos, suaves y muy afrutados en el caso de los más jóvenes, y armoniosos con leves aromas a barrica en los criados. «Vinos muy cercanos, vinos que se viven».

Y recientemente la bodega riojana sacó al mercado su vino más rompedor y moderno, El Rayo. Un vino libre y sin ataduras que cada año mostrará las condiciones que ha vivido.

Olarra Frente a la Extorsión de ETA

En noviembre de 1982, Luis Olarra, presidente entonces de la Confederación Vizcaína de Empresarios, anunció un plan de “acción directa” contra ETA y la izquierda abertzale. Cansado de que las manifestaciones en la calle y los comunicados de condena a las acciones criminales de ETA no tuvieran ningún efecto -“no sirven para nada”-, aseguró que era hora de “soluciones más drásticas, aunque desemboquen en situaciones que pudieran llegar a ser más drásticas”, declaró a El País.

En un programa de TVE en 1980 sobre «el problema vasco», donde Olarra era senador, manifestó: «No coincido con mis compañeros, en el País Vasco nos conocemos todos, donde nos reunimos con nuestra tertulia, donde tomamos el aperitivo o la comida, donde jugamos la partida. Por eso he enviado al presidente de Batasuna-ETA, Jon Idigoras, una lista de posibles víctimas de su partido si ETA atenta contra alguno de mis trabajadores y familiares. También le he enviado copia del depósito bancario de 300 millones de pesetas que garantizan las acciones por profesionales residentes en Marsella».

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La opción Olarra fue eficaz, ETA jamás atentó contra sus trabajadores y familiares. No hubo entierros, funerales y familias destrozadas para siempre ni por supuesto condenas de políticos impresentables.

Otros empresarios, como Félix Alfaro Fournier, director de Heraclio Fournier, y Juan Alcorta, presidente de Koipe, Bankoa y Savin, también desafiaron públicamente a ETA negándose a ceder al chantaje.

La extorsión de ETA al empresariado vasco comenzó a principios de los años 70, con exigencias de pago bajo amenaza. Quienes primero lo sufrieron fueron los empresarios de localidades de Bergara, Eibar y Oñate. Después llegarían los secuestros y las amenazas para frenar proyectos e infraestructuras.

La mayoría de los empresarios decidió no ceder, aguantar pese a todo y pagar un alto precio por ello. Otros no soportaron la presión y abandonaron Euskadi o decidieron controlar la empresa a distancia. En los años 80 y los 90 el temor era cosa común. La amenaza se convirtió en un coste a contabilizar en el balance de resultados, el empresarial y el personal. El silencio también.

Se estima que apenas un 5% cedió a la extorsión en Vizcaya y Alava y algo más en Guipúzcoa, un 13%.

A lo largo de su historia ETA ha secuestrado a 83 empresarios. A muchos de ellos los asesinó tras un cautiverio en venganza por no ceder a sus chantajes. A otros los liberó tras el pago y los menos fueron liberados por la Ertzaintza o los GEO.

En 2003 el juez Baltasar Garzón, de la Audiencia Nacional, obligó a denunciar la extorsión. Los expertos policiales interpretaron que el argumento que modificó el abordaje de la cuestión fue impedir que se esgrimiera un miedo imposible de superar para justificar el pago, “porque cuando tú te lo quitas se lo están pasando a mucha gente más”.

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