Historia de la Franquicia Pomodoro: Un Éxito Italiano en Expansión

El origen de la franquicia Pomodoro se encuentra en una familia de hosteleros sevillanos con más de dos décadas de experiencia en el mercado.

Antes de constituirse la marca, la familia contaba con más de 20 restaurantes en propiedad, especializados en asadores en horno de leña con un ticket medio alto.

De este modo, los dueños apostaron por un modelo de restauración italiana, con una carta monoprecio donde todos los platos costaban 3,90 €, con el objetivo de atraer tanto a gente joven, como a familias.

Tras probar esta fórmula con éxito en cuatro de sus restaurantes, en 2013 la marca Pomodoro comenzó a franquiciar.

El éxito de la franquicia ha llevado a la cadena a tener presencia en la mayor parte de las Comunidades Autónomas y a superar los 100 restaurantes, de los que únicamente cuatro siguen estando en propiedad por los fundadores.

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El secreto de este triunfo es la rotación, ya que aun vendiendo barato son capaces de ocupar las mesas muchas veces.

Cualquiera de los establecimientos de la marca, están diseñados para crear un ambiente clásico italiano.

La franquicia Pomodoro selecciona franquiciados con un perfil empresario con recursos para afrontar el desembolso medio de entre 150.000 y 180.000 € que requiere un restaurante de la marca.

La central también exige al emprendedor que se impliquen en el negocio, no que tengan restaurantes de 10 marcas.

Englobada dentro del sector de “Fast Casual”, pizzerías Pomodoro se fundó en 2011 por dos hermanos: José Carlos y Manuel José Vivas.

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Su experiencia iba más allá de los 20 años en el sector de la alimentación, eso sí, ligada a asadores y no a la comida italiana, pero la crisis les obligó a reinventarse.

Pomodoro, la cadena de comida italiana que fundaron en 2011 los hermanos sevillanos José Carlos y Manuel José Vivas, está creciendo rápidamente.

Factura 38 millones en sus 89 locales en España y ya prepara su entrada en el mercado portugués en el primer trimestre de este año.

La firma sevillana prevé cerrar el año con mejores datos aún: más locales y una facturación total superior.

En la actualidad, Pomodoro cuenta con 128 establecimientos.

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Desde el 24 de enero de 2018, POMODORO Pizza Pasta Burritos tiene disponible en todos sus establecimientos su nueva carta de productos “Senza Glutine”.

Entre todos los platos disponibles, comenzamos con una saludable ‘Insalata César-Bacon’, para los que deciden cuidarse de la mejor manera.

Para los amantes del queso, podemos optar por un ‘Formaggi al forno’, una deliciosa mezcla de quesos al horno con nachos para dipear.

Por otro lado, no podemos olvidarnos de los clásicos como las pizzas y la pasta.

Entre las opciones de pizzas, el cliente puede elegir el sabor que mejor se adapte a su paladar: Prosciutto, 4 Quesos y Barbacoa, todas ellas de 30 centímetros de diámetro aprox.

En cuanto a la pasta, tenemos unos ricos ‘Maccheroni’ con dos salsas a elegir entre bolognesa o carbonara.

En cuanto a la marca, que sigue con los preparativos previstos, se ve inmersa en el montaje de las próximas inauguraciones planificadas para estas dos semanas, siendo la siguiente en El Ejido (Almería), y otras dos en Torrevieja (Alicante) y San Javier (Murcia).

La selección de los franquiciados es clave en cualquier franquicia, cada una tiene que entender bien cual es su objetivo.

A día de hoy la marca tiene un nivel muy bajo de fracasos y la mayoría de los franquiciados han invertido en más de un restaurante al haber tenido un retorno de inversión más rápido que en otras cadenas.

Oferta muy clara y sencilla. Procesos y operaciones igual de sencillos y una relación calidad, cantidad, y precio inmejorable es la clave del exito.

Con un alto porcentaje de productos congelados trabajan en Pomodoro.

Se podría decir que las bases para pizza Panna & Pomodoro comenzaron su andadura en 2005 en la isla de Fuerteventura, pero su historia se remonta al año 2000, donde Andrea Polato, nuestro gerente, estuvo al frente de una franquicia de helados y bases para pizza que se comercializaban en pizzerías adheridas a la marca.

Desde entonces nuestra fábrica fue creciendo como consecuencia del cálido recibimiento que tuvo en todas las islas canarias.

Somos una base para pizza cuya masa contiene ingredientes 100% naturales, al igual que la receta de salsa de tomate.

Parte de esa evolución natural nos ha llevado a la fabricación de otra de los platos típicos italianos, La pinsa romana.

Un producto que se caracteriza por la elaboración a partir de masa madre con 48hs de fermentación.

Podemos dar las gracias por la confianza al público y asegurar que desde que nacimos no hemos parado de trabajar para tener el gusto de conocerte.

Eres lo que comes. Come sano, come bien.

Ofrecemos comida italiana como en un ‘ristorante’ pero en un entorno de restauración de servicio rápido. La oferta es amplia, encuentras pizzas, pero también pasta, ensaladas, burgers, platos para compartir, etc… así como una cerveza helada en jarras que no se encuentra en otras cadenas ‘fast casual’

El proceso de congelación no afecta a la calidad de los productos que se han elaborado, tampoco al sabor. La congelación ‘en origen’ garantiza la calidad.

Es indiscutible que la comida congelada es compatible con la calidad.

Posiblemente menos de lo que el sector del congelado quisiera…. Es verdad que la restauración no ‘alardea’ del uso del congelado ante el consumidor, pero a medida que se extienda el uso de los productos por el gran público habrá más transparencia en toda la cadena.

El éxito de esta franquicia «low cost», presente ya en 25 ciudades españolas, explica que ya venda cada mes 250.000 pizzas en España.

Veinte años después de desembarcar los cinco amigos en Valencia se han convertido en todo un referente por su manera de entender la cocina italiana.

Sus restaurantes ya son parte de la historia gastronómica de la ciudad.

Paseaban hace unas semanas por el barrio del Carme, allí donde se fraguó su sueño, cuando Paola le preguntó a Vincenzo: «¿Te imaginabas cuando llegamos que íbamos a estar tan bien?».

Los dos forman parte del grupo de cinco amigos que hace ahora veinte años decidieron aterrizar en Valencia para conquistar los paladares más desenfadados de la ciudad con su particular cocina italiana.

«Llegamos en 1996, en aquella época estaba todo por hacer en la ciudad. Nosotros éramos unos jóvenes que ofrecíamos una gastronomía que no era la típica y que comunicábamos y hacíamos márquetin…», fue relatando Laura. Ella es como la locomotora del grupo.

«¿Cómo empezó todo?», les pregunté sentado ante los cinco en una mesa de Al Pomodoro -uno de sus restaurantes, junto a la Pappardella o la franquicia Sorni e Morsi-.

«Fue una idea que nació de una borrachera, pero luego ya nos lo tomamos más en serio porque todos nos queríamos escapar de Londres», explicaron casi de manera coral.

La aventura, en concreto, nació una noche de fiesta entre amigos en el Covent Garden en Londres, donde estaban trabajando todos ellos en proyectos del ámbito de la hostelería.

Aquellos días se marcaron una hoja de ruta en la que perfilaron que querían abrir tres tipos de negocio distintos: «un sitio de fiambre italiano, uno de pasta y otro de pizzas».

Y marcaron en el mapa su destino: Valencia.

«Habíamos estado trabajando un verano en Cullera y era lo que buscábamos: ¡el sol, el buen vivir…!», exclamaron.

Paola fue la primera en dejarse el trabajo y venir con Favio (que era su pareja y más tarde dejó el proyecto) hasta Valencia.

Juntos localizaron el local que iba a acoger el primer proyecto de restauración.

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